ESTADO MAYOR CONMEMORO 131 ANIVERSARIO DEL COMBATE DE ANGAMOS EN EL CALLAO

EL COMERCIO OCTUBRE 8, 2010

Estado mayor conmemoró 131° Aniversario del Combate de Angamos en el Callao

Jefe de la Marina de Guerra resaltó rol pacificador y fortalecedor de la democracia cumplido por cuerpo castrense

(Fuente: Frecuencia Latina)(http://elcomercio.pe/noticia/651104/estado-mayor-conmemoro-131-aniversario-combate-angamos-callao)
El Jefe del Estado, Alan García Pérez presidió esta mañana la ceremonia por el 131º aniversario del Combate Naval de Angamos y por el 189º aniversario de creación de la Marina de Guerra del Perú.

La plaza Grau, del Callao, fue lugar del evento en que también se rindió homenaje al sacrificio de Miguel Grau en el enfrentamiento bélico con naves chilenas.

Tras la intervención del Jefe de Estado, el comandante general de la Marina de Guerra, almirante Rolando Navarrete, afirmó que su cuerpo castrense aporta a la consolidación de la democracia y la paz en suelo patrio: “Las experiencias vividas en nuestro pasado no deben volver a repetirse, y para ello, debemos asumir plenamente nuestras responsabilidades en el campo donde nos corresponda”.

También ante el ministro de Defensa, Jaime Thorne, afirmó que la Marina, “en el desarrollo y búsqueda de la paz social, abarca muchas áreas del quehacer nacional, y por ello, siempre estará dispuesta a apoyar en todo lo que implique el progreso de nuestra nación”.

Por ello, destacó que el respaldo y reconocimiento de la sociedad son importantes para la Marina: “Somos ciudadanos que tributan, que participan en el proceso democrático del país, y que como marinos sirven las 24 horas alejadas de sus familias, quedando a disposición para actuar, en cualquier momento y lugar, ya que el cumplimiento del deber es primero”.
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EL COMERCIO MAYO 6, 2010

Filme sobre combate naval entre Perú y Chile, el más caro del cine chileno

“Esmeralda 1879” tiene un coste de 11 millones de dólares y recrea el combate naval de Iquique que enfrentó a las armadas chilena y peruana

Combate Naval de Iquique, óleo de Thomas Somerscales.
Santiago de Chile (EFE). La película “Esmeralda 1879”, que recrea el combate naval de Iquique que enfrentó a las Armadas chilena y peruana, se presenta hoy en Santiago como la producción más cara del cine chileno, con un coste que asciende a 11 millones de dólares.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, asistirá este jueves al preestreno del largometraje, que se celebrará en un conocido cine de la capital chilena y al que también está prevista la asistencia de representantes de la embajada de Perú en este país.

SERÁ LANZADA CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO DEL COMBATE DE IQUIQUE
La película se estrenará el próximo 20 de mayo, un día antes del aniversario del combate, librado el 21 de mayo de 1879, y en cuyo recuerdo se celebran desfiles en Chile, donde además esa jornada es día festivo y el emblema patrio ondea en todos los edificios públicos.

La cinta es la ópera prima del director Elías Llanos y narra las horas previas al combate naval de Iquique de 1879, en el que el monitor peruano Huáscar hundió a la corbeta chilena Esmeralda, cuyo capitán, el héroe Arturo Prat, murió en el enfrentamiento.

Llanos es además biznieto del español Eduardo Llanos, quien fue el encargado de sepultar los restos de Prat, que se encuentran en el Monumento a los Héroes de Iquique, en la céntrica plaza Sotomayor de Valparaíso, frente a las aguas del Pacífico.

AJENOS A LA POLÉMICA
En entrevista con Efe, el director descartó hoy que esta película pueda generar conflictos con el país vecino.

“No hay nada de polémica con Perú porque no tienen ningún sentido armar una polémica con ellos. Y yo creo que cuando vean la película, verán que la Armada peruana -comandada por Miguel Grau- queda muy bien”, aseguró Llanos.

El director, de 50 años, recuerda que comenzó a trabajar en esta película en 2006.

Ese año visitó junto a su hijo menor el Huáscar original, que después Chile capturó como trofeo de guerra en otra batalla de la Guerra del Pacífico (1879-1883) y que se encuentra en el puerto de Talcahuano, a unos 530 kilómetros al sur de Santiago.

UNA SUPERPRODUCCIÓN
“Sentí que había demostrar que nuestros héroes también son parte de nuestra historia. Me dije: Aquí hay toda una historia y es el momento de contarla. Y no paré más”, recuerda.

Entonces se sumergió en un proyecto que ha exigido dos años de producción y tres de rodaje en escenarios de Iquique, a 1.857 kilómetros al norte de la capital, así como de Santiago y de Valparaíso, en el centro del país.

Para llevar a cabo esta superproducción se construyeron réplicas de los dos buques enfrentados en la batalla y otro, también de la Esmeralda, que quedó fijado junto al mar.

Además, Llanos se adentró en los archivos de la Armada para relatar la historia de un grumete que se enroló tres días antes en La Esmeralda en Iquique, puerto que entonces pertenecía a Perú, sin saber que poco después iba a participar en la histórica contienda.

“Él, ya mayor, va a dar una charla a unos niños para contarles la historia y entonces rememora lo que pasó”, cuenta Llanos.

El grumete, Wenceslao Vargas, que en la película es interpretado por el actor chileno Fernando Godoy, se convirtió con los años en el último sobreviviente del combate hasta que finalmente pereció a los 97 años de edad, en 1958.

El destino de las tres réplicas construidas para la película fue dispar.
El Huáscar, que costó 1,2 millones de dólares, fue trasladado al norteño puerto de Mejillones, donde se conservará y se utilizará para grabar la segunda parte de la saga, titulada “Angamos”, que Llanos prevé tener lista “en tres años más”.

En cambio, la Esmeralda quedó, como la original, hundida en el mar, en el norte de Iquique, a 60 metros de profundidad.

“En la historia la Esmeralda se hunde, y yo trabajo todo de forma muy real. Así como en las grandes producciones estadounidenses y europeas los destruyen, yo hice lo mismo para darle mayor realismo”, señaló el director.

En tanto, la segunda réplica de la Esmeralda fue desarmada por completo.
Elías Llanos, que lleva más de veinte años trabajando en el sector audiovisual, fue asistente de dirección en películas como “Mi pobre angelito II” (Sólo en casa II) y “Las tortugas Ninja”.

Para embarcarse en esta “tremenda ópera prima” tuvo que “golpear las puertas” de los empresarios, que confiaron en su proyecto, asegura.

De esta forma logró cinco millones de dólares en dinero, donados en su mayor parte por la compañía privada Antofagasta Minerals, y otros seis millones a través de aportes en servicios o materiales, como acero y madera.

Este largometraje, el más caro del cine chileno, se lanzará a conquistar las pantallas de este país, donde tendrá que imponerse ante grandes producciones estadounidenses como “Iron Man 2”, “Avatar” o “Amante a domicilio”.
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El Comercio 09 Nov 09

EN EL CENTENARIO DE SU MUERTE
Miguel Iglesias, el hombre de Montán

Por: Héctor López Martínez *

El domingo 7 de noviembre de 1909 dejó de existir en Lima el general Miguel Iglesias. Moría a los 79 años de edad. Era oriundo de Cajamarca y pertenecía a una importante y acaudalada familia con propiedades mineras y agrícolas. En 1866, durante el conflicto con España, Iglesias organizó con su dinero un batallón de voluntarios que estuvo presente en el combate naval del Callao el 2 de mayo del mencionado año. Iglesias recibió entonces el grado de coronel. Prefecto de Cajamarca en diversas oportunidades, fue leal correligionario de don Nicolás de Piérola, y cuando estalló la guerra con Chile nuevamente organizó, a su costa, un batallón de 3.000 hombres con el que acudió a la defensa de Lima. Cuando Piérola se convirtió en jefe supremo lo nombró secretario (ministro) de Guerra.

En la batalla de San Juan (13/1/1881) Miguel Iglesias, rodeado por abrumador número de soldados chilenos en el Morro Solar, combatió heroicamente hasta que, casi sin hombres ni municiones, fue hecho prisionero. En esa trágica jornada murió gallardamente su hijo Alejandro. La ocupación de buena parte del territorio peruano por los chilenos generó daño material y moral a nuestros compatriotas. Piérola intentó la resistencia en la sierra manteniendo la alianza con Bolivia. El gobierno de García Calderón naufragó. El entonces coronel Andrés A. Cáceres encabezó la tenaz campaña de La Breña con el deseo de salvar el honor nacional. El almirante Lizardo Montero inició su gobierno itinerante. Las tratativas de paz, con mediación diplomática, fueron un fracaso. Incluso Miguel Iglesias y su hermano Lorenzo resistieron al invasor en Cajamarca y este último logró el triunfo de San Pablo. Sin embargo, la situación del país seguía siendo cada vez más trágica, ruinosa.

En esa coyuntura Miguel Iglesias se convirtió en el gonfalonero de un tratado de paz con Chile, aun a costa de mutilación territorial. Todo lo había ofrendado al Perú: vida, hijos, fortuna. El 31 de agosto de 1882, en la hacienda Montán, Miguel Iglesias hizo público un manifiesto donde condenaba nuestra historia republicana, la cual nos había precipitado, de equivocación en equivocación, a la guerra de 1879. El Manifiesto de Montán era un documento patético, desgarrado, una acusación al pasado, pero también el llamado a una búsqueda inmediata de un porvenir mejor.

Para Iglesias, la paz con Chile era una suerte de expiación por los errores cometidos. La derrota era la “consecuencia fatal de sesenta años de abominable corrupción política”. El Perú se había perdido por “los engaños de que constantemente le habían hecho víctima sus hombres públicos”. El manifiesto, finalmente, condenaba a “los guerreros de gabinete, los patriotas de taberna, los zurcidores de intrigas infernales”. A todos ellos les decía: “¡Basta!”.

El Tratado de Ancón, aprobado por el Congreso el 8 de marzo de 1884, significó la pérdida de Tarapacá y el largo cautiverio de Tacna y Arica. El general Cáceres tuvo que aceptar el hecho consumado, pero no al régimen surgido en Montán, al que finalmente derrotaría. Iglesias comprendió el dramático papel que le había encomendado el destino y dijo: “Más valor es necesario para soportar dignamente la desgracia que para rendir la vida en un rapto de desesperación”. Así lo comprendió, años más tarde, Andrés A. Cáceres, quien durante su gobierno promulgó la ley que ascendía a Iglesias al grado de general de brigada, en 1894, y le brindó su amistad. Las exequias de Miguel Iglesias fueron oficiales, con todos los honores, pero sin calor popular. Enjuiciando la figura del héroe del Morro Solar, escribió Jorge Basadre: “Fue un patriota sincero y un hombre honesto”.
[*] Historiador
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La Razón 30 de Octubre de 2009

Los políticos dictaron la sentencia de muerte ejecutada por los chilenos contra Miguel Grau

Pidió compra de acorazados y gobernantes le respondieron que ya los teníamos y estos eran Bolivia y Argentina
GUILLERMO G. SANCHEZ ACHUTEGUI (*)

La sentencia de muerte contra don Miguel Grau Seminario, inmolado el ocho de octubre de 1879 en el combate de Angamos, fue dictada cuando a un Presidente de la República se le ocurrió decir que: “el Perú no necesita adquirir otros buques de guerra acorazados porque ya tiene dos: el Argentina y el Bolivia”, refiriéndose al presunto apoyo de estos dos países ante la casi segura guerra que Chile preparaba (alentada por Inglaterra, claro está).

La sentencia, como repito, la dictaron los políticos peruanos y la ejecutaron los marinos anglo-chilenos. Nuestro gran marino murió como consecuencia de la espeluznante ineptitud geopolítica de los hombres de Estado peruanos de entonces (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).

Tengamos presente esta información: En 1877 Nicolás de Piérola se sublevó en contra del gobierno del general Mariano Ignacio Prado y fue combatido por don Miguel Grau, que a la sazón era diputado por Paita y uno de los dos oficiales navales más prestigiosos junto con Aurelio García. Piérola jamás olvidaría esto.

En el gobierno del presidente Mariano Ignacio Prado (1876-79) se realizaron esfuerzos para comprarle a Turquía un acorazado (de segunda mano) que era más grande que los acorazados que ya tenía Chile, pero al ser éste un buque fabricado en Inglaterra se necesitaba del visto bueno de este país, a lo que se negó decididamente aduciendo que el Perú tenía la segunda deuda externa más alta del mundo después de la del imperio Turco Otomano, ascendiente a 36 millones de libras esterlinas. Como podemos constatar, Inglaterra proveyó dos acorazados a Chile pero le negó uno al Perú. La muerte de don Miguel era solo cuestión de tiempo.

Como toda marina dependiente tecnológicamente, el Huáscar tenía dentro de su tripulación de 204 marinos a 74 ingleses principalmente maquinistas y luego artilleros. Estos dispararon 61 granadas durante toda la campaña naval pero sólo acertaron tres granadas. El 5% de eficacia artillera. ¿Por qué, además de la falta de entrenamiento? Por ello, don Miguel ordenaba atacar con el espolón al estilo de los trirremes griegos y romanos. Igualmente, en el caso del encallamiento de la Independencia, fue por la ineficiencia e ineficacia de los artilleros ingleses que don Guillermo More ordenó acercarse para espolonear a la Covadonga. Ya que hemos mencionado a la Covadonga, es pertinente mencionar que su comandante, el tristemente célebre Carlos Condell De la Haza, el día del combate de Iquique vistió en su uniforme el emblema de la Real Armada Británica (?).

Inglaterra contra el Perú
Del total de marinos combatientes en ambas escuadras el 8 de octubre de 1879 en Punta Angamos, o sea el solitario Huáscar y las naves chilenas Blanco Encalada, Cochrane (ambas fragatas acorazadas gemelas), O´higgins y Covadonga (el Loa y Matías Cousiño fueron en persecución de la corbeta peruana Unión); 612 eran británicos; de los cuáles 74 estaban en el Huáscar y 538 en los buques chilenos.

Es decir, en Angamos, del ciento por ciento de los combatientes, un 43% fueron británicos, 45% chilenos y 12% peruanos ¿Qué les parece? Además, la Armada de Chile nunca jamás le ha hundido un buque a la Armada del Perú.
El comando naval chileno encargó a un marino británico -Edwin Penton- la tarea de evaluar los daños del Huáscar y conducirlo hasta Valparaíso, en donde se efectuarían las reparaciones.

Existe un relato de Penton acerca de la llegada a este puerto el lunes 20 de octubre, donde señala que los primeros en abordar el Huáscar fueron el capitán y la mayoría de oficiales del HMS (Him Majestic Ship -Buque de Su Majestad-) Shanon y que, luego, una comisión del almirantazgo chileno, compuesta por algunos oficiales con uniforme de gala, un sacerdote y unas damas, vinieron y se llevaron la capturada bandera peruana al templo del puerto y de allí a Santiago.

Ni se imaginan qué oficial fue designado como el primer comandante chileno del Huáscar, nada menos que Carlos Condell De la Haza, el grotescamente inolvidable comandante de la Covadonga que ordenó fusilar a los náufragos peruanos de la Independencia en Iquique. A fines de enero de 1880 entregó el mando al Capitán Manuel Thomson Porto Mariño, quien muriera el 27 de febrero de ese año durante un combate con el monitor Manco Cápac en Arica.

Flota inglesa a la vista
James G. Blaine (1830-1893), Secretario de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica en el periodo del presidente James Garfield, escribió un informe a su presidente el 27 de abril de 1882, donde entre otras cosas narra lo siguiente:
“La victoria naval de Chile lanza todo el negocio peruano-boliviano del salitre a manos de Inglaterra. Una flota de guerra inglesa compuesta por siete acorazados estuvo a lo largo de toda la costa, desde el Callao hasta Valparaíso. Ha estado ahí durante todo el periodo de la campaña naval, hasta la debacle del Huáscar. Los acorazados que destruyeron a la marina peruana fueron proporcionados por Inglaterra.

Es más, hasta la tela de los uniformes de la infantería chilena es inglesa. Es un error completo hablar de esta guerra como si se tratara de una guerra entre Chile contra el Perú. EN REALIDAD, SE TRATA DE UNA GUERRA DE INGLATERRA CONTRA EL PERÚ”.
Más claro ni el agua, pero agua de los manantiales de nuestra maravillosa cordillera.

Piérola y Belaunde
¿Recuerdan la sublevación de Piérola de 1877 en donde se le enfrentó don Miguel? Pues bien, en el gobierno de Nicolás de Piérola (1895-99) el Congreso expidió la ley que nombraba Héroes a los combatientes de Angamos, pero éste se negó a firmarla y sólo aceptó hacerlo siempre y cuando se designase a don Miguel Grau como “Héroe de segunda clase”. Aunque ustedes no lo crean.

En ese mismo Congreso estaba como diputado el coronel Agustín Belaunde, quien fuera jefe del batallón Cazadores de Piérola, uno de los cinco batallones que luchó en la batalla de Arica. Recordemos que cuando el coronel Francisco Bolognesi convocó a una Junta de Guerra el 28 de mayo de 1880 para decidir la defensa de Arica, el coronel Belaunde manifestó su desacuerdo al considerar esa posibilidad como un suicidio.
Por esta evidente manifestación de “cobardía frente al enemigo” don Francisco ordenó su arresto en el monitor Manco Cápac, del cual logró escapar la víspera de la batalla y sobrevivir. Ya de congresista, pidió que el nombre del entonces general Andrés Avelino Cáceres Dorregaray fuera borrado del escalafón del ejército. (Ay, carajo, Dios los cría y ellos se juntan).

El “Huáscar”
Tengo familiares muy cercanos que han logrado visitar el Huáscar en la Base Naval de Talcahuano en Chile y me han referido que a los visitantes peruanos les ofrecen réplicas en miniatura del Huáscar, y que los guías chilenos suelen decir que don Miguel Grau fue “traficante de chinos” (de los chilenos debemos esperar cualquier cosa) con la finalidad de disminuir su gigantesca figura.

Hasta donde yo sé nunca jamás en el Perú se ha pretendido mancillar la memoria del Capitán de Navío Arturo Pratt, héroe máximo de la marina chilena -creo que hasta tiene un busto en el Patio de Armas de nuestra Escuela Naval en La Punta, Callao.
Por eso considero importantísimo que todos los peruanos nos preparemos muy bien culturalmente para desollar intelectualmente a cualquier chileno que nos venga con ese tipo de estupideces.

¿Deberíamos pedir que Chile nos devuelva el Huáscar sabiendo que sobre su cubierta también caminó el “carnicero de Iquique”, Carlos Condell De la Haza? Imaginemos por un desafortunado segundo que Barrabás también se hubiera secado el sudor con el Santo Sudario que usó Cristo, ¿también lo veneraríamos?

¿Por qué los chilenos idolatran esa nave? Pues simple y llanamente porque no tienen ni un solo icono histórico cultural antropológico sobresaliente como las Líneas de Nazca, Chan Chan, Chavín, Tiahuanaco, Sacsayhuamán, Machu Picchu, etc., etc., etc., etc. y etc. Necesitan vitalmente el Huáscar para construir alrededor de él -igual que el Morro de Arica- historias que contarles a sus niños para convencerles que los crímenes cometidos por sus antepasados no fueron tales sino hazañas. Sin ellos, el chileno estaría desnudo sociológica y antropológicamente.

Finalmente, mis familiares me contaron que un vendedor chileno se le acercó a una adolescente peruana de unos 14 años ofreciéndole una réplica del monitor: “¿No querí llevaite e´te Huácar a tu tierra, ya que no podí llevaite el otro, po?’ Y la muchacha le contestó: “¡Para qué, si en el Perú tengo el corazón de Grau, del Huáscar y Machu Picchu!”. Si hiciéramos todas nuestras actividades pensando en Grau, nuestra patria sería grande.

(*) Administrador de empresas residente en Chiclayo. Tomado de la web: http://www.defensa.pe/showthread.php?t=2758
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LA RAZON 23 07 09

La captura del transporte armado chileno “Rímac”

Hugo Ramírez Canaval Contralmirante (r)
Estimado lector, tengo la oportunidad de contarle otra de las hazañas de peruanos en la desigual campaña naval de 1879, que conocemos a medias porque nuestros historiadores nunca nos han querido contar los hechos que los marinos peruanos con Grau a la cabeza, enfrentaron a pesar de la tremenda superioridad material y el apoyo inglés con que nos invadieron por cumplir la palabra empeñada con un pueblo que –estoy seguro– no lo ha olvidado, pero cuyo gobernante el cocalero no evo-lucionado, no conoce.

El 23 de Julio de 1879, la captura del mejor transporte armado chileno, nos vuelve a mostrar suficientemente las capacidades profesionales, así como las cualidades morales y de hombría de los marinos peruanos tan diferentes de los contendientes en aquella campaña.

Conocedores de que en la bahía de Antofagasta se reunían buques transportes chilenos, Grau y el Capitán de Navío Aurelio García y García, Comandante de la pequeña corbeta Unión, planearon darles una sorpresa en la madrugada. Le cuento estimado lector, cómo es que un buque de la marina chilena que navegaba en las afueras de Antofagasta, fue perseguido durante más de 4 horas por la pequeña corbeta Unión, para rendirse sin siquiera intentar combatir.

Veremos cómo el Capitán del buque, además de un Capitán de Fragata de la marina chilena y un Coronel comandante del mejor Regimiento de Caballería del ejército chileno que era transportado a Antofagasta, se rinden y entregan la bandera chilena al Teniente Segundo Latorre Bueno de la marina peruana, quien tomó posesión del Rímac en nombre de la República del Perú. Pero ellos dicen que el honor de las armas de Chile se ha salvado incólume.

El buque capturado era un moderno y poderoso transporte armado con 5 cañones más potentes que los de nuestra corbeta Unión, y conducía 300 soldados de caballería, 320 caballos, 320 rifles comblain, sables especiales, 200 mil proyectiles, gran cantidad de víveres, 1,000 toneladas de carbón inglés, pertrechos, documentos secretos y correspondencia.

La noticia que se conoció recién el 30 de Julio en Santiago, fue un terrible golpe al orgullo chileno, que ya reclamaba más acción de su escuadra. Este revés provocó las más duras críticas al gobierno: todos pedían la renuncia del presidente Pinto, el ministro de Guerra fue apedreado y tuvo que renunciar, el gabinete fue interpelado; el pueblo que había invadido calles y plazas para protestar fue reprimido por el ejército.

Renunció el abogado Comandante General de la Marina y el Comandante de la escuadra, nuestro conocido Williams Rebolledo, fue reemplazado. Como siempre, los detalles reveladores de los actos de cobardía del enemigo de entonces, no figuran en nuestros libros de historia. Veamos lo que nos cuentan los historiadores chilenos:

- El historiador-novelista Jorge Inostrosa, comenta los planes de Grau y el Comandante de la Unión, para proceder a las afueras de Antofagasta llegando uno por el norte y otro por el sur al amanecer del 23 de Julio, y luego dice: “Todo se unía y combinaba para ayudar al sagaz marino peruano. El solo con su audacia y habilidad estaba ganando la guerra. Colocado impávidamente a la espalda de la escuadra chilena, con sus dos barcos muy inferiores a los blindados Blanco y Cochrane esperaba con serenidad pasmosa y certeza absoluta que la presa cayera en sus manos…”.

Luego cuenta las desesperanzas de 3 jefes chilenos, después que se oyó la voz del vigía que anunció: “Barco a proa, es la corbeta Unión”. Habla de momentos de tensión y desconcierto de todos, que no saben qué hacer, hasta que se escucha una voz tranquilizadora, y cuenta: “En ese momento el Capitán de Fragata Gana reconoce al buque avistado y gritando con suficiencia, dice: “Es el blindado Cochrane que aparece. Viene a escoltarnos”. “El Cochrane” vocearon todos alegres celebrando la noticia. Se produjo seguidamente el estampido pavoroso de una inesperada detonación.

Los carabineros y los marineros se quedaron paralizados. “Nos están cañoneando desde ese barco, Coronel Bulnes”, exclamó el Capitán Gana aturdido por la sorpresa”. El Capitán Lautrup desencajado llegaba y advertía: “No es el Cochrane señores, tome Ud. el mando Capitán Gana y salve la nave hacia el oeste. Ese barco que tenemos al frente es nada menos que la corbeta peruana Unión”. “La Unión” repitió Bulnes desesperado. “La Unión” corrió la voz por cubierta, despertando palabrotas y maldiciones en la marinería y los soldados.

.-Yo me marcho a mi cámara, capitán Gana tome Ud. el mando de una vez y hágase responsable.-¡Váyase al cuerno, cobarde, y déjenos en paz! Lo insultó violentamente el coronel Bulnes…”.

Lo increíble es que un Capitán de Fragata confunda una corbeta de 1,100 toneladas con un blindado de 3,500 toneladas, y ¡esa desesperación!
- El “Diario de la Guerra del Pacífico” que publicaba El Mercurio de Chile, el 24 de Julio de 1979, reproduce un artículo titulado: “Testimonio de Chaparro”, un joven que repite las escenas ya narradas y continúa: “Los marineros decían a grandes voces que era la Unión y no el Cochrane. Como no se les diera crédito, juraron violentamente lanzando groseras injurias al Capitán Gana”. “El desorden tomaba a cada momento mayores proporciones. Los marineros ya completamente insubordinados asaltan la cámara y despensas, el saqueo fue total y rapidísimo, vergonzosa rapiña a que se entregó la marinería”. Esto lo cuentan ellos.

- El historiador chileno Pascual Ahumada Moreno, en su “Recopilación Completa”, nos presenta el Parte Oficial del Capitán de Fragata Ignacio L. Gana, de fecha 25 Julio de 1879, en Arica, y entre otras cosas dice: “hice alistar la bandera de parlamento, el buque fue entregado bajo parlamento, el honor de las armas de Chile se ha salvado incólume”.

Lo que no puedo entender es cómo para un marino chileno, que se ha rendido y entregado su pabellón nacional y su buque sin combatir, “el honor de las armas de Chile se ha salvado incólume”.

Cómo sería de humillante la situación en aquellos días, que el Presidente Pinto escribió a su ministro en campaña Sotomayor, lo siguiente: “La interpelación del Senado y las escenas vergonzosas acaecidas con motivo de la pérdida del Rímac, me han dejado la convicción de que nunca debimos comprometernos en la guerra”. Estos son los que nos amenazan. Hay que hablarles en su lenguaje. “A la razón, con razones. A la fuerza ¡Con más fuerza!
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LA RAZON MAYO 12, 2009

Antes de la invasión chilena, Perú vivía bonanza que no se tradujo en capacidad defensiva, al igual que ahora

Gobernantes peruanos no han aprendido lecciones de la guerra de rapiña que nos lanzó Chile en 1879

EE UU apoya al vecino como contrapeso militar de Venezuela, como hizo Inglaterra que lo armó para invadirnos

General PNP (r)
Juan Gonzales Sandoval (*)

Es una mala noticia para el Perú y la paz regional que el Gobierno de Barack Obama haya dado luz verde a la compra chilena de 18 aviones F-16 a Holanda. Este enfático apoyo al armamentismo chileno le da argumentos a quienes piensan que en Sudamérica los EE UU. tiene un papel para Chile, que es servir de contrapeso a la Venezuela de Chávez. En este ajedrez el Perú sale perdiendo.

Entre las lecciones no aprendidas por el Perú, o mejor y más justo sería decir por sus elites, está la de la improvisación e imprevisión militar antes de la infausta Guerra del Pacífico. Volvemos, 130 años después, a cometer los mismos errores.
Antes de 1879 el Perú vivió una bonanza que no se tradujo en capacidad militar para defender lo nuestro. El gobierno de Manuel Pardo redujo fuertemente los gastos militares, pretendiendo neutralizar el militarismo. Su sucesor, Mariano Ignacio Prado (1876-79), encontró un país militarmente limitado y es poco lo que pudo hacer, ya que Chile se venía preparando con anticipación para una eventual guerra. Poseía un ejército muy bien organizado y disciplinado, basado en la estructura militar francesa y en una fuerza naval respetable, aún para estándares europeos, organizada en base a los parámetros de la Real Marina Británica.

A pesar de que entre 1877 y 1878 Chile experimentó una crisis económica y tuvo que reducir sus gastos militares, se las ingenió para organizar tres ejércitos, uno de campaña de 25 mil hombres, con el que enfrentó a Perú y Bolivia. Pero además la escuadra de Chile, con excelentes naves de guerra construidas en Inglaterra era, después de la de Brasil, la mejor de América Latina de aquella época.

Hoy Chile es una economía próspera y su gasto en armas, no solo de carácter defensivo, es alarmante. El Perú atraviesa por un excelente momento económico, pero no se ve un correspondiente y justo correlato en lo militar.

Actualmente, más de un 90% del presupuesto peruano del sector Defensa se va en gastos corrientes. Mientras los peruanos podemos comprar fragatas de segunda mano a 15 millones de dólares cada una, los chilenos pueden comprar fragatas también de segunda mano, a 80 millones de dólares por unidad.

Belicismo antiperuano
El Fondo de Defensa Nacional de Chile se nutre, entre otras fuentes, de ingresos extraordinarios gracias a la Ley Reservada del Cobre. Estos pueden bordear los 800 o 900 millones de dólares mientras nuestro Fondo empieza con algunas decenas de millones y espera alcanzar dentro de algunos años los 180 millones con los ingresos de un lote del gas de Camisea. Ya ha empezado a hablarse de crear un fondo: ojalá que de las palabras pasemos a los hechos.

El 28 de setiembre de 2008, el decano de la prensa nacional, el diario El Comercio, reproduce las declaraciones de Ana María Tamayo, coordinadora del área de Defensa y Reforma Militar del Instituto de Defensa Legal (IDL) bajo el título: “Es imposible que Perú equipare gasto militar chileno de US$3 mil mlls.” La mencionada funcionaria sostiene que es imposible que el Perú equipare el gasto militar de Chile, de tres mil millones de dólares, y recomienda que se busque consolidar una relación más cercana a nivel político con Chile. Añade, desconcertantemente: “Como tenemos esa relación de desconfianza (con Chile), hay que retomar el mecanismo de diálogo que se conoce como el 2+2, para que los ministros de Defensa de ambos países se reúnan con los cancilleres y los altos mandos (militares), y se continúe con la lógica del diálogo que se inició en el 2001, y que estuvo andando hasta fines del año pasado”.

Finalmente, y con gran ingenuidad, insólita en alguien que se dedica al estudio de las relaciones internacionales, y que debe conocer a fondo la historia de Perú y Chile, la señora Tamayo expresa que no cree que las compras chilenas tengan algo que ver con cumplir sus objetivos políticos a través de acciones militares.

Precisamente en 1879 nuestras elites pensaban de modo similar y no advirtieron, sino cuando el bien organizado y provisto ejército chileno estuvo en Lima, que nuestro vecino venía preparándose sigilosamente para cumplir con sus sueños expansionistas.

Lógicamente, no es posible que el Perú equipare sus gastos militares, en armamento para su defensa, con los de Chile. Pero de allí a abandonar un plan para alcanzar niveles parecidos, o superiores, como en la época de Velasco, dista un abismo. Debemos hacer los máximos y patrióticos esfuerzos para elevar nuestro gasto en defensa, para racionalizarlo, y para restablecer nuestra condición de país que poseía una limitada industria bélica.

Complejo de superioridad
Expertos geopolíticos peruanos coinciden en señalar que Chile mantiene una visión de país hegemónico en el Pacífico Sur. Esto, como decíamos líneas arriba, no es un dato reciente. Por lo demás, desde tiempos de la Colonia, el Callao y Valparaíso, el Virreinato del Perú y la Capitanía General de Chile tenían intereses contrapuestos.

Es historia que, como señala Alberto Flores Galindo en su libro “Aristocracia y plebe”, el que el Perú colonial optara por el cultivo de la caña de azúcar, dejando para Chile el cultivo del trigo, fue consecuencia del interés de la flota mercante española y los intereses mercantiles. Así justificaban los fletes entre los puertos peruanos y chilenos. Este interés metropolitano perjudicó al Perú, pues si bien es cierto Chile no podía cultivar caña o productos tropicales, el Perú sí estaba en condiciones de producir trigo y caña y mucho más.

La convivencia con Chile, cuya elite y población en general ha desarrollado respecto del Perú un sentimiento de desdeñosa superioridad fue siempre difícil. La victoria chilena en 1879, el despojo de los territorios peruanos en 1929 y el relativo desorden y las marchas y contramarchas del desarrollo peruano durante casi todo el siglo veinte, fueron confirmando ese sentimiento sureño.

Pero en 1990, después de décadas de retroceso, y crisis recurrentes, llegó la nueva orientación económica impresa por el gobierno de Alberto Fujimori. Sobre las bases de la reconstrucción nacional de los noventas, el Perú vive una gran expansión económica. Los peruanos hemos demostrado en este nuevo siglo que podemos superar a Chile si nos lo proponemos.

Un país tan rico como el nuestro puede en poco tiempo sobrepasar a Chile en muchos aspectos, desde la agroindustria hasta el turismo. El crecimiento económico del Perú, su reciente perfomance exportadora ha suscitado desde preocupación hasta envidia en el Sur. Nuestros vecinos no creían que entre nuestras posibilidades a futuro estaba la de ser un país agroexportador y están viendo con asombro cómo han desarrollado las plataformas agrícolas y agroindustriales de departamentos como Ica, La Libertad y Lambayeque. Hoy se halla en curso de veloz modernización su infraestructura portuaria, para hacer del Callao el primer puerto del Pacífico Sur.

Chile ahora está empezando a desarrollar un sentimiento de inferioridad ante el despegue de un país dormido. Se diversifica nuestra capacidad exportadora no tradicional, aumenta nuestro turismo, nuestros emprendedores empresarios en Sierra y Selva nos dan sorpresas, se aplican nuevas tecnologías a escala pequeña y media, nuestra gastronomía y nuestra cultura en general adquiere universal prestigio, la autoestima nacional va en aumento, al punto de haber llevado a la Corte de La Haya nuestro diferendo marítimo con Chile.

Hipótesis de guerra
Expertos de la más prestigiosa institución de temas nacionales y geopolíticos del Perú, el CAEN, sostienen como hipótesis que Chile se negaría a aceptar dicho fallo, y que realizaría una acción armada para preservar su supuesto territorio. Esta hipótesis señala, además, que los chilenos pretenderían presentarnos ante la opinión pública internacional como agresores y como un país que no respeta los tratados internacionales y que busca desestabilizar la Región.

Un adelanto de este supuesto serían las declaraciones del general Juan Emilio Cheyre al diario El País, de España, en la edición del 21 de Enero de 2009. Cheyre es director del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile y fue comandante en jefe del Ejército chileno durante la presidencia de Ricardo Lagos (2002-2006).

Dice este general chileno: “En efecto en la Corte Internacional de la Haya -por acción unilateral del Perú- se conoce de una reclamación en materia de delimitación marítima establecida por tratados internacionales y respetada por ambas partes por más de cincuenta años.(…) Este último aspecto resulta especialmente grave a la hora de encontrarse un tema de alta sensibilidad ya radicado en un tribunal como se expresó. De allí que es posible concluir que en este caso el Perú, como Estado, faltó a una obligación internacional.”

Así piensa quien fuera comandante en jefe del Ejército chileno, de modo que la hipótesis del CAEN del Perú no anda nada descaminada. Chile no estaría dispuesto a aceptar un fallo desfavorable de la Haya y trataría de justificar su agresión militar.

Nuestro vecino tendría, además, otros motivos para agredir al Perú. Uno de ellos es la situación interna, social, motivada por la situación económica global y la caída del precio del cobre, entre otros commodities. Se les viene un periodo de gran inestabilidad, de emergencia de sectores postergados, de radicalización política.

Momento oportuno para hallar una válvula de escape y un neutralizador de la protesta y la rebelión en la guerra. Momento oportuno, luego de haber acumulado tanto poder militar para agredir al Perú y, desde luego a Bolivia e ir pensando en solucionar a futuro problemas energéticos y de aprovisionamiento de agua. ¿Suena a 1979? Sí, es la filosofía de la rapiña de un sector ultranacionalista, no de todo Chile, pero que puede halar a toda la nación sureña en una aventura belicista.

No anima a este autor ánimo belicista alguno, todo lo contrario. Aquí estamos por la paz mundial, regional y nacional. Pero sería ingenuo invocar el desarme unilateral o el descuido irresponsable en lo que atañe a la defensa peruana. Debemos tener suficiente capacidad disuasiva frente a Chile para frenar los arrestos belicistas y expansionistas de grupos como los mencionados, que si bien es cierto no representan a toda la sociedad chilena, sí han tenido, tienen y pueden seguir teniendo poder para arrastrar a Chile a una aventura infraterna contra el Perú.

Necesario poder disuasivo
Carolina Leciñana, autora de “La Guerra del Pacífico, 120 años después. Diplomacia y Negociación”, recuerda la contundente afirmación de Víctor Andrés Belaunde, consignada en Nuestra cuestión con Chile (1919) sobre la verdadera intención chilena en ese conflicto: “su propósito fue destruir y aniquilar el Perú”.

Los peruanos debemos tener muy en claro que debemos seguir por la ruta de la construcción de una economía próspera, diversificada, moderna como la base para una defensa sólida de nuestros intereses nacionales. La fortaleza económica puede y debe traducirse en poderío militar para defender lo nuestro. Se ha dicho que en 5 años debemos exhibir un suficiente poder disuasivo y desde ya nuestros políticos deben cerrar filas y garantizar, patrióticamente, este objetivo.

(*) Ex Jefe de la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (Dincote) de la PNP.
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EL COMERCIO ENERO 8, 2009

Publican diario de la corbeta Unión, 128 años después de la guerra

21:52 | El diario también permite conocer la historia de un acaudalado joven peruano quien dejó sus estudios y un compromiso nupcial para servir en la corbeta peruana

Lima, (EFE).- El diario a bordo de la corbeta Unión, uno de los buques peruanos que participaron en la Guerra del Pacífico, a fines del siglo XIX, ha sido publicado en Lima luego de permanecer inédito durante 128 años.

El diario original fue encontrado por la librería anticuaria limeña La casa del libro viejo y ha sido donado por un grupo de peruanos, liderados por el escritor y ex ministro de Salud Hernán Garrido-Lecca, a la Marina de Guerra del Perú.

"Estaba en poder de una familia que la había heredado por ser descendiente de marinos de la corbeta Unión, cuando tuvimos el original, que estaba en un mal estado, lo restauramos y lo transcribió una paleógrafa que trabaja con nosotros, que hizo un estudio histórico", afirmó a Efe el editor Juan Ortíz Benítez.

El editor, dueño de la librería anticuaria, señaló que Garrido-Lecca es una persona "muy identificada con el tema de la Guerra del Pacífico y tomó conocimiento de este original, por lo que convocó a un grupo de personas" para adquirir el ejemplar y donarlo.

El documento es considerado "de excepcional importancia" para conocer uno de los acontecimientos más importantes de la historia naval peruana, al detallar los pormenores de la vida y los sucesos en el barco que acompañó en la campaña marítima al mítico monitor Huáscar.

El documento permitirá corregir algunas informaciones históricas sobre sucesos de la guerra, como la captura del vapor chileno Rímac, que se creía que fue intervenido por el Huáscar, cuando en realidad esa acción estuvo a cargo de la Unión. "Este hecho motivó en Chile la destitución de altos oficiales del Ejército y la renuncia de algunos ministros. Incluso, se demandó la renuncia del presidente chileno de entonces, Aníbal Pinto", destacaron los editores.

Se revela, por primera vez, que algunos de los tripulantes extranjeros contratados para servir en el Rímac pasaron luego a trabajar en la Unión, en un hecho que fue criticado ante su superioridad por el comandante del barco peruano, Aurelio García y García.

El diario también permite conocer la historia del acaudalado joven peruano Máximo Patrón, quien dejó sus estudios y un compromiso nupcial en Europa para servir en la corbeta peruana. Este barco, cuyos mástiles se exhiben en la actualidad en el patio de la Escuela Naval del distrito limeño de La Punta, se convirtió en la única nave peruana en actividad tras la captura del Huáscar, el 8 de octubre de 1879, y la muerte del almirante Miguel Grau, considerado el máximo héroe del país andino.

En su intensa participación en la guerra, la Unión cumplió con seis expediciones de combate y apoyo a las fuerzas terrestres peruanas ubicadas en el sur del país e incluso llegó al Estrecho de Magallanes con la intención, fallida, de interceptar a un vapor inglés que viajaba con armamento a Chile.

El 16 de enero de 1881, rodeada en el Callao por la escuadra chilena que bloqueaba el puerto limeño, la nave fue hundida al norte de la bahía para evitar que cayera en poder de las fuerzas chilenas.

El libro será presentado el próximo 15 de enero por el director del Museo Histórico de la Guerra del Pacífico, Oscar Ferreira; el comandante de la Marina John Rodríguez; la historiadora Delfina González del Riego y el editor Ortíz Benítez.
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LA REPUBLICA OCTUBRE 9, 2008

129 años de la inmortalidad de Miguel Grau

En ceremonia reconocieron a oficiales como "verdaderos héroes". Ayer se conmemoró la muerte del "Caballero de los Mares" y 187 años de la creación de la Marina de Guerra del Perú.

Luis Neyra O.

Por el caballero. La Marina y las otras Fuerzas Armadas le rindieron tributo al valiente Miguel Grau.

Visitas. El Museo Naval recibió ayer a cientos de visitantes.

A las 9 de la mañana de hace 129 años, el contraalmirante Miguel Grau Seminario moría al mando del Huáscar durante el sangriento enfrentamiento entre peruanos y chilenos en la batalla de Angamos.

La historia narrada en los textos escolares y hasta en Internet nos transcribe la trayectoria de esa infame granada lanzada por los enemigos desde el navío chileno Cochrane, y que acabó con la vida del "Caballero de los Mares".

Pero no fue el único. Tras ese estallido otros valientes oficiales subieron al puente del Huáscar y entregaron su existencia sabiendo que a eso llegaban por defender la soberanía nacional.

HOMENAJE

Por eso, a las 9 de la mañana de ayer, esos personajes y aquellos que se inmolaron hace algunos años en su lucha contra el narcotráfico en el VRAE recibieron el reconocimiento de "verdaderos héroes nacionales" en medio de un caos político generado por las traiciones y los escándalos de ventas de recursos naturales que haría que Grau se revuelque en su tumba de pura vergüenza.

PARADA CHALACA

Sin la espectacularidad que caracteriza la Parada Militar, se realizó en la Plaza Grau el desfile de las diversas infanterías y compañías de la Marina de Guerra, que, dicho sea de paso, estaba de aniversario: cumplía 187 años de creación.

Primero lo hizo la histórica compañía "Fanning" integrada por jóvenes de diversas partes del país.

La perfección en los movimientos de las armas que empuñaban y de sus cuerpos motivó los aplausos del respetable.

Con el suave y triste sonido de las gaitas, miembros de la Escuela de Oficiales Navales de Colombia también marcharon entonando nuestro himno nacional.

Asimismo se hizo presente el Batallón de Cadetes de la Escuela de Oficiales de la Marina y del Ejército Peruano con riguroso paso marcial. La Policía Nacional también se hizo presente en el homenaje a Grau y en el aniversario de la Marina con la presentación de los Cadetes de la Escuela de Oficiales.

HÉROES ANÓNIMOS

Las lágrimas de los presentes y la admiración de los altos oficiales se dieron ante la aparición de la agrupación naval "Brigada Azul y Rojo", integrada por oficiales, suboficiales y grumetes con impedimentos físicos ocasionados durante sus labores de seguridad nacional. Todo un ejemplo de esfuerzo.

De esta forma, casi inadvertida por la calamitosa coyuntura, se recordó a un grande de la Marina y de la política. Estamos en deuda.

EL DATO

Ofrenda. Al término de la ceremonia el ministro de Defensa, Antero Flores Aráoz, y el comandante general de la Marina Luis Giampietri abordaron la fragata misilera BAP Palacios, desde cuya cubierta lanzaron al mar una simbólica ofrenda floral en homenaje al héroe de Angamos y a los héroes anónimos caídos en las zonas de emergencia, como el difícil VRAE.

"Grau es un libro de aprendizaje"

En la ceremonia, el presidente de la República, Alan García Pérez, se refirió a Grau como un ejemplo de moral. "La vida de Grau es un libro de aprendizaje ciudadano. Su vida es tal vez el mejor programa de educación que podamos dar a nuestros hijos", dijo.

Como se recuerda, Miguel Grau, luego de la muerte del capitán de fragata Arturo Prat, comandante de La Esmeralda, envió una emotiva misiva a la viuda Carmela Carbajal, en la que lamentaba la muerte del héroe chileno. Asimismo enviarle los valiosos objetos del oficial chileno así como sus prendas con las que murió defendiendo la bandera de su país. La respuesta de Carbajal no fue otra que de agradecimiento y admiración hacia Grau.
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-----Mensaje original-----
De: valetodo@yahoogroups.com [mailto:valetodo@yahoogroups.com] En nombre de h m
Enviado el: Miércoles, 08 de Octubre de 2008 06:57 a.m.
Asunto: Valetodo - Combate de Angamos

Combate de Angamos
por Ernesto Linares Mascaro; elinares@yahoo.com
8-10-2008

El 8 de octubre se recuerda el combate naval de Angamos ocurrido en
1879, que es uno de los hechos bélicos más importantes en la historia
del Perú, que por casualidad también fue miércoles como los es este
año. Este combate naval tuvo relevancia mundial en su momento por ser
el primer enfrentamiento entre buques blindados desde la batalla naval
de Lissa de 1866. Por esas casualidades, ese día también es un
aniversario más de la Marina de Guerra del Perú, fundada en 1821 por
el Protector del Perú José de San Martín.

La comisión del Huáscar
Sobre el combate de Angamos mucho se ha publicado en Perú, pero
algunas nada favorables a Grau. El Presidente Mariano Ignacio Prado
publicó su Manifiesto en New York en agosto de 1880 que Grau insistió
a Prado por salir a la expedición que sería la última del Huáscar bajo
bandera peruana. Posteriormente, se publicó lo mismo de Grau en los
Manifiestos de Luis La Puerta, José María Químper y en 1884, en la
Narración Histórica de la Guerra de Chile contra Perú y Bolivia del
intelectual Mariano Felipe Paz Soldán, todos basándose en el
Manifiesto de Prado, pero no era cierto.

El historiador Rubén Vargas Ugarte fue el primero en demostrar que el
Huáscar salió de Arica el 30 de septiembre de 1879 con Instrucciones
definidas por el Supremo Director de la Guerra Mariano Ignacio Prado,
siendo la principal el torpedear al blindado chileno Blanco Encalada
que se creía estaba en mantenimiento en Tocopilla, pero la claridad de
la Luna estorbó el plan y ni se usaron los torpedos (1). También
Gustavo Pons Muzzo expresó que las instrucciones de Prado negaban la
versión de que la última expedición del Huáscar era un capricho de
Grau (2). Posteriormente, el historiador Jorge Basadre en la 8ª
edición de su obra Historia del Perú aceptó que la última expedición
del Huáscar fue iniciativa de Prado. En los últimos años, los
historiadores navales Jorge Ortiz, Francisco Yábar y Melitón Carvajal
reproducen y abordan con más detalle las Instrucciones de Prado en la
última expedición del Huáscar.

El Combate
En la madrigada del 8 de octubre, el Huáscar reconoció el fondeadero
de Antofagasta y a la salida del puerto se reunió con la corbeta Unión
e hicieron rumbo al norte para regresar a Arica, pero a las 3:15 AM
avistaron 3 humos que venían del norte. Se trataba de la 1ª División
naval chilena, al mando del capitán de navío Galvarino Riveros, que
también era Comandante en Jefe de la escuadra chilena, compuesta por
el blindado Blanco Encalada, buque insignia, la cañonera Covadonga y
el transporte Matías Cousiño, este último, carbonero de la escuadra
chilena. Los buques peruanos cambiaron de rumbo al suroeste y luego,
nuevamente al norte, para evadir a los buques chilenos. La corbeta
Unión se interpuso entre el Huáscar y los buques chilenos para
distraerlos, mientras el Huáscar se retiraba al norte. Al mismo
tiempo, el Matías Cousiño se retira en dirección a Antofagasta, aunque
luego hace rumbo a Mejillones.

Hacia las 5:40 AM, con la división chilena un poco alejada, Grau
ordena disminuir el andar, mientras la Unión, que estaba a una
distancia de entre 5 a 7 mil metros de los buques chilenos, permanece
al lado del Huáscar.

A las 7:15 AM se reconocen otros 3 humos que venían del noroeste. Esta
era la 2ª División naval chilena, al mando del capitán de fragata Juan
José Latorre, reputado marino tras los combates de Chipana e Iquique
del 12 de abril y 10 de julio respectivamente, cuando era comandante
de la cañonera Magallanes. Está división estaba conformada por el
blindado Cochrane, la corbeta O'Higgins y el transporte artillado Loa.
En este momento, el Blanco Encalada aumentó su andar a 10 nudos (3).

La Unión pasa de babor a estribor del Huáscar y luego avanzó al norte.
El 2° comandante de la corbeta peruana, Juan Salaverry, escribió al
respecto:

…fue entonces que dando mayor andar a la Unión pasó por el costado de
estribor y a toca penoles del Huáscar, distinguiendo perfectamente las
personas del Contralmirante Grau, la de su Segundo Elías Aguirre y
Teniente Garezón, sin que en ese momento, casi al habla, ni en ningún
otro, recibiéramos orden del Almirante. Siguiendo de esta suerte
nuestro rumbo al Norte, pasando delante del Cochrane a 400 metros de
distancia (apreciados por micrómetro), con una velocidad de 13 millas;
momentos en los cuales la O'Higgins que traía rumbo este, lo cambió al
nordeste, con el intento de cruzarnos (4).

La O'Higgins y el Loa se van a perseguir a la Unión.

A las 9:40 AM, el Huáscar afianzó su pabellón y abrió fuego sobre el
Cochrane con sus cañones de la torre giratoria a mil metros de
distancia. La primera andana pasó por alto, pero en la segunda, un
proyectil rebota en el mar e impacta en la amura de estribor del
Cochrane, penetra en la cocina, causa destrozos y cae en la cubierta
sin estallar. Cuando el Cochrane está a 200 metros del Huáscar, abre
sus fuegos con los cañones de proa y centro de estribor, un tiro pasa
por alto pero el otro impacta en el castillo y arroja al mar el
mascarón de proa (5).

Muy pronto el Cochrane hizo tiros certeros. Uno perforó el blindaje
debajo de la torre giratoria y estalló dentro, sacando a 12 hombres
fuera de combate; según el aspirante Federico Sotomayor, las astillas
se introdujeron entre las ruedas de la torre, entorpeciendo sus
movimientos (6). Otro cortó el guardín de babor de la rueda de combate
y se empezó a gobernar con aparejos; un cambio de estación de gobierno
en el Huáscar demoraba de 5 a 10 minutos, tiempo en el cual el buque
quedaba sin gobierno y caía a estribor (7). Una granada impacta en la
esquina superior derecha de la torre de mando, estalla y mata al
contralmirante Miguel Grau y a su ayudante, teniente 1° Diego Ferré,
que estaba en el departamento de la torre, al lado de la rueda de
combate, comunicándose con Grau a través del enrejado del piso de la
torre de mano. La hora de la muerte de Grau ha sido calculada a las 10
AM por el historiador naval Melitón Carvajal, basado en el parte de su
abuelo del mismo nombre, que era Mayor de Órdenes de la 1ª División
naval, pero nunca se ha recordado la muerte de Grau a esa hora; en
decreto supremo del 29 de septiembre de 1924 dispuso que se guardase
silencio entre las 9:55 y 9:57 AM y el decreto supremo del 27 de
septiembre de 1979, estableció las 9:50 AM se guarde un minuto de
silencio en todo el país, teniendo estos decretos sólo vigencia en su
año de promulgación, pero hasta ahora se guarda un minuto de silencio
a las 9:50 AM.

A las 10:20 AM cae el pabellón peruano al suelo porque los tiros de
ametralladoras del Cochrane cortaron la driza. El blindado chileno
suspende momentáneamente los fuegos, pero cuando un nuevo pabellón
vuelve a flamear, reanuda el combate. Al mismo tiempo, llegan el
Blanco Encalada y la Covadonga al escenario de combate. A 200 metros
de la aleta de estribor, el Blanco Encalada abre fuego, quedando el
Huáscar entre dos blindados, ambos muy superiores. El Huáscar dirigió
sus fuegos al Blanco Encalada y viró para espolonearla, pero el
blindado chileno evadió el ataque. Luego, según el parte oficial de
Carvajal:

En estas circunstancias, el que suscribe, que se encontraba al costado
del cañón derecho de la torre, fue herido por los destellos de una
bomba que penetró en la torre y estalló dentro de ella, e
imposibilitado para continuar apreciando por sí mismo las demás
circunstancias del combate, fue conducido a la sección de la máquina,
donde se le prodigaron las atenciones que su estado exigían (8).

Esa explosión dejó inhabilitado el cañón derecho de la torre
giratoria. El mando del Huáscar lo asumió el capitán de corbeta Elías
Aguirre.

Otra granada del Cochrane atravesó la cámara de oficiales y el
departamento de cámaras, dañó seriamente a la estación de gobierno de
emergencia, mató a la gente que operaba los aparejos, dando un amplio
giro a estribor (9). Latorre, comandante del Cochrane, escribe en su
parte que el Huáscar " …describió un amplio círculo y puso
resueltamente proa al Cochrane" (10). Esta maniobra del Huáscar no
parece posible porque acababa de quedar sin gobierno, fue mas bien en
este período que el Cochrane (11) y el Blanco Encalada (12) intentaron
espolonear al Huáscar. Ambos blindados chilenos disparaban fuego de
cañones, fusilería y ametralladoras; el Huáscar respondía, dentro de
sus limitaciones, con los cañones operativos y la ametralladora de la
cofa. De los 4 operarios de la ametralladora Gatling de la cofa del
Huáscar, 3 murieron y el cuarto cayó sobre cubierta (13).

Una granada penetra en la torre giratoria y mata o hiere a todos los
que se encontraban en ella. De Aguirre sólo se encontraron sus restos,
con la parte superior de la cabeza desaparecida, como también su
hombro y brazo derecho (14). El teniente José Melitón Rodríguez perdió
la cabeza. También quedó gravemente herido el teniente Palacios y el
Huáscar quedó sin gobierno por tercera vez. Fue en esos momentos que
el mando del Huáscar lo asume el teniente 2° Pedro Garezón, que con
los 3 oficiales que quedaban, acordaron hundir al Huáscar. El
ingeniero MacMahon nos narra en su parte lo siguiente:

…recibí orden personal del alférez de fragata Ricardo Herrera para
abrir las válvulas y echar el buque a pique, cuya orden la ejecuté en
el acto, con toda la actividad y deseos posibles, sacando todos los
heridos de abajo. Después de esto, tuve que parar la máquina para
sacar las puertas de los condensadores; pero no tuve tiempo suficiente
para concluir de sacarlas, pues fuimos abordados y tomados
prisioneros; en este momento más iba a a comenzar a entrar agua por
los agujeros de las bombas enemigas y el buque se hubiera ido
violentamente a pique. Yo y el segundo ingeniero fuimos amenazados con
revólver al pecho, diciéndonos que moviésemos la máquina y sacásemos
el agua; nosotros rehusamos el hacerlo por ser prisioneros de guerra,
pero nos dijeron que los prisioneros del Rímac habían sido forzados a
entregar la máquina bien y nosotros teníamos que hacerlos o pena de
morir (15).

Al respecto, Pedro Garezón narra lo siguiente:

Eran las 11:10 AM cuando se suspendieron los fuegos del enemigo. El
buque principiaba ya a hundirse por la popa, y habríamos conseguido su
completa sumersión, si la circunstancia de haber detenido el
movimiento de la máquina no hubiera dado lugar a que llegaran al
costado las embarcaciones arriadas por los buques enemigos, a cuya
tripulación no nos fue posible rechazar por haber sido inutilizadas
todas las armas que teníamos disponibles. Una vez a bordo los
oficiales que las conducían, obligaron a los maquinistas, revólver en
mano, a cerrar las válvulas cuando ya teníamos 3 pies de agua sobre la
sentina y esperábamos hundirnos de un momento a otro; procedieron
activamente a apagar los varios incendios que aún continuaban y nos
obligaron a pasar a bordo de los blindados junto con los heridos (16).

Aclaraciones técnicas
El parte de Garezón lleva a la confusión de que el Huáscar tuviera un
sistema de inundación, porque llama válvulas a las tapas de los
condensadores. Para inundarlo había que para las máquinas, desconectar
de los condensadores la entrada de agua de mar inyectada por las
bombas de circulación, cuya aspiración era mediante una válvula de
fondo tipo Kingston (17). Lo que hizo MacMahon fue destapar los
condensadores para verter el agua directamente en la sentina de
máquinas, pero no logró destaparlos del todo como dice en su parte,
además que esperaba la entrada de agua por los agujeros hechos por las
bombas.

Un mito que ha existido es de que el Huáscar no tenía bombas Palliser,
pero revisando el Diario de Bitácora del Huáscar, este las tuvo a
bordo desde el 17 de junio (18). El que tuviera o no proyectiles
Palliser no sería determinante para que el Huáscar saliera airoso
contra uno los blindados chilenos. El teniente norteamericano J. F.
Meiggs, de la fragata de guerra Pensacola, realizó un cuestionario a
los oficiales del Cochrane, y la pregunta 9 es específica a lso
proyectiles Palliser:

¿Cuál fue el efecto en la coraza del blindado del tiro del cañón de
10" del Huáscar?
RESPUESTA.- La granada Palliser del cañón de 10" del Huáscar, fue
disparada a 600 yardas (548 metros) e impactó nuestra coraza de 6" con
un ángulo de incidencia de 30°. La perforó 3", aflojó remaches, y el
almohadillado interno, y rompió un bao. Probablemente la granada se
rompió (19).

Como se ve, ni con proyectiles Palliser el Huáscar tenía oportunidad
alguna contra los blindados chilenos, pues un tiro del Huáscar chocó
contra un sector del blindaje que era de 6 pulgadas y no de 9 como en
el resto, pero aún así no pudo perforarlo. Los blindados chilenos eran
superiores en artillería, velocidad e inclusive practica de tiro, pues
los artilleros habían estado en constantes practicas por 14 meses
(20), mientras los artilleros del Huáscar, recién desde junio.

Hay un error generalizado cuando al Huáscar se le llama Monitor, pues
no lo era, su diseño era bajo las ideas de Cowper Coles y no las de
Ericsson. Era un turret ship tal como lo demostró Jorge Grieve (21).
Es más, revisando las Memorias de Marina de 1868, 1874 y la Memoria de
la Comandancia General de Marina de 1878, esta última preparada por
Miguel Grau, leemos que lo llaman "vapor de torreón blindado". La
prensa lo llamó Monitor desde esa época y como tal quedó arraigado en
Perú y Chile, siendo imposible cambiar tal denominación.

Referencias
(1) Rubén Vargas Ugarte. 1971. Historia General del Perú, T. X, pp. 36-37.
(2) Jacinto López, Historia de la Guerra del Guano y el Salitre,
prólogo y notas de Gustavo Pons Muzzo, pp. 302-304.
(3) Archivo Histórico de la Armada de Chile. Diario de Bitácora del
blindado Blanco Encalada (miércoles 8 de octubre de 1879, de 4 a 8
AM).
(4) Juan Salaverry, Carta sobre el Combate de Angamos, en: Alejandro
Montani. 1907. Artículos Militares.
(5) Melitón Carvajal Pareja, Historia Marítima del Perú, T. XI, Vol. 2. p. 510.
(6) Carta de Federico Sotomayor del 8 de octubre de 1879, en: diario
El Peruano, 17 de octubre de 1879.
(7) Carvajal, Ob. Cit., pp. 817 – 818.
(8) Parte oficial de Melitón Carvajal, en: diario El Peruano, 3 de
noviembre de 1879.
(9) Carvajal, Ob. Cit., pp. 515 – 517.
(10) Parte oficial de Juan José Latorre, en: Riveros, Galvarino. 1884.
Angamos, Refutación de los cargos hechos al Jefe de la Escuadra i
comandante del blindado Blanco Encalada, apropósito de su
participación en ese combate, pp. 74 – 80.
(11) Parte oficial de Juan José Latorre.
(12) Parte oficial de Galvarino Riveros, en: Boletín de la Guerra, pp.
367 – 368.
(13) Carta de Federico Sotomayor.
(14) Mason, Theo. 1883. War between Chile, Peru and Bolivia, en:
Review of Military and Naval Affairs, Vol. II, May 1880, pp. 553 –
574.
(15) Parte oficial de Samuel MacMahon, en: diario El Peruano, 3 de
noviembre de 1879.
(16) Parte oficial de Pedro Garezón, en: diario El Peruano, 3 de
noviembre de 1879.
(17) Carvajal, Ob. Cit., pp. 818 – 819.
(18) Archivo Histórico de la Armada de Chile. Diario de Bitácora del
Huáscar (martes 17 de junio de 1879, de 12 a 4 PM).
(19) Meiggs, J.F., en: Proccedings of the U.S. Naval Institute. N° 19,
Vol. VI, pp. 295 – 300.
(20) Meiggs, Ob. Cit., pp. 295 – 300.
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LA REPUBLICA OCTUBRE 6, 2008

Aparecen memorias de la corbeta Unión

Diario de la nave que peleó hasta 1881 revela que fue esta y no el monitor Huáscar la que capturó el principal buque carguero chileno.

Luis Velásquez C.

Esta noche, cuando se muestre la bitácora de la corbeta Unión, más de un historiador deberá hacerse la siguiente pregunta. ¿Se les ha dado a los tripulantes de esta embarcación peruana que se hundió frente al Callao (sumergida por sus propios hombres, quienes no deseaban que cayera en manos del invasor chileno) su merecido lugar en la historia?

Quizá más de uno se apure en decir que no. Y es que los testimonios y hechos que contiene el diario de esta embarcación –que peleó en solitario después de que el Independencia se hundiera y el Huáscar cayera en manos enemigas– permitirán replantear algunos pasajes de la historia que harán ver a los oficiales y subalternos de la Unión como los grandes defensores de la patria.

Y también, claro, darles una nueva mirada a las acciones realizadas por los 180 tripulantes de esta corbeta, y que erróneamente fueron atribuidas a otros heroicos hombres que murieron defendiendo la patria.

La captura del vapor Rímac, el más importante barco de suministros y pertrechos del ejército chileno durante la Guerra del Pacífico, es solo un ejemplo de las proezas de las que hablamos. Este hecho motivó que en Chile se destituyera a altos oficiales del ejército y renunciaran algunos ministros. Incluso se demandó la renuncia del presidente sureño de entonces, Aníbal Pinto.

El episodio es narrado en detalle en la bitácora recuperada recientemente por la institución La Casa del Libro Viejo y un alto funcionario del gobierno, 127 años después de que fuera declarada desaparecida. ¿De quién hablamos? Para variar, del ministro Hernán Garrido Lecca.

¿Qué hizo Garrido Lecca y cómo fue contactado por La Casa del Libro Viejo? Es parte de otra historia que seguramente será contada esta noche, cuando se muestre el cuaderno bitácora original, con sus anotaciones, manchas de humedad, folios faltantes y hojas rotas.

Pero volvamos a la captura del Rímac. Con gran precisión se indica en la bitácora, por ejemplo, cómo el comandante de la Segunda División de la Armada Peruana, Aurelio García y García, ordena acercarse sigilosamente a la nave chilena. Inicialmente se pensó que se trataba del acorazado Cochrane, pero luego se cayó en la cuenta de que era la más importante nave de enlace entre las tropas chilenas y su centro logístico. Entonces se le intervino, previo a intercambiar disparos de cañón.

Al rato apareció el Huáscar, que se encargó de tomar el control de la nave y llevarla al Callao, previo a inventariar los equipos, pertrechos y tripulación enemiga, entre los que advirtió a varios mercenarios extranjeros contratados por las tropas invasoras. Varios de ellos eran ingleses y norteamericanos, y permanecieron sirviendo en la nave, aunque esta vez para la armada peruana.

Este hecho, incluso, motivó la molestia de García y García, quien anotó una queja dirigida a sus superiores. "(…) La permanencia de estos individuos a bordo la creo inconveniente por motivos que no pueden ignorarse (…)".

VALOR Y COBARDÍA

Las 119 hojas registran también otros hechos que eran parte de las diarias jornadas de la Unión, desde que empezó a servir a la patria, el 11 de mayo de 1879, hasta el 19 de octubre de 1880. Los sucesos posteriores, hasta el día de su hundimiento, 16 de enero de 1881, se perdieron.

Pero sí registra, por ejemplo, el caso de un joven acaudalado (Máximo Patrón), quien dejó sus estudios y un compromiso prenupcial en Europa para servir en la Unión. El episodio es narrado por el capitán de fragata Nicolás del Portal, a la sazón, comandante de la corbeta.

También relata momentos tristes y tensos. Como cuando fallecía algún tripulante o desertaban otros. Hay anotaciones especialmente precisas sobre este último punto.

Pero si ha de resaltarse algún episodio triste de la guerra, es la vez en que la Unión se vio rodeada por toda la armada chilena, que en su flota ya contaba con el Huáscar, nuestro barco insignia que había sido reparado luego de Angamos y puesto al servicio del ejército invasor.

El historiador Juan Ortiz Benítez, responsable de La Casa del Libro Viejo, sostiene que estos pasajes son narrados con impresionante y desgarradora precisión en la bitácora, cuyo paradero fue conocido hace poco gracias al aviso de una familia limeña, descendiente de uno de los tripulante de la corbeta. ¿El apellido? No quiso revelarlo.

DE INCALCULABLE VALOR

La República tuvo acceso al contenido del diario de la Unión, el segundo buque más importante después del Huáscar. Se trata de un texto forrado en tapas de cartón y amarillentas hojas rayadas en las que se registran las aventuras y misiones de la corbeta más rápida y moderna de la armada peruana.

Y es una pieza de incalculable valor histórico que registra episodios nunca antes contados y que fueron escritos por dos comandantes de la Unión: Nicolás del Portal y Manuel Villavicencio Freyre.

Es verdad que el paso de los años hizo que algunas páginas se dañen y otras se pierdan, pero las que quedan contienen importante información que nos obliga a pensar en que el Perú tuvo más de un caballero de los mares. Gloria eterna a ellos.

DATOS

Presentación. La presentación del original de la bitácora de la corbeta Unión, así como la transcripción exacta de sus páginas, será hoy a las 7 pm, en la Benemérita Sociedad de Fundadores de la Independencia. Av. Arequipa 410, Lima.

Donación. La bitácora será entregada al jefe de la Marina de Guerra en calidad de donación, por el ministro Hernán Garrido Lecca, en representación de un grupo de ciudadanos que apoyaron su recuperación y transcripción.

Bitácora revela un gran error histórico

La más importante acción de la corbeta Unión durante la Guerra del Pacífico fue la captura del vapor Rímac, el 23 de julio de 1879. Esta proeza fue atribuida históricamente al monitor Huáscar, pero hoy, gracias a esta bitácora, se conocen los hechos reales.

Tuvo también otras acciones, como la entrega de pertrechos a las tropas peruanas que se hallaban rodeadas en Arica, después de que perdiéramos el Huáscar. Luego de eso siguió diezmando las fuerzas navales chilenas, e incluso llegó a burlar un bloqueo para descargar municiones en Arica.

La historia registra un hecho confuso que le creó una mala reputación a la Unión. Se dice que no apoyó al Huáscar, durante el combate de Angamos. La bitácora, sin embargo, aclara que Miguel Grau nunca solicitó el apoyo y que la suerte del Huáscar estaba echada. Igualmente señala que la decisión de salvar la única nave que quedaba fue tomada por la superioridad.

La decisión de hundir la corbeta Unión frente al Callao fue tomada por el capitán a cargo de ella, Germán Astete.
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EXPRESO 22 de septiembre de 2008

Chorrillos: Crónica de un bombardeo
Juan Carlos Flórez Granda (*)
jcflorezg@sehcap.org

Son las doce y veintitrés del 22 de setiembre de 1880 en Chorrillos. El blindado chileno “Cochrane” está a punto de iniciar el bombardeo a esta indefensa ciudad en represalia por el hundimiento de la goleta “Covadonga” en Chancay, resultado de la codicia del comandante chileno Luis Ferrari, con el fin de obtener el atractivo botín que contenía un bote peruano a la deriva frente a las costas del puerto, sin imaginar que este era una hábil carnada que escondía un mecanismo explosivo.

Chorrillos se preparaba rápidamente para repeler este ataque ante la negativa peruana de entregar la “Unión” y el “Rímac” como condición para no bombardear Ancón ni Chorrillos: “…Mi gobierno, en cuyo conocimiento puse el contenido de su citada comunicación, es de sentir, que teniendo V.S. al frente y en las mismas aguas a los buques peruanos Unión y Rímac, puede V.S. venir a tomarlos, si le acomoda; y que el bombardeo de poblaciones indefensas como Chorrillos, Ancón y Chancay, es digno de la manera como Chile hace la guerra…” , fue la respuesta de Luis Germán Astete.

Para la defensa se instalaron el día anterior baterías improvisadas, servidas por la Brigada de Artillería Volante al mando del coronel Exequiel de Piérola.

Considerable número de chorrillanos subieron al Morro Solar junto con los corresponsales de la época, a presenciar el inusual evento entre un blindado chileno con cañones de 250 libras vs una débil defensa peruana con siete cañones de campaña de 12, 9 y 8 libras montados en puntos estratégicos. Entre este armamento se encontraba una batería de “Vavasseur” perteneciente al malogrado coronel Francisco Bolognesi. Las compañías de bomberos estaban listas para apagar cualquier incendio. Los voluntarios chorrillanos y las ambulancias listos para asistir.

El “Cochrane” dispara el primer tiro y va directo sobre la gente ubicada en el Morro. Una nube de tierra ciega a algunos y ensucia a otros, el proyectil no explota. Las baterías del Morro contestan los disparos perforando uno de ellos “el costado a popa del mamparo de la batería aventado algunas astillas” (Sic). El blindado chileno se aleja de la costa y prosigue disparando sin resultado positivo. Los pocos tiros que caían sobre las casas reventaban en los jardines y los bomberos se encargaban de apagar cualquier amago de incendio.

Chorrillos se defendía con los pocos elementos de artillería que tenía. Fueron cinco horas de bombardeo; ochenta y cuatro proyectiles; casi diez toneladas de acero disparados sobre la ciudad con un resultado desastroso para los fines chilenos: solo 13 dieron en el blanco y de estos ninguno logró producir daño alguno. El resto de los proyectiles se enterraron en el Morro o se perdieron en el mar. La nutrida respuesta peruana contribuyó a que el blindado chileno no se acercara mucho a la costa. El redactor de La Opinión Nacional de Lima sentenció: “Qué decepcionados van a quedar en Chile cuando sepan que Chorrillos, lejos de estar reducido a cenizas, ha contenido a su poderoso blindado”.

En esta fecha, olvidada por los chorrillanos, rescatamos una página de victoria en su historia sobre la escuadra chilena durante la guerra de 1879.

(*) Director de la Sociedad de Estudios Históricos Coronel Arnaldo Panizo
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CORREO AGOSTO 29, 2008

Autoridades del gobierno no participaron en celebraciones por 79 aniversario
Tacna celebró en familia reincorporación a la patria

Pese a las reiteradas solicitudes hechas por las diversas autoridades tacneñas, los representantes del Poder Ejecutivo y el Congreso de la República brillaron por su ausencia durante las celebraciones por el 79 aniversario del retorno de Tacna al Perú.

El alcalde provincial Luis Torres y el presidente regional Hugo Ordóñez, durante la sesión solemne en el Teatro Municipal, manifestaron que las autoridades de Lima sí tienen tiempo para recibir a la delegación de funcionarios chilenos, liderados por el presidente del Senado, Adolfo Saldívar, pero no para acompañar a un pueblo que celebra un hecho histórico que le costó mucho sacrificio alcanzar.

Por la mañana, la procesión de la Bandera Nacional por las principales avenidas y su posterior izamiento reunió, como cada año, a la población tacneña en un solo sentimiento, el recuerdo del 28 de agosto de 1929, día en que Tacna después de 46 años de oprobioso dominio chileno retornó al Perú.

El desfile cívico-militar y el homenaje a la mujer convocaron masivamente a hombres y mujeres, a jóvenes y adultos, y a niños y adultos mayores que vibraron de patriotismo como hace 79 años.

Durante los desfiles escolares y los pasacalles que se realizaron durante la semana, los escolares, maestros y padres de familia mostraron su alegría y su sentimiento patriótico por la efemérides que une a los tacneños.

José Chino E.
jchino@epensa.com.pe
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LA RAZON 28 de agosto de 2008

Las escuelas tacneñas y la resistencia

Un capítulo de la “chilenización” que impuso la invasión militar chilena en la provincia cautiva de Tacna
Juvenal Ordóñez Salazar (*)

El 29 de agosto de cada año los peruanos conmemoramos uno de los capítulos más sombríos de nuestra historia: el fin de 50 años de cautiverio de Tacna en manos del militarismo chileno y su retorno a la Patria en 1929. A propósito de esta fecha, publicamos a continuación un capítulo del libro “La afrenta olvidada, Memoria para las nuevas generaciones”(*), publicada al alimón por el congresista Juvenal Ordóñez Salazar y José Guillermo Guevara Torres, que recuerda cómo los invasores trataron de castrar la peruanidad de los habitantes de la provincia cautiva. Los autores advierten en la introducción de la obra que se trata de no olvidar la historia para que nunca más se vuelva a repetir. (NdeR)

En su libro La Escuela Peruana en Tacna- 1793-1907- Págs. 44 a 56, Carlos Alberto González Marín proporciona valioso material al respecto. El 9 de enero de 1879 empezó a funcionar el Colegio de la Independencia en Tacna y cuando el 5 de abril se declaró la guerra se formaron en la Alameda más de dos mil voluntarios al mando de Enrique Salked, conjunto que serviría de base para la formación de los diferentes batallones como los Artesanos de Tacna y Los Granaderos de Tacna.
El entonces alumno Pedro Quina Castañón dejó oír su voz desde el balcón de la Municipalidad en contra del “derecho de conquista” proclamado por Chile, ante una multitud de tres mil personas indignadas.

En 1880 empezó a funcionar el Colegio Francés de Madame Ana Duhuison en la Calle Dos de Mayo, entre cuyas alumnas estaba Zoila Sabel Cáceres, de importante protagonismo años más tarde.
El 9 de junio, días después de la cruenta batalla del Morro de Arica, la alumna tacneña Clara Henríquez, de diecisiete años de edad, se movilizó hasta el Morro buscando los restos del Coronel Inclán.

Se entrevistó con Juan José Vildoso, asistente de Inclán, que estaba prisionero, quien le mostró el Pabellón Nacional que ondeó en la Carpa de Estado Mayor de Bolognesi, mantenido oculto. La joven guardó el símbolo patrio en su cuerpo y lo extrajo subrepticiamente, entregándolo cuarenta años después al Museo Nacional.
En 1897, la tacneña Perfecta Heredia Viuda de Taillac, regresó de Santiago de Chile a Tacna, después de enviudar, evitando que sus cuatro hijos hicieran el servicio militar. Fundó el Liceo Santa Rosa, donde se educaría otro importante grupo de mujeres tacneñas.

Ese mismo año, Adolfo Mena fundó el Instituto de Educación Popular con el propósito de alfabetizar a los indígenas de Tarata y Charaña.
El 14 de setiembre de 1897 el pueblo tacneño erigió un monumento a Francisco de Paula González Vigil Yáñez, patricio del liberalismo tacneño, excomulgado repetidas veces por la iglesia, a pesar de su condición de sacerdote, gestor y pionero de la educación para las mujeres y las clases populares.

González Vigil manejó en su doctrina liberal educativa muchos argumentos bastante adelantados para la época, a cuyo marco conceptual de laicismo y mesocracia respondieron todas las escuelas abiertas en la ciudad en los años posteriores, las mismas que fueran clausuradas por la chilenización “canalla”.

La fundación casi consecutiva de centros escolares a cargo de tacneños o extranjeros de fe tacneña, en el fondo funcionó como una macro estrategia de resistencia y peruanización sostenida, que rindió sus frutos en el cautiverio, dando sustento al patriotismo local, entendido como forma de cultura estructurada sobre la base de sentimientos, afectos memoria y racionalidad.

El determinante rol de la mujer tacneña en los años de la chilenización “cortés” y “canalla” se debió, en gran medida, a la calidad de su escolaridad, y en el caso de muchas de ellas, a su horizontalidad con relación a los varones, porque además, algunos centros educativos eran mixtos, situación infrecuente en la época.

Como parte integrante de la cultura local tacneña, tenemos que admitir las influencias de axiologías lejanas que llegaron al valle a través de sucesivas presencias demográficas de minorías europeas, asiáticas, africanas y otras, que dada la dimensión poblacional y espacial de Tacna, fueron gravitantes en esa noción de horizontalidad entre hombres y mujeres, creando en las mentalidades la ausencia de xenofobia, racismo y exclusión.

En 1890, se fundó el Colegio de la Inmaculada Concepción, bajo la dirección de Melchora Olivera y el asesoramiento de María Cieza. En este centro se educaron una serie de tacneños que cumplieron importantes roles en la resistencia, incluyendo a Ángela Fernández de Simpson, que en la época pre-plebiscitaria trajo desde Santiago a cuatro de sus hijos fingiéndolos chilenos para engrosar las listas patrióticas.
De otro lado, como una manera de afianzar los soportes subjetivos del patriotismo, el Congreso de la República creó en el Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe de Lima, cuatro becas completas para jóvenes tacneños. Uno de aquellos beneficiarios fue Jorge Basadre.

El 24 de mayo de 1893 –en el Círculo Vigil- se llevó a cabo otro acto de unidad tacneña y fortalecimiento patriótico. Con el objeto de colocar una placa recordatoria en la Casa de Francisco Antonio de Zela, se congregaron la Asociación Patriótica de Carpinteros, delegados y directores de los colegios de Tacna, La Sociedad Peruana, Sociedad de Artesanos, Sociedad de Enfardeladores, Talia Tacneña y la Sociedad Peruana de Beneficencia.
La placa fue colocada el 28 de julio de ese año en un acto multitudinario que convocó a pobladores de Tacna y Arica.

En 1895, las montoneras de Nicolás de Piérola tomaron el poder y el caudillo designó al poeta tacneño Modesto Molina, hombre de su confianza, encargado de organizar las escuelas peruanas en territorio cautivo. Al finalizar su tarea quedaron establecidas 18 nuevas escuelas en Arica, Tacna y Tarata.
En el informe que elevó al Ministerio de Educación manifestó que en Tacna y Arica funcionaban 32 escuelas de uno y otro sexo, a las que asistían 1,400 niños, siendo 260 chilenos y 1,140 peruanos.

Asimismo, el 27 de noviembre, al celebrarse el triunfo peruano en la batalla de Tarapacá, el pueblo tacneño se congregó una vez más para reafirmar la unidad afectiva en torno del territorio.
Un 12 de marzo del mismo año –al iniciarse las labores- en el Colegio Peruano de Instrucción, una serie de señoritas tacneñas organizaron una velada en el Teatro Municipal en homenaje a América y Europa, generándose otra oportunidad de unidad tacneña frente al ocupante.

En 1896, se fundó la Sociedad Católica de Instrucción y Auxilios Mutuos de Señoras, similar a la Sociedad de Artesanos, congregando a una vasta lista de mujeres tacneñas que resistieron los embates chilenizadores.
Fueron las mismas que en el año 1881 formaron la Sociedad de Señoras para trabajar, resolviendo como voluntarias una serie de problemas humanos y sociales derivados directamente de las batallas de Arica y del Alto de la Alianza.

A punto de finalizar el siglo -en 1899- algunos pabellones chilenos ondeaban en los edificios públicos, pero en los pagos de Pocollay, Humo, Calana, Pachía, Palca y Para, flameaban también banderas peruanas y los estudiantes se prepararon para un multitudinario desfile de antorchas.
La manifestación fue liderada por una enorme bandera confeccionada por las damas tacneñas organizadas en sus asociaciones.

No debe olvidarse que Ramón Castilla, el 5 de julio de 1843, ingresó a Tacna con un tambor, diez hombres y dos asistentes, después de cruentas batallas desgastadoras, pero de inmediato reconstruyó su ejército a pedido del pueblo tacneño, decidido a emprender la última fase caudillista y asumir la presidencia por primera vez, dando fundación al Perú Jurídico.

En aquella epopeya las damas tacneñas colaboraron confeccionando ropas, uniformes, aditamentos y banderas, de modo que el oficio femenino tacneño de confeccionar símbolos utilitarios no era nuevo.

El 9 de febrero de 1900, el Intendente Francisco Palacios conminó a cada director de escuela o colegio a declarar por escrito si su establecimiento era gratuito o no –y si era el caso- señalar quién pagaba sus servicios.
El objetivo era demostrar que el gobierno peruano tenía injerencia en la educación tacneña. Igualmente, el Intendente informó a sus superiores que en las escuelas tacneñas se enseñaba a odiar a Chile.

El 14 de mayo de 1900, las escuelas peruanas recibieron el Oficio Nº 85, disponiendo que en el plazo de 24 horas “cesen sus funciones y cierren los planteles de enseñanza peruana en territorio chileno”. (Ministerio de Relaciones Exteriores. Documentos relativos al plebiscito de Tacna y Arica: Escuelas Peruanas. T. I Págs., 39 y 40).
(*) Editado por el Congreso de la República, agosto 2008. Ediciones “Historia presente”.
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LA RAZON Mayo 22, 2008

Especial
Peruanos nos educamos con mapa que oculta la frontera marítima con Chile

Por el norte vemos lo que sigue al lado de la frontera, por el sur no sucede lo mismo
Eduardo Fournier Coronado (*)

Desde hace décadas, por arte de birlibirloque, generaciones tras generaciones de peruanos nos venimos visualmente engañando con un mapa del Perú que no reproduce exactamente nuestros límites por la frontera sur, pues mientras por el norte el mapa que usamos nos permite ver nuestra línea de frontera con Ecuador e incluso con Colombia y lo que sigue al otro lado de estos países; por el sur no sucede lo mismo.

El mapa que usamos todos los peruanos termina por el sur en Tacna, en una raya horizontal, donde no se visualiza la Línea de la Concordia, impuesta por el Tratado de 1929, como consecuencia de la guerra de rapiña que nos lanzó Chile en Tacna, y no tiene el espacio lógico para visualizar la proyección marítima a partir del punto de la orilla del mar de la Línea de la Concordia e igualmente sin el espacio subsiguiente para visualizar lo que sigue al otro lado de esta línea.

En los mapas comunes y corrientes del Perú que estrategas misteriosos nos han hecho tragar por decenios, no vemos en el sur lo que sigue después de Tacna, es decir los antiguos territorios peruanos de Arica y Tarapacá, ahora en poder de Chile por efecto del Tratado de 1929. Pareciera que esta omisión ha sido deliberada para no provocarnos la evocación histórica de lo que fue el Perú antes de la infausta guerra del 79 y legalizar el olvido de las consecuencias de una guerra de conquista contra el Perú.

En estos días en que se ha planteado el tema de límites marítimos del Perú con el país vecino del sur, ante el máximo organismo de justicia, la Corte Internacional de Justicia de La Haya, es preciso corregir estos errores garrafales en el señalamiento de nuestra frontera marítima con Chile.

¿Error deliberado?
Queremos pensar que se trata de errores involuntarios y que su corrección debe ser hecha en el camino de alcanzar una solución de justicia en este máximo foro de solución de controversias internacionales.

El error voluntario o deliberado en la confección del mapa que usamos cotidianamente los peruanos no se diferencia con el que incurrió en el año 2001 el gobierno de transición de Valentín Paniagua, al aceptar –por supuesto muy mal asesorado- como inicio de la Línea de la Concordia el Hito 1 y no el Punto de la Concordia ubicado en la orilla del mar, que como se ve no guarda mucha diferencia con el error anterior, pues ambos han cumplido el mismo objetivo, ocultar nuestra real delimitación fronteriza.

Es por lo tanto oportuno llamar la atención de todos los peruanos, particularmente de los que tienen la responsabilidad de educar y enseñar en los colegios y universidades a la juventud –que se dice es el futuro del Perú- a enseñar a dibujar o graficar correctamente el mapa del Perú.

El mapa oficial que usamos nos señala nuestro litoral por el norte en forma correcta, porque nos permite ver nuestro litoral y la prolongación del litoral marítimo por la costa del Ecuador y también la línea fronteriza terrestre que se extiende hasta el punto más septentrional que es Güepi, dentro de un recuadro gráfico que nos permite ver cómo estamos insertos junto a las porciones territoriales de los vecinos Ecuador y Colombia.

Línea equidistante
Y en el sur ¿qué sucede? Algo que llama la atención y que al descubrirlo nos hará saltar de nuestros asientos como impulsados por un resorte, pues al terminar el departamento de Tacna, en su parte meridional sur (frontera), inmediatamente trazamos una línea horizontal, cortamos el papel y cerramos el recuadro que encierra el mapa del Perú, llevándonos de encuentro más de 37,900 Km2 de mar, porque aparentemente hasta ahí es nuestro límite. Entonces los niños, jóvenes y algunos adultos que no conocen nuestras 200 millas, al ver el mapa del Perú colgado en un cuadro miran y dicen: “así será pues”, entonces creen que efectivamente ahí termina o comienza nuestra Patria; y que desde esa línea imaginaria hacia el sur, es mar chileno.

Corresponde disponer la reimpresión del mapa del Perú hasta el paralelo donde coincide la línea equidistante con las 200 millas del mar peruano; como se puede observar en el gráfico trazado de la línea en color verde y que estamos publicando en esta página.

Estamos convencidos de que este mapa que estamos recusando forma parte de las argucias chilenas para hacer coincidir el recorte del mapa con el paralelo que plantean como su límite. Me pregunto con indignación y asombro: ¿Se trata de un hecho intencional?; ¿Es producto de la desidia o ignorancia? Lo cierto que nadie hasta este momento había reparado en este error (mejor diríamos horror).

Desactivación
La inteligencia del vecino del sur, -dicen- viene trabajando muy bien desde hace más de 30 años y nuestra contrainteligencia lamentablemente no ha estado a la altura de las circunstancias, y ahora para remate ya no existe desde la desactivación de los servicios de inteligencia hecho por los gobiernos de Paniagua y Toledo.

Sería oportuno confirmar lo que se comenta en fuentes de inteligencia que estos mapas fueron deslizados por “buenos chilenos” e infiltrado en territorio peruano a través de peruanos ingenuos o simplemente de peruanos agentes de sus designios, que lamentablemente los han habido desde la misma guerra de rapiña que nos lanzó Chile.

Insto a los peruanos de buena fe, que destruyan estos mapas apócrifos si los detectan y manden hacer los que corresponde, es decir; así como está nuestro litoral se visualiza ampliamente en el norte, en el sur también debe tener la misma visualización, para lo cual habrá que aumentar dos centímetros más de papel, en el que se trace la bisectriz equitativa que nos permita alcanzar las 200 millas del mar de Grau, que es nuestro reclamo justo; entonces recién ahí hagan el recuadro del mapa del Perú.
(*) General de Brigada
EP en situación de retiro.
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CORREO 13 de mayo de 2007

Onomatopeya o prosopopeya pero no epopeya

No merece los elogios eunucos que se le han hecho. Los pueblos peruano y boliviano aparecen como ignorantes. Ridiculizan al héroe altoperuano Eduardo Abaroa. En escena fugaz, en Chorrillos 1881, aparece un soldado chileno moribundo ejecutado por un militar peruano. ¿Por qué no aluden, si son imparciales, a los once bomberos italianos que fusilaron allí? Pero lo más interesante es que se nos conduce a debatir las causas inmediatas o aparentes del conflicto. Pero no la principal: la vocación chilena expansionista.

Bolivia tenía como límite meridional el paralelo 27, de acuerdo a lo regulado por la Audiencia de Charcas. Las primeras Constituciones chilenas reconocieron que las fronteras de su país se extendían hasta el territorio de Atacama. Chile decidió desde 1840 apoderarse de ese desierto y suscribió con Bolivia, en 1866, un Tratado que señalaba como limite el paralelo 24 de latitud meridional e impuso un condominio en la explotación del guano y del salitre. En 1874 otorgaron ambos países otro Tratado, volviendo a señalar ese paralelo como su hito. Pero, como el 14 de febrero de 1878, el gobierno del General Daza promulgó una ley creando un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado, tropas chilenas desembarcaron en Antofagasta y se apoderaron del territorio situado al sur del paralelo 23 y al norte del 24.

El Perú se vio arrastrado a la guerra porque había firmado, en febrero de 1873, una alianza defensiva con Bolivia. A consecuencia de dicho instrumento perdimos Tarapacá en 1883 (Tratado de Ancón) y aceptamos inexplicablemente un plebiscito sobre el destino de Tacna y Arica. ¿Qué plebiscito cabía en provincias histórica y sociológicamente peruanas? Chile sabía que iniciaría una campaña de desperuanización y de sabotaje del referéndum. Este proceso culminó con los informes que confirmaron su no viabilidad por el vandalismo chileno. Tuvimos en 1929 que renunciar a Arica.

Visionariamente el ministro Diego Portales en 1836, al dirigirse al almirante Blanco Encalada, antes de su expedición contra la Confederación Perú-Boliviana, le decía:

(...) debemos dominar para siempre en el Pacífico: esta debe ser su máxima ahora, y ojalá fuera la de Chile para siempre…

Esta primera expedición capituló en Paucarpata. Chile decidió una segunda expedición restauradora. Y zarpó una flota desde Coquimbo el 19 de julio de 1838. Fuimos derrotados en Yungay. Y una marcha de ese nombre es el himno chileno. Así que con la historia clínica de ese país no podemos confiar que posea una voluntad indoamericanista porque tiene un designio imperial y prusiano. Hoy mismo hablan del Mar Presencial de Chile (tesis del almirante Jorge Martínez Bush, ex Comandante en Jefe de la Armada chilena, consagrada en la ley 19080), en cuya virtud fabrican un Chile continental, otro antártico y otro polinésico que tiene una significación totalitaria, geopolítica, hitleriana. Dos epopeyas: la chilena de 1879 y la nazi de 1939.

Javier Valle Riestra
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EXPRESO 13 de mayo de 2007

Conquista y depredación

La miniserie mapochina nos ha mostrado lo engañados que vivimos. Chile ha sido y es un país depredador.
Hoy veremos la segunda parte de la miniserie chilena “Epopeya”, referida a la guerra del guano y del salitre que tiene, en su primera entrega, entre otras, dos lecturas sustantivas. La primera, la coherencia a toda prueba que, cuando se trata de Chile, ponen de manifiesto los chilenos –historiadores, militares y periodistas–. La otra –una buena advertencia– que justifican el ejercicio brutal de la fuerza sin pudor alguno, cuando no les asiste el derecho ni la razón.

Igualmente, la mencionada serie ha servido para mostrarnos, a los peruanos, una vez más, lo pusilánimes que somos. Lo acomodaticios, lo indiferentes, y lo poco que nos respetamos. Vergüenza ajena, las intervenciones de los comentaristas, por parte peruana. Que un ilustre sociólogo manifestara que las causas de la guerra no estaban muy claras. Y que otro historiador asegurara que la serie “era objetiva”, nos desconcierta y nos apena. Igualmente, las apreciaciones políticas nos hacen recordar a Mariano Ignacio Prado, cuando manifestaba: “el presidente de Chile, Aníbal Pinto, es mi compadre…”. Ya sabemos cómo procedió el “compadre”.

Chile depredador
También “Epopeya” nos ha mostrado lo engañados que vivimos. Chile ha sido y es un país depredador. Y en ello le va su existencia. Ayer con una guerra brutal y despiadada que destruyó sistemáticamente, con dinamita, la estructura productiva peruana. Hoy su economía nos está devorando. Y si esta fracasa, o en algún momento tiene tropiezos, las armas chilenas están “para proteger los intereses chilenos en la región”. Como bien lo advirtiera, hace algún tiempo, un destacado halcón mapochino. En el fondo la concepción geopolítica de don Diego Portales en el XIX y la de Pinochet en el XX, están presentes: la hegemonía de Chile en el Pacífico sólo será posible si el Perú desaparece del juego económico. Todo ha cambiado en el sur, para que nada cambie.

Obviamente, Chile nunca lo aceptará y menos lo mencionará. La malhadada guerra del 79 tuvo una causa muy clara –lamentable que nuestros comentaristas autóctonos no se lo recordaran al sesgado historiador chileno Sergio Villalobos–: “El territorio de Antofagasta y el territorio salitrero de Tarapacá fueron la causa real y directa de la guerra (J. M. Balmaceda, ministro de Relaciones Exteriores de Chile). La voracidad de los intereses ingleses también intervino. El pleito de los 10 centavos con Bolivia fue fútil pretexto para una guerra de depredación y conquista. Diferendo que se sigue esgrimiendo y enseñando –lo vimos y escuchamos en el primer capítulo– en escuelas y sosteniéndolo en textos de historia en el sureño país. Así, ¿qué historia común se pretende escribir?

Genocidio calificado
A todo esto, la declaración de la guerra contra el Perú por parte de Chile –5 de abril de 1879–, era algo que se veía venir, y en lo que el Perú, ingenuamente, nunca reparó. Como, en momento alguno, Bolivia “declaró la guerra a Chile presionada por el Presidente Prado”, como alegremente se asegura en la miniserie. Se olvidaron de agregar que el tratado del Perú con Bolivia no era ofensivo. Era defensivo.

Finalmente, se resalta la matanza de los sobrevivientes y el torpe encallamiento de la Independencia, como feliz maniobra –huida desesperada– de la Covadonga. Como no se menciona el bombardeo de la población civil de Iquique –hoy por hoy genocidio calificado–, por la poderosa escuadra chilena.

Para terminar, son obvios el interés y los fines a los que conlleva “Epopeya”. Lo que me hace recordar algo que siempre debemos tener presente quienes trabajamos con el pasado. Que la historia debe enseñarse con decencia y con verdad. Y, francamente, no las he encontrado en la miniserie, de buena voluntad y acercamiento que nos ofrece la TV del mapocho.
Ismael Pinto

El dato
El segundo capítulo de “Epopeya” podrá verse hoy a las 9pm a través de TV Chile (canal 47 de Cable Mágico). Las repeticiones serán mañana a las 2:15pm y el jueves 17 a las 3:30am.
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NOVIEMBRE 18, 2005

LA POLITIQUERIZACION DE LOS PROBLEMAS
Por: Eduardo Lastra D (*)

El simple sentido común y un poco de candidez nos hacen preguntar: ¿por qué no podemos solucionar realmente los diferentes problemas que deterioran nuestra calidad de vida como personas y como sociedad, si tenemos personas tan inteligentes que quieren dedicarse a la “política” y que aparecen en los momentos electorales?.

Una respuesta podría ser que confundimos Política con politiquería y que en este sentido, nuestros “políticos tradicionales” y aun los “outsider” terminan siendo simples mercantilistas del poder (con las excepciones del caso).

Por lo general no se piensa en la actividad Política como una manera de servir a la ciudadanía, sino del aprovechamiento muy particular de los privilegios del cargo público, ya sea de manera impúdica o encubriendo la inmoralidad bajo el dicho: “Hay que hacer obras para quedarnos con las sobras”.

Se considera como el mejor “político” a quien puede “marketear” sus “propuestas electorales” haciendo creer a la población que él es el único que cambiará la historia y que traerá la felicidad. Y esto lo hacen a sabiendas que de llegar al cargo que postulan les será imposible cumplir sus promesas. Y tienen una buena excusa, porque “del dicho al hecho hay mucho trecho”.

Para que los problemas locales, regionales y nacionales de nuestro país se solucionen de forma sostenida, dentro de una estrategia económica, técnica, política y ética, sería recomendable que las personas que quieren participar en Política, deben fortalecer las organizaciones partidarias. En ellas tendrían que hacer carrera, demostrando sus competencias de ejecutores y lideres, desde las bases, para ir aspirando a niveles superiores que pueden llevar hasta la presidencia de la República.

Claro que los partidos y movimientos políticos deben cumplir democráticamente sus responsabilidades de formuladores de propuestas de soluciones y la de formadores de gerentes y autoridades públicas. Lo primero, siendo un dinámico laboratorio de análisis de la realidad y de las opciones de soluciones viables. Lo segundo, entrenando previamente a sus respectivos cuadros para la gestión pública y luego avalándolos a medida que demuestren eficiencia técnica y ética en el desempeño de los cargos asignados o conseguidos por voto popular. Habría que tener mucho reparo con los “tránsfugas”.

Dudemos de los iluminados y onmipudientes personalistas que dicen tener todas las soluciones para todos los problemas, y que nuestra felicidad comienza al darle nuestro voto. Será la felicidad y gollerías para ellos naturalmente.

(*) Presidente del Instituto Latinoamericano de Desarrollo Empresarial (ILADE).

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