EL COMERCIO JULIO 17, 2010
El día que la selección peruana "humilló a Hitler" en los ojos de Eduardo Galeano
El escritor uruguayo habló en una entrevista sobre la participación de la selección nacional en Berlín 36, una “historia de dignidad” según él
Por: Raúl Cachay
El escritor Eduardo Galeano es uno de los pocos intelectuales latinoamericanos que no han temido abordar el asunto futbolístico con la misma pasión y entrega de un hincha que visita las tribunas de los estadios todos los domingos. De hecho, su libro “El fútbol a sol y sombra” es un clásico: uno de los pocos motivos de regocijo disponibles para aquellos lectores que buscan armonizar sus afectos por el balompié y la buena literatura.
Galeano, en “Espejos, una historia casi universal”, del 2008, recoge un episodio futbolero que involucra al Perú, la mítica gesta de los olímpicos del 36, y hace muy poco volvió a hablar de esa piedra fundacional de la mitología deportiva nacional en una entrevista para la TV de su país. En diálogo con la periodista Sonia Breccia, que es recogido por lamula.pe, el escritor reconoce que no conocía la historia, pero que cuando se la contaron sintió de inmediato que se trataba de algo que debía difundir. Aquí la versión oficial de la FIFA y a continuación lo que dice Galeano.
“Así como lo que más nos gusta de la selección uruguaya que jugó en Sudáfrica fue su sentido de la dignidad, esta es una historia muy linda, que tiene que ver con la dignidad. En los Juegos del 36, que fueron organizados por Hitler para demostrar la superioridad de la raza aria, él estaba frente al palco, en un sitial de privilegio en el estadio de Múnich, asistiendo al partido entre Perú y Austria, su tierra de origen [...]. Perú ganó 4 a 2, a pesar de que el árbitro, para evitarle disgustos al “Führer”, anuló tres goles peruanos. Imagínate cómo le cayó a Hitler eso. [...] Esa misma noche los dirigentes se reunieron y anularon el partido. Entonces, la delegación peruana, en un ejemplo de dignidad, se retiró de los Juegos. Puede parecer una pequeña historia, pero creo que tiene mucho que ver con las diversas dimensiones que tiene el fútbol, que es a veces una fuente de dignidad colectiva. Esto tendría que enseñarse en las escuelas: “Saben una cosa, niños, nosotros pertenecemos a un país que humilló a Hitler”. ¿No sería lindo empezar una clase así?”.
OLÍMPICA CONTROVERSIA
No obstante, pese al entusiasmo de Galeano y el orgullo que generó la epopeya de Lolo Fernández, “Manguera” Villanueva y los demás integrantes de aquel seleccionado entre las generaciones posteriores, hace algunos años surgieron algunas voces que pretendieron “derribar el mito” de la participación peruana en Berlín.
El destacado periodista Luis Carlos Arias Schreiber, en un artículo incluido en el libro “Ese gol existe”, reunió diversas pruebas y documentos que demostrarían que aquel partido no se anuló por una disposición nazi sino porque un “millar” de hinchas peruanos invadieron el campo y agredieron a los jugadores europeos, que además habrían sido todos aficionados y no integrantes del célebre “Wunderteam” que causó sensación en aquella época. Para demostrarlo, como ya se dijo, se basa fundamentalmente en documentos y archivos de la época, también bastante discutibles si reparamos en que muchos de ellos fueron redactados durante el régimen más sangriento y corrupto del pasado siglo.
El antropólogo Aldo Panfichi, editor de la mencionada publicación, afirmó en una entrevista publicada por El Comercio tres años atrás: “La investigación cuidadosa de los hechos que se sucedieron en las Olimpiadas de Berlín pone en evidencia que esta imagen del Perú como víctima no se ajusta a la realidad”. Y califica el hecho como “una exageración, una construcción fantasiosa que nos permite imaginarnos que pudimos ser campeones pero que nos robaron el título”.
Está claro que hay episodios de nuestra historia en los que nunca podremos tener una versión definitiva y concluyente. Algunos, esos que de alguna manera han contribuido a forjar nuestra identidad como nación, deberían pertenecer al ámbito de lo intocable. ¿Verdad o mentira? Nunca lo sabremos. Pero los olímpicos del 36 no han dejado de ser héroes. Mejor recordarlos así.
_____________________________
En nombre de Fernando Yovera
Enviado el: martes, 22 de diciembre de 2009 09:31 p.m.
Para: tbone@juno.com
Asunto: Eduardo Galeano- Me caí del mundo y no sé cómo se entra....
Me caí del mundo y no sé cómo se entra....
Eduardo Galeano, periodista y escritor Uruguayo
(Para mayores de 30)
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco..
No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.
Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.
¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó botar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.
¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.
¡Guardo los vasos desechables!
¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!
¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!
Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!
¡Es más!
¡Se compraban para la vida de los que venían después!
La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.
¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.
¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!
¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años!
Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)
No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan.
Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'.Hay que cambiar el auto cada 3 años como máximo, porque si no, eres un arruinado. Así el coche que tenés esté en buen estado . Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!! Pero por Dios.
Mi cabeza no resiste tanto.
Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.
Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.
Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?
¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!
Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.
Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para pone r en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!
Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa.
Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!
Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.
Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo,pegatina en el cabello y glamour.
Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.
El día a día es duro para un ciudadano de a pie, y más si eres empleado público nombrado, pues eres visto como un tramposo y un mantenido. Sin embargo, debo decirle que habemos de los buenos...claro somos pocos pero existimos. Dale una mirada a esta página y comprobarás que no te "estoy meciendo". (Su servidor no se hace necesariamente responsable respecto de las opiniones vertidas por sus colaboradores).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
DESTACADO
Las elecciones en Venezuela - 28 de Julio
Foto EuroNews El diario el País informa La autoridad electoral da como ganador a Maduro con el 51,2% frente al 44,2% de Edmundo González...
Temas populares
-
PERU 21 ABRIL 14, 2013 El odio es cero glamour Domingo 14 de abril del 2013 | 00:09 Coincidimos el jueves, en asientos contig...
-
EL COMERCIO JUNIO 27, 2011 Hermana de Analí responsabilizó a Havier Arboleda por muerte de actriz Aseguró que el actor llevaba a la recordad...
-
EL COMERCIO ABRIL 27, 2012 Marc Anthony entró al Salón de la Fama de Billboard De esta manera, el cantante se sumó a personajes que ...
-
EL COMERCIO DICIEMBRE 27, 2010 Jaime Bayly asegura que el hijo con Silvia Núnez lo "salvó de la tormenta" En su última columna de ...
-
¿Cuánto tiempo demorará en ir desde Carabayllo hasta el centro de Lima con el nuevo tramo del Metropolitano? La ampliación del Metropolita...
-
EL COMERCIO NOVIEMBRE 29, 2011 Patricia Alquinta: "Laura Bozzo me sacó de Telemundo" La actriz cómica recordó que la polémica abog...
-
EL COMERCIO OCTUBRE 26, 2011 Karen Dejo ya es mamá: "Me siento rara, pero estoy feliz" La ex bailarina y conductora de TV alumbró ...
-
PERU 21 SETIEMBRE 21, 2011 ‘Charito’ se destapa en portada de SoHo La actriz Mónica Sánchez realizó una sensual sesión de fotos. “Defiendo l...
-
-----Mensaje original----- De: Jairo Doidao [mailto:Doidao_jairo@yahoo.com] Enviado el: Jueves, 09 de Octubre de 2008 11:29 a.m. Para: gteja...
-
PERU 21 JULIO 19, 2009 Micky ya descansa en Paz Con salsa dura y en el mar lo despidieron. Con una emotiva misa de cuerpo presente comenzó l...
No hay comentarios:
Publicar un comentario