LUXEMBURGO E IRLANDA SON LOS MAS RICOS DE EUROPA Y BULGARIA ES EL MAS POBRE

EL COMERCIO JUNIO 25, 2009

Luxemburgo e Irlanda son los más ricos de Europa y Bulgaria es el más pobre

10:27 | A las primeras naciones le siguen Holanda y Suecia. Entre los más pobres también están Lituania, Polonia, Letonia y Rumania

Luxemburgo, 25 jun (dpa) – Los ciudadanos de Luxemburgo son los más ricos de la Unión Europea (UE), en una lista que tiene a Bulgaria en el último puesto y a España en el 12, informó hoy la oficina estadística europea Eurostat.

El estudio expresa el producto bruto interno (PBI) per cápita de cada país en términos de poder adquisitivo. Mientras que el de Luxemburgo es de un 253 por ciento (tomando como media del bloque el 100 por ciento), el de Bulgaria es un 40 por ciento.

España rompió su tendencia al alza y cayó de un 107 por ciento a un 104 por ciento, lo que sin embargo la sigue manteniendo por delante de Italia, que se ubica justo en el promedio del 100 por ciento.

Tras Luxemburgo se ubican Irlanda (140), Holanda (135) y Suecia (123). Los más pobres se ubican en el este del continente, con Lituania (61), Polonia (57), Letonia (56) y Rumania (46) cerrando la lista por delante de Bulgaria.

El organismo también midió el indicador en los candidatos a ingresar en la UE: Croacia (63), Turquía (45) y Macedonia (32).

Eurostat atribuye el alto nivel de Luxemburgo a que muchos extranjeros trabajan en el minúsculo país, aportando al PBI pero no contando como población para dividirlo per cápita.
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LA RAZON DICIEMBRE 5, 2008

Entre el Estado y el mercado: corsi e ricorsi de las recetas económicas

Las lecciones que nos deja la Historia
Aron Kizner (*)

Hace tres siglos el abogado y filósofo italiano Giambattista Vico enunció su visión de la Historia como un proceso que, lejos de ser una línea infinita, se presenta en forma de espiral; es decir, en el que la humanidad avanza y luego retorna a un punto que se consideraba superado, pero en otro nivel. A esto se llamó el “corsi e ricorsi” o lo que es lo mismo, las idas y vueltas de la Historia.

Esto, que puede sonarnos a una parafernalia filosófica, es algo ya cotidiano en el mundo de la economía. Desde los tiempos en que el patriarca bíblico José, al interpretar los sueños, aquel de las vacas gordas y flacas del faraón, presagió la sucesión siete años de abundancia y siete de escasez, los ciclos de prosperidad y crisis han sido una constante para la humanidad.

En tiempos más recientes, las fases de aprietos económicos han sido recurrentes. Desde la Gran Depresión de los años 30 hasta la crisis subprime de nuestros días, han sido varias las sacudidas de los mercados. Recordemos: petróleo, Guerra del Golfo, Tequila, Rusia y sudeste asiático. Los mismos vaivenes han tenido las recetas económicas para convivir o enfrentar estas etapas.

En efecto, el liberalismo, surgido de las ideas de Adam Smith, quien propugnaba dejar el orden económico a la mano invisible del mercado y una mínima presencia del Estado, alcanzó su apogeo en el siglo XIX. Esta doctrina se tambaleó durante la crisis de los años treinta y sucumbió ante las propuestas de John M. Keynes, quien abogó por una mayor intervención del Estado para fomentar la oferta, la demanda, la producción y el empleo.

El keynesianismo dominó algunas décadas, hasta que en los años 80, la escuela de Chicago, con el Premio Nobel de Economía Milton Friedman a la cabeza, impulsó el neoliberalismo con una marcada apertura de mercados. Nace entonces la era de la globalización.

Más tarde, otro Premio Nobel de Economía, resulta siendo el principal abanderado de una doctrina que vino a denominarse “neokeynesianismo”. Joseph Stiglitz, manifiesta que el fundamentalismo del libre mercado no ha conseguido los objetivos de bienestar y apoya la intervención estatal ante lo que se denominan las “fallas del mercado”.

Después de casi dos décadas de globalización y libre mercado, escuchamos nuevamente cómo se implora la mano visible del Estado para salvar a los mercados financieros y a la economía real de una recesión en ciernes.

En la secuencia liberalismo-keynesianismo-neoliberalismo-neokeynesianismo es de advertir cómo Estado y Mercado parecen ser los extremos entre los que las políticas económicas se mueven en la misma forma de aquella espiral histórica que nos refería Vico.

En el Perú no hemos estado ajenos a estas idas y vueltas. Entre nacionalizaciones y privatizaciones; ortodoxias y heterodoxias, proteccionismos y aperturas, hemos avanzado en un tortuoso camino, muchas veces siguiendo a pie juntillas las recetas de organismos internacionales como la Cepal y el Fondo Monetario Internacional.

El debate suscitado en torno a la modificación de la actual Constitución Política o el retorno a la Carta Fundamental de 1979, trasciende el ámbito de la discusión sobre los temas de la organización política e institucional del Estado o de quién es la firma que llevan puesta. El tema fundamental radica en la definición del régimen económico previsto en cada una. Y es que mediante la constitucionalización de un modelo económico determinado se pretende perennizarlo, blindándolo de cualquier intento de modificar los poderes de intervención, sean éstos del Mercado o del Estado, cual si cualquiera de ellos fuera por sí solo una panacea capaz de combatir todos los males que nos aquejan y cerrando los ojos a lo inexorable: los ciclos económicos.

A pesar de que tanto en el texto constitucional de 1979 como en el vigente, se consagra un régimen de economía social de mercado, debe tenerse presente que dicho concepto se ha convertido en un cajón de sastre que admite diversos matices, dependiendo del grado en que se permita la intervención del Estado.

El hecho de que el texto constitucional de 1993 haya suprimido varios supuestos de actuación del poder público que contenía la Carta de 1979, tales como la planificación económica, la reserva de actividades a favor del Estado, la intervención a empresas en determinados supuestos y el haber introducido el principio de subsidiariedad para el ejercicio de la actividad empresarial estatal, inclinan notoriamente la balanza hacia un modelo liberal.

Tal vez sea oportuno recapacitar al respecto y evaluar si no es más sensato mantener a nivel constitucional fórmulas generales que, sin vulnerar la libre iniciativa privada, permitan una mayor reacción del Estado ante los retos que nos plantea la historia, en especial frente a situaciones que el mercado no puede resolver con la eficiencia que esperamos.

Un ejemplo: Paradójicamente en Gran Bretaña, país en el que en la década del 80 la primera ministra liberal Margaret Thatcher, bajo el lema “there is no alternative” (no existe alternativa), pusiera en práctica una agresiva política de privatizaciones de empresas públicas, hace apenas unas semanas se ha tenido que estatizar parcialmente a los más grandes bancos, para salvarlos de una bancarrota segura: Corsi e ricorsi.

Con el marco normativo vigente, ello no hubiera sido legalmente posible en el Perú, toda vez que a nuestro mínimo Estado le está prohibido participar en el Sistema Financiero. ¿Más papistas que el Papa?

(*) Abogado. Especialista en Derecho Empresarial.
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GATOENCERRADO NOVIEMBRE 24, 2008

Cómo combatir la crisis financiera: Por Henry Paulson

Estamos atravesando una crisis financiera más severa e imprevisible que ninguna otra que hayamos vivido antes. Hemos visto los hundimientos, o el equivalente a un hundimiento, de Bear Stearns, Lehman Brothers, Wachovia, Fannie Mae, Freddie Mac y AIG. Cada uno de ellos por sí mismo podría tener unas consecuencias tremendas. Pero nos los hemos encontrado uno detrás de otro, con lo que nuestro sistema financiero se paralizó y dañó seriamente la economía.

En septiembre, el Gobierno se topó con una crisis sistémica.Después de meses aprovechando al máximo la autoridad que ya teníamos, pedimos al Congreso un paquete de rescate integral para que pudiéramos estabilizar el sistema financiero y miminizar los daños adicionales a la economía.

Cuando esa iniciativa legislativa resultó aprobada el 3 de octubre, la crisis del mercado mundial estaba tan extendida y agravada que tuvimos que proceder con rapidez y tomar medidas vigorosas para estabilizar el sistema financiero y conseguir que los créditos fluyeran de nuevo. Nuestro propósito inicial fue fortalecer a la banca adquiriendo hipotecas ilíquidas y títulos relacionados con ellas. Pero la gravedad y la magnitud de la situación habían empeorado hasta tal punto que un programa de compra de activos ya no iba a ser suficientemente eficaz ni suficientemente rápido.Por eso, haciendo uso de la autoridad que nos otorgó el Congreso, nos apresuramos a poner en marcha un programa de inyección de capital de 250.000 millones de dólares, previendo desde el principio que le seguiría un programa de compra de activos tóxicos.

No existe ningún guión para responder a una vorágine con la que jamás nos habíamos enfrentado. Ajustamos nuestra estrategia para que reflejara los nuevos datos de una severa crisis de los mercados, sin dejar nunca de perder de vista nuestro objetivo; estabilizar un sistema financiero que es esencial para la vida cotidiana de todos los estadounidenses. A mediados de octubre, nuestras actuaciones, en combinación con la garantía que extendió la Corporación Federal de Garantía de Depósitos sobre la deuda emitida por las instituciones financieras, nos ayudaron a satisfacer la primera prioridad importante, que era estabilizar de forma inmediata el sistema financiero.

Mientras estudiábamos la mejor forma de emplear el dinero que quedaba para el Programa de Rescate de los Activos Tóxicos, valoramos cuidadosamente las incertidumbres que rodeaban al deterioro de la situación económica en Estados Unidos y en el resto del mundo.Los últimos informes económicos ponen de relieve los retos a los que nos enfrentamos. El Producto Interior Bruto (PIB) del tercer trimestre (que concluyó el 30 de septiembre, tres días antes de que se aprobara el plan de rescate) decreció un 0,3%.La tasa de desempleo alcanzó en octubre unos niveles que no habíamos visto desde mediados de los 90. Los precios de la vivienda en 10 ciudades importantes han caído un 18% respecto al año pasado.Las cifras de ventas de automóviles se hundieron en octubre, hasta constituir una tercera parte menos que hace un año. La desaceleración de las economías europeas ha sido todavía más drástica.

Siempre he dicho que la caída del mercado inmobiliario se halla en la raíz de la recesión económica y de la depresión de nuestros mercados financieros. Y la economía, ahora que se ralentiza todavía más, amenaza con prolongar esta caída, así como la presión sobre nuestras instituciones y mercados financieros.

Un programa de adquisición de activos tóxicos, para ser efectivo, requeriría una enorme asignación de dinero. A mediados de septiembre, antes de que empeoraran las condiciones económicas, las compras de activos tóxicos por valor de 700.000 millones de dólares habrían tenido un impacto significativo. Pero la mitad de esa suma, sencillamente no constituye una potencia de fuego suficiente.

Si algo hemos aprendido a lo largo de este año, es que esta crisis financiera es imprevisible y difícil de contrarrestar. Decidimos que era prudente reservar el dinero de nuestro plan de rescate, para mantener no sólo nuestro margen de maniobra, sino también el del próximo gobierno.

El actual programa de compra de capital por valor de 250.000 millones es una potente medicina para nuestras instituciones financieras. Un mayor capital permite a los bancos asumir las pérdidas cuando amortizan por depreciación o venden activos tóxicos.Y una capitalización más fuerte es esencial para incrementar los préstamos, lo cual es, a su vez, vital para la recuperación económica. Hace no mucho me hicieron dos preguntas. La primera: «El Congreso le otorgó la potestad que solicitaba, y lo único que ha hecho la economía ha sido empeorar, ¿qué es lo que falló?».Y la segunda: «Si la vivienda y las hipotecas son la raíz de nuestras dificultades económicas, ¿por qué no ataca directamente esos problemas?»

La respuesta a la primera pregunta es que el propósito de la iniciativa legislativa que promovió el rescate financiero era estabilizar y fortalecer nuestro sistema financiero. No es una panacea que vaya a resolver todos nuestros problemas económicos.La crisis de nuestro sistema financiero ya se había extendido por el conjunto de la economía. Pero la recuperación llegará mucho más rápido que si no hubiéramos utilizado el plan de rescate para estabilizar el sistema. Si el Congreso no nos hubiera autorizado a poner en práctica el plan de rescate y el programa de compra de capitales, y nuestro sistema financiero hubiera permanecido cerrado en sí mismo, hoy nuestra situación económica sería mucho peor.

La respuesta a la segunda pregunta es que permitir el acceso a préstamos hipotecarios menos gravosos es lo primero que podemos hacer para frenar la caída del mercado inmobiliario y reducir el número de ejecuciones de hipotecas. Junto con nuestro programa de inyección de capital en los bancos, las iniciativas que hemos tomado para estabilizar y reforzar a Fannie Mae y Freddie Mac, y a través de ellas incrementar el flujo del crédito hipotecario, van a estimular los préstamos. También estamos trabajando mano a mano con el Departamento de Desarrollo Urbano e Inmobiliario, la Corporación Federal de Garantía de Depósitos y otras entidades para reducir el número de ejecuciones evitables.

Estoy muy orgulloso de las decisivas actuaciones que han emprendido el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal y la Corporación Federal de Garantía de Depósitos para estabilizar nuestro sistema financiero. Hemos hecho lo que era necesario a medida que cambiaban los acontecimientos y las circunstancias del mercado y la economía, ajustando nuestra estrategia para enfrentarnos de forma más efectiva a la crisis. Hemos mantenido a salvo el margen de actuación del presidente electo Barack Obama y el nuevo secretario del Tesoro para que acometan los retos que les presenten la economía y los mercados de capitales.

Cuando el nuevo Gobierno se enfrente a los difíciles desafíos que tiene ante sí, dispondrá de dos ventajas importantes: un sistema bancario notablemente más estable, donde el hundimiento de un gran banco ya no supone una preocupación acuciante; y los recursos, la autoridad y los programas necesarios para tratar las futuras necesidades de capital y liquidez de las entidades de crédito.

Al desarrollar estas nuevas herramientas y estos nuevos programas para restaurar el vigor de nuestras instituciones financieras, los mercados financieros y el flujo de créditos determinarán en gran medida la velocidad y la trayectoria que tomará nuestra recuperación económica. Tengo confianza en que ésta culminará con éxito, porque nuestra economía es flexible y resistente, y está arraigada en el espíritu emprendedor y la productividad del pueblo estadounidense.
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LA REPUBLICA NOVIEMBRE 1, 2008

Países ricos crearon crisis financiera

Iberoamérica exige participación para evitar futuro ‘Crack’. XVIII Cumbre Iberoamericana de San Salvador realizó importante declaración ante coyuntura social y económica global.

San Salvador. AP.

En la cumbre. Shakira y Alejandro Sanz junto a Rodríguez Zapatero.

Los mandatarios iberoamericanos concluyeron un encuentro en la capital salvadoreña con una declaración en la que responsabilizan a los estados desarrollados por la crisis financiera mundial y se comprometen a acciones para garantizar el empleo y la inversión en sus países.

Además, se comprometieron a impulsar políticas sociales que favorezcan a la juventud, que ocupó el tema central de la cumbre.

"Hoy ha ganado la juventud, 150 millones de jóvenes van a recibir los beneficios de estas políticas de estado... (sin embargo) la estabilidad económica y financiera de nuestros países es factor indispensable para cumplir las metas", dijo el viernes el presidente anfitrión, el salvadoreño Antonio Saca, al pronunciar su discurso de cierre de la cumbre.

PISAN FIRME

En un "Comunicado de la comunidad Iberoamericana sobre coyuntura económica mundial", los mandatarios coincidieron en la importancia de que (Iberoamérica) participe en la respuesta internacional". Quieren participar en la transformación profunda de la arquitectura financiera internacional y establecer mecanismos de control y respuesta a futuras crisis.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó que existe consenso entre sus colegas sobre la necesidad de hacer una profunda reforma al sistema financiero internacional que incluya a los organismos internacionales.

"Esta tarea solo se puede lograr con un gran acuerdo multilateral que responda a la realidad geopolítica y geoeconómica del siglo XXI", afirmó.

ATENDER A LOS POBRES

Además se comprometieron a tomar las medidas necesarias para garantizar el empleo y la inversión así como asegurar la disponibilidad de financiamiento para las actividades productivas.

Los mandatarios también estuvieron de acuerdo en la necesidad de poner en marcha políticas sociales para beneficiar a la inmensa población de necesitados.

"Está bien hablar del desplome financiero, pero lo que hay que evitar es el desplome social", dijo a su oportunidad la presidenta de Chile, Michelle Bachelet al hablar sobre la necesidad de mantener los niveles de inversión social en cada uno de los países de Latinoamérica.

Todo por los jóvenes y niños

1] El tema de la cumbre, “Juventud y Desarrollo” se vio relegado a un segundo plano por las discusiones sobre la crisis financiera. Los mandatarios firmaron una declaración de 41 puntos en la que se comprometen a impulsar acciones en favor de la educación, salud, vivienda, empleo y el combate a la discriminación.

2] Entre las acciones concretas que fortalecerán está la creación de las “Iberorquestas”, en la que se toma como modelo el sistema de orquestas juveniles e infantiles de Venezuela. Además se comprometieron a la creación de redes de microempresarios en el sector turismo y a fomentar el acceso al deporte y el ocio fuera del horario escolar.

3] En otros puntos, los mandatarios reiteraron su rechazo al terrorismo. Además, reafirmaron su compromiso a la estrategia global de Naciones Unidas contra ese flagelo.
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LA REPUBLICA OCTUBRE 26, 2008

‘‘Ningún país se salva de la crisis"

Director gerente del Banco Mundial. Desastre financiero se traducirá en un incremento del desempleo en América Latina, mientras los mercados mundiales continuarán a la baja.

Rocío Maldonado y agencias.

Tensión. Agentes bursátiles en inútiles esfuerzos para lograr algo de ganancia.

Las plazas bursátiles del mundo, incluyendo la de Lima, vivieron otra semana negra con resultados entintados de rojo, mientras los pronósticos para la economía global son desalentadores y de ello no se salva el Perú, pese al optimismo en el discurso oficialista del gobierno.

Precisamente, Juan José Daboub, director gerente del Banco Mundial (BM), afirmó que toda América Latina sentirá el impacto de la crisis, por la disminución del crédito a nivel mundial y la reducción de la demanda externa, lo que se traducirá en un aumento del desempleo.

El director gerente de la entidad dijo que "varios países", sin citarlos, ya pidieron recursos adicionales a la institución, "en su mayoría de precaución, para prevenir los efectos, el segundo impacto de la crisis".

No obstante, el directivo del Banco Mundial explicó que los países están mejor preparados que hace una década para superar la crisis y que se están anticipando a sus efectos, al fortalecer sus reservas y sus instituciones, y procurar mantener la inversión social.

EN CAÍDA LIBRE

Volatilidad e incertidumbre son las palabras que definen el comportamiento de los mercados internacionales desde las últimas semanas. Ni la compra de deudas "tóxicas" o una participación accionaria en los bancos, ni la reducción de las tasas de interés por parte de los principales Bancos Centrales de Reserva del mundo, logran frenar el pánico en los mercados mundiales.

Para el economista y profesor de la Universidad del Pacífico Bruno Seminario, los gobiernos de Estados Unidos y Europa ya agotaron los instrumentos de política económica para frenar la crisis y lo único que queda es dejar caer las bolsas hasta que llegue el punto en el que las acciones recuperen el precio que el mercado considera adecuado.

Seminario estimó que las plazas bursátiles del mundo tendrán todavía varias semanas en las cuales caerán y subirán, pero al final de la semana la recuperación no alcanzará el nivel de la caída.

En opinión se Seminario estamos recién en el comienzo de la crisis, cuyos efectos repercutirán en las variables de la producción mundial en los próximos dos o tres años.

"La caída de la producción en todo el mundo, de las ventas en Estados Unidos, Europa, la India, así como la caída en el precio de las materias primas, es un proceso que se prolongará dos años o tres años", señaló.

CRISIS PASÓ AL SECTOR REAL

Nube gris. Juan José Daboub, director gerente del Banco Mundial.

Para el ex presidente del Banco de Reserva (BCR) Kurt Burneo Farfán, la explicación para las caídas en las bolsas de valores es que los mercados están internalizando que lo que se inició como una crisis financiera ya empieza a tocar al sector real de la economía (la producción) debido a la recesión en los Estados Unidos y la desaceleración fuerte en los países europeos.

CORTE AL CRÉDITO

De otro lado, Burneo advirtió que existen altas probabilidades de que las líneas de créditos en moneda extranjera que se les ha concedido a los banco peruanos, que actualmente alcanzan los US$ 6 mil millones, no se renueven o simplemente se recorten.

"Eso va a significar una menor disposición de dólares para prestar por parte de los bancos nacionales, pese a que el BCR sostiene que a partir de reducciones en el encaje se podría compensar cualquier problema de falta de liquidez", consideró.

Agregó que, en su opinión, hay un error de concepción y que no se trata de un problema de demanda de crédito sino de oferta de crédito.

Finalmente, el también profesor de la PUCP señaló que hay cosas que ameritan mayor discusión y que no se puede decir de manera seria que el Perú está absolutamente blindado respecto a una crisis que nadie sabe cuál es su magnitud ni cuánto tiempo va a durar.

DATOS

Fin del dólar. La crisis financiera actual va a acelerar el fin del dólar como reserva monetaria mundial, considera Avinash Persaud, jefe de Intelligence Capital, empresa de asesoramiento financiero.

Cambio. Vamos hacia una situación en la que no va a haber un único país que lidere al mundo como lo ha hecho Estados Unidos, ni tampoco con una moneda única, señaló Jim O’Neill, investigador de Goldman Sachs.

REACCIONES

"Los gobiernos ya agotaron los instrumentos de política económica para frenar la crisis financiera’’.

Bruno Seminario
Economista de la U. del Pacífico

"La reducción de encaje bancario, anunciado por el BCR, no solucionará un problema de falta de liquidez’’.

Kurt Burneo Farfán
Ex director del bCRP
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LA REPUBLICA 01 de octubre de 2008

Buscando un keynes
Mirko Lauer

Los efectos políticos concretos de la crisis mundial en el Perú todavía están por verse. Sin embargo hay algunas realidades en cierne que ya caen por su propio peso. La más importante es que el discurso de la bonanza se va a tener que moderar y que la economía tendrá que ser manejada, como dice el manual de tránsito, a la defensiva.
Ideas como que cuanto menos Estado mejor o que el mercado por su cuenta se encarga de resolver los problemas económicos ya están en entredicho en el hemisferio norte y, siguiendo la tradición, no deben tardar en aterrizar aquí para influir en los discursos políticos. Esto después de la batalla entre ajuste y gasto fiscal hoy en curso.

No solo los políticos de la izquierda, que nunca abandonó la idea de un Estado fuerte, van a estar buscando un John Maynard Keynes. También lo harán aquellos empresarios que vayan entrando al caldero hirviente de la recesión. Por lo pronto las exportaciones han empezado a sufrir las consecuencias de una menor demanda y de precios más bajos.

Prácticamente no hay manera de que el gobierno deje de pagar pato por los problemas de ruta que nos esperan. El gran público no es de hacer grandes elaboraciones en temas económicos, y espera que quien es visto como todopoderoso aporte también todas las soluciones, y de paso encuentre algunos culpables para la exhibición pública.

Mientras aquí no quiebre o cierre sus operaciones ninguna empresa de primera magnitud, el proceso va a ser gradual, al ritmo del deterioro de los indicadores sociales. La relación alzas de precios/baja en las encuestas es un adelanto de este proceso, pero no cuenta ni una fracción de la historia que vendrá con el paso de los meses.

Pronósticos terribles no faltan, todos bajo el signo del contagio: deflación, sequía de créditos hacia el país, retracción de las inversiones, eventualmente nuestra propia versión de una recesión. Aunque con la estructura productiva que hay, nadie se sorprenda si seguimos creciendo al 9% en un barrio mientras los demás barrios se paralizan.

Lo cual nos devuelve a la política. La derecha en todas sus formas no tiene un discurso convincente para tiempos de crisis, más allá de la proverbial invitación al sacrificio. En cambio un discurso nacionalista articulado se puede ir llenando de argumentos atractivos tanto para los trabajadores como para los capitalistas.

La bonanza se va de entre las manos. La pugna gasto fiscal/austeridad fiscal ya está en las calles, perceptibles en la facilidad con que se vienen multiplicando paros y otras movilizaciones. La pregunta sobre si el gobierno se mantendrá en la superortodoxia económica quizás ya no tiene la respuesta afirmativa automática de estos dos últimos años.
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LA RAZON 30 de septiembre de 2008

Paren el mundo, para poder bajar

Uri Ben Schmuel
uribs@larazon.com.pe

Primero, tratemos de ver el vaso medio lleno. Estados Unidos es una democracia de verdad, donde los congresistas votan de acuerdo con su conciencia y no según consignas partidarias. El 40% de los demócratas y el 66% de los republicanos no hicieron caso a sus líderes Obama y McCain y ni siquiera se inmutaron cuando el mismísimo presidente George W. Bush los llamó por teléfono para presionarlos. Y a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, no se le movió ni una ceja cuando el secretario del Tesoro se puso, literalmente, de rodillas para suplicarle que aprueben el plan de rescate financiero.

El plan de rescate de Bush les ha parecido a los 228 congresistas que votaron en contra una forma de poner el dinero de todos en corporaciones que no supieron calcular sus riesgos y que ahora deben ser castigadas por el mercado. El argumento, muy bonito, es que “Main Street” (el hombre de la calle) no debe pagar los errores de Wall Street.

Pero después de dar tres hurras por tamaña muestra de democracia, viene la mirada al vaso medio vacío. El problema es qué pasará ahora con las empresas que gestionaron bien sus recursos pero que se verán inevitablemente arrastradas por el cataclismo. Porque es altamente dudoso que tamaña muestra de moral químicamente pura sea buena a largo plazo para la economía global. Ayer, sin ir más lejos, fue otro día de pesadilla para los bancos americanos y europeos. Fortis, el tercer banco más importante de Europa, y Wachovia, el cuarto mayor de Estados Unidos, tuvieron que ser intervenidos.

Nos reafirmamos en lo dicho en esta columna el lunes. Un mal plan es mejor que ninguno. Más que el monto de vértigo que estaba en juego, la idea de Bush era inyectar confianza a los mercados y evitar que el colapso arrastre a justos con pecadores. Porque en gran medida la economía es un asunto de percepción. La mejor muestra de ello es la subida que experimentaron las bolsas mundiales (incluida la de Lima) cuando Bush anunció que había un plan en marcha. Ayer, en cambio, las pérdidas resultaron, en apenas horas, mucho mayores que los US$700 mil millones que suponía el plan de rescate: más de un billón de dólares.

Ahora, la sensación de desamparo que impregna la economía global puede terminar mermando el nivel de vida de aquellos a quienes supuestamente los legisladores estadounidenses defienden. Y también el de millones de personas en otros países. En Capitol Hill han estornudado y el mundo está con neumonía.
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COMERCIO 26 de septiembre de 2008

RINCÓN DEL AUTOR
¿Corte o confección?
Por Jaime de Althaus Guarderas

Está bien que el ministro de Economía tenga una actitud prudente frente a la crisis internacional y a un eventual exceso de demanda interna, pero da la impresión de que se le ha pasado la mano, sobre todo en los recortes a los presupuestos ya aprobados de este año, que sumarían alrededor de 2 mil millones de soles, principalmente en obras y reformas claves.

El argumento de que la inflación podría generalizarse si no se frena la demanda, vale cada vez menos, por la sencilla razón de que los precios internacionales de los insumos que importamos están cayendo. Así, de junio a esta parte, el precio de petróleo cayó 20%, el del trigo 14%, el del maíz 21% y del aceite de soya 25%. Con la agudización de la crisis internacional, esta tendencia se reafirmará. De modo que ya ni siquiera habría presión para que el BCR siga aumentando la tasa de interés.

El argumento de que hay que guardar pan para mayo, tampoco se sostiene. No porque el principio no sea correcto. ¡Por supuesto que lo es! Sino porque ya tenemos pan guardado: el 2006 tuvimos un superávit de 2% del PBI; el 2007 de 3,1% y se calcula en un 2,7% el de este año. Es decir, un superávit acumulado de 7,8% del PBI. De hecho, los depósitos del sector público en el Banco Central y en los bancos comerciales suman 39 mil millones de soles (BCRP, Nota Semanal, cuadros 12, 13, 22 y 23), casi el 10% del PBI de este año.

Aunque alguna parte de ese monto sean saldos operativos, lo cierto es que tenemos un colchón relativamente mullido que permitiría compensar incluso una caída apreciable de los precios de los minerales, cosa que tampoco parece que vaya a ocurrir. Los economistas coinciden en que bajarán en alguna medida, pero quedarán relativamente altos, al nivel de lo que fueron el 2006, digamos. Y esto debido a que la demanda de la China y del Asia no amainaría en medida importante. Ya los chinos están lanzando nuevos impulsos a su crecimiento.

No quiere decir que la crisis internacional no impactará en el Perú. Se reducirá el mercado en Estados Unidos para nuestros productos no tradicionales (textiles, agroexportación), por ejemplo ¡y el ministro quiere eliminar el draw back!, y quizá algunas decisiones de inversión extranjera se retrasen, entre otros efectos.

Pero no estamos en la época de la economía cerrada, protegida e intervenida, donde cualquier crecimiento acelerado producía pérdida de reservas e inflación. Estamos en una economía abierta y mucho más exportadora. El crecimiento acelerado genera, no pierde, reservas, y si la balanza comercial se tornara negativa, pues subiría el tipo de cambio.

Hay razón, sí, para tener una política prudente y para mejorar radicalmente la calidad del gasto y de la inversión vía presupuesto por resultados, Foniprel, etc., como quiere también hacer el ministro. Pero debería concentrarse en eso más que en el placer de recortar.
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PERU 21 25 de septiembre de 2008

¿Qué quiere decir antisistema?
Autor: Guillermo Giacosa

Cuando dicen “antisistema”, ¿qué es lo que quieren decir en realidad? Que quienes somos calificados así creemos que democracia es algo más que ir a votar una vez cada tantos años; que no estamos convencidos de que el mercado, como lo acaba de demostrar violentamente la realidad, resuelva todos los entuertos; que somos partidarios de una mejor distribución de la riqueza; que no consideramos que protestar contra las injusticias sea una forma de sabotear la democracia; que no todo requerimiento sindical es una forma de chantaje; que la libertad de expresión es algo más que esta prensa coral que adormece nuestras neuronas; que… son tantos los que, que lo más práctico es sugerirles como ejercicio creativo a los que utilizan el calificativo “antisistema” que sean ellos quienes definan qué es lo que define el “antisistema”.

Si oponerse a una visión del mundo que destruye la naturaleza, provoca guerras, sabotea todo intento de democratización económica y crea abismos cada vez más insondables entre ricos y pobres es lo que caracteriza el comportamiento antisistema, deben ser pocos, entre quienes se atreven a pensar por sí mismos, los que defiendan este casino colosal que hemos vivido en los últimos años y cuyas consecuencias comenzamos a pagar.

Algunos, entre los más lúcidos defensores del sistema, han iniciado un proceso de revisión crítica que les honra, mientras otros, fanáticos a fin de cuentas, se obstinan en explicaciones donde hay más magia que ciencia, más fe que razón. Por advertir varias veces, desde esta misma columna, sobre la crisis que se avecinaba, hemos sido tratados de ignorantes, enemigos del progreso, inconformes perpetuos, resentidos con los Estados Unidos, y todo ello adornado, no siempre, con algunos agregados poco edificantes referidos a nuestra progenitora. Uso el plural no porque piense proponerme para el papado sino porque no he estado solo en esta postura, que pocas veces coincidía con algunas voces que respeto por pertenecer a verdaderos demócratas y con otras que, además de equivocadas, me parecen lesivas no solo a la democracia sino, también, a la dignidad y a la inteligencia humanas.

Leyendo la página principal de la edición digital del New York Times pensaba que, provisionalmente, el sistema también se está volviendo antisistema. Decía exactamente un titular del diario que refleja los puntos de vista de un sector importante del establishment estadounidense: “Enterrando los viejos dogmas del mercado”. ¿Será un entierro provisorio hasta que sinvergüenzas y especuladores puedan volver a las andadas o se tratará de un entierro con todas las de la ley, imponiendo regulaciones que establezcan límites a la juerga financiera? Los mercantilistas no deben preocuparse, podrán seguir jugando al mercado, pero habrá –¿habrá?– normas que cumplir, y estas normas beneficiarán (espero, deseo, ruego) a los inversores que acaten las reglas del juego impuestas por el conjunto de la sociedad representada por los poderes del Estado.
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PERU 21 24 de septiembre de 2008

La crisis: ¿comienza el fin del neoliberalismo?
Autor: Santiago Pedraglio

La crisis que arrasa con las bolsas pone en graves dificultades la idea de que el mercado tiene la capacidad de autorregularse y de regular los distintos ámbitos de la economía, de la organización social e, incluso, del propio Estado.

Los bancos de inversión prácticamente han desaparecido. El Lehman Brothers ha quebrado y el Merril Lynch fue vendido al Bank of America. El Goldman Sachs y Morgan Stanley debieron acogerse a la supervisión regulatoria de la Reserva Federal. La aseguradora American Internacional Group fue prácticamente estatizada por un socorro masivo de la Reserva Federal de Estados Unidos (85 mil millones de dólares). Las propias calificadoras de riesgo –esas que califican también al Perú– han actuado con una irresponsabilidad impresionante, si se toma como criterio la dimensión de la crisis.

El debate entre el Ejecutivo norteamericano y el Congreso dominado por los demócratas tiene los visos de una discusión no solo sobre cómo evitar una catástrofe peor, sino sobre cómo sentar bases para una nueva relación entre el Estado y la economía en Estados Unidos. Los republicanos están apremiados por las presidenciales –faltan seis semanas–, y los demócratas son conscientes de que si dejan las cosas como están, habrá aún más “muertos y heridos”.

La Casa Blanca pide no solo 700 mil millones de dólares, sino poder absoluto para el secretario del Tesoro, Henry Paulson. Los demócratas, encabezados por el presidente de la Comisión de Bancos del Senado, Christopher Dodd, ponen exigencias sobre todo de carácter regulatorio: oficina federal de supervisión y estabilidad, integrada por representantes del Congreso y de las agencias de regulación financiera; y que, por ejemplo, el Estado no adquiera activos problemáticos de las empresas, a menos que reciba un paquete de acciones por un valor equivalente.

Es muy probable que se esté viviendo el fin de una modalidad del capitalismo, la que se ha dado en llamar neoliberal: el mercado, controlado por grandes corporaciones, ordena unilateralmente las prioridades de inversión y los destinos de las personas. La crisis está cuestionando la tesis de que cualquier pretensión de recortar la supremacía del mercado es sospechosa. El Estado tendrá que recobrar su fuerza para regular los poderes vinculados a la economía y directamente la propia economía. Los ciudadanos deberán demandar su derecho a fiscalizar sus recursos, después de constatar cómo han mermado, por ejemplo, sus fondos de pensión, y después de que miles de millones de dólares producto de sus tributos deban dirigirse al salvataje de quienes han actuado con una vocación usurera extrema.
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La República 23 09 08

Crisis en la crisis
Mirko Lauer

La crisis financiera cuyo epicentro está hoy en Wall Street trae varios mensajes ominosos. Uno de ellos es que la economía mundial cuelga de un hilo. Quienes buscan suavizar esto último precisan que es "la economía mundial tal como la conocemos". El otro mensaje es que el rumbo de la crisis en los próximos dos meses va a decidir el resultado de las elecciones estadounidenses.

La pasada victoria del partido demócrata en 1993 fue gracias a la situación económica. La célebre frase de campaña del candidato Bill Clinton "¡Es la economía, estúpido!" fue un llamado a no distraerse y mantener toda la presión sobre ese flanco débil de los republicanos. Barack Obama no necesita decir lo mismo, porque todo el mundo es conciente de que la cosa va por ese camino.

El gobierno de George Bush no solo necesita una solución a la crisis financiera, sino además una solución rapidísima para que John McCain pueda ser salvado por la campaña que cierra las operaciones en Wall Street. Entre jueves y viernes pasados parecía que el anuncio de que el Estado entraría a salvar a las empresas era esa solución. Una caída de 2% en la bolsa ayer lunes ha puesto en jaque esas esperanzas.

Lo que podría desinflar el programa de rescate de US$700,000 millones lanzado por Bush es la resistencia de la mayoría demócrata del Congreso a aprobarlo. El argumento para esto es que se trata de una movida desesperada, que no ha sido lo suficientemente madurada. Como esos dólares van a salir del bolsillo de los contribuyentes, el argumento tiene peso, y cierto punche electoral de yapa.
La reacción demócrata puede ser vista como un reclamo de responsabilidad. Así, el anunciado rescate sería uno de esos autoengaños adicionales que menciona Richard Webb, que no harán sino empeorar las cosas. Lo malo es que esto no se puede saber antes de que el rescate haya sido puesto a prueba. En todo caso las intervenciones estatales de las pasadas dos semanas terminaron devoradas por la propia crisis.

Pero la resistencia a aprobar el plan también puede ser vista como un deseo demócrata de que nada se arregle en la economía antes de las elecciones del cuatro de noviembre próximo. Lo cual vendría a ser un caso de politiquería clásica frente a una emergencia real, con la posibilidad de que noviembre ya sea tarde para cualquier cosa. Es probable que veamos una fórmula intermedia: aprobar, pero antes demorar.

Se han encontrado, pues, la crisis y el forcejeo político en las alturas. Lo menos que puede producir esto es inestabilidad, a un ritmo de algo más de 2%. La respuesta de Bush a los demócratas ha sido salir a proponerle su plan de rescate al mundo. Pero pocos van a querer entrar en ese proyecto si no están seguros de que Bush logre imponerlo. Mientras tanto, como escribe César Vallejo, el dolor "crece a treinta minutos por segundo".
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La Primera 23 09 08

Crisis mundial sí golpeará al Perú

Trabajadores están desprotegidos y se necesita inspecciones.

A RECORDAR

La fórmula peruana es por ello “esperar”, que ya vendrá tiempos mejores y estimularse con las cifras que todavía son buenas, sin poder precisar si estamos ante un fin de ciclo y restos inerciales de las vacas gordas que no supimos aprovechar. En el mundo suenan las campanas de alarma, pero García está convencido que dos veces no le va a pasar, que a él le va bien en economía, cuando no hace economía. Pero nunca distingue al país de su persona. Y ese es el mayor riesgo actual.

Los diarios de España y Europa dedican amplios espacios a la crisis; hablan de derrumbe, catástrofe y del peor escenario desde 1929. Y en el Perú, ¿cómo la vemos?

Tres son los impactos centrales previsibles de la crisis global sobre economías como la peruana:

1. Reducción decisiva de la demanda de productos peruanos por el mercado de Estados Unidos, que ya comenzó y se agudizará el 2009 (año de entrada al TLC), y por extensión a otros que estarán frenando su crecimiento, con caída del valor de las materias primas (que ya también comenzó) y baja en las ventas de productos no tradicionales (agroindustria, confecciones, otros).

2. Presión proteccionista del Estado norteamericano sobre su mercado y sus empresas, que se está expresando en la institucionalización de los “rescates”, lo que en buena cuenta significa que se puede subsidiar, auxiliar y estatizar a los capitalistas en problemas y que por supuesto se querrá reducir este enorme costo, cuando sea posible, trasladándolo a sus competidores a través de trabas de acceso y financiación. El secretario del Tesoro de EE.UU. se ha dirigido a sus pares de otros países para que adhieran al nuevo credo de la intervención, aunque no queda claro aún el mensaje a la periferia, donde la apertura y la desprotección fue un mandato en los 80 y 90.

3.Contracción de los flujos de capital norte-sur, por efecto del debilitamiento de las grandes empresas, la sequía de créditos, el aumento de las tasas impositivas, etc., con una exigencia adicional para atraer la mayor cantidad de remesas de utilidades o retiro de capital de la periferia para mitigar la crisis interna y reducir la pérdida de puestos de trabajo.

La discusión sobre inflación importada o interna, que se vive en el Perú en un contexto de cambios de gran magnitud sobre la arena mundial, suena en verdad al bizantinismo previo a que la realidad nos obligue a nuestro propio viraje. Y los recortes del ministro Valdivieso a las partidas presupuestales, afectando el gasto social, son del tipo de medicina de la abuela (en este caso el FMI) que aplicamos a toda circunstancia, esperando que tenga algún efecto.

El presidente García además tiene normalmente una relación dual con el entorno: por una parte no quiere aceptar que la “excepción peruana” (que crece más que nadie en el mundo, tiene la inflación más baja, las reservas más altas, etc., y que no lo afecta el entorno, dada la magistral política de atraer las inversiones para acá, en vez de pelearse con los inversionistas), ya no jala para adelante, donde los que van a faltar son los caballos de los inversionistas y las carretas del comercio internacional, dañadas por la crisis. Al mismo tiempo, no puede sustraerse a los “consejos” (mandatos) del sistema financiero, a escala internacional y nacional, que está viendo sus propios intereses en cada país, a través de la demanda de ajustes rápidos: niveles de gasto, deuda, crédito interno, etc., que representan riegos para esos intereses.

Raúl Wiener
Unidad de Investigación
Desde Barcelona, España
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La República 23 09 08

Fotocheck: la crisis internacional y el Perú
Pedro Francke
Economista Universidad Católica

Está fuertaza. En el lado financiero la desconfianza es total. No es para menos, ya que miles de millones de bonos hipotecarios triple A resultaron valer nada: una especie de CLAE multiplicado por un millón. La quiebra de instituciones financieras no ha terminado y el crédito está paralizado. Los bancos del centro (EEUU) absorben capitales de la periferia (países en desarrollo) para poder sostenerse.Socialismo de los ricos. La estatización de Fannie Mae y Freddie Mac es la más grande de la historia, apropiándose el gobierno de EEUU de activos por 6´´000,000´000,000 de dólares. Siguen más intervenciones. La cantidad de dinero que está metiendo el gobierno estadounidense para rescatar a sus financieras es impresionante.

La crisis no es solo financiera. Las economías gringa y europea ya están en recesión, que se va agudizar y no será corta. La paralización de crédito y la crisis inmobiliaria han detenido la construcción y el conjunto de la economía. Los impactos recesivos de la crisis financiera están en plena fase de expansión.

Primer golpe en Perú. El BCR ha vendido 1,500 millones de dólares en diez días para evitar un alza del tipo de cambio. ¿Se trata de especulación interna o salida de capitales? Está por verse si este movimiento implicará un recorte del crédito interno y la magnitud de este. También está por verse cómo reaccionará el BCR y cuánto golpeará nuestro crecimiento.

Segundo golpe en Perú. Los precios de los metales han caído fuertemente antes de esta última agudización de la crisis, y caerán más. El cobre que llegó a estar a 4 dólares la libra, ahora está en 3.25. ¿Cuánto más caerán los metales? Solo el oro sube en vez de bajar, porque sirve como refugio de valor ante la desconfianza en los bancos. Menos gasto público. La caída de precios internacionales se reflejará en menos impuesto a la renta (30%) y menos canon regional y municipal. Valdivieso tiene pretexto para recortar el gasto público, aunque igual podría responder con más impuestos a los más ricos. Consejo a los gobiernos regionales y locales con canon: mejor guarden pan para mayo y no se apuren en gastar.

Tercer golpe en Perú. La demanda por exportaciones no tradicionales va a bajar. El TLC entrará en vigencia en el peor momento: cuando EEUU no quiere comprar sino vender. Paradoja anti-García: venderemos más textiles a la Venezuela de Chávez que a los EEUU.Precio de los alimentos y petróleo abajo. La tendencia a la baja de estos precios ayuda al gobierno en la lucha antiinflacionaria. Gracioso Del Castillo: cuando los precios internacionales suben, la inflación es externa; cuando los precios internacionales bajan, la inflación cae gracias al gobierno.

Con la guardia baja. Es verdad que tenemos muchas Reservas Internacionales, lo que nos ayuda. Pero la hiperacelerada con apertura del gobierno ha llevado a un déficit externo que venía creciendo muy rápidamente. Por su imprudencia podemos irnos de narices.

Una nueva economía mundial? No, no es el fin del neoliberalismo. Es como la crisis de los Savings & Loans cuando Reagan. Solo es el fin de una burbuja financiera gigantesca, que requerirá una regulación financiera básica para estos intermediarios de bonos y titulizaciones que trabajaban sin supervisión prudencial. La siguiente década todavía veremos TLCs, movimientos de capitales y FMI.

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