MANDATARIO DESTACA PROFESIONALISMO DE EXTINTO PERIODISTA ROJAS SAMANEZ

DEL PAIS 26 de mayo de 2008

MANDATARIO DESTACA PROFESIONALISMO DE EXTINTO PERIODISTA ROJAS SAMANEZ

El Presidente de la Republica, Alan García Pérez, asistió ayer al velatorio del periodista y politólogo Álvaro Rojas Samanez, quien falleció ayer victima de un paro cardiaco, y destacó que era un profesional de “alta notabilidad y capacidad” y un “gran estudioso de la realidad nacional”.

“He venido a rendir homenaje a un periodista de alta notabilidad y capacidad y un gran estudioso de la realidad nacional, el señor Álvaro Rojas Samanez, que nos deja libros de gran profundidad”, expresó.

El Mandatario llegó hasta el local de Cafae, ubicado en la cuadra 2 de la Av. Las Artes Sur, distrito de San Borja, donde expresó sus condolencias a los familiares de Álvaro Rojas Samanez.

En dicho lugar, le dio el pésame a la esposa del destacado periodista, Lena Vanini, así como a sus dos hijas Florencia y Alejandra.

En declaraciones a la prensa, el dignatario mencionó que Rojas Samanez deja libros de enorme importancia como su interpretación de la historia de los partidos políticos en el Perú.

“Yo le rindo homenaje porque ha sido un gran estudioso de la realidad, con un profundo conocimiento del fenómeno subversivo y terrorista de la historia del Perú, y que, además, interpretó siempre con mucho equilibrio, sin ninguna animadversión los temas del Perú intentando comprenderlos en profundidad”, manifestó.

Dijo que “el Perú debe un homenaje a Álvaro Rojas Samanez, cuyos textos van a contribuir a que conozcamos la historia de los últimos tiempos”.

OJO 26 de Mayo de 2008

ALAN EN VELATORIO
Dio pésame por Rojas Samanez

El presidente Alan García asistió ayer al velatorio del destacado periodista y politólogo Alvaro Rojas Samanez, para expresar a su familia sus condolencias y pesar por la pérdida de una de las figuras más destacadas en el ámbito intelectual y político del Perú. Sostuvo que el país ha perdido a un periodista de alta “notoriedad”, que tenía profundo conocimiento del fenómeno terrorista, de la historia del Perú y que siempre interpretó hechos con mucho “equilibrio”. Al velatorio del referido periodista asistió también el ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, quien destacó la enorme contribución de Rojas al debate político, a través de sus libros sobre partidos políticos. Alvaro Rojas Samanez, quien murió el pasado sábado de un ataque cardíaco, estaba escribiendo un libro sobre la gestión de Alan García.

LA RAZON 26 de Mayo de 2008

Carnecitas

Presidente García expresa sus condolencias a familia de Álvaro Rojas Samanez.
Lamentable pérdida
El presidente Alan García expresó sus condolencias a la familia del destacado periodista y politólogo, Álvaro Rojas Samanez, quien falleció en la víspera, a causa de un infarto. El jefe de Estado dijo que el Perú perdió a un periodista de alta notoriedad, que tenía profundo conocimiento del fenómeno terrorista, de la historia del Perú, y que siempre interpretó los hechos con mucho “equilibrio”. Al velatorio asistió también el ministro Juan Valdivia, quien destacó su enorme contribución al debate político del país, a través de sus libros sobre partidos políticos. Álvaro Rojas Samanez estaba escribiendo un libro, sobre la gestión del presidente Alan García, que ya está en la imprenta, reveló su hermano Gonzalo Rojas.

EL COMERCIO 27 de Mayo de 2008

COMENTARIO DEL EDITOR
La vieja deuda de los partidos con Álvaro Rojas
Por: Juan Paredes Castro

Ha muerto alguien que durante toda su vida como periodista no tuvo otro sueño --ahí están sus libros para confirmarlo-- que vivir en un país democrático con un sistema político basado en partidos de probada democracia interna.
Quiso que ese país, tan agobiado por caudillismos, autocracias y tiranías militares y civiles de todos los tiempos, y con tan escasas e intermitentes luces de institucionalidad a lo largo de su historia, fuese por fin el Perú.
¿Por qué este sueño optimista de Álvaro Rojas Samanez no lo tuvieron o lo tienen muchos de nuestros políticos fundadores de partidos, o si lo tuvieron y lo tienen, quién o quiénes, más abajo, o más allá, se encargaron y se encargan de estropearlo?
Más de una restauración democrática debió haberlo llenado de escepticismo y miedo, como más de una interrupción constitucional debió haberle encendido la esperanza de una vuelta a la normalidad, con la incómoda pregunta de siempre: ¿qué es una vuelta a la normalidad en el Perú?
Una vuelta a la normalidad, por ejemplo, con la convocatoria a elecciones generales como si el país no se jugara su suerte en ella; con la reaparición de partidos y candidatos repletos de derechos propios y huérfanos de obligaciones con el país; y con un Estado divorciado del cambio y de la modernidad.
A Rojas lo animaba y lo decepcionaba el período político de transición de los últimos ocho años que siguieron al derrumbe del régimen autocrático y corrupto de Alberto Fujimori. Lo animaba que de Valentín Paniagua a Alan García, pasando por Alejandro Toledo, hayamos recuperado la pirámide de nuestras reglas democráticas. Pero lo decepcionaba que buena parte de esa pirámide, como la libertad de fundar y desarrollar partidos políticos, careciera de efectivo contenido democrático interno, o cómo las normas constitucionales y legales vinculadas al sistema electoral, a la representación en el Congreso y al funcionamiento unicameral de este, no sirvieran sino para hacer de nuestra vida política todo un desenvolvimiento de mediocridad.
Con perdón de los politólogos, Rojas fue siempre para muchos que lo conocimos de cerca un observador agudo y constante de la historia política peruana, con todos sus aciertos y equivocaciones. Pero más que eso buscaba, con ansiedad, que los cambios que deseaba vivamente en los partidos políticos ¡sobrevinieran ya!
Confiamos en que las lecciones de Álvaro Rojas no hayan entrado por una oreja y salido por la otra de nuestra clase política y que nos recuerden que de la reeducación de esta depende que el país no tire por la borda otra década más de las tantas que hemos enajenado.

-----Mensaje original-----
De: Guillermo Tejada [mailto:gtejada@mincetur.gob.pe]
Enviado el: Martes, 27 de Mayo de 2008 02:40 p.m.
Asunto: RE: PROPUESTA RESPECTO A LOS TALLERES

Aunque parezca mentira raquel yo tampoco creo en los homenajes postumos,
pero creo que esta es una gran excepción...en fin...seguimos siendo tres.
Abrazos
guillermo

-----Mensaje original-----
De: Raquel Carrero [mailto:rcarrero@mintra.gob.pe]
Enviado el: Martes, 27 de Mayo de 2008 02:35 p.m.
Para: 'Guillermo Tejada'; 'Martha Elena Toledo Ocampo Ureña'
CC: cluna@minag.gob.pe; gbernal@pcm.gob.pe; ssato@vivienda.gob.pe;
fchirinos@chisac.com; 'ALVARO VALLENAS - SUNAT'; casian@mininter.gob.pe;
eamans@pcm.gob.pe; egonzalez@pcm.gob.pe; fmendoza@mef.gob.pe; 'GEMO - CASA';
'GEMO YAHOO'; 'Imagen'; jchincha@minjus.gob.pe; 'Lurmeta@Minedu. Gob. Pe';
lzajec@mtc.gob.pe; ocii@produce.gob.pe; rmartinez@minem.gob.pe;
rsanchez@produce.gob.pe; rtrujillo@minsa.gob.pe; 'SILVIA CONTRERAS -
PRODUCE'; srojas@mimdes.gob.pe
Asunto: RE: PROPUESTA RESPECTO A LOS TALLERES

No creo en los homenajes póstumos. Me parece un infortunio que haya muerto
ese día, lejos de la gente que lo amaba, en medio de una reunión
burocrática. No critico a Guillermo por su iniciativa, seguro lo empuja el
mismo deseo que me hizo a mí prender una vela por el alma de Alvaro. No era
mi amigo pero he sentido mucho lo sucedido.
Raquel

-----Mensaje original-----
De: Guillermo Tejada [mailto:gtejada@mincetur.gob.pe] Enviado el: Martes, 27
de Mayo de 2008 01:50 p.m.
Para: 'Martha Elena Toledo Ocampo Ureña'
CC: cluna@minag.gob.pe; gbernal@pcm.gob.pe; ssato@vivienda.gob.pe;
fchirinos@chisac.com; ALVARO VALLENAS - SUNAT; casian@mininter.gob.pe;
eamans@pcm.gob.pe; egonzalez@pcm.gob.pe; fmendoza@mef.gob.pe; GEMO - CASA;
GEMO YAHOO; GUILLERMO TEJADA DAPUETTO; Imagen; jchincha@minjus.gob.pe;
Lurmeta@Minedu. Gob. Pe; lzajec@mtc.gob.pe; ocii@produce.gob.pe;
rcarrero@mintra.gob.pe; rmartinez@minem.gob.pe; rsanchez@produce.gob.pe;
rtrujillo@minsa.gob.pe; SILVIA CONTRERAS - PRODUCE; srojas@mimdes.gob.pe
Asunto: RE: PROPUESTA RESPECTO A LOS TALLERES

Gracias Embajadora, contandola a Usted y a Suzie Sato ya somos
tres....alguien más se pronucnia al respecto??

-----Mensaje original-----
De: Martha Elena Toledo Ocampo Ureña [mailto:mtoledo@rree.gob.pe] Enviado
el: Martes, 27 de Mayo de 2008 01:43 p.m.
Para: Guillermo Tejada
Asunto: RE: PROPUESTA RESPECTO A LOS TALLERES

Guillermo: a mí también me ganó el sábado y domingo muy mal con la gripe y
no pude salir de la casa. En todo caso estoy de acuerdo con la propuesta.
saludos
Martha Toledo

-----Mensaje original-----
De: Guillermo Tejada [mailto:gtejada@mincetur.gob.pe]
Enviado el: Martes, 27 de Mayo de 2008 01:25 p.m.
Para: 'Suzie Sato'
Asunto: RE: PROPUESTA RESPECTO A LOS TALLERES

Este tipo de reuniones (DE JEFES DE PRENSA) son muy pocas y por esa razon
creo que se podría bautizarla. Si se pide por mayoria no creo que haya
inconveniente que se haga.
Abrazos
guillermo
P.d. yo tampoco lo conocia a alvaro rojas, pero si lo leía con frecuencia.

-----Mensaje original-----
De: Suzie Sato [mailto:ssato@vivienda.gob.pe]
Enviado el: Martes, 27 de Mayo de 2008 01:18 p.m.
Para: 'Guillermo Tejada'
Asunto: RE: PROPUESTA RESPECTO A LOS TALLERES

Hola Guillermo, lamenté no estar en el velorio , el domingo viajé a
Huancavelica, por ello recién te puedo contestar. Efectivamente ha sido una
fuerte experiencia, yo no olvido el incidente ni tampoco la frustración de
no haberlo salvado, según yo con los masajes de Cristian se había recuperado
el pulso. Yo no conocía a Alvaro, mira en qué situación lo conocí.
Con respecto a tu propuesta, no sabría que decirte por cuanto no se si se
repita un taller así de importante. Lo que no me queda duda es que se le
debe recordar siempre.

Un abrazo

Suzie

-----Mensaje original-----
De: Guillermo Tejada [mailto:gtejada@mincetur.gob.pe] Enviado el: Lunes, 26
de Mayo de 2008 07:10 a.m.
Para: Guillermo Tejada
Asunto: PROPUESTA RESPECTO A LOS TALLERES

Estimados colegas, la muerte de Alvaro Rojas Samanéz, creo que fue un
tremendo impacto para todos los presentes ese día. Propongo ponerle su
nombre a estos denominados Talleres de Comunicación Eficaz y a las reuniones
de Jefes de Prensa de las dependencias públicas. Como todos saben han sido
muy pocas las veces que se han dado estas reuniones. Yo recuerdo haber
asistido un par de veces durante el primer gobierno del ex presidente
Alberto Fujimori, unas 3 veces durante el gobierno de transición de Valentin
Paniagua y unas 5 veces durante la gestion de Alejandro Toledo. En este
gobierno hay mas dinamicidad y coordinación para con nuestro “negocio” y
esto hay que saber aprovecharlo positivamente para el bien de nuestro país,
el futuro de nuestros hijos, en bien propio, en formación profesional y una
mejor comprensión de nuestros quehaceres diarios.
Estare a la espera de sus comentarios.
Abrazos
Guillermo Tejada Dapuetto
995337665
________________
CORREO 05 de Junio de 2008

ALVARO ROJAS
PATENTE DE CORSO

Toda la vida es una carrera, más o menos larga, para llegar a la muerte, como decía César González Ruano. Y en ella, uno va sumando méritos o deméritos. Digo esto porque acaba de morir en Lima uno de esos periodistas que acumulaba cualidades, prestigio y respeto. Me refiero a Álvaro Rojas Samanez, periodista de cabeza bien organizada, integridad blindada y talante ascético, quien nació sesenta años atrás en Arequipa y se fue hace poco porque le falló el corazón. Álvaro era menudo de tamaño, culto, buen conversador, crítico acerado, de nariz abigotada, ojos pequeños pero vivaces y costumbres de solterón a pesar de estar casado, incapaz de guardarse sus verdades de a puño. Y diligentemente minucioso, si acaso no lo dije. Muestra de ello es su libro Partidos Políticos en el Perú: Manual y Registro, que editó y corrigió innumerables veces, porque Álvaro Rojas era una suerte de notario de la vida de los partidos políticos peruanos, a los que seguía con curiosidad de entomólogo porque era de los que creía que las organizaciones políticas vernáculas raramente sobrevivían a sus fundadores. “Las leyes de extinción política parecen ser tan estrictas como las normas biológicas”, escribió Manuel d’Ornellas en el prólogo de su libro, como quien resalta con amarillo la tesis que subyace en la obra de Rojas. Empero, siempre predicó como anacoreta sobre la necesidad de fortalecer a estas instituciones a través de la modernización de sus mecanismos de democracia interna. Álvaro Rojas fue uno de los primeros periodistas que conocí cuando decidí también enrolarme en este oficio. Yo tendría veintialgo y él cuarenta y pico. Lo que no recuerdo bien es si lo conocí en los pasadizos del Expreso del jirón Ica, que era el Expreso de D‘Ornellas, o en la casa de Gonzalo, su hermano, periodista como él, con quien hice mis pinitos en la televisión. No importa. Lo que sí recuerdo como deuda es que Álvaro Rojas fue el que a punta de tozuda insistencia arequipeña me empujó a la publicación de mi primer libro, como evoqué en la presentación de aquél, en 1999, cuando perdí el pudor. Yo tendría treinta y tantos y él ya era un hombre sabio. Ahora se ha ido. Me enteré de su partida por un correo de César Campos, quien lo vio morir. No pude ir a su entierro. Por eso estas líneas en homenaje a su recuerdo. Descansa en paz, Álvaro.
__________________
LA PRIMERA 26 de Mayo de 2008

Por Cesar Hildebrandt
Periodista

Envidiando a Rojas Samanez

Se nos ha muerto Álvaro Rojas Samanez, que hace poco me escribió unas líneas generosísimas respecto de una columna y a quien debí de llamar para agradecérselas. Pero así es la muerte: saca a flote nuestras ingratitudes y omisiones.

Hace tiempo que debí decirle a Rojas Samanez que era un gran tipo, que no había dejado de ser decente en un país perfecto para organizar las olimpiadas de la mugre, que sus libros siempre me habían sido útiles y que los había consultado para algunos textos y que él, en persona, flaco hasta la sospecha de la inexistencia, flaco hasta el rumor de la levitación, se merecía un abrazo del compañero que en “Caretas” pasó con él noches en blanco velando las armas del cierre y esperando el alarido casi celta de Zileri.

Pero así es la muerte: nos recuerda a destiempo los gestos sentimentales que nos negamos porque fuimos avaros no del bolsillo sino de la memoria, mezquinos para la reciprocidad y ciegos para lo que importa, que es, al fin y al cabo, decirle a un amigo que sigue siendo nuestro y preguntarle a un compañero de oficio que qué tal le va en esto de desespinar los días.

Pero en medio de todo creo que Álvaro, que trató siempre de resumir vastedades de historia en pocas páginas, se ha ido dándonos una última lección de brevedad periodística. Lo que quiero decir es que se ha muerto con el estilo conciso de Pedro Planas, otro entrañable comunicador que nos dejó de un sopetón.

Vaya, lo que estoy diciendo es que cuando te da un infarto de miocardio sin recurso de amparo ni segunda instancia, cuando la máquina bomberil se para en seco, te ahorras unas cuantas cosas, a saber: la agonía sin éxtasis, la petidina a la vena, el tudelismo próximo, las revisiones técnicas, el culo acribillado por las inyecciones, la mejoría mentirosa, la recaída veraz, el cuento del nuevo tratamiento, las hierbas milagrosas, el cuento chino tres veces milenario, el seguro que empieza a hacer sus cálculos y a enviar a sus ajustadores funerarios. Y eso es sólo el comienzo.

En fin, te ahorras mucho con eso de tomar el atajo de la necrosis isquémica, que es cuando la instalación cardiaca se queda sin oxígeno y el músculo estriado que nos mantuvo vivos y anhelantes se seca a la velocidad de una punzada (y con el peso de un elefante pectoral). Entonces, la tricúspide deja de parpadear, la mitral de latir, la pulmonar de tener ganas y la aórtica pone candado a la tienda y se va caminando con las medias de invierno caídas, pobre vieja.

Porque todo es así de sencillo y donde supusimos que estaban los misterios de las filias hay nervaduras elásticas, y donde debían de estar los designios del odio encontraron amasijos de grasa y pliegues colágenos y donde tenía que estar la cicatriz de los pesares sólo estaba la chicotería eléctrica que hace posible el tamtam del ciclo cordial, 75 veces por minuto, a 8 décimas de segundo por latido, millones de veces al servicio de Rabindranath Tagore o del austriaco incestuoso que no quiero nombrar –da lo mismo, y supongo que a Dios no le importa a quién sirve la perfección de esa bomba aspirante–.

Así que Álvaro Rojas se ha ido en una sola parrafada, sin prólogos pesados ni colofones interminables. Sin una coma demás, se diría. Se ha largado, más bien, con el aire de despedida intempestiva de las buenas y ahorrativas muertes. La honestidad intelectual ha perdido a uno de sus raleados suscriptores.

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