EL PERU SE CONVIRTIO EN EL TERCER PAIS CON MAYORES INVERSIONES EN CHILE

EL COMERCIO DICIEMBRE 23, 2009

El Perú se convirtió en el tercer país con mayores inversiones en Chile

16:44 | La incursión del grupo Brescia en el vecino país logró que la cifra de inversiones peruanas en Chile alcance los 400 millones de dólares este año

Según el Comité de Inversiones Extranjeras de Chile, el Perú invirtió 23 millones de dólares en el país del sur en el 2008. Esta cifra resulta mínima si se compara con el reporte de este año: 400 millones de dólares.

¿Cómo se llegó a dicho monto? La respuesta señala al grupo Brescia. Su adquisición de la cementera Melón en agosto de este año, con lo cual se convirtió en el principal actor del negocio del cemento en el vecino país, hizo que el Perú se haya convertido este año en el inversor número tres en Chile. Con esta cifra, el Perú se adjudicó el 6,4% de participación del mercado de inversiones chileno.

“Perú nunca había figurado entre los principales inversionistas en Chile. El año pasado solo reportó inversiones por 23 millones de dólares, pero este año se ha ubicado entre los primeros tres del ránking”, aseguró un portavoz de la entidad a la agencia Andina.

El ranking fue liderado por Estados Unidos, con 3 mil 730 millones de dólares, que equivale a un 59,4% del total, y en segundo lugar se ubicó Australia, con 560 millones de dólares, con lo que se adjudicó el 8,9%.

La inversión extranjera en Chile ascendió a 6 mil 280 millones de dólares este año, la segunda cifra más alta de los últimos ochos años, luego del pico histórico registrado el año pasado, en que se registraron 10 mil 492 millones de dólares.
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De: valetodo@yahoogroups.com [mailto:valetodo@yahoogroups.com] En nombre de jorge cepeda
Enviado el: domingo, 11 de octubre de 2009 05:59 a.m.
Asunto: Valetodo - Perú y Chile: Una historia de éxito en los negocios opacada por el clima político

Perú y Chile: Una historia de éxito en los negocios opacada por el clima político
Mientras la agenda política entre Chile y Perú avanza por una compleja senda, marcada por desacuerdos limítrofes y las heridas de un antiguo conflicto armado -la Guerra del Pacífico (1879-1884)-, los negocios entre ambos países parecen ir viento en popa. En esta guerra Chile combatió contra Perú y Bolivia, y como consecuencia de la victoria del primero, las provincias peruanas de Tacna, Arica y Tarapacá -regiones ricas en salitre y cobre- pasaron a formar parte del territorio chileno.

Este acercamiento en el terreno económico quedó demostrado en agosto último, cuando el mayor conglomerado empresarial de Perú, Grupo Brescia -cuyas ventas alcanzaron los 3.250 millones de dólares al cierre del 2008 y con negocios en banca, minería, hotelería, salud, industria química y agrícola-, aterrizó directamente en Chile para anunciar una importante operación: la adquisición del 80% de Lafarge Chile -ex Cementos Melón-, la mayor cementera del país.

Según declaró Mario Brescia, presidente del Grupo, a través del diario chileno El Mercurio, “no se había presentado una posibilidad tan concreta como ésta. Hace muchos años que hemos estado buscando oportunidades en Chile”. Asimismo, el ejecutivo explicó que los planes del conglomerado en el país contemplan, además del negocio cementero, el desarrollo de un yacimiento de oro, construcción de plantas petroquímicas y proyectos en el rubro pesquero, casi todos en alianza con socios chilenos.

A juicio de Juan Garrido, profesor de la Facultad de Economía y Negocios Internacionales de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), “la mayor concreción de negocios entre Chile y Perú, en principio, expone a las compañías peruanas a métodos de producción y prácticas empresariales más avanzadas. Esto, debido a que las empresas chilenas han disfrutado de un mayor período de estabilidad macroeconómica, por lo que han podido mejorar sus procesos de negocio a un nivel que no ha sido posible alcanzar por las firmas peruanas. Ello se traduce en una oportunidad, en un entorno más competitivo para las entidades peruanas”.

La posibilidad de resolver problemas históricos
El profesor además enfatiza que “mientras mayor sea la relación comercial entre Perú y Chile, mayor será la alineación de intereses entre ambas naciones, lo que posibilitará resolver problemas históricos que hoy limitan el aprovechamiento de oportunidades de cooperación, incluso en esferas no económicas”.

En cambio, Leonardo Liberman, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibañez (UAI) de Chile, va aún más lejos y califica la fusión entre el Grupo Brescia y la chilena Lafarge, como una señal de integración económica regional. “La incursión del conglomerado peruano en Chile es un signo de que la región latinoamericana se apronta a entrar en una fase de integración económica y comercial sin precedentes, acompañada de una serie de inversiones extranjeras directas, desde la región a la misma región. Casi toda la información de mercado apunta a que esta integración comenzará en la próxima década y se caracterizará por una franca expansión de las compañías latinoamericanas en el continente, a través de adquisiciones, fusiones, alianzas y joint ventures”, detalla el académico.

Distinta es la opinión de Beatrice Avolio, profesora del Centro de Negocios de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quien se refiere a la operación del Grupo Brescia, como “una excepción a la regla. En el corto plazo no veo a empresarios peruanos ingresando a Chile en negocios de alto perfil y con mayores márgenes de lo que podrían lograr en el Perú. En otras palabras, si los grupos chilenos están creciendo en el Perú, ¿por qué los empresarios peruanos apostarían por un mercado ya maduro como el chileno?”.

Por su parte, José Noguera, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), describe el positivo impacto de la adquisición de Brescia para la industria del cemento, tanto en Chile como en Perú. “Es esperable una mayor integración vertical entre ambos países, especialmente en el mercado del cemento y en aquellos sectores que utilizan el cemento como insumo en sus procesos productivos. Servicios tales como consultoría, contabilidad, publicidad y mercadeo también se verán favorecidos, especialmente en Perú. De igual forma, es probable que aumenten las exportaciones chilenas de cemento hacia ese país”.

Más de 10 años de negocios entre Perú y Chile
Gonzalo Jiménez, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibañez, en Chile, explica quelos negocios entre Perú y Chile no son un fenómeno nuevo, y de hecho, se vienen dando con fuerza hace más de 10 años. “Hace mucho tiempo que Chile exporta su modelo de retail al Perú y éste transmite sus experiencias en minería; Perú exporta su destacada gastronomía a Chile y éste envía sus productos industriales con tecnología más sofisticada. Son varias las empresas chilenas que han ido a explorar nuevas oportunidades en Perú”.

“Lo anterior se debe principalmente a que hoy el mercado peruano tiene un mayor potencial de crecimiento respecto de Chile”, argumenta la profesora Avolio, “lo que convierte a Perú en un destino más atractivo para las inversiones empresariales de Chile y de otros países del mundo”.

En este sentido, el profesor Garrido aporta que “Chile es un mercado más pequeño, cuya ubicación geográfica está relativamente alejada de los grandes flujos económicos globales, por lo que existe un límite a la expansión en el mercado interno. Sólo la internacionalización posibilitará a las compañías chilenas alcanzar mayores niveles de crecimiento”.

“Así, hoy es posible ver en Perú varias tiendas chilenas por departamento como Falabella y Ripley, Farmacias Ahumada, Casa & Ideas, Homecenter Sodimac e Easy –artículos para el hogar y la construcción-, entre otras”, ejemplifica el profesor Jiménez. En contraste, la inversión peruana en Chile es bastante menor, asevera el profesor Noguera.

No obstante, Jiménez se apronta a aclarar que “los capitales peruanos en Chile provienen de los conglomerados empresariales que dominan las familias de los Romero, que han invertido en la banca chilena y los Wiese, que cuentan con una importante participación en la industria chilena del retail. Tampoco podemos olvidar a los empresarios gastronómicos Gastón Acurio y Emilio Pescheira, que han incursionado con éxito en Chile”.

Los fracasos comerciales entre ambos países
Pese a estos 10 años de exitosa relación empresarial entre Perú y Chile, “han habido episodios muy lamentables en la relación comercial entre ambos países”, repara el profesor Garrido. “Está el caso de Aero Continente –firma aerocomercial peruana que operó en Chile entre 1999 y 2001-, que tuvo que enfrentar acusaciones judiciales de lavado de dinero para el narcotráfico, tanto en Perú y en Chile, como en Estados Unidos. También hay que mencionar a la empresa chilena de alimentos Luchetti, que fue acusada en Perú de corrupción”.

En 2005 Luchetti fue acusada de tráfico de influencias, luego de que la compañía solicitara “favores” a representantes del poder judicial peruano, para construir una planta en una zona del país considerada ecológicamente protegida.
Sin embargo, el profesor Jiménez rescata que, “lo novedoso en el caso del Grupo Brescia, es que rompe con la tendencia que se venía dando el último tiempo en la dinámica comercial entre ambas naciones, donde la mayoría de las inversiones se han materializado desde Chile hacia Perú”.

Similar es la visión de Jorge Torres, profesor del Centro de Negocios de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quien plantea que “hasta hace poco los negocios entre Chile y Perú se resumían a la incursión de capitales chilenos en el mercado peruano. Uno de los ejemplos más emblemáticos fue la compra de supermercados Wong del Perú por parte de la chilena Cencosud -operación avaluada en 500 millones de dólares y que se concretó en diciembre del 2007-. Sólo ahora se reinauguran las inversiones peruanas en Chile, a través de los Brescia”.

Las temidas barreras políticas
El profesor Jiménez advierte que las temidas barreras políticas podrían constituir un freno a la mayor integración comercial entre ambos países. “El único temor que queda entre los empresarios chilenos es de carácter político. Si bien con el Presidente Alan García al mando, hoy Perú avanza por la estabilidad y el crecimiento económico, existe un miedo mínimo en verdad, de que una nueva y futura administración en Perú, más populista y más cercana a la órbita del primer mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, cierre espacios a los empresarios chilenos. En todo caso, según las encuestas en Perú, la posibilidad real de que esto suceda es bajísima”.

El profesor Noguera también apunta al plano político como una importante valla, para el desarrollo comercial entre ambos países. “Incluso, las relaciones diplomáticas entre Perú y Chile se han tensado un poco las últimas semanas, aunque yo no esperaría mayores consecuencias en el ámbito económico. Ello porque los inversionistas ya están acostumbrados a la inquietud, toda vez que se presentan eventos de inestabilidad política. Creo que el resultado de las próximas elecciones presidenciales en Chile -diciembre del 2009- podría incidir sobre esta tendencia”.

Mientras, el profesor Garrido revela que hay profundos obstáculos políticos en el inconsciente colectivo peruano, que están impidiendo el total aprovechamiento de oportunidades de desarrollo económico entre Chile y Perú. “Hay reacciones de tipo chovinista ante la entrada de capitales chilenos en sectores estratégicos de Perú, como por ejemplo puertos y aeropuertos, lo que impide aprovechar todo el potencial de negocios entre ambos países. Este chovinismo proviene en parte de ciertos grupos políticos, que se aprovechan de las heridas de una guerra antigua”, señala refiriéndose a la guerra del Pacífico.

Las vallas administrativas y culturales
La profesora Avolio expone otras barreras de orden administrativo en la concreción de negocios entre ambas naciones. “Los empresarios chilenos que tienen planes de incursionar en el mercado peruano pueden enfrentar además vallas de tipo administrativo, debido al exceso de formalidades que existe en la industria peruana, además de enfrentar una inestabilidad legislativa mayor, comparada con Chile”.

A lo anterior el profesor Liberman suma diferencias culturales que también se presentan como un desafío para las entidades peruanas que planean operar en Chile. “Hay ciertas divergencias culturales, como por ejemplo, en la percepción y el uso del tiempo, siendo la cultura chilena más estricta, con un sentido de urgencia mayor frente a la cultura peruana. Otro aspecto es la diferenciación de roles asociada a géneros, donde en Chile éstos son más balanceados comparado con Perú”.

Pese a las fuertes vallas políticas, administrativas y culturales, Liberman destaca que “este año entró en vigencia el Acuerdo de Libre Comercio entre Perú y Chile, sustituyendo el anterior Acuerdo de Complementación Económica de 1998 que regía a ambos países desde esa fecha”. Este nuevo convenio, añade, “provee un respaldo jurídico a las inversiones provenientes de ambos países y entrega mecanismos de solución expedita a controversias asociadas a las inversiones y el comercio. Dicho marco comercial potenciará el intercambio bilateral, reforzando el flujo recíproco de capitales y la materialización de inversiones extranjeras directas, con importantes beneficios para los empresarios de Perú y Chile”.

Éxitos y Fracasos del Grupo Brescia
Sin duda, lo anterior debería servir de trampolín para la concreción de los objetivos de negocio que ha trazado el Grupo Brescia en Chile, cuyos éxitos en opinión del profesor Torres, “superan largamente sus escasos resbalones. De hecho, Brescia planea la construcción de un gran hotel en pleno centro financiero-comercial del distrito peruano de San Isidro. Además, está gestionando la fusión de Sipesa -su empresa pesquera- con Tasa -su compañía de alimentos-.

“Hay que destacar que el conglomerado Brescia es propietario de 40 diferentes firmas, que operan en varios sectores de la industria peruana, consolidándose como la principal entidad empresarial del Perú”, agrega el académico.
Sin embargo, la profesora Avolio recuerda que en la década de los´80, el negocio Scala -tiendas por departamento- de Brescia no prosperó como lo había planificado inicialmente la compañía y, “conocidos son sus fracasos con su Sociedad Anónima Mercantil de Lima -distribuidora de bienes de consumo- y con su empresa Textil Unión”. Algunas de las causas que propiciaron estos fracasos fueron la alta inflación y la devaluación que caracterizaron a los ‘80”.

En tanto, el profesor Liberman reitera su tesis de que la fusión de Brescia con la chilena Lafarge es el puntapié inicial para la integración económica regional, comentando que este hecho se suma a “la integración de las bolsas de comercio de Chile, Perú y Colombia, prevista para fines del 2010. Ello incrementará los flujos de capital entre estas naciones y la inversión transfronteriza directa en unas 560 empresas”.
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EL COMERCIO SETIEMBRE 1, 2009

Grupo Brescia compró el 84% de Lafarge Chile por US$555 millones

8:10 | Mario Brescia señala que Chile será su base para pensar en negocios regionales. Buscan controlar el 100% de la empresa

El grupo Brescia concretó ayer la adquisición del 84% de acciones de la cementera Lafarge Chile a la matriz en Francia por US$555 millones, entre activos y pasivos de la empresa. Esta operación empezó el pasado jueves, cuando la corporación peruana lanzó una oferta pública de adquisición (OPA) de acciones por hasta el 100% de la propiedad, que considera un precio cercano a US$0,1034 por acción.

La OPA por el porcentaje minoritario, que se realiza en cumplimiento de la normativa chilena, tendrá una duración de 30 días, período en el que los accionistas minoritarios deberán decidir si venden sus títulos o se quedan con su participación dentro de la empresa.

TOMANDO EL CONTROL
El grupo busca controlar el 100% de la empresa y quizá dentro de sus planes se contemple comprar todas las acciones que circulan en la Bolsa de Comercio de Santiago de Chile para luego deslistar (retirar) la acción de Lafarge Chile. La compañía sería rebautizada como Cementera Melón.

Ayer renunciaron siete directores, los cuales fueron reemplazados por Pedro Brescia Cafferata, en calidad de presidente; Mario Brescia Cafferata, Álex Fort Brescia, Pedro, Fortunato y Mario Brescia Moreyra, y Javier Etcheberry Celhay (que ya venía desempeñándose como director). José Luis Orbegoso, que hasta ahora era gerente financiero de la pesquera Tasa, será el gerente general.

Mario Brescia padre señaló ayer en “El Mercurio” que, entre los acuerdos con Lafarge, se consideró el retorno de tres ejecutivos a Chile, que estaban trabajando en la matriz de París, para ocupar cargos en la dirección. Para el grupo, esta operación es base para adquirir conocimiento de la industria cementera, con miras a competir a largo plazo en el sector a escala regional.

NEGOCIOS EN EL SUR
Mario Brescia también reveló que el grupo tiene entre sus planes exportar cemento al Perú, un mercado que consideran con capacidad de crecer. Respecto de la crisis, que causó la caída de la construcción en Chile, afirmó: “Esto pasa. Y ya vemos la luz en el fondo del túnel”. Sobre otros negocios en Chile, dijo: “Siempre estamos dispuestos a ver posibilidades. El calendario corre, y la nueva generación tendrá que continuar esta estrategia”.

“NACIMOS SOLOS, MORIMOS SOLOS”
Cuando “El Mercurio” le pregunta a Mario Brescia si la familia tenía vocación de apostar a los negocios de manera solitaria, respondió: “Nacimos solos, morimos solos. Pero, bueno, estamos dispuestos a trabajar con socios”. Brescia dejó entrever que así como se asociaron con Sigdo Koppers en Nitratos del Perú (petroquímica), podrían unirse a otro socio chileno en el sector pesquero.

Medios de comunicación santiaguinos como “Diario Financiero” y “La Tercera” han revelado que los Brescia eran muy allegados al fallecido Anacleto Angelini Fabbri, cabeza del grupo Angelini e italiano como el padre de los Brescia. En el sector inmobiliario poseen contactos con el presidente de Falabella, Juan Cúneo, y con los hermanos Lázaro, Michel y Andrés Calderón, de Ripley.
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PERU 21 AGOSTO 31, 2009

El grupo Brescia apunta a más inversión en la región

Mario Brescia dice que evalúan las posibilidades en el sector minero del vecino país del sur. Confirma que en 2010 empezará un proyecto aurífero en Tacna, en la frontera con Chile.

En entrevista con el diario chileno El Mercurio, Mario Brescia, uno de los patriarcas del conglomerado empresarial peruano que lleva su apellido, reveló que el grupo no solo apunta a inversiones en Chile (donde compró Lafarge, la mayor cementera de ese país, por US$555 millones), sino también en América Latina.

“Estamos mirando no solo Chile, sino la región. Para nosotros es una base esta adquisición (la cementera), porque nos puede dar la capacidad de conocimiento de la industria. Creemos que podemos ser un jugador regional de largo alcance”, sostuvo.

Sobre las oportunidades en el país vecino del sur, el empresario indicó que están interesados en el sector minería, en especial, en lo relacionado a la explotación de cobre u otro mineral. “Siempre estamos dispuestos a ver posibilidades. El calendario corre y la nueva generación tendrá que continuar esta estrategia”, explicó tras calificar a Chile como su “segunda patria” al concretarse esta inversión.

Brescia también reconoció que el Banco Estado de Chile financiará el 30% del pago por la operación de compra de la compañía de cementos, que rebautizarán con el nombre de Cementos Melón.

No descartó profundizar la asociación con la empresa chilena Sigdo Koppers para la instalación de una planta de explosivos no militares, con lo que podrían internacionalizarse juntos.

INVERSIÓN EN TACNA. El empresario adelantó que el próximo año empezarán un proyecto aurífero en Tacna, en la localidad de Pucamarca, cerca a la frontera con Chile. “Los estudios de impacto ambiental ya han sido aprobados. Vamos a tener que usar agua subterránea para la mina y ya contamos con la autorización de las autoridades regionales”, aseguró.
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EL COMERCIO AGOSTO 30, 2009

PODEROSOS Y SILENCIOSOS
Los secretos de los Brescia

Es el único grupo empresarial que ha sido recibido en el Salón Azul del Palacio de la Moneda, en Chile, donde los gobernantes de ese país se reúnen con otros presidentes. Aun así, a pesar de su magnitud, los Brescia todavía son una celebridad desconocida. Son tan reservados que su principal excentricidad es el silencio. Las personas que son entrevistadas para un artículo sobre los Brescia solicitan de antemano el anonimato, por un temor casi generalizado entre sus allegados a perder su amistad o su trabajo.

Su carácter, modesto para la vanidad y conservador para los negocios es un tema recurrente entre empresarios que admiran su habilidad para multiplicar la riqueza, economistas que intentan explicar el éxito de su modelo, y periodistas que buscan sin fortuna aproximarse a su intimidad.

Los Brescia acaban de comprar Lafarge Chile, la cementera más importante de ese país, a la matriz en París. Han invertido US$555 millones en la adquisición, que equivale a 12 veces la inversión histórica del Perú en Chile, e invertirán US$600 millones más hasta el 2010. A pesar de que ya habían extendido los brazos del grupo a Brasil (Minera Taboca), Colombia (Soldaduras Wast Arco y Megriweld) y Venezuela (Comelven), su última compra los convierte en protagonistas de la economía en América Latina.

Esa parece ser la paradoja que define a los Brescia: sumamente herméticos, pero que el alcance de sus operaciones hace que se desempeñen en los negocios con la discreción de un canguro atrapado en una cristalería.

EL MIGRANTE ITALIANO
Dicen que los Brescia son ese modelo de dinastía que se origina con la llegada de un humilde inmigrante a América Latina, pero con un instinto animal para hacer dinero. Fortunato Brescia Tassano, el patriarca, desembarcó en el Callao a fines del siglo XIX. Natural de Cogorno, Génova, Brescia huyó de la crisis laboral en Europa, determinada por el crecimiento industrial. Trabajador, prudente y disciplinado, para 1930 ya había adquirido fundos en el Callao, Lima, San Borja y San Isidro, que empezaron a urbanizarse a partir de 1940, capitalizando liquidez para diversificarse en otros sectores. Hoy, más de 50 años después, sus herederos Pedro y Mario han transformado su apellido en el holding más poderoso del Perú, con más de 40 empresas en diversos sectores estratégicos de la economía, como finanzas, pesca, petroquímica, seguros, minería, turismo, agroindustria y salud, con ventas anuales por encima de los US$2.500 millones.

PEDRO Y MARIO, HEREDEROS
Pedro nació en 1921, durante el primer centenario de la independencia. Mario en 1929, en pleno crack internacional. Su padre les inculcó amor por la tierra, no solo por la gratitud que desarrolló con el Perú, sino por su valor intrínseco: para el patriarca, la propiedad, primero para su desarrollo agrícola y más tarde por su potencial urbanístico, representó su principal fuente de acumulación de capital.

Pero a lo largo de su trayectoria, tanto el patriarca como los herederos, los Brescia han sido capaces de desprenderse estratégicamente de sus propiedades. En 1943, Fortunato Brescia aceptó que le expropiaran parte del fundo, para que se construyera el terminal aéreo de Limatambo, porque consideró que sus terrenos adquirirían más valor una vez que se construyera el aeropuerto.

Pedro y Mario imitaron el ejemplo. A principios de 1990, cuando la Bolsa de Valores de Lima estuvo a punto de mudarse de su sede principal —propiedad de los Brescia— por falta de pago de la renta, los Brescia le remataron el edificio a la Sociedad de Agentes de Bolsa: de esa manera el grupo no perdió los alquileres de otras propiedades cercanas donde operaban otros agentes del mercado de valores. Como dice un alto ejecutivo del grupo: “No les gusta vender propiedades, pero si lo hacen es solo para ganar más valor”.

EL ESTILO PROPIO
Es difícil identificar un patrón de inversión de los hermanos Brescia. Pero a la luz de sus adquisiciones se podría decir que su estilo consiste en la compra de participación —total o parcial— en empresas en funcionamiento, de las que saben desprenderse también por negocios: como no todo ha sido éxito en su carrera, en los noventas se deshicieron de Tejidos la Unión y de los supermercados Scala, antes de su inminente crack.

A pesar de que existen analistas que dicen que los Brescia son sumamente prudentes para hacer inversiones, un abogado que trabaja cerca de sus empresas confesó que los hermanos son capaces de asumir riesgos si el sector representa un valor a largo plazo: acaban de comprar Lafarge en plena recesión de la construcción en Chile. Pasó lo mismo con las compras del BBVA Banco Continental (recesión de 1995), el Sindicato Pesquero S.A. (veda 2005-2006) y con la construcción de los hoteles Libertador en Lima, Cusco y Paracas (crisis del turismo 2008-2009).

Quienes los conocen coinciden en su meticulosidad para leer las comas y las letras chicas en los contratos , recordar al detalle problemas legales de sus empresas y hacer apuntes durante los directorios en los que participan en papelitos sueltos, a los que más tarde le harán su respectivo seguimiento. “Te sorprendería la importancia que les dan a problemas casi inexistentes, si los comparas con el tamaño de sus empresas”, añade un ejecutivo del holding.

BRESCIA: LA SUCESIÓN
Pedro y Mario Brescia han señalado que no piensan en la sucesión. Pero también dijeron “no” en mayo del 2008 (en América Economía) cuando les preguntaron si invertirían fuera del Perú. Según uno de sus abogados, si bien aún no existe un protocolo familiar —hasta donde él sabe— la dirección del grupo se mantendrá tal como se planteó desde que Pedro y Mario asumieron la presidencia: en equipo.

Pedro no tuvo herederos. Los hijos de Mario —Fortunato, Mario y Pedro Brescia Moreyra— se desempeñan en los sectores minería, pesquería y turismo, respectivamente. Alex Fort Brescia, hijo de Rosa, está en seguros. Pero como familia supervisan a todos los altos ejecutivos de las empresas.

Lo que queda claro es que el despegue del grupo, si bien fue liderado por Pedro y Mario, será desarrollado por la tercera generación. “Ellos trabajarán hasta el último minuto, pero las utilidades de la inversión en Chile, y quizá más tarde en Colombia y Brasil, la verán los hijos”, señaló una fuente.

Ni los más conocidos, ni los más poderosos, ni los más influyentes. Rótulo que difícilmente se ajustará a su tamaño.

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