HISTORIA DE LA CARICATURA EN EL PERU: NI EL LIBERTADOR SAN MARTIN SE SALVO


EL COMERCIO OCTUBRE 17, 2010

Historia de la caricatura en el Perú: ni el libertador San Martín se salvó

En medio de las luchas por la independencia, surge la caricatura política en el Perú. A 1820 corresponde una de las primeras obras, un anónimo dibujo que satirizaba al libertador José de San Martín montado en un asno

Por Raúl Rivera Escobar, profesor universitario y autor de “La era silente del dibujo animado”

En los albores de nuestra república, durante las luchas intestinas de los caudillos militares, se definirían las tendencias y parámetros de la sátira peruana. Así el enfrentamiento entre Santa Cruz y los adversarios de sus proyectos federativos o la encarnizada lucha entre Castilla y Echenique, se registrarían en el trabajo de los caricaturistas. El medio idóneo para difundir el arte gráfico sería el grabado.

Como muestras, sobresalen el álbum “Adefesios” (1855), editado por el norteamericano Williez y compuesto por litografías de caricaturas políticas, o “Aletazos del Murciélago” (París, 1866), de Manuel Atanasio Fuentes que incluiría apuntes críticos hacia Castilla.

Prensa ilustrada
Con el siglo XX, y gracias al fotograbado y la tricromía, se iniciaría la auténtica prensa ilustrada. Surge entonces Julio Málaga Grenet, un dibujante arequipeño, cuyos renovadores trazos revolucionarían el arte caricaturesco peruano. Iniciado en “Actualidades”, Málaga fundó en 1905, con Leonidas Yerovi, “Monos y Monadas”, y construyó el estilo de nuestra prensa satírica. Esta publicación reclutó a grandes dibujantes, como el propio Abraham Valdelomar, quien después brillara en las letras.

La consolidación
En 1909, el cusqueño Francisco Gonzales Gamarra asume el rol protagónico en “Variedades”, y conquista con un grafismo elevado y versátil un lugar honorífico en la historia del arte gráfico peruano. El mismo año nace “Gil Blas”, de Málaga. Luego seguirán “Lléveme usted” (1911), fundada por Yerovi, y “El Mosquito”, de Florentino Alcorta, que desde 1912 resalta como temprano exponente del Leguiísmo. Para 1917, Málaga y el periodista Federico More crean “Don Lunes”, célebre semanario humorístico de oposición al segundo gobierno de Pardo. En estas publicaciones se consolidan artistas como Málaga, Pedro Challe, Rubén Polar, José Luis Caamaño, José Alcántara La Torre o, Jorge Holguín Lavalle. Y el arequipeño Jorge Vinatea Reinoso, por su parte, alcanzaría renombre en “Mundial”, que cubriría todo el oncenio de Leguía.

El cómic
Después de las primeras décadas del siglo XX se acentuará la influencia norteamericana con el cómic, apreciable ya en “La Revista Semanal” (1927), editada por More. En los años 30 y 40, esto aumenta con “El hombre de la calle” y “Buen Humor”, que exhiben el impecable trazo de Manuel Benavides Gárate y Armando Lazo.

En 1947, Carlos Roose se inspira en José Luis Bustamante y Rivero para su personaje “Pachochín”, denotando la fragilidad de los límites entre caricatura y cómic. Esto se consolida en 1958 con “Rochabús”, publicación dirigida por Guido Monteverde.

Consagrados
La renovación política peruana de los 50 desembocará en medios como “La Olla” (1966), acérrima crítica del aprismo y belaundismo, con dibujantes como Nayo, Guillermo Osorio, Hugo Fernández Vela, Cayo Pinto y Luis Baltazar. “Monos y Monadas”, resucitada por Nicolás Yerovi, nieto de Leonidas, en los 70 se convertiría en ícono del humorismo nacional durante el gobierno del general Morales Bermúdez. Allí se consagran Carlos Tovar y Juan Acevedo.

En las siguientes décadas aparecen artistas como Alfredo Marcos, Eduardo Rodríguez, Julio Polar, Javier Prado, Miguel Ángel, Alonso Núñez, Pepe San Martín, Carlos Castellanos, que aportan su ingenio y arte en diversas revistas y diarios.

En el nuevo siglo el periodismo satírico sigue vigente con revistas como “El Otorongo”, donde brillan Jesús Cossío, Luis Rossell, Álvaro Portales o el veterano Heduardo. Hacer humor sobre la exageración de la línea y la forma sigue más actual que nunca.

[* ] Profesor universitario. Autor de “La era silente del dibujo animado”.
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LA REPUBLICA OCTUBRE 17, 2010

"Un caricaturista político es un periodista de opinión"

Carlos Tovar “Carlín” reclama en nombre de sus colegas este derecho. Humorista gráfico acaba de publicar El carlín del hortelano, una antología de sus caricaturas de La República.

Pedro Escribano

Carlos Tovar “Carlín”, como siempre, es imperdonable, letal. A diario embiste contra políticos corruptos, demagogos y, claro, los fujimontesinistas. En su nuevo libro, El Carlín del hortelano (Ed. Setiembre), ha reunido una selección de sus caricaturas publicadas en La República. Un libro de colección.

–Retratas a los políticos, no como posan ante el público, sino como dice Augusto Álvarez Rodrich, tal como son.

–Eso siempre se dice, que la caricatura refleja el alma de la persona. Esa no es una situación tan voluntaria en mi caso, a veces es un resultado casi automático del oficio. Así como los políticos se esfuerzan para aparecer bien ante los fotógrafos, este logra captar un gesto y muestra la otra faceta que el político quería ocultar. Así ocurre con la caricatura.

–Como las muecas de Fujimori, por ejemplo.

–Claro. Como me baso en fotografías, también, busco imágenes que reflejen tal vez lo que yo quiero que el personaje aparezca haciendo en la caricatura. Entonces ahí se busca ciertos gestos que lo retraten. Como has dicho, por ejemplo la mueca de Fujimori, los gestos se van quedando grabados en la cara. Esa es una frase de pintor inglés, que dice que nadie es culpable de la cara con la que nace, pero después de los cuarenta años, todos somos responsables de nuestros rostros (risas).

Inventario crítico

–Tu libro, El Carlín del hortelano, es un inventario crítico sobre el gobierno aprista.

–Es una recopilación de los cuatro años del gobierno de Alan García y todo lo que ha pasado. Claro que una de las cosas que más ha destacado es la doctrina del perro del hortelano y sus consecuencias, los sucesos de Bagua. Asimismo, la extradición, juicio de Fujimori y los petroaudios.

–¿Este oficio te habrá regalado enemistades?

–Sí, aunque trato de evitar el contacto con las esferas del poder para no encontrarme con los personajes. Siempre es incómodo. Pero curioso, son más los que llaman porque les ha gustado una caricatura y piden una copia, aunque últimamente ya no me está pasando mucho eso (risas).

–¿Eres más severo...?

–Sí, más severo. Ocurre también que hay políticos que se quejan, mandan cartas al diario, hasta me han llamado por teléfono. Una vez, un personaje no muy conocido, no voy a decir su nombre, me insultó, a mi juicio sin razón por una caricatura que hice en la que él aparecía. Ayer estaba en un cóctel, lo vi y tuve que evitarlo. Es muy incómodo.

–En tus personajes, ¿algunos los sabes de memoria?

–Sí, claro. A veces para entrevistas de televisión dibujo a Alan García. Pero todos los días no dibujo de memoria. Cada vez que tengo que dibujar un personaje voy de nuevo a buscar su fotografía, la más actual. Si estoy recreando una escena, la fotografía del lugar de los hechos. Será porque quiero seguir aprendiendo, dominando el personaje.

–¿Investigarlo?

–Sí. Dibujo siempre documentándome. Me gusta situarlos en su ambiente. Si es una escena en Palacio, Salón Dorado o Despacho Presidencial, los pinto. Nunca he estado allí, pero ya los conozco (risas).

–¿Los quioscos de periódicos es una fuente de inspiración?

–No es que sea fuente de inspiración, sino yo tengo el cuidado de ir todos los días al quiosco para ver las primeras planas y saber por dónde andan las noticias. A veces puede ser una fuente de inspiración. Hace poco me encontré con tres portadas contra Susana Villarán y ella todavía no había crecido en las encuestas. Hice una caricatura con el quiosco.

–Esos ataques la ayudaron.

–Eso es lo que la caricatura pretende decir, que esos diarios, como dijo Álvarez Rodrich, el grupo Colina mediático destinado a liquidar a Susana, la ayudó a crecer.

–Dime, ¿te consideras un periodista?

–Sí, por supuesto, reclamo mi condición de periodista, no estoy colegiado porque no he estudiado la carrera. Espero que el gremio me acepte. Los caricaturistas reclamamos el estatus de ser columnistas de la prensa, la autonomía para nuestra columna porque la caricatura es una pequeña columna periodística.

–¿Una columna de opinión?

–Doy charla de caricatura y afirmo que la misma es parte del periodismo de opinión. Curiosamente, en algunas asuntos estamos relegados, cuando, por ejemplo, Apo hace una encuesta anual y formula la pregunta quiénes son los periodistas más influyente de la prensa escrita, estamos excluidos automáticamente. Nosotros no escribimos, sino dibujamos. Apoyo debe tener en cuenta que en la prensa hay periodistas de opinión y que son dibujantes.

–Siempre aparecen como ilustradores, quienes ponen la cosa amena…

–Sí, antiguamente el estatus del caricaturista estaba un poco subordinado al editorial, pero hoy en día tiene autonomía. Ya la gente entiende que el caricaturista político tiene su propia opinión.

–¿Un caricaturista como tú no debe tener amigos en el poder?

–Sí pues, cuando uno termina siendo, aunque involuntariamente amigo o conocido de una persona de las esferas del poder, uno percibe que ellos suelen decir “cómo, si yo conozco a Carlín, me hace esto”. Yo solo trato de ser profesional, no lo hago porque sea malo.

–¿Te interesan temas como el triunfo de Sofía Mulanovich?

–No me atraen en absoluto. Creo que la caricatura, sobre todo la política es una herramienta crítica, no sirve para buscar lo positivo, elogiar. Si uno halaga algo es la caricatura más aburrida.

–O sea, ¿Vargas Llosa se quedó sin caricatura?

–No haría una caricatura sobre el Nobel de Vargas Llosa para resaltar que es positivo el premio, pero sí puedo tocar ese tema y saco a colación a Alan García cuando expresó que podía impedir que salga Presidente quien él no quería (ver caricatura).

–Sin el Congreso que tenemos, ¿tu chamba sería más difícil?

–No trabajo solo. En el Congreso tengo más de cien colaboradores. La mayoría de los congresistas son mis colaboradores voluntarios, sin ellos no podría hacer mi labor. ¿Qué hago? ¡Ah!, y no olvides a los ministros.

“Me alegró el Nobel de MVLl”

–¿No tienes piedad?

–No hombre, siempre he sido despiadado. No me arrepiento, pero sí me molesta cuando algunos políticos se quejan y tengo que soportarlo. La peor reacción que puede tener un político frente a la caricatura es molestarse o tomárselo a pecho. Había un político inglés que decía, “escriban todo lo quieran de mí, pero estos dibujos no los soporto”.

–Una pregunta para molestarte. Tú, marxista confeso, ¿te alegró que Vargas Llosa gane el Nobel?

–Sí, sinceramente me alegró porque soy admirador de Vargas Llosa como novelista, soy lector de Vargas Llosa. Además hay que reconocer, al margen de que él tiene una posición liberal y yo marxista, que es un liberal consecuente, serio, y que ha defendido los derechos humanos de manera notable. Criticó a la dictadura de Fujimori y más recientemente se enfrentó al decreto 1097 de manera valiente. Una carta demoledora y además brillante. Hay que reconocer al César lo que es del César.
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LA REPUBLICA SETIEMBRE 20, 2009

El dibujante de superhéroes

En Estados Unidos Pablo Marcos es conocido como uno de los ilustradores más emblemáticos del cómic. En su trayectoria figuran trabajos con prestigiosas editoriales de historietas como Marvel y DC Comics. Marcos ha trazado las aventuras de El Hombre Araña, Hulk, Batman y Conan, entre otros personajes que marcaron a más de una generación. Aquí un vistazo a su vida y a sus personajes.

Por Rafael Robles

Ahora que no puede dibujar, Pablo Marcos siente que ha perdido sus poderes. Una mudanza (Nueva York-El Carmen, un pueblito cercano a Medellín) lo mantiene alejado de los héroes, las historias de ciencia ficción y los villanos hambrientos de poder infinito.

Ya no tiene el súper lápiz, el súper estudio ni la súper hoja en blanco esperando aquellos explosivos ataques de creatividad que lo dominan desde los 3 años, cuando arcaicos monigotes eran los protagonistas de infantiles historias de vaqueros contra indios. “Nadie en mi familia dibujaba. No teníamos mucho dinero pero mi padre siempre se las agenciaba para comprarme revistas del Pato Donald”, recuerda.

Es una apacible tardecita limeña y estamos sentados sobre una banca, en un parque del centro de Lima. Las personas pasan por nuestro lado sin reconocer al dibujante de Conan, El Hombre Araña, Hulk y Los Cuatro Fantásticos, entre otros personajes que con seguridad formaron parte de su niñez, adolescencia y, en algunos casos, madurez. Marcos pasa desapercibido entre la gente.

Nadie sospecha que detrás del hombre de setenta y dos años que les arroja maíz a las palomas se oculta uno de los artistas peruanos con mayor éxito internacional, miembro de la Edad de Plata del Cómic Norteamericano (1950-1965) y ex ilustrador de las prestigiosas editoriales Marvel y DC Comics.

Flashback

Pablo Marcos nació en Chincha, aunque su niñez y adolescencia transcurrieron en un barrio de Magdalena. A los trece años su carrera como dibujante tomó vuelo, primero como asistente de Julio Fairlie (“lo considero una buena persona, que me dio la mano y confió en mí, por eso ahora yo me acerco a los jóvenes que recién empiezan”) y luego como colaborador de las revistas políticas Dr. Rochabús y Zamba Canuta. Después vino, al galope, su paso a la prensa local, su primer matrimonio a los 17 años y las publicaciones para el diario Extra de su tira Benito Puma y las adaptaciones de las películas de James Bond: “El Dr. No” y Goldfinger.

El catapultazo llegaría luego de un breve paso por México y la editorial Novaro. En 1970 emigra a Nueva Jersey para trabajar en DC Comics, Marvel, Atlas y Warren, codeándose con los más importantes dibujantes del medio, convirtiéndose en uno de ellos, en un maestro del dibujo.

El camino de un trazo

Pero la vida de Pablo Marcos no ha sido una línea recta, sin obstáculos ni trabas que sortear. Él también ha recibido duros golpes que parecían dar por terminada la batalla. Sin duda el más terrible de ellos fue el fallecimiento de su esposa, con la que tenía cuatro hijos y un pasado de 29 años compartidos. “Yo en esa época trabajaba para Marvel y DC Comics. Mi esposa estaba en cuidados intensivos por mucho tiempo, así que una de las enfermeras me dio su cuarto para poder dibujar sin dejar a mi esposa”.

Luego de la pérdida, uno de los soportes que lo mantuvo a flote fue justamente el arte que, junto a sus hijos y algunos buenos amigos, conformaron un oportuno salvavidas. “Pensé que se me había acabado el mundo, pero luego apareció Miriam”, recuerda, mirando a su actual esposa, con quien lleva ya 21 años. “Ella es la que me apoya, la que me obliga a salir del estudio para pasear y descansar de dibujar”, confiesa.

Actualmente el proyecto que mantiene vivo el entusiasmo del artista tiene que ver con un libro de ilustraciones de las heroínas de siempre (La Mujer Maravilla, Spidergirl y otras divinidades) pero vistas desde una perspectiva más humana o, mejor aún, tan sensuales como siempre quisimos verlas. “Estas chicas en algún momento tienen que sacarse el disfraz, yo las estoy haciendo durmiendo, bañándose, de la forma como son en realidad”, asegura con la sonrisa del que puede dibujarlas como quiere, cuando quiere y mejor que muchos.

“Una vez que me instale totalmente en aquel pueblito cercano a Medellín podré dibujar de nuevo. Me siento incompleto así, me falta algo muy importante”, finaliza antes de ponerse de pie y echarse a andar entre una multitud de personas que seguirá ignorando su verdadera identidad: la de una leyenda viva del dibujo peruano.
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LA REPUBLICA SETIEMBRE 13, 2009

“No me puedo imaginar sin hacer caricaturas”

Dueño de una trayectoria de más de tres décadas, el reconocido caricaturista Alfredo Marcos exuda vigencia con la publicación de “La vaca y el perro”, libro en el que se reúnen los cuestionamientos existenciales de dos animales marcados por la presencia de una especie a la que no logran comprender: el ser humano. El también creador de “Los calatos”, “El hombre que no podía irse”, “Las viejas pitucas” y “El enano erótico” vuelve a la carga con su particular crítica social, no exenta del más fino sentido del humor y un talento innato para dar en el blanco donde más nos duele: la verdad.

Por Rafael Robles

“Él cree que la plata lo justifica todo. Total, dice, cuando no haya agua ya no estará en este mundo”, le cuenta el perro a la vaca sobre algunas confidencias de su dueño. Ella, sorprendida, pregunta: “¿No piensa en sus hijos, sus nietos?”, a lo que el perro contesta, esta vez con una sonrisa partiéndole la boca. “No, más piensa en ti. Con decirte que a ti te desea más que a su mujer”. La escena grafica de cuerpo entero (o página entera, en este caso) lo que Alfredo Marcos ha hecho desde el inicio en su celebrada trayectoria: observar y analizar a las personas desde puntos de vista que, por generar incomodidad, son dejados a un lado. En palabras del maestro: “Esta es la mirada al mundo desde la perspectiva de un perro y una vaca, mirando justamente a los seres humanos. El perro critica a la vaca y la vaca critica al perro, siempre mirando al ser humano, que es el amo de los dos”.

–¿Por qué un perro y una vaca?

–Los animales deben tener una manera de comunicarse que no entendemos. Nosotros siempre hemos dicho que somos unos animales superiores porque tenemos razonamiento, edificios, internet, pero también somos incapaces de detener la destrucción del mundo. Esa contradicción la ves en todas las acciones del ser humano, incluso en una misma persona. Todos somos relativamente buenos y relativamente perversos dependiendo de la situación y del disfraz que usamos. El mundo, que es muy agresivo, hace que a veces tengas que dejar de lado tu personalidad y asumir otra para subsistir. La vida finalmente parece un gran baile de disfraces en el que cada uno asume su papel.

–¿Usted utiliza algún disfraz cuando dibuja?

–Cuando hago mis trabajos trato de ser yo, pero no siempre lo soy. A veces mis personajes me asumen a mí, otras es mi subconsciente el que me maneja y no soy yo el que dibuja. Posiblemente en ese momento sea más libre.

–¿Qué tanto poder tiene el caricaturista político?

–De por sí el poder es un asunto relativo y los que lo tienen es solo temporalmente. El caricaturista lo que hace muchas veces es criticar o no criticar al poder. La libertad de expresión es lo que permite que nos expresemos libremente.

–En todos estos años, ¿alguna vez se ha sentido poderoso?

–Nunca he creído eso, pero sí creo que he tenido influencia en ciertos momentos, nada más. Si haces una buena caricatura ese día estarás en el recuerdo de mucha gente.

–Hay quienes aseguran que el caricaturista es un columnista de opinión más ácido y certero que el convencional.

–Lo que pasa es que el caricaturista político tiene menos espacio para expresarse pero a su vez su trabajo es de muy fácil lectura. Entonces ejercita la síntesis y su humor adquiere un efecto muy inmediato. Una buena caricatura se queda en la memoria y para ser buena debe tener estilo. Puede ser muy simple, pero la efectividad es necesaria.

–¿Es difícil mantener una postura propia cuando se trabaja para un diario?

–Yo no he respetado líneas editoriales, yo me he respetado a mí mismo. En La República nunca tuve problemas con eso, incluso cuando mi posición ha estado a contrapelo de la línea política que manejaban. Cuando hago una caricatura a favor del gobierno es porque estoy convencido de que está haciendo bien las cosas.

–Pero uno espera que el caricaturista siempre esté en contra.

–Eso pasa porque de alguna manera asume la frustración de las personas. Es como una especie de venganza hilarante contra el poder o el poderoso. Pareciera ser esa su función más importante, pero yo no creo que esa sea su única función, es solo una característica. La caricatura en el Perú da para muchas cosas más.

–Hablando del ámbito local, ¿cómo ve el nivel de caricaturistas nacionales?

–Es bastante bueno. Carlín y Heduardo, por ejemplo, son muy buenos. También Molina, Prado, Acevedo…

–¿Pero hay una renovación generacional?

–Sí, pero más que todo en la historieta. Nadie se dedica a las caricaturas de forma profesional. Para ser uno tienes que ser un observador, un periodista que vive al tanto de su país y del mundo. La historieta, en cambio, no tiene que ver necesariamente con la realidad. Uno puede ser un gran historietista pero no saber nada de lo que está pasando a su alrededor.

–¿Se imagina dejando de hacer caricaturas?

–No, no me puedo imaginar así. Supongo que lo dejaré de hacer cuando el cerebro no me lo permita, como cualquier ser humano. Antes, lo dudo. No creo en jubilaciones ni nada de eso. Esta es mi manera de expresarme.
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PERU 21 SETIEMBRE 5, 2009

“Mucha gente se ha vuelto atea gracias a mis dibujos”

Punzante, provocador y beligerante; un socialista enemigo de la Iglesia y de los militares, Eduardo del Río, 'Rius’, es uno de los mejores historietistas de América Latina. Participa en Lima en el II Salón Internacional de Humor Gráfico. Aprecie su talento en www.rius.com.mx
Autor: Gonzalo Pajares Cruzado

Mis familiares no querían que me dedicara a esta innoble profesión del periodismo. Ellos pensaban que estaba llena de borrachos y corruptos… tenían razón (ríe). Entonces, para que no se dieran cuenta, inventé lo de 'Rius’. Hasta que un día apareció en la tele el presidente de México entregando los premios de periodismo, y a mí me tocó el de caricaturas… toda mi familia se quedó sorprendida. Fue peor que si se los hubiera contado (risas)”, nos dice 'Rius’, un historietista al que hay que leer, incluso para discrepar.

Dicen que un buen periodista es aquel que hace todo lo posible por evitar los premios del poder.
Bueno, yo he recibido tres premios nacionales de periodismo, pero otorgados por los mismos periodistas. El gobierno solo puso el dinero (ríe)… y esa plata vino de los contribuyentes. En realidad, yo estaba recuperando mi dinero (risas). Además, estamos tan mal pagados que dinero así evita que caigamos en la corrupción (risas).

¿Somos peores que los políticos?
No creo. Ellos han profesionalizado la corrupción, no hay forma de competir (risas). Y si los políticos fueran buenos, pues, nosotros no tendríamos trabajo. El periodista debe denunciar lo que está mal hecho y tratar de que sus denuncias tengan resultados prácticos… lo cual nunca se logra (risas). Me pregunto, ¿somos útiles?

¿Es cierto que quiso ser sacerdote?
Yo no, mi madre (ríe). Ella me puso en un seminario cuando era muy chavito y no distinguía el bien del mal. En esa época gobernaba México Lázaro Cárdenas, el mejor presidente que hemos tenido. Él estableció la enseñanza socialista en las escuelas públicas. Mi madre, como era muy creyente, tuvo miedo y, como no tenía dinero para matricularnos en una escuela privada, optó por el seminario. Su esperanza era que alguno de sus hijos saliera obispo y, así, sacara a la familia de la pobreza (risas). Estuvimos siete años con los salesianos y todos salimos padres… pero de familia (risas).

De algo le sirvió la experiencia pues ha escrito varios libros sobre curas.
Los salesianos me enseñaron a trabajar, a ser disciplinado. Es algo que hasta ahora les agradezco.

¿Qué representa la Iglesia Católica?
Es la institución más nefasta que ha tenido la humanidad. Le debemos las peores matanzas: la de los judíos, las que hizo la Inquisición –persiguiendo a la gente que quería pensar–, la conquista de América. No hay nada que le tengamos que agradecer. Yo afirmo, siguiendo a Max Weber, que los católicos son los países más atrasados. Mientras sigamos siendo católicos, vamos a seguir siendo subdesarrollados.

¿Su oposición radical es a todas las religiones o solo al catolicismo?
Estoy en contra de todas. Son un elemento de división y de ignorancia. No les gusta que la gente piense. Imbuidas en su dogma, defienden las jerarquías. No permiten la discusión, no son democráticas. Son peores que el PRI (ríe).

¿Por qué escogió la historieta para expresarse?
Porque vi que era una manera de llegar más fácilmente a la gente. Por medio del humor se puede decir todo. Cuando la gente ve un libro lleno de monitos (caricaturas), se entusiasma. Yo entendí que podía utilizar este recurso para politizar a la gente. Por ejemplo, mucha gente se ha vuelto atea gracias a mí (risas). He logrado que las personas se beneficien.

¿Se puede seguir siendo marxista?
Sí. No se puede decir que Marx haya sido derrotado. Lo que cayó fue el socialismo que no otorgó las libertades que requiere un sistema socialista. Por eso me volví enemigo de la revolución cubana, que cayó en los mismos errores del seudosocialismo de la URSS.

¿Critica también a China?
Si, pero debo reconocer que, en su tiempo, hicieron el mejor socialismo.

¿A pesar de los millones de muertos de la Revolución Cultural?
Allí cayeron en los abusos de los totalitarismos. Tranquilamente, sus crímenes se pueden comparar con los de Hitler.

Con algunos milloncitos de muertos más, ¿no es verdad?
(Ríe). Yo estuve en el Partido Comunista y nos dábamos cuenta de esto. Pensábamos que era una campaña de Life o Selecciones. La autocrítica que hizo Gorbachov nos hizo abrir los ojos.

Un poco tarde, ¿no?, en los 80.
(Risas). Bueno, ya estábamos enterados de los crímenes de Stalin, pero nos negábamos a aceptarlos.

¿Todavía cree en la dictadura del proletariado?
Cuando se lleve a cabo correctamente, puede ser una cosa buena.

¿Puede ser buena una dictadura sin importar de quién?
Siento que la gente pobre del mundo no ha tenido la oportunidad de progresar porque los ricos no la dejan. Una dictadura del proletariado pondría encima a la gente que está jodida, a la que está necesitada. Y se tienen que someter a esa dictadura las personas que han ejercido el poder durante estos siglos. No podemos decir que las democracias, al menos como las tenemos en América Latina, estén destinadas a favorecer a los pobres. Es puro cuento. Para que un pobre de nuestros países sea millonario tiene que robar, asesinar… o ganarse la lotería (ríe).

Para ello no hay que 'vengarse’ invirtiendo las jerarquías, ¿no cree?
Nosotros no tratamos de que haya menos ricos, sino de que haya menos pobres.

¿Hay en el mundo algún Estado que haga lo que usted predica?
Sí, los países escandinavos, que han logrado un socialismo con libertad.

Pero ellos no se llaman socialistas...
No, pero han descubierto un sistema intermedio entre capitalismo y socialismo que, aunque no sé cómo se llame, ha logrado acabar con la pobreza sin acabar con la libertad… ni con los ricos.
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LA PRIMERA 04 09 09

Rius, de historia y de vida

El gran artista mexicano Eduardo del Río García (Rius) cuenta qué tan peligroso y satisfactorio puede ser promover la verdad a través de la historieta, la caricatura, el dibujo.

De niño, lo suyo eran los dibujos y los sueños. Ahora, la cosa no ha cambiado mucho y lo suyo siguen siendo los dibujos y los sueños, es decir, la ilusión inquebrantable de creer que su trabajo (ciento once libros, sin contar con las recopilaciones) puede mejorar la vida de sus lectores. “Yo no he perdido esa ilusión y ese compromiso. La pretensión mía no es sólo hacer reír sino que mi obra sirva de alguna manera para mejorar la situación en que vive la gente nuestra”, dice Rius, pausadamente mientras acomoda su chaqueta militar, color verde olivo.

—No mire tanto mi chaqueta que es del ejército alemán.

—¿Alemán?

—Sí, pero le quité la banderita del hombro porque en un avión unos judíos me estaban mirando mal —dice y ríe.

Casi muero
Hay una constante. No existe humorista bueno que no esté contra el poder. El humor no acepta sobones y esto es un peligro para este tipo de artistas porque cada vez que publican una caricatura política generalmente saben que se están jugando la integridad. En tiempos de la dictadura de Porfirio Díaz, en México, a inicios del siglo pasado, por ejemplo, los militares mataban a los caricaturistas a patadas en las cárceles. “El peligro es pan de cada día para el caricaturista, porque tu trabajo le gusta a la gente, pero no al caricaturizado y menos si éste es un político poderoso”, dice.

Ruis cuenta que en 1968, a los treinta cuatro años de edad, fundó, con un grupo de amigos la revista de humor gráfico La Garrapata (el azote de los bueyes) para oponerse a la nefasta dictadura de Gustavo Díaz Ordaz, el de las matanzas. “Ordaz, quien era mi punto, había ordenado una represión selectiva contra todos sus opositores. Yo estaba en la mira y me salvé varias veces; pero cierta vez me secuestraron 14 policías y me entregaron al Ejército. Me llevaron a un campo militar en la ciudad de Toluca, cerca del distrito Federal, al pie de un nevado me enseñaron unos huecos. Yo estaba resignado a mi muerte; pero el editor de Garrapata y mis hermanos habían hablado con el ex presidente de izquierda general Lázaro Cárdenas, para que este, a su vez, intercediera por mí con el dictador y el dictador dispuso que me suelten. Me salvé por un pelo”, dice.

Casi ateo
Si embargo, Rius siguió en la oposición sin descanso. Nunca dio un paso atrás ante ningún tipo de poder, ni si siquiera eclesiástico. Es antirreligioso militante, casi ateo, quizá porque lo obligaron a estudiar en un semanario. Dejemos que nos cuente él: “Mi madre nos metió a mis dos hermanos y mí en un seminario porque, en aquel tiempo gobernaba el general Lázaro Cárdenas, el único presidente decente que ha tenido México, y como la educación era de corte socialista, mi mamá, como buena católica, se escandalizó hasta la histeria; y como éramos muy pobres y no alcanzaba el dinero para una escuela particular, lo más barato era mandarnos al seminario y ahí fuimos a dar los tres hermanos. Quizá la esperanza de mamá era que uno de sus hijos se convirtiera en obispo y la sacara de la pobreza. No fue así. Escapé de ese lugar después de cinco largos años y me convertí en casi ateo”

—Y si le preguntaran: ¿Puede usted demostrar la no existencia de Dios?

—Los ateos no tenemos la necesidad de demostrar la no existencia de Dios; los que creen en él está obligados a demostrar su existencia. Quizá a mí Dios me dio el encargo de volver atea a la mayoría de la gente que pueda (Sonríe). Aunque creo que yo me volví ateo por culpa de la iglesia.

Busco el cambio
Los hombres de izquierda no necesitan militar en un partido para seguir con el sueño de que las cosas pueden mejorar, que es posible reducir, por ejemplo, la mortalidad infantil y acabar con la explotación. Así piensa este mexicano que sabe que la verdad es un arma poderosa para mejorar las cosas y no se avergüenza de decir que es un hombre de izquierda. Está claro ya que si alguien dice que no existen derecha ni izquierda es porque es derechista.

—Cuando se cayó el Muro de Berlín, se la cayó el mundo a usted.

—No, yo estaba ya prevenido. Yo entendía que lo que estaba pasando en la Unión Soviética no era socialismo, porque se cometían atrocidades inenarrables. La caída del Muro de Berlín no significó la caída del socialismo, para nada. El socialismo es aún ilusión que no la hemos gozado.

—¿Usted se considera hombre de izquierda?

—Soy hombre de izquierda en el sentido de que sigo creyendo que las cosas pueden cambiar. Los derechistas son aquellos que no quieren cambiar nada, que viven felices en burbujas y se hacen los desentendidos ante la miseria, ante la crueldad. Además los problemas por los que la izquierda ha luchando están todavía ahí. Los grandes problemas, la salud, la educación, la eliminación de la pobreza, la explotación no han sido resueltos por el capitalismo, que nos los resolverá jamás. Soy todavía iluso de un mundo mejor.

Elegí que me pegaran
Le gusta el Perú, mas éste es su primer retorno. “Espero conocer lo mejor del Perú, porque me quedo hasta el domingo (si no me echan antes). Sé de su cultura, de esos hombres que han luchado por la libertad y la vida, y aquellos que, como yo, arriesgaron y arriesgan para hacer periodismo y decir algunas verdades que tanto disgusta a los poderosos”, dice y sonríe. “En esta profesión (el periodismo), como decía un viejo amigo, o te pagan o te pegan. Yo escogí que me pegaran”.

—Es usted resistente.

—Digamos que cuando uno hace periodismo y no hay presiones del poder, no hay amenazas, no hay persecución, ni boicot de la imprenta o del papel, entonces algo malo está pasando.

—¿Y cómo ven en México al presidente Alan García?

—(Calla. Reflexiona). Allá no saben casi nada del Perú y casi nada del presidente García.

—Pero usted sí sabe.

—Yo sí sé pero no me atrevo a decir lo que pienso de él (Ríe). Dejémoslo ahí, creo es cuestión de ustedes, los peruanos. Cuando nos enteramos de la muerte de nativos y los policías, hubo mucho escándalo en México. Como mataron a los nativos, yo ya no quería venir al Perú (Ríe).

-¿Y Obama?

-Sigue siendo el jefe del imperio y como militante del Partido Demócrata tiene un estilo distinto de gobernar. Recuerda que sobre el golpe en Honduras no ha decidido nada aún y esto se debe a las presiones. Creo que hay mucha expectativa sobre Obama, estoy seguro que no hará mucho. En Estados Unidos el que manda es el dinero, los grandes empresarios, no es el presidente. Sin embargo, Obama no es Bush y eso es ya muy bueno, y qué bueno que haya un presidente negro.

Hasta sus detractores, los más serios, claro, han reconocido que en la vasta obra de Rius no hay amargura, ni envidia, ni revancha. “No habla por la herida porque ha sabido superar avatares y desastres personales y públicos”, dicen. Hay en su obra un profundo amor por la vida, por México, por América Latina.

Hoy con los bravos locales
El mexicano Eduardo del Río (Rius) y el argentino Juan Matías Loiseau (Tute), junto a nuestros bravos artistas Carlos Tovar ‘Carlín’ y Juan Acevedo, participarán hoy, a partir de las 7 de la noche, en la mesa redonda ‘El Humor Gráfico en el Mundo’. La cita imperdible es en la Biblioteca del Parque de la Amistad de Surco. Ayer, Rius y Tute inauguraron, en el parque Municipal de Barranco, el II Salón Internacional de Humor Gráfico, muestra itinerante de 120 dibujos de grandes figuras mundiales que llaman la atención sobre la depredación de los bosques. Rius y Tute también participaron ayer en la entrega del premio “Huamán Poma” al talentoso escultor arequipeño Germán Rondón Valdivia. El premio fue el consenso de un prestigioso comité consultivo integrado por Carlos Tovar (Carlín), Javier Prado, Juan Acevedo, Pepe Sanmartín, Julio Carrión y Omar Zevallos.

Cantinflas, Disney, Los Simpsons
“Yo era muy admirador de Cantinflas en sus primeras películas, entre ellas esa maravilla que es ‘Ahí está el detalle’. Después Cantinflas tuvo el tino o la mala suerte de trabajar con una distribuidora gringa que le puso como condición que dejara de aparecer con el personaje con el que nació: el peladito mexicano, y dejó de gustarme porque sentí que se había aburguesado; pero no le quita de ninguna manera lo genial que fue. Con Walt Disney me pasó algo similar que con Cantinflas.

Me gusta al inicio y luego no tanto. Después descubrieron que el inicio de Walt Disney era obra de un dibujante progresista. Disney se dedicó a acumular dinero y elogiar al imperio. No le quiero quitar el mérito de haber sido casi, casi el precursor de los dibujos animados, pero tenemos la obra de Armand Mattelart para saber más de él. En cuanto a Los Simpsons, sí me rindo. Es una maravilla. Es una obra maestra de humorismo que refleja la vida norteamericana de una manera realmente genial. A mí me encanta y se la recomiendo a todo el mundo. Es una crítica al sistema norteamericano. Nos divierte y nos ayuda a pensar”.

Aquí sus libros

l 1966: Cuba para principiantes

l 1968: La joven Alemania /Caricaturas rechazadas

l 1971: Pequeño Rius ilustrado

l 1972: Marx para principiantes /Cómo suicidarse sin maestro /Cristo de carne y hueso

l 1973: Rius en política /La Panza es Primero /Primeras porquerías /El segundo aire

l 1974: ¿Qué tal la URSS? /Ya te vimos Pinochet /Obras completas tomo 3

l 1975: Lenin para principiantes /No consulte a su médico /El yerberito ilustrado /Manifiesto comunista ilustrado

l 1976: Cuba libre /La trukulenta historia del kapitalismo

l 1977: El museo de Rius /Huele a gas (con Heberto Castillo) /Los Dictaduros

l 1978 ABChe /La revolución femenina... /Santoral de la caricatura

l 1979: Mao en su tinta /Con perdon de Doré… y de la Biblia

l 1980 Almanaco /Historia rapidísima de España /Rius en proceso

l 1981: Manual del perfecto ateo /El diablo se llama Trotsky /El mito Guadalupano

l 1982: Su Majestad el PRI /Dominó para principiantes /Diabluras /Compa Nicaragua /Palestina, del judío errante al judío errado /Rius a la China

l 1983: Hitler para masoquistas /La vida de cuadritos /Economía para ignorantes (en economía) /Lexikon Ekonomikon

l 1984: La interminable conquista de México /Guía incompleta del Jazz /La iglesia y otros cuentos /100 plantas que se comen

l 1985: Un siglo de caricatura en México /El otro Rius /Jesús alias el Cristo /La deuda y cómo no pagarla /Filosofía para principiantes, Tomo I

l 1986: El mundo del fin del mundo /Los cómics naturistas /De músico, poeta y loco /La cultura no muerde /¿De dónde vienen los niños?

l 1987: Quetzalcóatl no era del PRI /Kama Nostra /Carlos de Nicaragua /El hermano Sandino /El fracaso de la educación en México /El pan y otros males

l 1988: El amor en los tiempos del SIDA /El arte irrespetuoso /Vera historia del Tío Sam /Cada quien su dios /¿Quién ganó la revolución mexicana?

l 1989: Cómo dejar de comer (mal) /El Cocinero Vegetariano /La droga que refresca /¿Hay libertad de prensa en México? /Publicidad, televisión y otras porquerías

l 1990: La Perestroika según Rius /Toros sí, toreros no /Tropicaleces, barroquerías y más turbaciones /Mis supermachos

l 1991: Proyecto Japón /Marihuana y otras debilidades /Juicio a Walt Disney /Del detritus federal a laguna verde

l 1992: Descubriendo a Colón /500 Años Fregados Pero Cristianos

l 1993: Puré de Papas /De aborto, sexo y otros pecados

l 1994: Lástima de Cuba /Mexican democracia

l 1995: Rius para principiantes

l 1996: La Biblia, esa linda tontería

l 1997: Los Panuchos /Filosofía para principiantes, Tomo II

l 1998: Filatelia para cuerdos /Los judíos /La comida verde /La medicina verde /52 sonrisas

l 1999: El Supermercado de las Sectas /Libre pensamientos a fines de siglo /52 maneras de reír

l 2006: La poca lipsis que nos viene.

“Los derechistas son aquellos que no quieren cambiar nada, que viven felices en burbujas y se hacen los desentendidos ante la miseria, ante la crueldad”.

DETALLE

“Lo lindo de la vida es vivir con ilusiones. Sin ilusiones, la vida es gris sin sonrisa. Es una buena forma de vivir con la ilusión de creer que las cosas pueden cambiar para bien, para ayudar a la gente que no puede, enseñar al que no sabe”, dice este hombre brillante que nació Zamora, Michoacán, (México) el 20 de junio de 1934. Paco Moreno, Redacción
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La República 24 de abril de 2009

Murió caricaturista Mario Moreno

Era considerado el más rápido del mundo. Reconocido artista falleció víctima de un paro cardiaco.

El humor gráfico en el Perú está de duelo. Ayer falleció el gran humorista Mario Moreno víctima de un infarto cardiaco en el Hospital Rebagliati de Lima, Su arte, que lo paseó y le dio celebridad en medios de prensa, entre ellos el diario Expreso y la revista Gente, ha sido reconocido más allá de nuestras fronteras, como cuando laboró en Televisa, en México, en 1969.

Mario Moreno nació en la ciudad del Cusco, en mayo de 1944. Sus padres fueron dos artistas que trabajaron en teatro y bajo las carpas de un circo.

En Lima, estudió en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe en donde demostró, desde esa temprana edad, la agudeza y frescura de su tinta y trazo. Por su rapidez y la certeza de su mensaje, fue considerado como”El caricaturista más rápido del mundo”. Dejó discípulos a través de sus talleres de dibujo y humor. Sus restos son velados en la Alianza Cristiana, Av. Arequipa 2353, Lince.
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EL COMERCIO 28 10 08

PROPÓSITO DEL DÍA MUNDIAL DE LA ANIMACIÓN
Ideas animadas
Por Alberto Pacheco

Un tufo moralista de los últimos años pareciera querer culpar a la televisión y a los medios por las cosas que pasan en el mundo. Pero habría que pensar dos veces el tema. No existen contenidos sin públicos. Lo que se ve, más que ser la causa de las crisis de valores, es más bien consecuencia de las demandas de los públicos.

De arranque, pareciera que este asunto no tuviera relación con el Día Mundial de la Animación, que se celebra hoy. Pero lo cierto es que cuando Émile Reynaud proyectó sus "Pantomimas luminosas" un 28 de octubre de 1892 en París (hecho que lo llevó a hacerse un lugar en la historia como el padre de los dibujos animados), probablemente no tenía ni la más remota idea de lo importante que sería su creación más de 100 años después, al punto que The International Animated Film Society (Asifa, por sus siglas en español), haya declarado esta fecha para celebrarla.

Así, numerosas voces o instituciones pegan más de una vez el grito al cielo cuando dibujos como "Padre de familia" (creación de Seth MacFarlane), "Los Simpsons" o "South Park" (estos dos últimos, valga decirlo, han tomado al Perú como excusa en sus capítulos recientes) tratan temas otrora polémicos o simplemente tabú para un dibujo animado. Pues bien, sería absurdo pretender culpar a sus ingeniosos creativos, guionistas o dibujantes de alguna crisis moral. Nuestra generación ha demandado estos temas y se ha criado viendo estos contenidos.

Una mirada detenida de estas series animadas nos daría pistas de lo mismo. Basta recordar el modo en que temas como la homosexualidad o la política han ido aumentando con los años en las ocurrencias diarias de la familia amarilla de Springfield (que en mayo del 2007 llegó a su episodio N° 400) o cómo "South Park" se ha encargado de ridiculizar a la sociedad norteamericana desde hace más de 10 años; labor que "Padre de familia" llevó aun más allá.

Sucede que el contenido social y político cada vez más presente en estas producciones entra por el lado de la ironía, de la sátira y del chiste, sin intención de aleccionar a nadie o tomarse el tema muy en serio. Ya lo dijo Trey Parker --uno de los creadores de South Park, en una entrevista de la revista "Rolling Stone" en abril del 2007--: "La verdad que dedico poco tiempo a las cosas de verdadera importancia. En lo que a mí concierne, tengo una computadora, Internet, consolas Xbox y Play Station 3 Y el resto, al carajo".

Resulta que la línea que trazó "Los Simpson" desde su emisión parece haber revolucionado no solo la noción de los dibujos animados, al llevarlos más allá de la fábula y de los temas infantiles, para contagiar el formato con problemáticas cotidianas e importantes.

En relación con "Padre de familia" y "South Park", el creador de "Los Simpson", Matt Groening, declaró a la revista "Playboy" en mayo del 2007 que "después de nosotros aparecieron los imitadores, cada uno con su propio estilo. 'South Park' en su mejor momento fue una de las mejores realizaciones televisivas más increíbles que se han hecho".

Con polémicas frecuentes por su tratamiento de la política, la religión y la sociedad, los dibujos de nuestros días (tres de los más representativos han servido de ejemplo para esta nota) configuran una mirada despreocupada de un mundo que preocupa.

Mientras hay quienes los culpan de ser la raíz de los problemas, lo más probable es que se trate de un retrato divertido de un problema que ya existe. De cualquier forma, la mejor manera de acercarse a ellos es frente a una pantalla y no frente a esta hoja de papel. Por eso, sería buena idea coger el control y disfrutar (como Homero, con una cerveza Duff en la mano) de este día de la animación viendo en el cable algún episodio divertido.
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EL COMERCIO 30 de Junio de 2008

Un filósofo busca graffitis

LECTURAS. El catedrático italiano Roberto Pujia investiga desde hace años la semántica del graffiti. Tiempo atrás, la ciudad de Roma lo convocó para analizar las repercusiones de esta expresión callejera. Durante su visita a Lima, no eludió un recorrido para leer nuestras calles
Por David Hidalgo Vega

Vestido así, de impecable traje azul y anteojos de estudioso frugal, el profesor Roberto Pujia contrasta con la pared como una pieza de ajedrez sobre un rompecabezas. Su tranquila silueta de filósofo se recorta sobre una palabra escrita en letras grandes y gruesas, de trazo tridimensional, rodeada de figuras que asemejan olas marinas y chispazos de colores lisérgicos. "Tiene una tendencia iconográfica. Hay una transición de la firma simple a la figura. El graffiti comienza siempre en un nombre", dice el estudioso. El muro que la soporta está en una esquina cercana al límite de La Victoria y San Isidro, un distrito populoso frente a otro exclusivo, dos mundos que se miran y no se tocan. De algún modo es una marca territorial. Pujia, un académico italiano abocado a la interpretación de pintas callejeras, lo ha comprobado ya en Roma: una ciudad también se define por las firmas de sus paredes.

Esta mañana, el profesor visitante, que viene de leer muros en zonas agitadas de su país, participa de un breve recorrido por sectores pintarrajeados de Lima. El muro a sus espaldas, una primera parada, le indica más. "Hay una competencia de grafiteros. Se ve en el uso del color, por ejemplo", dice. Trazos opacos han cedido a la estridencia de figuras recientes. Para el profesor queda clara una pugna por demostrar que alguien es más bravo que otro. "Todo grafitero quiere ocupar el área antes que los demás. Es para decir: yo vine primero, este es mi reino", comenta. El poder de los mensajes tácitos es un atributo de estas caligrafías urbanas.

ROMA PINTADA
Pujia lee los muros de acuerdo con lo que denomina una "semántica del graffiti". "Esto va más allá del significado de las palabras. Se trata de usar categorías del análisis del lenguaje que están conectadas con el pensamiento práctico. Es decir, establecer una relación entre lo que se dice o lo que se escribe con el efecto producido por eso que se dice o se escribe", refiere. Una firma en la pared puede hacer que un transeúnte cambie de vereda o que evite entrar a un barrio ajeno. "El graffiti busca tener un efecto y en ese sentido puede ser considerado un acto lingüístico. Más que una palabra, supone acción".

Las calles de su ciudad han sido su block de notas para llegar a estas conclusiones. En el 2004 Pujia fue convocado por las autoridades romanas junto a otros académicos para que hicieran un estudio de lo que ya era un problema social: los grafiteros no se limitaban a intervenir paredes ajenas, sino que habían atacado monumentos de hasta dos mil años de antigüedad. "La idea era tener un mejor conocimiento del fenómeno para poder manejarlo", comenta. En el grupo de investigadores había antropólogos, historiadores del arte, psicólogos y filósofos del lenguaje. El análisis de los trazos se completó con una serie de entrevistas a exponentes del graffiti que accedieron a conversar bajo reserva. "Parecíamos agentes secretos", bromea Pujia.

El resultado fue concluyente: no existe solución al problema, más allá de posibles experiencias concertadas. Las autoridades romanas, por ejemplo, han destinado paredes específicas al albedrío de estos calígrafos del spray. Otra alternativa ha sido dar cabida al llamado graffiti electrónico, una modalidad que emplea proyectores y una especie de rayo láser para pintar los muros sin afectarlos. En ambos casos, sin embargo, no se ha doblegado la esencia rebelde de esta práctica.

En la página web del Graffiti Research Lab, puede verse una exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en la que los grafiteros se burlan de los asistentes. Y los miembros de este culto tienen como ídolo al misterioso Bansky, un tipo que trabaja en secreto y ha llegado a pintar paisajes en el polémico muro colocado por Israel en Cisjordania. Hace tiempo que esto dejó de verse como el pasatiempo de muchachos desadaptados. "La gente piensa que los grafiteros son pobres, pero durante la investigación conocí a un cirujano francés que viaja por todo el mundo y después de sus reuniones se va a pintar graffitis", comenta Pujia.

Una segunda parada lo pone en las primeras cuadras del jirón Cotabambas, en el Centro de Lima, donde coexisten las firmas más simples, conocidas como 'tags' (etiquetas, en inglés), con retratos de asombrosa belleza. "Esto ya es pintura mural", dice Pujia al ver un rostro de mujer con ojos proféticos. "Es un paso natural, aunque algunos grafiteros no son conscientes de eso", explica. El catedrático piensa que por eso su condición de arte no está definida. "Es un tema que debe ser establecido por los historiadores. Uno puede tener motivación, pero la motivación por sí sola no produce arte".

Él prefiere asumirlo como un lenguaje. La expresión más efectiva de la calle. Una tercera parada lo pone en la avenida Arenales, donde dos largas fachadas han sido cubiertas de muñecos y otros juguetes. "La primera necesidad del autor es ser reconocido", dice Pujia. La segunda tal vez sea sobrecoger. Las imágenes despiertan una sensación de serenidad. Algunos espontáneos incluso han colado mensajes amorosos. Es un espacio ganado al gris. Un territorio liberado en la ciudad.

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