"VIVO EN UNA AUTODESTRUCCION CONSTANTE"

PERU 21 JULIO 2, 2012

"Vivo en una autodestrucción constante"

Lunes 02 de julio del 2012 | 12:34
 
“Me da miedo la palabra ‘famoso’. Sí, soy conocido, pero eso es inevitable por mi trabajo”, nos dice Carlos Galdós, quien el 12 de julio presenta nuevo show.
Foto: César Fajardo.
Foto: César Fajardo.
Carlos Galdós,Comediante
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Carlos Galdós nunca se fue, siempre estuvo allí: en la radio y en sus unipersonales. Ahora hasta columna propia tiene (léalo los sábados, en la revista Somos, de El Comercio) y, como hoy se siente bien, quiere celebrarse. El 12, 13 y 14 de julio, en el María Angola, presenta Galdós, 10 años, una especie de ‘grandes éxitos’ de sus unipersonales. Entradas: Teleticket.
Por tu columna en Somos eres un ‘opinante’…
Siempre escribía cosas, pero para mi hija, entonces, el impacto de la columna me ha sorprendido. Sin embargo, no creo ser un opinante, porque tomarse la licencia de opinar de todo es bien delicado, pero sí ejerzo mi libre derecho a decir lo que siento y lo que pienso.
¿Sientes que eres la voz de alguien?
No represento a nadie, sin embargo, tengo las mismas emociones que muchas personas pues nos ocurren las mismas cosas, en el mismo país. Como el comunicador que soy, escribo de manera irresponsable, por eso me he peleado con medio mundo, y he seguido siendo el mismo, porque me parece valioso que un tipo de a pie pueda publicar lo que siente y piensa, con humor y con sarcasmo. Cuando la gente se pone muy ‘responsable’ pierde su esencia.
Te llamas comunicador…
En esencia, lo soy. El comediante, el conductor de radio, el columnista, todos mis ‘yo’, son comunicadores. Y lo mío tiene que ver con temas sociales, de coyuntura. Para la gente es muy importante encontrarse un rótulo; para mí, no. Y si me llamo comunicador es porque su registro es más amplio que el de comediante, aunque te confieso que ya asumí el hecho de ser un comediante.
¿No te sientes un payaso?
No, porque no hay que desprestigiar a los payasos, para eso se estudia mucho (risas). Quise ser payaso, y te lo digo en serio.
Somos demasiado ceremoniosos…
Por eso sufro mucho en las entrevistas en televisión (risas). Sus programas son muy rimbombantes, y yo me siento pésimo en estas circunstancias. Acabo de estar en uno donde dijeron que mi vida había sido un éxito. “Ese no soy yo”, les dije, pues en la tele, excepto en Polizontes, no tuve éxito. Nadie se saca 20 en todo… ni yo (risas).
¿Quieres que tu público te respete?
¿Qué es el respeto: que digan qué inteligente es, qué cosas importantes dice? Yo busco establecer un vínculo emocional, que nos conectemos desde la sinceridad de nuestros sentimientos e ideas, nada más. Sé que tengo detractores, y eso está bien, pero, también me halaga que haya gente que se tome la molestia de oírme en la radio, de leerme, de ir a mis shows. Modestia aparte, siempre me ha ido bien en mis unipersonales, y eso sin preocuparme en agradar. Allí yo digo: “Este soy yo, esto sé hacer y esta es mi historia”.
Juegas mucho con los estereotipos…
Con los de la gente y con los míos. Más allá de haberlos creado, todos mis personajes soy yo. ‘Tito’ es mi alter ego. ‘La menopáusica’ es mi madre, aunque ella, cuando va a verme, me dice: “¿De dónde has sacado ese personaje? (risas)”. “Mamá eres tú. Así eres. Mira el daño que me has hecho”, le respondo. ‘El Charly’ soy yo en mi barrio y en la época de mi colegio.
¿No te exhibes demasiado?
Todos tenemos una cuota de pudor. Yo parezco un exhibicionista porque cuento cosas que otros no se atreven, pero nadie sabe qué tanto estoy exhibiéndome y cuánto más tendría por mostrar. Créeme, tengo filtros y sé hasta dónde ir. En el caso de mi familia, voy hasta donde sé que no la dañaré.
¿Amas a tu prójimo?
Tanto como a mí mismo, o sea, nada (risas). El humor me sirve para establecer una distancia con la gente. Yo peco por exceso de sinceridad, no soy un cara rota.
¿Sientes que tus unipersonales son un pasar un espejo frente a la gente y que ella se ría de sus miserias sin darse cuenta que lo hacen?
Absolutamente. Recuerdo que haciendo de ‘El Charly’ le pregunté al público si iba a Asia. Muchos levantaron la mano, y les dije: “¿Y por qué quieren irse cada vez más lejos? Por Asia las playas son feas, el mar es más bravo. Mejor váyanse a Arequipa (ríe)”. Sí, pues, le digo al público “esto eres”.
¿Ya pasó tu etapa autodestructiva?
No. Vivo en autodestrucción constante, eso nunca va a morir, habita en mí, y no necesito ir a Lince para recordarlo, para saber quién soy. Pero, eso sí, nadie tiene el derecho de mostrarle su peor lado a la gente.
¿Alguna vez te creíste famoso?
En algún momento me la recontra ‘hipercreí’ y, como corresponde, me caí de poto (risas). Y, para ser consecuente con lo que soy, me escaneé, e hice un show que se llamó Yo también odio a Carlos Galdós (risas). Y, la verdad, a veces me sigo cayendo mal (risas).
AUTOFICHA
- Lima me gusta como tal, con su paisaje humano, geográfico y arquitectónico. Me gusta mirar a la gente e interactuar con ella. Recuerda, mi trabajo se basa en la observación.
- Tengo 37 años. Llevo 16 en la radio; diez haciendo unipersonales. Estuve casado. Valentina, mi hija, tiene cinco años. Soy autodestructivo.
- Nunca he dejado de ser de Lince. No necesito volver allí para saber quién soy. Tengo claro quién soy: Carlos Galdós, un tipo que ha hecho de la perseverancia su oficio.
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PERU 21 JUNIO 5, 2011

"¡Yo quiero Pensión 35, con Pensión 65 estoy muy lejos!"

Carlos Galdós dice en su cuenta de Facebook que “no es cómico ni comediante, solo dice las cosas que siente y que ve”, y así realmente es.


Por Patricia Kadena

Carlos Galdós es realmente hiperactivo. Nos recibió en la cabina de radio cuando estaba en su programa Caídos del Catre. Así, mientras hacía sus comentarios, respondía preguntas del público y revisaba su Facebook, nos daba esta entrevista sobre la coyuntura política. Todo al mismo tiempo.

¿Esta elección es una tragicomedia o una completa tragedia?
Nooo, no. Lo que no nos hemos dado cuenta los peruanos, creo, es que hace tiempo ya nos venimos preparando para esto.

¿Para la tragedia?
Mmm, digamos. No es la primera vez que ocurre. Yo recuerdo haber dicho por Alan García no voto ni muerto. Y, de pronto, la coyuntura hace que ya no podamos escapar a la realidad. Siempre hemos pensado que Lima es el Perú, que Lima es una burbuja. Cada vez que se abre un Starbucks o más centros comerciales no significa que el Perú está avanzando, no significa que las cosas se estén haciendo bien, y eso ya nos reventó en la cara hace rato. Y no es casualidad, vamos teniendo una tira de presidentes impresentables, con entornos impresentables, con escándalos impresentables, con esposas impresentables.

Hace un tiempo dijo que por Keiko Fujimori no votaría jamás.
Lo dije, claro, pero ¡ahora la veo la mujer más linda del Perú! ¡Ahora la veo, casi, como la beatita de Humay! Mira los niveles de desesperación a los que he podido llegar.

Entonces, votará por Keiko Fujimori.
No, mi voto no es por Keiko. Creo que en esta oportunidad los peruanos no estamos eligiendo a un salvador, a un súper héroe. Estamos pensando en el contenido, en el programa. Yo no voto por Keiko, voto por la propuesta. Como verás, no soy fan de Rafael Rey, ni de Martha Chávez, ni de Trelles. Y si tú preguntas ¿quiénes son los peores enemigos de Keiko? Su entorno.

Sus voceros.
En realidad son voceros de Humala; yo creo que están pagados por Humala para reventarle la campaña a Keiko, está clarísimo.

¿Qué piensa de la posición de Mario Vargas Llosa y otros, que dicen que lo que está en juego son los valores de la democracia?
¿Pero no te acuerdas que Mario Vargas Llosa dijo que no apoyen al Perú? Ese señor, a quien yo admiro mucho y creo que todos los peruanos admiramos, respetamos, bueno pues, creo que sus comentarios políticos son del hígado. A mí me sabe a chicharrón el historial de opiniones políticas de Vargas Llosa. Es rarísimo todo lo que ocurre. Lo de Toledo. Él fue quien más se encargó en meter pánico en la primera vuelta. Ahora su opción es el pánico, entonces, ¡flaco ponte de acuerdo ¿no?!

¿Qué es lo peor que puede ocurrir si gana Ollanta Humala?
Mira, yo no tengo nada contra Humala, creo que es una persona que, al igual que cualquiera que quiere ser presidente, le da ganas de hacer algo bueno, pero a mí me parece que le falta todavía. Tú dirás: A Keiko también, indudablemente. Creo que todavía no hemos tenido presidentes que den la talla (...) Hasta ahora no conozco lo que ha sido un gobierno guau, pero sí sé qué no debe ocurrir. Es decir, ¿por qué me voy a ir por un modelo en el cual no creo y que está –con ISO9001 de comprobación– que no camina?

¿Cómo es que terminamos con los dos candidatos que tenemos?
La indiferencia. ¿Tú te diste cuenta que después de los resultados de la primera vuelta todos los periodistas, los conductores de noticieros decían: “Bueno, sí, hay un sector del país a donde indudablemente no ha llegado el progreso?” ¿Qué, recién te diste cuenta? ¿Me estás jodiendo o qué? Entonces, ¿qué es esto? ¿Disneylandia, el Play Land Park?

Entonces, ¿el presidente García ha estado viviendo en Disneylandia?
Todos hemos vivido en Disneylandia y después nos hemos dado cuenta de que no, que vivimos en la casa del terror. A ver pues, cómo hacemos en Huancavelica. El Perú no es ese mundo gourmet que creemos, no. No funciona así. Primero pensemos en nuestro Perú, que está bien jodido, luego pensemos en el de Nebraska.

¿Si Toledo, Kuczynski y Castañeda se hubieran unido, habría sido otra la situación?
Si se hubieran unido, habrían sido algo así como ‘Los amos del calabozo’, ‘Los cuatro fantásticos’, cada cual más feo que el otro –uno que parece un muñeco de cera, el otro que parece un muñeco de barro, y ¡por Dios!– Yo no te podría dar una respuesta en cuanto a si se hubieran juntado, porque ¿qué sería? Tu hamburguesa de alpaca –que sería Toledo– con tu Coca Cola –Kuczynski– más tu budín desabrido –Castañeda– te lo canjeamos por tu hamburguesa Locumba. ¡No pues! No soy chifero, esos cálculos no funcionan. Pero la gente hacía sus combos, y hasta hoy Castañeda piensa que va a ganar la segunda vuelta! ¡Avísenle al flaco que ya pasó ¿eh?! ¡Cara de yeso, ya pasó Cholo! La otra pregunta es ¿dónde está Susana Villarán? Ya ha pasado largamente cien días y no siento que estén ocurriendo cosas.

¿Votó por ella?
Sí, claro, claro, porque no quería que alguien me meta la alcaldía al poto.

¿Se preocupa mucho de las encuestas antes de votar?
Me preocupo por enterarme bien si un gas a 12 soles es viable; me preocupo por enterarme si las propuestas son sostenibles en el tiempo, de ambos lados. Y yo le pediría con todo cariño a Humala ¡que ponga Pensión 35! Ahí sí tiene mi voto. ¡Con Pensión 35 la hacemos hermana! Con Pensión 65... ¡estoy muy lejos de ese rango todavía! ¡Yo ya quiero Pensión 35! ¡Que el Estado nos pague, ya está!

¿Cómo deberíamos sancionar a los congresistas tránsfugas?
¿Cómo debemos castigar a los tránsfugas? Es que esa gente es cara rota… Ehhh, no lo sé. ¡Ya está! Yo les haría un combo de vida así: Que tengan una hora de conversaciones diarias con Cipriani, una hora escuchando las canciones de Susy Díaz y que tengan dos horas viendo los programas de Laura Bozzo. De menú les deberíamos dar…, ya sé, hay que darles Tacu Tacu, para que de un pedo se vayan a la luna de una vez por todas y desaparezcan, que vivan ahí.

¿Qué es peor, tener a Isaac Humala o a Alberto Fujimori como papá?
¿Qué es peor? (piensa)… En ambos casos yo me declaro bastardo, automáticamente (risas). Olvídate.

¿Qué esperaría del próximo presidente, sea este Fujimori o Humala?
¡Que me den la visa! (risas)

¿Se iría del país?
No, no, no. Este es mi país, me gusta mi país. Uno nunca debe decir nunca, pero me gusta mi país. Mis códigos están aquí, mi entorno, mi gente, lo que amo. ¿A lo mejor me voy a Nebraska, no? Ahí también hay Perú. Ahí está. Sería una manera diferente de vivir en el Perú.

¿Su pequeña hijita le habla de política?
Sí, sí. Ella también tiene sus opiniones. Cuando pasaba por los paneles de Toledo, le daban arcadas. ¡En serio! Pasa por los paneles de Humala, ¡se hace la pichi de miedo! Pasa por los paneles de Keiko, ¡suda! –se acuerda del electroshock, de repente–; y, hace poco vio el debate y se hizo la caca; cuando los vio a los dos juntos se cagó todo.
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EL COMERCIO MARZO 10, 2011

Carlos Galdós a los chef de comida fusión: “No malogren los platos”

“Ahora resulta que a todo lo que tiene limón se le llama cebiche y las cosas no son así”, criticó el showman

MARTÍN ACOSTA GONZÁLEZ
Redacción Online

Carlos Galdós es un clásico. A él no le gustan los platos que mezclan sabores raros y terminan en “extrañas fusiones”. “A quién se le ocurre meterle miel a un lomo saltado o hacer un cebiche de champiñones. Les digo a los chefs innovadores: no malogren los platos, las comidas están ricas así como están”, dijo el showman.

En declaraciones a elcomercio.pe, Galdós agregó que con el tema de la fusión se desvirtúan los sabores, entonces dentro de unos años la gente no va a saber cómo sabía el plato original. “Ahora resulta que a todo lo que tiene limón se le llama cebiche y las cosas no son así. Paren la mano con eso, si los platos son ricos así, por qué fusionarlos. La fusión crea confusión”.

En temas culinarios Galdós no se siente un improvisado, pese a que tampoco es un cocinero gourmet, se defiende bastante bien y dice que jamás se morirá de hambre. “Vivo solo hace 10 años y aprendí a cocinar para sobrevivir y a partir de ahí fui tomándome algunas licencias para hacer cosas nuevas pero siempre respetando las recetas, sin sabores extraños”.

AUTODIDACTA
No sabe cocinar exquisiteces y ni nada glamouroso, pues aprendió de forma autodidacta con un recetario que su abuela le regaló. “Para mi fortuna mi abuela me regaló un librito que se llama ‘Qué cocinaré’ de Nicolini, ese recetario me salvó la vida era mi constitución en el mundo culinario”, dijo.

“A mi abuela y a mi mamá no las vi cocinar. Mi vieja trabajaba y en casa no había una persona que se dedicara a cocinar. Comía menú en las calles y desde ahí le agarré tirria al cau cau, no volvería a comer ese plato así me den la lotería. Cosa rara porque el mondonguito, una variante fashión del cau cau, sí lo paso”, comentó.

Carlos Galdós hace sus compras en el mercado, dice que hay más ‘feeling’ y más variedad. “En un supermercado todas las cosas son iguales, todo es homogéneo en cambio en el mercado encuentras variedad de cosas, ingredientes maduros, verdes y tamaños, etc”.

Dice que no tiene un plato favorito. “Me gusta todo, no le hago muchos quecos a la comida. No hay un plato por el cual me muera. El cebiche es rico pero considero que es mezquino circunscribir nuestra gastronomía al cebiche. Siendo el cebiche un gran plato y teniendo sus propias variantes, no es justo poner en diferente escalón al arroz con pato, un adobo o una sopa con papas con su mote, es decir hay miles”, dijo.
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PERU 21 FEBRERO 10, 2011

“Me considero una enciclopedia de desgracias”

Sabe hacer radio y humor. En Caídos del catre (su programa en Studio 92) y en sus unipersonales ha transformado sus desgracias en jocosa catarsis. Ríase con él (y de él) todos los jueves, a las 9 p.m., en el Satchmo (La Paz 548, Miraflores).
Autor: Gonzalo Pajares C.

“Me llamo 'Carlos Enrique’. Fatal, ¿no? Me pusieron el nombre por Carlos Enrique Melgar, un político aprista de la época. Pobrecita mi vieja, yo creo que estaba en drogas (risas)”. Así empieza nuestro diálogo con Carlos Galdós, el comediante y conductor de radio que ha hecho de sus 'fatalidades’ personales el tema de sus celebrados unipersonales.

¿CUÁN HECHURA DE TU MADRE ERES?
El 100%. Y, con el tiempo, me he ido pareciendo a ella terroríficamente. Tampoco me molesta. Uno es lo que nuestros padres nos dieron, lo que llevamos dentro y lo que aprendemos en la vida. Uno se hace padre y se hace sabio en el acto… bueno, no siempre. ¿Montesinos será un buen padre? Pero es un hijo de puta (risas).

LOS FUJIMORI AMAN A SU PADRE.
Sí, pero uno tiene la impresión de que no quieren a su madre. Eso no habla muy bonito de ellos. ¿Recuerdas el lío? Dijeron que estaba loca. ¿Pero cómo uno no va a estar loco si te meten electricidad? Desenchufa a tu vieja y la vas a tener normal (risas).

HE LEÍDO ALGUNAS COSAS SOBRE TI…
Si son malas, son ciertas (risas). La cara de sobrado no me ayuda. Tengo una cara antipática, al menos eso pienso, por eso voy a terapia. No tengo una cara graciosa, no tengo una cara amable. Y es raro porque, con este concepto sobre mí, soy un comediante. “No entiendo de qué se ríen”, le digo a mi representante (risas).

HAS HECHO DE TUS VIRTUDES Y DEFECTOS EL TEMA DE TUS UNIPERSONALES…
Soy una enciclopedia de desgracias y mi trabajo consiste en contarlas. A la chica con la que estoy le digo: “No entiendo tu afán suicida de emparejarte conmigo”. Mis desgracias son dignas de contar porque nos pasan a todos. La terapia me enseñó a decir cosas, a hablar y, así, salvarme: así nació Caídos del catre, el programa de radio que tengo hace 10 años.

¿QUÉ INFLUENCIAS TIENE SU REGISTRO HUMORÍSTICO?
Nace de mi esencia: soy un tipo que nació en Lince, un barrio de clase media-baja. Y lo dije siempre, no hoy que está de moda ser pobre, ¿no? Ser 'barrio’. Yo nunca he tenido patas, siempre he sido un tipo muy solitario. Veía la última carpeta y me sentaba allí.

¿ERAS EL LORNA DEL SALÓN?
No, yo era un fantasma: mi misión era no existir. Por eso, agarraba mi carpetita y me iba al fondo en un salón de 45. Estudié en el Maristas de Miraflores. Cada vez que mi madre no podía pagar la pensión me enviaban a broncearme al patio. Como entenderás, allí un cura me enseñó lo que era la solidaridad. En mi familia nunca hemos sido parte de la 'treponería’ limeña. Mi madre me educó sola, era empleada del Seguro Social y, en algún momento, me tuvo que cambiar de colegio porque la crisis apremiaba. Por eso, terminé el colegio en uno dominical.

¿CUÁL ERA TU VÁLVULA DE ESCAPE?
Me amparé en lo subte y fui feliz. Escuchaba Leusemia, Narcosis, Zcuela Crrada, Guerrilla Urbana, Autopsia, Feudales, Q.E.P.D. Carreño. Iba a los conciertos en Caylloma, en Magia, en la jato hardcore de Barranco. Y tampoco tenía amigos allí porque buscábamos la anarquía, 'manifestarnos frente al sistema’ y frasecitas similares, propias de esa escena y de esa edad: tenía 15 años y estaba lleno de rabia, por lo que veía y por lo que sentía y vivía.

ES CURIOSO QUE ESE SUBTE TRABAJE HOY EN STUDIO 92…
Tampoco es tan grave (risas). Las metas de un chico de 15 años no son las mismas de alguien de 35. A los cuatro quería ser un astronauta; a los 15, revolucionario. Hoy la gente ya no piensa en ser revolucionario.

¿LA RADIO SE HA ADAPTADO A TI?
El público ha sido muy generoso conmigo por un simple motivo: me sienten honesto… y yo lo soy. Agarro el micrófono y si estoy bien, lo digo; si estoy triste, también. La radio es eso: sentarte y transmitir.

TIENES UNA PROFESIÓN 'ALTERNATIVA’…
Mi hija nunca me ha visto temprano en la casa. A media mañana llegaba de la radio y la llevaba a la estimulación temprana, a sus clases de música, al ballet… era el único hombre que lo hacía. Una vez mi hija me dijo: “¿Por qué usas aretes?”. “Porque me gusta”. “Pero el papá de Arantxa no los usa”. Me metí a Google y le enseñé miles de fotos de hombres con aretes. “Ah, los hombres también los usan. Pero, papi, mejor no los uses”. Nunca más los usé.

POR TU HIJA, ¿TE CUIDAS MÁS QUE ANTES?
Me he comprado 30 seguros… hasta de uñero. Mi meta era no vivir, nació Valentina y quería vivir.

¿SIGUES SIENDO UN SOLITARIO?
Tengo una melancolía rara. Lo peor es que me gusta mucho la gente, me gusta verla, porque hasta de la miseria se aprende: por eso trabajo para ella. Soy un naif que siempre anda confiado y cree que la gente es buena. Eso se siente en mis shows porque nadie con el espíritu negro paga por reírse de sus desgracias y las mías, por ser feliz un momento.

¿POR QUÉ TU HUMOR NO FUNCIONÓ EN LA TELE?
A lo mejor no era el momento. Además, en la tele depende de muchas personas y yo me muevo con mi propia parafernalia. Igual, la tele es un medio que me gustaría conquistar.
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EL COMERCIO DICIEMBRE 15, 2010

Carlos Carlín oficializó su ingreso a Frecuencia Latina

El actor firmó contrato con Canal 2 para conducir un programa de entretenimiento que se emitirá de lunes a viernes a las 11:00 p.m.

El actor Carlos Carlín oficializó su ingreso a Frecuencia Latina, para conducir a partir de febrero del 2011 – según se supo- un espacio de entretenimiento que se emitirá de lunes a viernes a las 11:00 p.m.

“Regreso a un canal en el que he trabajado bastante tiempo, hice ‘Pataclaun’, ‘El cuarto de Juan’ y algunas telenovelas, con mucho éxito. Estoy agradecido con Frecuencia Latina y con el horario de la noche, lo que queremos hacer es un programa divertido”, comentó el actor en entrevista con “Amor, amor, amor”.

Carlín estampó su firma esta mañana, acompañado por la plana directiva de Canal 2.
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EL COMERCIO NOVIEMBRE 24, 2009

Galdós: "Los hijos de Meier ya han tenido bastante tortura con oír sus discos"

9:14 | El irreverente “showman”, quien anunció su regreso a la TV, considera que los problemas familiares no deben hacerse públicos

Carlos Galdós no quiso mantenerse al margen de los líos entre el actor Christian Meier y su ex esposa Marisol Aguirre por la pensión de alimentos de sus tres hijos. Fiel a su polémico estilo comentó categórico: “Los hijos de Christian Meier ya han tenido bastante tortura con haber oído sus discos”

Y es que el irreverente showman, que se alista para regresar a la pantalla chica el próximo año con un nuevo programa que producirá América Televisión: No-C-Eno-G, considera que los problemas familiares no deben hacerse públicos porque afectan a los hijos.

Galdós, quien agradeció efusivamente el interés de canal Cuatro en su persona, señaló que su programa aún no cuenta con un formato definido, por lo que se encuentra analizando las posibles secuencias y horarios en su próximo retorno a la televisión.
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EL COMERCIO OCTUBRE 17, 2009

CARLOS GALDOS
"No le tengo miedo a nadie"

EL IRREVERENTE “SHOWMAN” HABLA DE LOS SENTIMIENTOS ENCONTRADOS QUE GENERA EN EL PÚBLICO. HOY PRESENTA “NADIE ME QUITA LO BAILADO” EN EL CENTRO COMERCIAL PLAZA NORTE, ESTA VEZ ACOMPAÑADO POR YOLA POLASTRI

Por: Diego Pajares

Cuando no está sobre un escenario o detrás de los micrófonos de “Mañana maldita”, programa que conduce todos los días de 6 a 10 de la mañana en Studio 92, Carlos Galdos se convierte en una persona tranquila y serena. Intenta contener su sinceridad (llena de cierta dosis de irreverencia), pero no puede con su genio. Él sabe muy bien que después de hacer públicas sus opiniones pueden ocurrir dos cosas con el público: o terminan queriéndolo más o acaban odiándolo con todas sus fuerzas.

Los que se encuentran dentro del primer grupo recibirán con agrado el hecho de que Galdos vuelva a presentar hoy el unipersonal “Nadie me quita lo bailado”, desde a las 8 de la noche, en el centro comercial Plaza Norte de Independencia. Los del segundo grupo pueden seguir criticándolo. A él no le importa.

¿Qué opinas de la gran cantidad de personas a las que no les agradas?
Eso siempre ha pasado. Hay gente que me debe detestar a morir y hay otros a los que les caigo muy bien. Eso a raíz de las opiniones que vierto en la radio. Por ahí de pronto empiezo a hablar de un tema que a alguien no le gustó y por lo general termina pensando que estoy contra él. En el fondo, todo eso me parece buenísimo, porque sería aburrido gustarle a todo el mundo. Sería lo peor que me podría ocurrir. A lo mejor 60 mil personas irían a ver mi show, pero todas muy aburridas.

Pero tampoco intentas caerle bien a todo el mundo…
La cara no me ayuda. Mi esposa siempre me dice: “No sabes las barbaridades que escucho de ti”. Lo que pasa es que tengo un aspecto exacerbado sobre el escenario y eso es porque doy todo. Igual que en la radio, no puedo estar tibio, no me sale. Cuando hago algo, no corre sangre por mis venas, corre fuego. Eso genera que haya gente con la que “linkeas” y también detractores.

¿Consideras que tu carácter ha contribuido a generar esas opiniones?
Mi carácter no se adecúa a lo que los medios de comunicación requieren. Muchos personajes prefieren contar la historia más triste de sus vidas y a mí eso no me gusta. A mí me provoca que hablen de mi trabajo y a lo mejor eso es poco rentable. Va a ser muy difícil que yo exponga a mis padres, esposa o a mi hija a eso.

Tu programa en la radio ha sido una trinchera desde donde has disparado opiniones de todo calibre. E incluso la ANDA te colocó luz ámbar.
Yo vivo en luz ámbar y me parece bien, entiendo que hay reglas. Ámbar no está mal. El verde no me gusta, me parece aburrido. Intento arriesgarme un poco más que los demás y el programa tiene ese código. Me da risa cuando aparece alguien que se quiere hacer el tibio. Hay cosas que no me nace decirlas de otra forma. ¿Quieren que les diga a los jóvenes “no te drogues, papito”?, eso lo dice Cedro y con poco éxito. Yo no tengo ese estilo.

Tampoco te fue bien en tu última incursión en la televisión…
“Otra maldita noche” fue bendito para mi bolsillo y también para el de la productora, pero la televisión tiene una medición global del ráting. Para mí fue una experiencia simpática porque para arriesgarte a hacer un “late night show”, primero tienes que tener un país documentado, porque estás bromeando con la actualidad. Lamentablemente, en el camino nos dimos cuenta de que no necesariamente todos estaban documentados. No digo que yo sea la “documentación andante”, pero es un hecho que los mayores niveles de audiencia se registraron en los sectores A y B.

¿Qué novedades tendrá “Nadie me quita lo bailado”?
Yola Polastri me acompañará. La incluyo porque el show habla de los años 80 y ella ha sido un personaje fundamental en esa época. Recuerdo que en ese tiempo tener una fiesta infantil con Yola era imposible. Era solo para los ricos. La única oportunidad era ir a la Feria del Hogar, pero cuando iba, mi vieja no quería hacer la cola que había para verla. Ahora me saco el clavo. Además, ella tiene una vena de humor adulto muy simpática, hemos preparado cosas interesantes.

En tus presentaciones en el Círculo Militar te costó ganarte a la gente. ¿Es complicado hacer reír al público peruano?
Hay unos primeros ocho minutos en los que rompo el hielo, porque quiero que estén enganchados los 120 minutos que dura el show. Lo importante es que el público entienda que no pretendo ser el vivo de la noche. Al contrario, los temas que toco nacen a partir de lo que a mí me pasa, a partir de mi experiencia perdedora. Nunca juego al vivo, porque no lo soy.

¿Hiciste algún show que no superó tus expectativas?
En realidad cada show es una puesta más ambiciosa que la anterior. Lo mío es vocación total. Trabajo desde hace ocho años en la radio, también haciendo espectáculos unipersonales. Antes he tenido muchas búsquedas, varias desacertadas, pero eso no me molesta. Hay gente que se corre, pero yo no le tengo miedo a la búsqueda. No le tengo miedo a nadie.

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