DILEMA DEL PATRIMONIO: DE ESTORBO A OPORTUNIDAD


EL COMERCIO ENERO 22, 2012

Dilema del patrimonio: de estorbo a oportunidad

La capital convive con cuatro mil años de arquitectura monumental. Eso impone una responsabilidad, pero también un desafío

(Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
JAVIER LIZARZABURU
El Comercio

En Lima tenemos 350 sitios arqueológicos. ¿Deben morir? No es una pregunta descabellada. Más aun, no hace demasiado tiempo, un alcalde de la ciudad llegó a proponer que había que “aplanar las huacas para construir ahí unas canchitas”.

Si en algún momento se planteó una medida así de extrema es porque, más allá del valor cultural y el discurso proteccionista, hay una cuestión de fondo ineludible: ¿de qué sirven las huacas?, ¿existen maneras de incorporar este legado ancestral en una visión de ciudad moderna?

Esta semana, El Comercio presentó el primer mapa interactivo de huacas de la capital, que incluye el registro y captura fotográfica de 60 de esos sitios. Luego de semanas de recorrer los lugares más conocidos y más recónditos de Lima quedó en evidencia un panorama diverso.

En la mayoría de los casos, el crecimiento de la ciudad ha asfixiado y mutilado gran parte de este legado. Huacas que en algún momento fueron grandes centros ceremoniales, palacios de gobernadores o ciudadelas monumentales, se han convertido en basurales, fumaderos y rincones de violencia. En otros, son espacios abiertos al turismo y al conocimiento. Lima parece una ciudad que no sabe qué hacer con esas milenarias estructuras de barro. ¿Las cuida?, ¿las ignora?, ¿las tira abajo?

NO TODO ES TURISMO
El esfuerzo realizado por este Diario, con la ayuda de arqueólogos, arquitectos, profesores de colegio, estudiantes y académicos, dejó al aire esa duda inicial: ¿qué hacer con todo esto?

La pregunta se la planteamos a diversas personas que, desde distintos campos de trabajo, han encontrado una manera de responder a ese dilema. Un resumen de sus posiciones las presentamos en esta página.

Los puntos por considerar son varios. Una realidad que se hace evidente, por ejemplo, es que recuperar una huaca no siempre tiene que significar turismo. Según Pedro Pablo Alayza, subgerente de Cultura de la Municipalidad de Lima, hay partes de Lima donde salvar un sitio arqueológico debería servir más bien para crear valioso y necesario espacio público, que sirva solo a esa comunidad local.

Para la arqueóloga Ruth Shady, la experiencia de Caral con comunidades de migrantes en Supe deja una lección importante en el sentido de que no se puede desvincular el sitio arqueológico del contexto humano, especialmente cuando esta es una comunidad pobre. “Este es un panorama parecido al de varias partes de Lima”, comentó.

“Desde que les empezamos a transmitir los valores históricos, ellos empezaron a cambiar y a hacer suyo el patrimonio, porque ese patrimonio los identifica como grupo”, resaltó.

EL PAPEL DE LOS ALCALDES
También es una cuestión de liderazgo municipal, sostiene la directora nacional de patrimonio del Ministerio de Cultura, Paloma Carcedo. Para ella la pregunta debería ser: “¿Por qué tantos alcaldes quieren destruirlas?”.

Hace pocas semanas este ministerio inició un plan piloto de protección de patrimonio en Comas, mediante charlas educativas en colegios y asociaciones de vecinos, con apoyo de la municipalidad.

De este modo, explicó Carcedo, “se logrará dar unidad y cohesión a ese municipio plural, diverso y con mucho desarraigo entre vecinos”. De funcionar, es un modelo que buscarán repetir en otras partes de la ciudad.

Otro punto importante es el del valor inmobiliario. Según Alayza, pocas veces se resalta este beneficio porque “cuando arreglas una huaca, las propiedades aumentan de valor”. Eso, sostiene, además de elevar el precio y el ornato de la zona, significa “mejorar el nivel de recaudación de los municipios”.

Las opciones son varias. Quizás solo se trate de empezar a verlas como oportunidad.
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EL COMERCIO ENERO 18, 2012

Suspiro a la limeña, mazamorra y picarones: aprende a preparar estos tradicionales postres

Para una dulce celebración no hace falta salir de casa. Aquí te presentamos las recetas

(elcomerio.pe)(http://elcomercio.pe/gastronomia/1362542/noticia-suspiro-limena-mazamorra-picarones-aprende-preparar-estos-tradicionales-postres)
MARTÍN ACOSTA GONZÁLEZ @martiacosta
Redacción Online

La parte más sabrosa de la historia de Lima está ligada a los postres virreinales. Dulces y hasta empalagosos, los postres típicos de la ciudad se han encargado de forjar con su sabor la verdadera cultura culinaria de la ciudad. Hoy resulta imposible imaginarnos un almuerzo criollo, bien limeño, sin un suspiro, unos picarones o una mazamorra morada.

Muestra de ello es la Alameda Chabuca Granda, quizá uno de los lugares más criollos del Centro Histórico, música y comida se mezclan en un espacio dominado por los colores de una ciudad que se renueva y los olores típicos de nuestra cocina. Ahí, las estrellas son los postres antes mencionados, que bailan al compás de las butifarras y los anticuchos.

Sin embargo, para una dulce celebración no hace falta salir de casa. También podemos festejar el 477 aniversario de nuestra ciudad preparando un suspiro a la limeña, una mazamorra o unos picarones en nuestra propia cocina. La recetas te la presentamos nosotros.

SUSPIRO A LA LIMEÑA
Cuenta la historia que la responsable de la creación fue Amparo Ayarez, pero el poeta José Gálvez fue el encargado de bautizarlo con ese nombre. La receta utilizada por Ayarez contenía manjarblanco, yemas de huevos y merengue con almíbar. La misma que hoy utiliza Anita Ponce, de Dulces Anita.

La cocinera, que participó en la primera edición de Mistura (cuando esta se llamaba Perú, Mucho Gusto) señala que para una obtener 16 porciones se utilizan dos tarros de leche evaporada y dos de leche condensada. De la mezcla de ambas al fuego (por una hora) se logra el manjar. Se agregan las yemas de 16 huevos y luego de un rato más en el fuego se colocan en los recipientes.

Para el merengue se utilizan las claras de los 16 huevos, que deben batirse hasta alcanzar el punto. En tanto se hierve el vino y el azúcar (taza y media) para conseguir el almíbar. Se juntan y se sirven en los recipientes.

PICARONES
La historia de este postre criollo se remonta a la época del Virreinato. Antes de la llegada de los españoles, en nuestro territorio se preparaban potajes a base de camote y zapallo con la conquista se agregaron ingredientes como la harina de trigo. Esta mezcla, muy parecida a los buñuelos ibéricos, es lo que hoy conocemos como picarones.

Jhosimar Valverde de Picarones Mary dice que para una masa de dos kilos de harina se utiliza un kilo de zapallo y uno de camote. Estos se pelan y se pican el cuadritos (el zapallo con musgo y pepas). Se hacen hervir acompañados de anís y se deja enfriar. Luego se procede al prensado hasta que quede puré.

Se agrega la harina, sal, azúcar y levadura, luego se bate y se mueve hasta que no quede nada de grumos. La masa se deja reposar por una hora y ya está lista para freír.

La miel se prepara con azúcar, chancaca, piña y membrillo. Se echa el clavo de olor, la canela y se hace hervir entre tres o cuatro horas. El tiempo promedio de la masa en el perol es de dos minutos.

MAZAMORRA MORADA
La mazamorra es otro de los postres populares de nuestra gastronomía y tiene quizá la receta más conocida. Anita recomienda que el maíz se hierva junto con la cáscara de piña, clavo de olor y canela como si fuera una chicha morada. Una vez listo se le agrega el azúcar y los huesillos hasta que estos se cocinen (30 minutos aproximadamente).

Se echa la piña de cubitos y luego se le da consistencia con la harina de camote, el membrillo. Al final ponemos las guindas, guindones y limón.

¿A DÓNDE IR?
Picarones Mary y Dulces Anita están en el Pueblito Surcano. Parque de la Amistad (cuadra. 21 de Av. Caminos del Inca).

Además Picarones Mary estará presente en el boulevar de Asia por la temporada de verano. Zona del patio Perú Gourmet del BBVA.
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LA REPUBLICA ENERO 18, 2012

La ciudad, los perros, y la alcaldesa
En el 477 aniversario de la fundación de Lima.
Columna Claro y Director
Augusto Alvaro Rodrich

Su gestión no es el arquetipo del municipio modelo –del que nadie habla– ni el colapso urbano que pregonan sus detractores, pero una combinación diversa de factores ha generado una relación crecientemente hostil entre la alcaldesa Susana Villarán y la población de Lima que puede reventar en un jaque mate político.

Como en la mayoría de municipios, el arranque fue lento, algo que hoy reconocen hasta en Fuerza Social. Pero esa no es la explicación principal sino la construcción de expectativas exageradas por parte de Villarán sobre su propia capacidad de resolver los problemas principales de la gente: seguridad y transporte, dos papas calientes que perjudican seriamente la calidad de vida en Lima.
Desde el anuncio sobre seguridad de enero, hasta la remodelación de La Herradura, en diciembre, se habló más de lo que se debía y, por tanto, se cumplió menos de lo que se ofrecía.

Hay buenas ideas para resolver los problemas de la ciudad e inversiones en camino por unos US$ 500 millones, y algo se puede hacer desde el municipio, sin duda, pero la solución integral de los principales males de la ciudad requiere más recursos, mayores competencias y un punche político más fuerte de lo que hoy posee el municipio de Susana Villarán.

Ese es, sin embargo, solo un lado de la historia. El otro lado oscuro de la luna es una intensa campaña de demolición política emprendida por la confluencia de sectores con intereses diversos que, desde el día siguiente del triunfo electoral de Villarán, salieron a morderla.

Son los mismos que, con sus ataques, le facilitaron el surgimiento y triunfo electoral, pero que ahora la han puesto contra las cuerdas gracias a que confluyeron con una gestión a la que le está faltando orden y un plan de acción que esté articulado con una estrategia política y de comunicación.

La punta de lanza del esfuerzo desestabilizador es una revocatoria en marcha cuyo fin no tiene nada que ver con los problemas de la ciudad y sí, en cambio, con otros asuntos como la desesperación de Luis Castañeda por salir del escándalo Comunicore.

Una gestión edil inteligente y decente pero sin capacidad de respuesta política, frente a una jauría gritona y entusiasta, ha vuelto frágil la relación de la alcaldesa con la ciudadanía, lo cual se expresa en un 76% de desaprobación a su gestión y en el respaldo mayoritario a su revocatoria.
En este contexto, el esfuerzo revocador puede ser exitoso. No al punto de sacar a Villarán del municipio pero sí al de jaquearla para trabarla.

Pero también puede ser el punto de inflexión que le permita remontar la adversidad, lo cual sería algo estupendo para los vecinos que, hace tiempo, ya nos cansamos de escuchar eso del ‘roba pero hace obra’.

* Lima imaginada
Por: Antonio Zapata

La alcaldesa de Lima afronta este aniversario con una mala noticia: la encuesta de Apoyo la ubica en el punto más bajo de su popularidad, apenas 16% de aprobación. Nada le funciona bien. Sus intentos para revertir se han volteado en contra suya. Por ejemplo, un proyecto bien pensado como La Herradura acaba perjudicándola a causa de la arena. No obstante que, desde el comienzo mismo de la ejecución, la misma municipalidad había advertido que ella llegaría en una segunda etapa. Es decir, por apresurarse hizo lo contrario a lo programado, arrastrando multitud de problemas.

¿Qué puede hacer para enfrentar la revocatoria? En principio es difícil que la cantidad de firmas requeridas pueda ser reunida en tan corto tiempo. Pero, preferible es calcular que, con los bajísimos niveles de aprobación, esto es posible. Entonces, para fortalecerse debe vencer la revocatoria, no puede eludirla. Es más, si lo logra, puede acceder a una segunda etapa de recuperación de su gestión.

Sería conveniente que la municipalidad se organice en torno a una agenda que responda al interés vecinal. El problema es saber si la tiene clara o no. En estas mismas páginas, el arquitecto Frederick Cooper ha sostenido que un problema principal de la ciudad es la ausencia de un plan regulador. Grave dificultad, pero afortunadamente, diversos estudios permiten dilucidar el ánimo ciudadano.

Pocos meses atrás se publicó un libro titulado precisamente Lima imaginada, escrito por Javier Protzel y publicado por la Universidad de Lima. Su argumento busca comprender la mentalidad imperante, registrar las actividades habituales y conocer los sueños que animan a los actores de la urbe. Asimismo, el texto es la versión peruana de un proyecto comparativo entre ciudades latinoamericanas.

De su lectura se desprenden los cuatro grandes temas de Lima, que guardan relación directa con las interrogantes de la encuesta de Apoyo. Un primer asunto es constatar que la alcaldesa conserva fortalezas, que se ubican en el rubro “áreas verdes y recreación”, incluyendo “acceso a playas”. De acuerdo a Protzel, como la imagen cotidiana es completamente gris, lo verde y lo relativo al mar cobra especial relevancia simbólica. A todos nos gusta y esa apreciación es pluriclasista, así que la municipalidad puede ganar bastantes puntos si refuerza su acercamiento a esta problemática.

Los índices más negativos se refieren a seguridad, sobre la cual, la gran mayoría de la población piensa que hoy está peor que el año pasado y, pocos tienen esperanza que mejore. Esa baja expectativa es un reto para la alcaldesa, porque puede impactar positivamente en una ciudadanía que espera poco. Además, estrictamente no es lo suyo, porque la responsabilidad principal corresponde al gobierno central.

El recojo de la basura es otro gran tema. Para Protzel es una clave de la satisfacción vecinal y, según Apoyo, un tercio de la ciudadanía piensa que ha mejorado. Es decir, al igual que en recreación, puede ser un rubro de rápida ganancia para la municipalidad.

Un punto que Protzel y Apoyo interpretan de forma distinta se refiere al transporte. Para la encuesta, el rubro es “construcción de pistas” y la satisfacción nuevamente es muy negativa para Villarán.
Mientras que, el autor del libro aborda el punto como “caos urbano y transporte”. Este acercamiento le permite precisar que la fuente de insatisfacción es el transporte público, en cuyo ordenamiento viene trabajando bastante Villarán. Además, Protzel subraya el gusto colectivo por caminar, en todos los estratos sociales, y el hartazgo con la proliferación de automóviles, combis y camionetas 4/4. La gente lo percibe como una invasión de las calles.

Por último, hay que reafirmar que la revocatoria es una batalla política, que no se puede vencer desaprobándola moralmente. Por el contrario, ganar esta campaña implica cumplir una agenda con objetivos precisos, señalando prioridades y ejecutando acciones con prontitud. Si salva la prueba tiene futuro. Mi compromiso con ella.

* EDITORIAL

Lima: 477 años

Qué decir de Lima el día de los 477 años de su fundación española. ¿Qué utopía se esconde en esta ciudad en crisis y en su dilatado y cambiante paisaje urbano? Difícil dar una respuesta neta. Podemos, sí, reiterar incertidumbres y decirnos que no es seguro que en este segundo decenio apenas iniciado del siglo XXI Lima esté a la altura de su rol de capital. Como antes, hay voces que cuestionan su peso aplastante sobre el país.

Muy pocos se atreverían, sin embargo, a negarle su rol de muestrario del Perú del futuro y amalgama de todas las sangres. Lima legitima y da curso a los lenguajes diversos de una sociedad plural que pugna por lograr su identidad. Sin la confluencia, choque, intercambio, roce o contagio de estos lenguajes entre sí sería difícil hablar de peruanidad. Y Lima es también sede de desencuentros, ya que las frustraciones, ensayos fallidos y expectativas estropeadas también hacen la historia.

Lima, no hay que olvidarlo, es el lugar en el que las masas reiteran su reclamo de otra historiay pugnan por lograr protagonismo, según vemos cada día. Esas masas –en su rol de ciudadanos y vecinos– cambian cada cierto tiempo el gobierno de la capital. Si miramos con atención, toda administración formula un programa y lo superpone a los retazos de utopía acumulados en casi cinco siglos.

Y los limeños son cambiantes: no deja de ser revelador que las seis más recientes alcaldías –con Orrego, Barrantes, Del Castillo, Belmont, Andrade y Castañeda– sean de signos políticos distintos. Una nota común es que todos pudieron culminar su mandato y otra, que jamás un alcalde de Lima en un siglo –desde Billinghurst– haya podido proyectar una imagen nacional desde el sillón municipal capitalino.

El aniversario coincide con el primer año de Susana Villarán como primera alcaldesa de Lima democráticamente elegida. El sello propio y no personalista de su administración exaspera a algunos. Además, y desde su primer día, ha sido víctima de una implacable campaña de sabotaje y descrédito pocas veces vista de parte de la DBA, que no le perdona la derrota que en su campaña propinó a Lourdes Flores y ahora busca revocarla en un mandato que le confió el pueblo y que debe ejercer en su integridad.

Ser alcalde o alcaldesa de Lima significa asumir una tarea de perspectivas inabarcables. Enfrentar la inseguridad y desbordes de una urbe de casi nueve millones de habitantes, a la que no basta con tratar de ordenar: hay que rescatarla como lugar de utopía. Pues solo con un esfuerzo sostenido volverá a ser imaginable reivindicar a la ciudad –nuestra ciudad– como espacio posible y utopía deseable, y no únicamente como sede de un lento deterioro del que no escapan ni siquiera los recuerdos, melancólicos o rabiosos, de nuestra propia infancia.

ÉXITO DEL RALLY DAKAR

Aunque inicialmente acompañada del escepticismo de muchos, es forzoso concluir que la intervención del Perú autorizando por primera vez el cruce de los vehículos del más famoso rally a nivel mundial ha sido un gran éxito. Como se sabe, la carrera abarca autos, camiones y motos, los cuales –medio millar en conjunto– atraviesan difíciles parajes de Argentina, Chile y el Perú a lo largo de 9.000 kilómetros.

Se calcula que unos 800.000 espectadores siguieron la carrera en suelo patrio y la premiación final en la Plaza Mayor, en la que participaron los corredores y unos 10.000 entusiastas limeños, entre los cuales el presidente Humala, su esposa y varios ministros, fue un gran éxito, deportivo y turístico. Que se repita.
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EL COMERCIO ENERO 17, 2012

La comida es lo que más le gusta a los limeños de su ciudad

Lima cumple mañana 477 años de fundación. Una encuesta elabora por Ipsos Apoyo revela la fascinación de los ciudadanos por la gastronomía

(El Comercio)
Lima apunta a ser la capital gastronómica de Sudamérica, por ello no sorprende que los turistas que llegan a la nuestra ciudad se queden enamorados ella. Un cariño que los mismos limeños parecen haber recuperado en los últimos años.

Así lo refleja una encuesta de El Comercio realizada por Ipsos Apoyo, con motivo del 477 aniversario de la capital. Los encuestados señalaron que la comida es lo que más les gusta de la ciudad (49%). En segundo lugar quedó El Centro Histórico (41%), las oportunidades y lugares para estudiar (35 %).

LOS PLATOS Y POSTRES
Un sondeo previo, realizado por Datum, colocó al cebiche y la mazamorra morada como el platillo y el postre típico de la ciudad.

El cebiche se ubicó primero con 36% y luego quedaron el arroz con pollo (14%), el anticucho (11%), la causa rellena (9%), el lomo saltado (7%) y el ají de gallina (7%).

En la parte de postres la mazamorra morada fue la preferida con 48%, le siguió el suspiro (15%), arroz con leche (14%) y picarones (13%).

* La Plaza de Armas es el lugar más emblemático de la ciudad

Según una encuesta de Ipsos Apoyo por el aniversario de Lima, a los limeños les gusta visitar el Centro Histórico por sus monumentos

(Archivo El Comercio)
FERNANDO GONZÁLEZ-OLAECHEA T.
El Comercio

Hablar de Lima es hablar de nosotros mismos y eso puede resultar complicado. ¿Cómo percibe el limeño su ciudad? Una encuesta de El Comercio realizada por Ipsos Apoyo nos da algunas luces sobre esto.

Cuando los entrevistados piensan en lo que más les gusta de la ciudad, la primera opción es la comida (49%), respuesta evidente para un país que promueve la gastronomía. En un segundo lugar, igual de importante para los limeños, está el Centro Histórico (41%).

Para el ex presidente de la Sociedad de Urbanistas del Perú Vladimir Arana, el centro resulta atractivo por sus monumentos. Pero su valoración por parte de los limeños es reciente. “Hace unos veinte años no se percibía al centro así, era otro”, dice.

“La mayoría de ciudades con un centro tienen ahí la parte más cara de la ciudad. Eso no pasó en Lima, acá se desvaloró toda esta zona”, agrega.

Sobre este punto, Luciana Soldi, gerenta general de Arte Express, dice que poco a poco esto ha ido cambiando. Esta empresa viene comprando desde hace unos años edificios de principios del siglo pasado en el centro para rehabilitarlos y luego alquilarlos.

¿Por qué se animaron a comprar inmuebles en el centro? Porque todo apuntaba a que funcionaría, respondió Luciana. “Tomamos en cuenta criterios de ubicación: este seguía siendo el centro de la ciudad. Estaba muy conectado con distritos consolidados (como Miraflores y San Isidro) y con otros emergentes (como Los Olivos), y la calidad de los inmuebles era buena. No tenía por qué no darse. Además, había demanda por oficinas, no existía una oferta en el centro”, dijo.

A Luciana le gusta el centro. Ella valora su arquitectura, su entorno y su profundidad cultural, histórica y humana, en sus propias palabras.

El antropólogo Carlos Eduardo Aramburú precisa que el impulso de los inmigrantes tiene relación directa con la valoración del centro. Ellos, entiende Aramburú, lo aprecian a partir de su experiencia como migrantes.

“Una parte muy importante de Lima es provinciana, de primera y segunda generación. Ellos tienen capacidad de apreciar su belleza, aprecian que hay mejoría porque ven y trabajan en el centro”, precisa. Aramburú también cree que los sectores medios y medios altos ven mejor al centro por temas de accesibilidad y seguridad. “Lima cae en la década del 80 con la crisis, pero luego se recupera durante los años 90”.

LA PLAZA DE ARMAS
“Lo que nos identifica son símbolos, uno es la bandera o Palacio de Gobierno, otro es la Plaza de Armas. Es un símbolo común para la mayoría de los peruanos”, dice Aramburú con relación a la encuesta de Ipsos Apoyo.

Al ser consultados sobre cuál es el lugar que más representa a la ciudad, los limeños señalan a la Plaza de Armas (54%).

“Lo que sucede con el centro es que tiene una función de núcleo de identidad. Acá encontramos restos coloniales sobre inca y preínca. En el centro la gente puede reconocer su historia, su cultura. Es una muestra de lo que fue y es Lima”, apunta Arana.

Todos los entrevistados coinciden en que debe haber políticas públicas claras que apunten a la renovación del centro para que esta tendencia a revalorarlo no decaiga.

PUNTO DE VISTA
El espacio iconográfico
Si vemos las encuestas de los últimos cinco o diez años, el Centro Histórico siempre ha aparecido como un espacio iconográfico, no ha dejado de aparecer en la mente de la gente. la mención a lugares emblemáticos en la encuesta de Ipsos apoyo corrobora la tendencia a identificar los espacio públicos. Lima es el centro que tiene de todo: espacios públicos, iglesias, museos.

El centro es efectivamente un espacio para todos. Todas las rutas de transporte llegan al centro, hay espacios para estar. Sigue siendo el gran punto de intercambio.

La población pide espacios públicos, espacios que sean íconos. Para mí lo que esto representa es la expectativa de la población por más lugares públicos que puedan convertirse en íconos de la ciudad. Por ejemplo, la costa verde tendría más aceptación en la encuesta de Ipsos Apoyo (solo 22%) si esta fuera el espacio público más acogedor.

Aademás, vemos con esto que la identidad de una ciudad se recrea. Para ello se necesitan elementos de estímulo y referencia. Si se recupera el complejo arquitectónico de pachacámac o circuito de huacas, la ciudad tendría más elementos icónicos.
JORGE RUIZ DE SOMOCURCIO, ARQUITECTO URBANISTA

A SU SERVICIO
Actividades por aniversario de Lima
SERENATA
Hoy desde las 8 p.m. diversos conciertos y espectáculos se realizarán en la Plaza de Armas de Lima para recibir, a la medianoche, un aniversario más de la ciudad. Bandas provinciales, guitarras flamencas, bailaoras y caballos de paso peruanos abrirán el evento. Distintos conciertos se desarrollarán a lo largo de la noche. Entrada libre.

HOMENAJE
Mañana a las 8:00 a.m. en el pasaje Nicolás de Ribera (cercado) se rendirá un homenaje a Taulichusco, el curaca del valle del Rímac cuando Francisco Pizarro llegó a Lima.

CIRCUITO DEL AGUA
En el circuito mágico del agua del parque de la reserva se presentará mañana un espectáculo musical variado para rendir homenaje a Lima. Se inicia a las 11:00 a.m. hasta las 10:00 p.m. El ingreso es libre.
LEE AQUÍ MÁS DATOS DE LA ENCUESTA*LEE AQUÍ MÁS DATOS DE LA ENCUESTA* http://elcomercio.e3.pe/66/ima/0/0/4/3/8/438113.jpg
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EL COMERCIO FEBRERO 27, 2011

Municipio de Lima reducirá número de paraderos en la avenida Abancay

Se busca que la circulación de los autos desde la avenida Grau hacia el puente de Acho no tarde más de cinco minutos

(Archivo El Comercio)
Desde marzo se aplicará en la avenida Abancay un plan de reordenamiento y agilización del tránsito vehicular, no solo para reducir el tiempo del paso de los vehículos de transporte urbano, sino principalmente para atenuar la contaminación ambiental en esa vía, una de las más afectadas en la ciudad por ese problema.

El proyecto consiste en establecer uno o dos paraderos como máximo en toda la avenida Abancay, donde las unidades de transporte dejen y recojan pasajeros durante 30 ó 40 segundos como máximo.

El objetivo es que un conductor que entra desde la avenida Grau hacia el puente de Acho no tarde más de cinco minutos. “Queremos generar una especie de ola verde en dos tiempos”, dijo el gerente de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima, Rodrigo Cuba a Andina.

“Eso no solo hará más fluido el tránsito, sino que reducirá el tiempo de combustión y, por tanto, de contaminación ambiental en esa vía, al menos en un 30 por ciento”, explicó.

Además, indicó que por la avenida Abancay transita el 40% de las líneas de transporte existentes en la capital, cuyas unidades tienen más de 20 años de antigüedad.

Admitió que esta no será una tarea fácil, sino que demandará un gran esfuerzo pedagógico, para instruir tanto a los pasajeros como a los conductores de los vehículos sobre la necesidad de hacer este cambio, que favorecerá el orden y la reducción de la polución.
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EL COMERCIO FEBRERO 23, 2011

CRÓNICA: Huando, la naranja que murió de tristeza

A mediados del siglo pasado fue una de las grandes productoras mundiales de esta variedad de la fruta. Un virus mortal acabó con todo

Imagen referencial. (Foto: Migue Carrillo / Archivo El Comercio)
MANUEL MARTICORENA

Las calles de la Lima de hoy se suelen llenar de pregones modernos que no se parecen en nada a los voceadores de sanguito, tisaneras, aguateros o serenos que pintaban parte del paisaje de la Lima colonial. Estos pregones suelen ser más ruidosos y agresivos; no tienen melodía, pero sí potencia; se meten sin permiso a las casas y cuando uno asoma a la ventana para ver el origen de este golpe auditivo, se dibuja la imagen de alguien empujando un triciclo con un sinfín de frutas, gritando con un micrófono artesanal el buen estado en el que están.

Son mangos, peras, manzanas, uvas, todas de un solo nombre. Todas ellas anunciadas con el mismo timbre de voz. Sin embargo, la fruta de la cual ya no escuchamos más es de la única que tenía apellidos: la naranja Huando, sin pepa.

Esta fruta –que fue una de las exquisiteces en la mesa de los peruanos– desaparece. Se produce en menos proporción y en lo que fue la hacienda Huando, lugar de donde tomó el nombre, casi ya forma parte del recuerdo. Veamos por qué.

LA HISTORIA
La hacienda Huando fue de propiedad de la familia Graña Elizalde, quienes plantaron dentro de las 1.450 hectáreas la variedad de naranja washington navel, que no tenía pepa; sin embargo, la procedencia de su producción hizo que la población peruana olvidara su nombre formal para bautizarla como naranja Huando.

Esta variedad fue sembrada desde aproximadamente inicios del siglo pasado e hizo que la hacienda fuera reconocida tanto localmente como en el extranjero. La producción de Huando era enviada a Estados Unidos, Canadá y a algunos países de Europa, lo que representaba un orgullo para la zona y para el país.

La naranja Huando incluso recibió el homenaje popular al ser incluida dentro del sinnúmero de motes que creaba la criollada local. Decir que alguien se parecía a una naranja Huando, era decir que “no tenía pepa”. Una crueldad que solo la entienden los peruanos.

La producción de Huando alcanzó pleno esplendor hacia mediados del siglo pasado. Sin embargo, la reforma agraria en 1969 detuvo este crecimiento. Fue un corte directo a la yugular: las tierras de la hacienda fueron tomadas por los trabajadores a través de la Cooperativa Agraria de Producción Huando, que agrupó a cerca de 500 personas.

La exportación continuó por algunos años más; no obstante, progresivamente los cooperativistas fueron perdiendo los mercados externos ganados con anterioridad.

No se trataba de una fruta barata. Los que hayan ido al mercado de niños podrán recordar que era una fruta premium, intensamente anaranjada, de textura única y de una marca en su piel cual tatuaje que denotaba su linaje. Así de simple.

Ya en los años 90 los productores indicaban que esta variedad requería de cuidados únicos, de fertilizantes caros, que la producción era casi insostenible. Así es que en Huando se empezó a ensayar la producción de mandarinas matzuma (sin pepa) y a estas también se las bautizó como mandarinas Huando para aprovechar la fama de una marca que tomó más de medio siglo en construir, pero el camino hacia el fracaso ya estaba escrito.

SIN PEPA, SIN JUGO
En 1992 la Cooperativa Agraria de Producción Huando decidió su disolución. Luego de intensos debates al interior de esta organización se procedió a la parcelación de los terrenos. Una parte de los cooperativistas apostó por la formación de la Empresa Agroindustrial Huando (Emagrín Huando), con la idea de explotar esta marca exitosa, pero el destino a veces es cruel y paradójico.

Las naranjas Huando dejaron de producirse a gran escala en Huaral, porque los naranjos comenzaron a ser atacados por el ‘virus de la tristeza’ (plaga que debilita a los árboles y que origina producciones escasas). Los productores tuvieron que cambiar a la producción de mandarinas y otros productos. Así, cientos de naranjos tuvieron que ser sacrificados para acabar con la tristeza y que las tierras pudieran producir fresas, espárragos y paltas.

El presidente de Pro Citrus, Renzo Carlini, indica que no hay forma de revertir el ingreso de este virus. Hoy la variedad washington navel (o naranja Huando) ya no se exporta porque no resulta rentable y es imposible competir con Sudáfrica que tiene menores costos de producción. Hoy el Perú exporta tangelo, y las mandarinas satsuma y w. murcott.

Las actuales ‘naranjas huando’ que circulan en el mercado local son producidas en Ica, Chincha y en la zona alta de Huacho. Por su parte, algunos parceleros en Huando siguen luchando por sacar adelante nuevos productos. La tarea es dura.

La empresa Emagrín Huando fue liquidada hace pocos años. Unos inversionistas adquirieron la mayoría de acciones y transfirieron las tierras a la empresa agrícola Santa Patricia. Así, el ciclo de las naranjas de Huando se acabó.
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SUPLEMENTO DOMINGO LA REPUBLICA ENERO 23, 2011

Tacna la avenida fantasma

La otrora avenida con los edificios más altos de Lima y eje principal del cine en los años cincuenta y sesenta languidece hoy entre moles deshabitadas y tugurizadas. En solo seis cuadras, Tacna concentra por lo menos la tercera parte de los metros cuadrados vacíos del Centro Histórico de Lima. Aquí un recorrido por sus sombrías aceras.

Por Karen Espejo
Fotos Rocío Orellana

La vida ha muerto en la avenida Tacna. Sobre sus aceras permanecen de pie los restos de las casonas y edificios más lujosos de Lima de mediados del siglo XX. Hoy, 60 años después, muchos de ellos no son más que refugios del polvo y las ratas. Otros, con “mejor suerte”, albergan tugurios y negocios precarios. La vida ha muerto en la avenida Tacna, y quien se niegue a aceptarlo es porque no ha pisado las entrañas solitarias de sus gigantes de cemento.

No hay nada más triste que entrar a una mole de diez pisos, en pleno corazón del Centro Histórico, y únicamente hallar un silencio macabro. El 211 de la avenida Tacna tiene una pollería y un par de bodeguitas en el frontis. Aunque luego de subir a ciegas por una escalera sin luz descubrimos que en los demás pisos solo habita la basura. Una “datera” de combis asegura que a partir del cuarto nivel hay algunas oficinas, pero el lugar es demasiado tétrico para seguir explorando.

Al lado de esta construcción se erige un percudido edificio de 15 pisos completamente abandonado. Delante de sus rejas oxidadas, el arquitecto Miguel Cruchaga recuerda con nostalgia que aquí se instalaba el antiguo canal 2, donde se realizaban los shows televisivos más importantes de los sesenta. Junto a sus ventanas rotas está el cartel de Radio Reloj, algo así como la RPP Noticias de otros tiempos. Otro de sus hoy destartalados ambientes cobijó alguna vez al desaparecido Cine Imperio, que proyectaba cintas independientes y recibía a miles de espectadores de todas partes de la ciudad. Hoy, sobre sus butacas, solo reposan la basura y el hedor a orines.

Al igual que estos predios desocupados o semideshabitados, contamos alrededor de diez a lo largo de nuestro recorrido por la avenida Tacna. Aunque Jorge Ruiz de Somocurcio, arquitecto, urbanista y ex regidor de Lima, estima que de los 92 inmuebles de Tacna el 50% está en ese estado.

Tugurio moderno

En la acera de enfrente, una inmensa caja roja de cemento abarca toda la cuadra dos de Tacna. Por su tamaño, fue la “sui generis” de su época, construida así por el Grupo Prado para sacarle el jugo a la residencia, afirma Cruchaga. Aún hoy, no existe otro edificio tan ancho en Lima.

Cirila Orbeso, residenta de esta suerte de tugurio moderno, denuncia que aquí el agua solo llega cada dos días durante media hora; y cada semana las viejas tuberías colapsan e inundan el edificio. Cuando su padre era ascensorista de esta mole allá por los años cincuenta, la escasez de agua era impensable. No había rejas en los pasadizos, ni muros resquebrajados, ni se respiraba ambiente de cárcel. Hasta hace cinco años, los ladrones se escondían en este predio y los vagabundos instalaban sus cartones-cama en la entrada. Por eso ahora nadie puede salir ni entrar si no tiene llave. Todos viven encerrados en este espacio sórdido y decadente, que albergó a gerentes y oficinistas de clases media y media alta en los años sesenta.

Cuándo se jodió Tacna

¿En qué momento una de las arterias más elegantes de Lima se transformó en una simple vía de paso, rodeada de viviendas inhóspitas y pobres? En los años setenta, según Cruchaga, comienza el declive del Centro Histórico. “Las clases acomodadas migran a Miraflores y San Isidro en busca de exclusividad y ahuyentados, en parte, por una violenta protesta de policías en 1975.

Las compañías de seguros y bancos huyen también, llevándose consigo todo su sistema de seguridad privado. La avenida se volvió insegura”. Nadie quiso volver a ocupar esas viviendas, excepto alguna gente de bajos recursos que a la larga convirtió en tugurios los exclusivos departamentos. Luego vendrían las crisis económicas, el terrorismo, los ambulantes y la degradación que vemos hoy en día. Así de sencillo se jodió Tacna.

Cruzamos el jirón Ica y vemos el edificio de la antigua empresa aseguradora Universal, hasta hace poco transformada en fábrica clandestina de velas. El predio se incendió y fue dejado a su suerte el año pasado. Al lado, los nueve pisos sin ventanas de otro gigante abandonado por tres décadas revelan que esta avenida alberga gran parte del millón de metros cuadrados vacíos del Centro Histórico. “Los edificios de Tacna se pueden recuperar y convertir fácilmente en departamentos. Lo que pasa es que nadie toma en cuenta esta posibilidad”, lamenta Juan Gunther, ex director de Proyectos del Patronato de Lima.

Símbolos del olvido

Tampoco entendemos cómo dos esqueletos de 17 y 18 pisos pueden permanecer vacíos, en el cruce de Tacna con Emancipación, desde los años setenta. Durante casi 40 años estos bloques de concreto han dormido desde las alturas sin servir para nada. El arquitecto Cruchaga cuenta que el proyecto fue paralizado inicialmente por la crisis económica durante el gobierno del general Velasco Alvarado. Luego se pidió un crédito al Banco Hipotecario para hacer allí modernos departamentos recubiertos en vidrio, sin saber que las dos torres ya estaban destinadas a ser símbolos del olvido.

“En los ochenta, con la inflación, los propietarios se endeudaron con el banco y la financiera inició un juicio para quedarse con el predio. Al poco tiempo, la crisis provocó el cierre del banco y el futuro del edificio se tornó incierto”, recuerda el arquitecto, dejándose envolver ahora por la armonía y la belleza del inmueble adyacente.

Se trata de una edificación de arquitectura moderna, con 12 de sus 13 pisos deshabitados. El frontis del 539 de Tacna es semicircular y tiene una suerte de marco de cemento, que le da un aspecto de obra de arte a gran escala. “Ahora es blanco y verde, pero antes era de mármol negro con piezas de aluminio plateadas, muy elegante. Era de la adinerada empresa minera Málaga Santolaya. Abajo había un salón de té muy famoso y lo demás eran oficinas”, precisa el arquitecto. Hoy el primer piso está abarrotado de tiendas naturistas, y el resto del edificio solo tiene rejas cerradas.

Avenida de cines

Cruzando la vereda, en la cuadra cinco, está lo que una vez fue el majestuoso Cine Tacna: el mejor del Perú en los años cuarenta, comparado incluso con las grandes salas de Nueva York. Bajo su techo de pepelma (trocitos de mármol italiano), donde hombres y mujeres con sus mejores trajes formaban colas para ver los estrenos exclusivos de la Paramount, actualmente se cobijan los indigentes y fumones de la ciudad. Hace poco, el cine fue reabierto para proyectar películas hindú a bajo precio. Pero hoy su imponente telón rojo parece haberse cerrado para siempre.

El cine forma parte de un edificio de diez pisos destinado para vivienda. Las puertas de bronce, las estructuras de mármol y los murales que aún sobreviven en sus paredes muestran el pasado suntuoso en el que alguna vez vivió la aristocracia limeña. Actualmente, los parasicólogos y algún que otro contador se instalan en sus pasillos fúnebres. Y los pocos niños que encontramos, lejos de vitalizar el lugar, escarapelan el cuerpo con juegos entre las sombras.

Así es Tacna hoy: tétrica, vacía, deprimente. Pero antaño fue un importante eje cultural cargado de vida. El crítico de cine Ricardo Bedoya recuerda que además de las salas Imperio y Tacna también estaban cerca el lujoso cine Central, con sus estrenos de la Warner, y el prestigioso Tauro. “Además de los cines de barrio colindantes, como el Lido, el Astral, el Alfa y uno más de películas mexicanas. La avenida tenía un entorno cinéfilo impresionante”, asegura Bedoya. Y por lo que nos cuenta el arquitecto Cruchaga, el valor arquitectónico también era portentoso.

Belleza arquitectónica

En el 359 de Tacna está el edificio de la familia De la Piedra, dueña de la hacienda Pomalca. Este predio de los años sesenta es hoy sede de oficinas y viviendas, aunque nadie imagina el lujo que ostenta su frontis. “El primer piso es granito puro, un material superfino que ahora es impensable en una fachada”, afirma el arquitecto Cruchaga, quien metros mas allá queda perplejo con la belleza del edificio Ostolaza. Se trata de dos preciosas moles de diez pisos unidas por su planta baja. Por suerte están habitadas y en aparente buen estado, aunque también abundan los negocios precarios.

Las rejas blancas de sus balcones, con espacios ideales para colocar macetas, forman un juego lúdico en su estructura, una de las más destacadas en la historia de la arquitectura contemporánea. “Fue construida por el reconocido arquitecto Enrique Seoane en los cincuenta. Y es una transición entre lo francés (ligado a lo decorativo) y lo clásico, (vinculado a lo funcional)”, explica Cruchaga. Sin embargo, tanto esplendor se apaga con el sonido de los cláxones, la preocupación por no ser asaltados y las sombras de otra decena de inmuebles tanto o más valiosos y grandes que este, que languidecen sobre las veredas. Tacna espera pacientemente regresar a la vida. Los cadáveres de sus casonas y edificios no solo son belleza detenida en el tiempo. De lograr ser atractivas y habitadas nuevamente, podrían salvar al Centro Histórico de la agonía.

Polémico nacimiento

El urbanista Juan Gunther cuenta que Tacna era una calle del ancho de Jirón de la Unión. Su ensanche como avenida de doble vía sucedió en los años cuarenta, como parte de un circuito que incluía Abancay, Wilson y el malecón Rímac. El motivo era impulsar la circulación alrededor del Centro y su nexo con el Rímac. Sin embargo, su construcción provocó la demolición de nuestro patrimonio. “Destruyeron parte de la iglesia Las Nazarenas, la Escuela de Ingenieros y la iglesia Santa Rosa. En el caso de esta última, vemos que el monumento que se encuentra hoy no es más que una imitación de lo que era el convento”, recuerda el experto. El arquitecto Miguel Cruchaga detalla también que la fachada original de la iglesia daba para Tacna (y no para el jirón Callao, como lo hace hoy). Además ocupaba la mitad de la arteria.

¿Cómo salvar Tacna?

•Según el arquitecto Miguel Cruchaga, hay dos formas de salvar Tacna. Una es brindar incentivos económicos, como exonerar de impuestos o de cuota inicial, a los posibles compradores. Y otra –la más importante– es crear focos de calidad culturales o recreacionales que devuelvan atractivo a la zona. “La residencia será capaz de rescatar al Centro Histórico porque es la única que le da vida por las noches, los sábados y domingos; si no es una ciudad muerta”.

•En esa línea, Jorge Ruiz de Somocurcio, ex regidor de Lima, precisa que el proyecto Río Verde (convertir las riberas del río Rímac en grandes parques y alamedas) puede ser un excelente imán para vivir en Tacna. Sin embargo, a eso hay que agregarle planes para reducir el tráfico y la inseguridad. Además, agrega, el municipio debería retomar el crédito de 80 millones de dólares, que accedió el Banco Interamericano de Desarrollo para recuperar el Centro Histórico durante el mandato de Alberto Andrade. El proyecto quedó estancado con la administración de Luis Castañeda.

•José Vargas, gerente de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Lima, asegura que existe un plan para reciclar los edificios de la avenida Tacna y reutilizarlos como vivienda. “Lo primero que vamos a hacer es identificar a todos los propietarios de estos inmuebles para que nos apoyen en este proceso. Luego atraeremos a los inversionistas por medio de estímulos económicos. Con respecto a los comercios no adecuados que imperan en el lugar, ya hay acuerdos para el traslado de algunos hacia zonas como Las Malvinas. Esto es muy importante porque el Centro pierde habitantes cada año”.

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