HONOR AL HEROE DE ANGAMOS

El Comercio 09 10 08

ESPECIAL. EL PERUANO DEL MILENIO
Honor al héroe de Angamos
Autoridades civiles y militares y miembros del cuerpo diplomático asistieron ayer a la emotiva ceremonia en recuerdo de Miguel Grau
Por Alberto Villar Campos

Exactamente 9:50 de la mañana. Sobre el silencio de cientos de personas, el viento del Callao parece susurrar nuevamente las palabras de aquel hombre que habría de convertirse en historia el 8 de octubre de 1879: "Os puedo asegurar que si el Huáscar no regresa victorioso al Callao, yo tampoco regresaré".

Miguel Grau Seminario, El Caballero de los Mares, fue homenajeado ayer por altas autoridades en una emotiva ceremonia en la que se recordó no solo el aniversario 129 del épico Combate de Angamos, sino además los 187 años de la creación de la Marina de Guerra del Perú.

A la actividad, realizada en la plaza Grau chalaca, asistieron también miembros del cuerpo diplomático de Argentina, Colombia, China, Cuba, Estados Unidos, Israel, Rusia y Venezuela, entre otros países. Ellos colocaron ofrendas florales frente al monumento del héroe de la Guerra del Pacífico.

Tras la llegada del presidente de la República, Alan García Pérez, se inició la ceremonia con el minuto de silencio en memoria del ilustre peruano. Posteriormente, un grupo de alumnos de la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, de Colombia, repitió el homenaje tocando sus gaitas frente al estrado de honor.

LA GRANDEZA DEL HÉROE
En su proclama al personal naval, el comandante general de la Marina de Guerra, almirante Carlos Gamarra Elías, resaltó el papel de Don Miguel Grau en la historia del Perú. "En la campaña marítima (Grau) demostró su talento y capacidad, actuando con coraje, serenidad y grandeza con el vencido", dijo.

Por su parte, el presidente de la República, Alan García Pérez, destacó la grandeza moral del héroe de Angamos, a quien recordó también como padre ejemplar y respetuoso de los derechos humanos. "Su vida es la mejor educación que pueden recibir nuestros hijos", agregó.

Tras los discursos, los asistentes disfrutaron del desfile militar, que abrió la compañía de infantería naval Capitán de Navío Juan Fanning, célebre por ejecutar vistosas maniobras que motivaron largos aplausos. Junto con destacamentos de la Marina, el Ejército, la Aviación y la policía, desfiló también un grupo de marinos heridos en acción. Al término de la ceremonia, oficiales navales lanzaron una ofrenda floral al mar chalaco desde el BAP Palacios, en memoria de un héroe que hoy, más que nunca, sigue latiendo en nuestros corazones.
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LA REPUBLICA 09 de octubre de 2008

129 años de la inmortalidad de Miguel Grau

En ceremonia reconocieron a oficiales como "verdaderos héroes". Ayer se conmemoró la muerte del "Caballero de los Mares" y 187 años de la creación de la Marina de Guerra del Perú.
Luis Neyra O.

A las 9 de la mañana de hace 129 años, el contraalmirante Miguel Grau Seminario moría al mando del Huáscar durante el sangriento enfrentamiento entre peruanos y chilenos en la batalla de Angamos.

La historia narrada en los textos escolares y hasta en Internet nos transcribe la trayectoria de esa infame granada lanzada por los enemigos desde el navío chileno Cochrane, y que acabó con la vida del "Caballero de los Mares".
Pero no fue el único. Tras ese estallido otros valientes oficiales subieron al puente del Huáscar y entregaron su existencia sabiendo que a eso llegaban por defender la soberanía nacional.

HOMENAJE
Por eso, a las 9 de la mañana de ayer, esos personajes y aquellos que se inmolaron hace algunos años en su lucha contra el narcotráfico en el VRAE recibieron el reconocimiento de "verdaderos héroes nacionales" en medio de un caos político generado por las traiciones y los escándalos de ventas de recursos naturales que haría que Grau se revuelque en su tumba de pura vergüenza.

PARADA CHALACA
Sin la espectacularidad que caracteriza la Parada Militar, se realizó en la Plaza Grau el desfile de las diversas infanterías y compañías de la Marina de Guerra, que, dicho sea de paso, estaba de aniversario: cumplía 187 años de creación.
Primero lo hizo la histórica compañía "Fanning" integrada por jóvenes de diversas partes del país.

La perfección en los movimientos de las armas que empuñaban y de sus cuerpos motivó los aplausos del respetable.
Con el suave y triste sonido de las gaitas, miembros de la Escuela de Oficiales Navales de Colombia también marcharon entonando nuestro himno nacional.
Asimismo se hizo presente el Batallón de Cadetes de la Escuela de Oficiales de la Marina y del Ejército Peruano con riguroso paso marcial. La Policía Nacional también se hizo presente en el homenaje a Grau y en el aniversario de la Marina con la presentación de los Cadetes de la Escuela de Oficiales.

HÉROES ANÓNIMOS
Las lágrimas de los presentes y la admiración de los altos oficiales se dieron ante la aparición de la agrupación naval "Brigada Azul y Rojo", integrada por oficiales, suboficiales y grumetes con impedimentos físicos ocasionados durante sus labores de seguridad nacional. Todo un ejemplo de esfuerzo.
De esta forma, casi inadvertida por la calamitosa coyuntura, se recordó a un grande de la Marina y de la política. Estamos en deuda.

EL DATO
Ofrenda. Al término de la ceremonia el ministro de Defensa, Antero Flores Aráoz, y el comandante general de la Marina Luis Giampietri abordaron la fragata misilera BAP Palacios, desde cuya cubierta lanzaron al mar una simbólica ofrenda floral en homenaje al héroe de Angamos y a los héroes anónimos caídos en las zonas de emergencia, como el difícil VRAE.

"Grau es un libro de aprendizaje"
En la ceremonia, el presidente de la República, Alan García Pérez, se refirió a Grau como un ejemplo de moral. "La vida de Grau es un libro de aprendizaje ciudadano. Su vida es tal vez el mejor programa de educación que podamos dar a nuestros hijos", dijo.

Como se recuerda, Miguel Grau, luego de la muerte del capitán de fragata Arturo Prat, comandante de La Esmeralda, envió una emotiva misiva a la viuda Carmela Carbajal, en la que lamentaba la muerte del héroe chileno. Asimismo enviarle los valiosos objetos del oficial chileno así como sus prendas con las que murió defendiendo la bandera de su país. La respuesta de Carbajal no fue otra que de agradecimiento y admiración hacia Grau.
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EXPRESO 09 de octubre de 2008

Grau y Angamos

El día a día a veces complota contra la memoria que, como nación, debemos conservar en relación con nuestro pasado. El 8 de octubre, fecha fundamental en nuestro calendario cívico, pasa para muchos inadvertido, olvidando que corresponde al sacrificio heroico del comandante del Monitor Huáscar, Don Miguel Grau Seminario, y su gloriosa tripulación en la gesta del Combate de Angamos.

Sabedores en EXPRESO que muchos actos inmorales del presente –que acontecen en diversas facetas de la actividad social y productiva del país– tienen sus raíces en la falta de educación cívica y en el olvido de principios y valores que deberían animar en todo momento a cualquier ciudadano –y con mayor razón a quienes tienen en sus manos el timón del gobierno–, hace seis meses, desde el pasado 9 de abril, asumimos la tarea de presentar diariamente a nuestros lectores fragmentos del “Cuaderno de Bitácora” del monitor Huáscar. ¿Por qué desde el 9 de abril? Porque en esa fecha –cuatro días después de que Chile nos declarara la guerra el año 1879– se abrió el primer folio. El último fue el 351 correspondiente al 7 de octubre, víspera del combate de Angamos. Se trata de un documento vigoroso que describe el cotidiano trajinar, así como las carencias de equipamiento bélico, y hasta la falta de carbón para echar a andar las calderas del Huáscar, aunque siempre con la moral en alto por parte de un grupo de marinos que dejaron familias y amigos en el recuerdo y navegaron a enfrentar la escuadra enemiga.

No hemos querido dejar pasar este acontecimiento vital de nuestras efemérides porque creemos que en una fecha como ayer, hace 129 años, nuestros valientes se inmolaron pese a tener al frente a seis naves chilenas que les bloquearon el paso. Por ello debemos refrescar sus valores recordando las enseñanzas y ejemplos del Combate de Angamos. Allí, en los extractos del significativo Cuaderno de Bitácora –que día a día hemos publicado– están grabadas las vicisitudes de nuestros héroes, escritas a lo largo de medio año de navegar en alta mar en condiciones muy precarias. Hemos querido divulgar de esa manera lo que nuestros héroes –desde el personal subalterno a la alta oficialidad, todos liderados por Grau– padecieron por servir a la patria con inspiración y orgullo.

Entre el 9 de abril y el 7 de octubre de este año, fecha esta última en que las páginas del “Cuaderno de Bitácora” dejaron de recibir tinta porque en la mañana del 8 de octubre sus autores tuvieron que combatir, en EXPRESO hemos recibido multitud de saludos por esta iniciativa. Por cierto inmerecido ya que simplemente cumplimos con nuestro deber y sentimiento, nacidos de la convicción patriótica de difundir ante el país los mensajes heroicos de titanes peruanos que –como Miguel Grau– lo dieron todo por su nación. Hay que congratular a los lectores que nos acompañaron leyendo el Cuaderno de Bitácora del Huáscar y agradecer a la Marina de Guerra del Perú, institución que nos proporcionó copia de tan epónimo documento.

* Tribuna libre
El campeón del Pacífico
Hugo Ramírez Canaval
Contralmirante MGP (r)

El “Gran Almirante del Perú” es la más pura expresión de la grandeza de nuestra raza. No hay nada nuevo que se pueda decir sobre su ejemplar vida.
En reconocimiento a su trayectoria y su gallarda actividad en defensa de la honra nacional, los peruanos nunca hemos escatimado homenajes y ahora es también “El Peruano del Milenio” por elección nacional.

Aun así, considero que seguimos en deuda con el almirante Grau. Por eso me permito exponer una idea. Le ruego, estimado lector, considerar mi propuesta. Creo que el heroico comandante del glorioso Monitor Huáscar no ha recibido el homenaje que merece. Para él no es ningún homenaje el título de “Caballero de los Mares”.

Me explico: Los peruanos somos todos caballeros por ancestro. Nuestra raza proviene de dos fuerzas imperiales, dos pueblos superiores. Recordemos cuánto de Sudamérica abarcaba el Incanato. Aquellas civilizaciones siguen causando admiración. Por su lado, los españoles venían de un Imperio europeo en cuyos dominios jamás se ponía el sol. El Virreinato del Perú siempre fue el más grande y poderoso en el Nuevo Mundo. Y luego muchos de la nobleza española vivieron en Lima. Esa alcurnia se refleja en la conocida caballerosidad y gentileza de los peruanos. Éramos el país más poderoso e importante de este lado de Sudamérica. En l866 defendimos a Chile, que pidió auxilio ante la amenaza de la misma escuadra española que nosotros sí enfrentamos solos el 2 de Mayo de 1866.

Somos el pueblo por el que se acuñó la frase de “Vale un Perú”. Grau era un peruano caballero y un oficial de Marina. Nunca hizo nada que no le fuera natural, como para recordarlo y exaltar su gloriosa memoria llamándolo el Caballero de los Mares. En cambio, hay muchas acciones que realizó durante la Campaña Naval, en las que demostró la superior capacidad profesional, la osadía y gran valentía, así como la generosidad natural en cualquier peruano. Tuvo mucho éxito, a tal extremo que el propio enemigo de entonces lo exaltó. Grau se ha ganado el título de CAMPEÓN DEL PACÍFICO. Por eso debemos honrar al guerrero y no al caballero.

Los historiadores chilenos registraron la superioridad de Grau. Benjamín Vicuña Subercaseaux escribió: “En verdad e imparcialmente considerado, Grau fue el alma y la figura descollante en esa guerra naval, tanto por su pericia náutica y el sentido estratégico, como por su heroísmo”. Jorge Inostrosa, refiriéndose al héroe peruano, dijo: “...el dragón del mar había vuelto a aparecer... había un solo barco en el Pacífico Sur... un solo hombre capaz de meterlo en la bahía, desdeñando la vigilancia de la escuadra chilena... La inconcebible y burlesca incursión del Huáscar, la desdeñosa prueba de superioridad dada por el almirante Grau hizo enrojecer de vergüenza a los chilenos”.

Y el historiador inglés Clements R. Marham escribió: “Mientras el bravo comandante del Huáscar burló las fuerzas inmensamente superiores del enemigo y paseó por los mares el pabellón peruano al tope de su barco, los chilenos no osaron emprender expedición alguna de importancia”.

Estas citas creo que apoyan mi propuesta de llamar al Gran Almirante Grau, con toda justicia, EL CAMPEÓN DEL PACÍFICIO.
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LA PRIMERA 09 de octubre de 2008

César Hildebrandt

¿Las ratas pueden hablar?

Corrupción también es defender a los violadores de derechos humanos y a los asesinos en serie de las fosas comunes.

Y eso es lo que ha hecho el doctor Alan García ayer, dizque recordando a Miguel Grau (el héroe generoso que no se ensañó ni siquiera con el enemigo de la patria invadida).

“¿Hasta cuándo vamos a seguir tolerando el maltrato judicial a nuestras Fuerzas Armadas, las que nos salvaron del peligro del terrorismo?”, preguntó el doctor García.

La pregunta implica una mentira del tamaño de un Mirage y del peso de una casa en Naplo. Porque no son las Fuerzas Armadas las que sufren acoso judicial y escrutinio de las organizaciones nacionales e internacionales defensoras de los derechos humanos.

Las Fuerzas Armadas del Perú no pueden confundirse con el Comandante Camión, los psicópatas de Putis, el sanguinario Telmo Hurtado, los rematadores del Frontón, los “vencedores” de La Cantuta y los “húsares” de Barrios Altos.

El doctor García ha insultado a las Fuerzas Armadas peruanas, de las que es, por mandato de la Constitución, comandante supremo.

Y el comandante supremo que enloda a sus subordinados bien podría ser tratado de traidor.

¿Y por qué ha escogido el doctor García el aniversario del combate de Angamos para equiparar a los enterradores de Cayara con los que han honrado el uniforme venciendo a las hordas de Guzmán sin necesidad de matar niños, ancianos, mujeres embarazadas?

Porque lo del Frontón no prescribe y porque las investigaciones forenses sobre el caso Accomarca siguen en pie. Y el doctor García quiere escudarse en las Fuerzas Armadas para su propia ley del punto final. No vaya a ser que la justicia internacional haga lo que la nuestra no se atreve y resulte que él y el almirante Giampietri –su vicepresidente y “héroe” del Frontón- sean requeridos en San José para los descargos de ley.

El doctor García está muy indignado con el asunto del lobby petrolero. Y cita a Jesucristo y recita a Dios y habla de los infiernos y los dientes que allí chirrían en dantesco bruxismo.

Pero enseguida defiende a los asesinos que él permitió y hasta instigó durante su primer gobierno.

Y se cree muy ético cuando toma distancia de los León y de los Químper pero no toma ninguna de los canallas que, con sus abusos, casi nos hacen perder la guerra con Sendero.

E insulta al ejército de Bolognesi y a la marina de Grau y a la fuerza aérea de Quiñones diciendo que la justicia embiste a las instituciones militares.

No, doctor García. Las instituciones estarán tranquilas y limpias si usted no las mezcla con sus vergüenzas ni las confunde con sus peores sombras. Porque decir que los Martin Rivas representan a las Fuerzas Armadas es como decir que Moisés Wolfenson representa al empresariado periodístico y que Rómulo León encarna al aprismo de base.

Además, el doctor García ha merodeado el crimen con más temeridad que en otras ocasiones cuando ha insinuado que el linchamiento de los sediciosos hermanos Gutiérrez –asesinos del presidente Balta en el siglo XIX- es casi un precedente de “justicia popular”.

“A veces dan ganas de que el pueblo se tome la justicia por su cuenta”, ha dicho el doctor García en un ataque de retórica neanderthal. Y ha hecho recuerdo colorido de los hermanos Gutiérrez aporreados, mutilados y colgados.

¿Qué le pasa al doctor García?

¿Está muy nervioso por lo que puede descubrirse? ¿Es que las ratas pueden hablar y una de ellas –rata de bodega pesquera- ya lo ha amenazado con contar algo de las viejas travesías?

En todo caso, cuando el país merecería más que nunca serenidad y buen gobierno sale el doctor García a honrar a los sin honor y a recordar -con nostalgia- el salvajismo que sólo horror debiera producir.
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LA REPUBLICA 06 de octubre de 2008

Aparecen memorias de la corbeta Unión

Diario de la nave que peleó hasta 1881 revela que fue esta y no el monitor Huáscar la que capturó el principal buque carguero chileno.
Luis Velásquez C.

Esta noche, cuando se muestre la bitácora de la corbeta Unión, más de un historiador deberá hacerse la siguiente pregunta. ¿Se les ha dado a los tripulantes de esta embarcación peruana que se hundió frente al Callao (sumergida por sus propios hombres, quienes no deseaban que cayera en manos del invasor chileno) su merecido lugar en la historia?

Quizá más de uno se apure en decir que no. Y es que los testimonios y hechos que contiene el diario de esta embarcación –que peleó en solitario después de que el Independencia se hundiera y el Huáscar cayera en manos enemigas– permitirán replantear algunos pasajes de la historia que harán ver a los oficiales y subalternos de la Unión como los grandes defensores de la patria.

Y también, claro, darles una nueva mirada a las acciones realizadas por los 180 tripulantes de esta corbeta, y que erróneamente fueron atribuidas a otros heroicos hombres que murieron defendiendo la patria.

La captura del vapor Rímac, el más importante barco de suministros y pertrechos del ejército chileno durante la Guerra del Pacífico, es solo un ejemplo de las proezas de las que hablamos. Este hecho motivó que en Chile se destituyera a altos oficiales del ejército y renunciaran algunos ministros. Incluso se demandó la renuncia del presidente sureño de entonces, Aníbal Pinto.

El episodio es narrado en detalle en la bitácora recuperada recientemente por la institución La Casa del Libro Viejo y un alto funcionario del gobierno, 127 años después de que fuera declarada desaparecida. ¿De quién hablamos? Para variar, del ministro Hernán Garrido Lecca.

Documento. Rescatado del olvido, bitácora muestra daños que sufrieron sus páginas.

Héroe. Manuel Villavicencio Freyre.

¿Qué hizo Garrido Lecca y cómo fue contactado por La Casa del Libro Viejo? Es parte de otra historia que seguramente será contada esta noche, cuando se muestre el cuaderno bitácora original, con sus anotaciones, manchas de humedad, folios faltantes y hojas rotas.

Pero volvamos a la captura del Rímac. Con gran precisión se indica en la bitácora, por ejemplo, cómo el comandante de la Segunda División de la Armada Peruana, Aurelio García y García, ordena acercarse sigilosamente a la nave chilena. Inicialmente se pensó que se trataba del acorazado Cochrane, pero luego se cayó en la cuenta de que era la más importante nave de enlace entre las tropas chilenas y su centro logístico. Entonces se le intervino, previo a intercambiar disparos de cañón.
Al rato apareció el Huáscar, que se encargó de tomar el control de la nave y llevarla al Callao, previo a inventariar los equipos, pertrechos y tripulación enemiga, entre los que advirtió a varios mercenarios extranjeros contratados por las tropas invasoras. Varios de ellos eran ingleses y norteamericanos, y permanecieron sirviendo en la nave, aunque esta vez para la armada peruana.

Este hecho, incluso, motivó la molestia de García y García, quien anotó una queja dirigida a sus superiores. "(…) La permanencia de estos individuos a bordo la creo inconveniente por motivos que no pueden ignorarse (…)".

VALOR Y COBARDÍA
Las 119 hojas registran también otros hechos que eran parte de las diarias jornadas de la Unión, desde que empezó a servir a la patria, el 11 de mayo de 1879, hasta el 19 de octubre de 1880. Los sucesos posteriores, hasta el día de su hundimiento, 16 de enero de 1881, se perdieron.
Pero sí registra, por ejemplo, el caso de un joven acaudalado (Máximo Patrón), quien dejó sus estudios y un compromiso prenupcial en Europa para servir en la Unión. El episodio es narrado por el capitán de fragata Nicolás del Portal, a la sazón, comandante de la corbeta.

También relata momentos tristes y tensos. Como cuando fallecía algún tripulante o desertaban otros. Hay anotaciones especialmente precisas sobre este último punto.
Pero si ha de resaltarse algún episodio triste de la guerra, es la vez en que la Unión se vio rodeada por toda la armada chilena, que en su flota ya contaba con el Huáscar, nuestro barco insignia que había sido reparado luego de Angamos y puesto al servicio del ejército invasor.

El historiador Juan Ortiz Benítez, responsable de La Casa del Libro Viejo, sostiene que estos pasajes son narrados con impresionante y desgarradora precisión en la bitácora, cuyo paradero fue conocido hace poco gracias al aviso de una familia limeña, descendiente de uno de los tripulante de la corbeta. ¿El apellido? No quiso revelarlo.

DE INCALCULABLE VALOR
La República tuvo acceso al contenido del diario de la Unión, el segundo buque más importante después del Huáscar. Se trata de un texto forrado en tapas de cartón y amarillentas hojas rayadas en las que se registran las aventuras y misiones de la corbeta más rápida y moderna de la armada peruana.

Y es una pieza de incalculable valor histórico que registra episodios nunca antes contados y que fueron escritos por dos comandantes de la Unión: Nicolás del Portal y Manuel Villavicencio Freyre.
Es verdad que el paso de los años hizo que algunas páginas se dañen y otras se pierdan, pero las que quedan contienen importante información que nos obliga a pensar en que el Perú tuvo más de un caballero de los mares. Gloria eterna a ellos.

DATOS
Presentación. La presentación del original de la bitácora de la corbeta Unión, así como la transcripción exacta de sus páginas, será hoy a las 7 pm, en la Benemérita Sociedad de Fundadores de la Independencia. Av. Arequipa 410, Lima.
Donación. La bitácora será entregada al jefe de la Marina de Guerra en calidad de donación, por el ministro Hernán Garrido Lecca, en representación de un grupo de ciudadanos que apoyaron su recuperación y transcripción.

Bitácora revela un gran error histórico
La más importante acción de la corbeta Unión durante la Guerra del Pacífico fue la captura del vapor Rímac, el 23 de julio de 1879. Esta proeza fue atribuida históricamente al monitor Huáscar, pero hoy, gracias a esta bitácora, se conocen los hechos reales.
Tuvo también otras acciones, como la entrega de pertrechos a las tropas peruanas que se hallaban rodeadas en Arica, después de que perdiéramos el Huáscar. Luego de eso siguió diezmando las fuerzas navales chilenas, e incluso llegó a burlar un bloqueo para descargar municiones en Arica.

La historia registra un hecho confuso que le creó una mala reputación a la Unión. Se dice que no apoyó al Huáscar, durante el combate de Angamos. La bitácora, sin embargo, aclara que Miguel Grau nunca solicitó el apoyo y que la suerte del Huáscar estaba echada. Igualmente señala que la decisión de salvar la única nave que quedaba fue tomada por la superioridad.
La decisión de hundir la corbeta Unión frente al Callao fue tomada por el capitán a cargo de ella, Germán Astete.
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Extra 06 10 08

Chilenos basurean al Huascar

Juran que no era Monitor y que intentó huir.
Califican de provocador a nuestro héroe Miguel Grau y cuestionan su estrategia.
Rotos belicosos recrean combate en 3D favorable a ellos

El Combate de Angamos que el 8 de octubre de 1879 culminó con la captura del monitor Huáscar será llevado a la tecnología 3D por los chilenos con el fin de informar detalles desconocidos de dicho episodio de la Guerra del Pacífico.

El problema es que según los historiadores chilenos hay detalles desconocidos que incluirán en la recreación 3D, la mayoría con observaciones y cuestionamientos al Monitor Huascar y a la estrategia peruana que llevó adelante nuestro héroe Miguel Grau Seminario.

Según revela el diario El Mercurio se trata de uno de los proyectos Bicentenario de Canal 13 de Chile y para ser recreado en la pantalla tendrá incluso la asesoría de los historiadores navales de Chile, Fernando Wilson, Eduardo Rivera y el investigador Piero Catagneto.

Según la versión chilena, históricamente se señala por ejemplo que luego del hundimiento de la Esmeralda, la prioridad de Chile fue capturar al Huáscar para poder iniciar la invasión terrestre.

"Durante cuatro meses, el contraalmirante Miguel Grau, siguiendo órdenes directas de Perú, hostilizó los puertos chilenos hasta Coquimbo, bombardeando las instalaciones y capturando cualquier nave que pudiera servirle. La corbeta peruana Unión llegó hasta Punta Arenas para interceptar los cargueros que traían armas para Chile a través del Estrecho de Magallanes", señala la publicación.

Agrega que fue la captura de uno de ellos, el Rímac, la que agotó la paciencia de Chile. Se dispuso que dos divisiones de la Armada, lideradas por los blindados Cochrane, al mando de Juan José Latorre, y Blanco Encalada, comandado por el jefe de la Escuadra, Galvarino Riveros, acorralaran al buque peruano cuando retornara al norte. El cerco comenzó a cerrarse en la madrugada del 8 de octubre, en las cercanías de Antofagasta.

Dicen que no era monitor y que intentó huir

Otro detalle que los historiadores chilenos mencionan es que "el Huáscar no era un monitor". "Era un buque acorazado que privilegiaba el uso del espolón y su armamento no estaba diseñado para enfrentar a varios oponentes al mismo tiempo".

Se señala que un buque con una sola torreta era ineficiente, más aún cuando su rango de tiro quedaba interrumpido por su propio castillo de proa. "Las experiencias obtenidas en esta batalla permiten el nacimiento una nueva generación de buques, un salto tecnológico que puede representarse con la construcción del crucero armado Esmeralda, y las dos clásicas torretas giratorias que tendrán su esplendor durante la Segunda Guerra Mundial", señala Wilson, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez.
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LA RAZON SETIEMBRE 11, 2008

Expedición Lynch, 46 días de destrucción y muerte

Hace 128 años dirigió saqueos de los pueblos más prósperos del norte del país
Ángel Arturo Castro Flores
http://Amaruperu.blogspot.com

Han transcurrido 128 años desde el 4 de setiembre de 1880, cuando nuestros principales puertos y haciendas del norte fueron destruidos por la expedición Lynch. El 6 de noviembre de 1881 Francisco García Calderón es tomado preso y enviado a una cárcel en Chile.

En una entrevista realizada 7 de septiembre de 1883, por un reportero del periódico New York Herald, al almirante chileno Patricio Lynch, jefe de las fuerzas de ocupación en Lima, declaró acerca del general Miguel Iglesias lo siguiente:
“Al fin un valiente militar y un patriota bien intencionado, el general Iglesias, se ha presentado para redimir su país. Le damos toda clase de auxilios, le damos dinero y armas, derrotamos a sus enemigos y le damos prestigio. ¿Con qué objeto? Para que pueda venir la paz”.

“Hemos evacuado el norte del Perú, hemos dado al gobierno de Iglesias la valiosa Aduana de Salaverry (puerto de Trujillo) y solo por razones de humanidad no sacamos a nuestras tropas de otros muchos lugares porque las poblaciones quedarían saqueadas sin piedad por merodeadores peruanos si las evacuáramos”.

“Ahora o nunca tiene que establecer el Perú un gobierno moderado y honrado y es de esperar que lo que ha sobrevenido podrá ser una lección útil a los peruanos para saber disciplinarse”.

Pirata
¿Y quién es Patricio Lynch?

La piratería es una actividad tan antigua como la navegación misma. Una embarcación privada o estatal amotinada atacaba a otra en aguas internacionales o lugares sometidos a la jurisdicción o no de un Estado con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, convertirlos en esclavos y muchas veces apoderarse de la nave. Quienes realizaban esta práctica se denominaban piratas y robaban por cuenta propia.

Los corsarios eran marinos contratados y servían en naves privadas con “patente de corso”, es decir tenían permiso de la autoridad para atacar barcos y poblaciones de naciones enemigas. La distinción entre pirata y corsario es parcial, porque corsarios como Francis Drake o la flota francesa en la Batalla de la Isla Terceira fueron considerados vulgares piratas por las autoridades españolas.

El Callao desde tiempos del virreinato fue “visitado” por piratas y corsarios de toda laya. El más célebre ataque pirata contra el primer puerto del virreinato del Perú fue realizado por el legendario Sir Francis Drake, socio de aventuras del pirata negrero John Hawkins, en tiempos del virrey Francisco de Toledo (1569-1581), cuando reinaba en España, Felipe II (1556-1598).

Drake salió de Inglaterra en diciembre de 1577 con 5 naves rumbo a Brasil, penetró en el Río de La Plata, luego atravesó el estrecho de Magallanes en agosto de 1578. Aunque solo conservó su propia nave, tomó rumbo hacia el norte y realizó asaltos sorpresivos en Valparaíso, Coquimbo y Arica.

Protegido por las sombras de la noche, se apoderó en el Callao de las naves surtas en la bahía el 13 de febrero de 1579, transbordó a la suya toda la carga que juzgó útil y luego las hundió o soltó a merced de la corriente. Inmediatamente prosiguió hacia el norte para eludir los preparativos de defensa en el puerto.

En los días del ataque de Drake al Callao, el virrey Toledo tenía en prisión a un pirata inglés capturado en Panamá mientras intentaba robar esclavos en tierra firme: John Oxenham, quien concluyó sus días en una prisión de Lima. En 1587, en tiempo del virrey Fernando Torres y Portugal (1585-1589), Conde del Villar Dampardo, fue traído un grupo de piratas ingleses capturados en el estuario del Plata.

El Callao rechazó con éxito otras incursiones, hasta que en 1624, en tiempos del virrey Marqués de Guadalcázar, el Callao fue sitiado por el holandés Jacob Clerk, apodado Jackes L’Hermite, el “Ermitaño”. Durante la batalla en defensa del puerto los piratas tomaron como base la isla San Lorenzo, donde sepultaron a sus camaradas caídos, entre ellos, el propio L’Hermite, víctima posiblemente del cólera.

El más sanguinario
Pero el más sanguinario no había llegado sino hasta setiembre de 1880, cuando asoló puertos y haciendas. Patricio Lynch, quien se comportó como un vulgar bucanero, los bucaneros eran matarifes de reses y se convirtieron en carniceros de hombres. Fue propio del Caribe y el segundo cuarto del siglo XVII. Pero, además, Lynch por su comportamiento durante el ataque artero, traicionero y a mansalva a los puertos y haciendas de nuestro litoral, desprotegidos, abandonados por la inercia de Nicolás de Piérola, recibió el calificativo de filibustero, “el que captura el botín libremente”.

Con seguridad se preguntarán por qué el calificativo de “pirata-corsario-bucanero-filibustero” que se le endilgó a Patricio Lynch, el gran almirante chileno que recorrió nuestra costa desde Arica hasta Paita, dejando a su paso destrucción, desolación, impunidad, muerte, robo, imponiendo cupos a las poblaciones indefensas, destruyendo la infraestructura de las haciendas, etc. Después de la caída de Arica en manos chilenas y la muerte de Bolognesi, la flota chilena tenía nuestro océano libre para desplazarse sin temor y transportar sus vituallas, personal y proseguir las operaciones militares hacia nuestra capital, tal como era el interés del ministro de guerra chileno Manuel Vergara, quien contaba con el apoyo del Ejército en poder de Baquedano. La opinión pública estaba azuzada por los diarios chilenos que deseaban la continuación de la guerra, como El Independiente de Santiago del 23 de agosto de 1880, que expresaba: “A Lima! para dar el golpe de muerte a esa serpiente, para firmar en el palacio de los virreyes el tratado de paz que nos dé, como reparación e indemnización de guerra, la costa del Pacífico hasta el grado 19; a Lima, en fin, para satisfacer el anhelo vehemente de nuestros soldados”.

El detonante
A partir del 10 de abril de 1880, el Callao fue bloqueado, el almirante Galvarino Riveros dio un plazo de diez días para poner a buen recaudo los bienes neutrales y privados, al término del cual bombardearía el puerto. Vencido el plazo, el 22 de abril se ejecutó el primer bombardeo, sin muchos efectos en las propiedades y población. El 10 de mayo se realizó el segundo bombardeo, hizo 418 disparos, no alcanzó a causar perjuicios, fracasando en su cometido.

Un hecho que precipitó la autorización a Lynch para sus correrías en nuestro litoral, a no dudarlo, fue el hundimiento del Loa, por una acción arriesgada de nuestros antepasados. Quienes colocaron una trampa explosiva en una embarcación, utilizada como señuelo y tentando la angurria de los “rotos”. La nave pequeña contenía frutas, verduras y animales de crianza. Cuando izaban la carga a su nave, explotó una bomba que sacudió al Loa, matando a cerca de 130 hombres de su tripulación.

Este hecho, singular, realizado por defensores anónimos del Callao, con valor, ingenio y creatividad, causó una grave crisis en el gobierno mapochino. Chile a esta acción valerosa de un grupo de peruanos respondió azuzado por su prensa, parametrada, patriotera y al borde del paroxismo, para que Pinto autorizara la expedición Lynch.

La expedición
El 26 de julio de 1880 el Mercurio de Valparaíso traducía su odio contra nuestro país al expresar: “Venganza, venganza clama hoy el infante y el viejo, el guerrero y el sacerdote; venganza pronta, rápida, enérgica, eficaz, sangriento, es lo que nos grita en cada uno de sus rayos el sol que nos alumbra, el mar que nos baña, el aire que nos vivifica. A estas horas no hay en Chile otro sentimiento, otra expresión, otro deseo que este: venganza y se repite con renovado furor el grito de a Lima, a Lima”.

Patricio Lynch recibió la autorización de Aníbal Pinto a su plan de acción en estos términos: “Junio 22. La idea de una expedición me parece muy bien. Organízala tú. Dime qué buques y tropas necesitas. Envíanos un plan bien detallado indicándonos lo que necesitas llevar…”; durante 46 días asoló nuestra costa, llevando muerte y desgracia a los principales puertos y haciendas azucareras del norte.

La fuerza expedicionaria al mando de Lynch debía sujetarse, entre otras cosas, a que contaría con dos buques, la corbeta Chacabuco y el vapor Abtao, y un total de 2,200 hombres. Podía tomar los acopios de víveres u otros artículos de utilidad, destruir el material rodante de los ferrocarriles. También perseguir remesas de armas, recoger ganado, imponer contribuciones de guerra, exigir pago en metálico o especies, como azúcar, algodón, arroz, alcoholes. La cuota de contribución lo hará efectiva con todo rigor, apelando si es necesario, a la destrucción de la propiedad. Destruir la economía del país. Tal como lo hizo.

Lynch al llegar a Chimbote impuso cupos a lugares y personas seleccionadas, entre ellas a los dueños de la hacienda Palo Seco, la maquinaria de esta hacienda, una verdadera ciudad, estaba valorizada en 100,000 libras esterlinas. Contaba con la casa principal semejante al Palacio de la Exposición de Santiago. Colocaron dinamita para destruir el trapiche, los calderos, el alambique, el edificio, el ingenio de arroz, las casas destruidas completamente. Muerte y destrucción dejó Lynch en Palo Seco.

En el norte
Seguidamente, Lynch se desplazó a la hacienda San Nicolás, donde, al igual que en Palo Seco, destruyeron la maquinaria, los edificios, casas, bodegas y almacenes, se llevaron todo el algodón que encontraron y que estaba en fardos en el almacén.

Posteriormente se trasladaron a Paita para interceptar una nave extranjera que traía en sus bodegas 28 cajones consignados al gobierno peruano con dinero para circular en el país, en total 7’290,000 en billetes y 375,000 en estampillas de franqueo común. El país sufrió un fuerte golpe por la utilidad que el enemigo le pudo dar ulteriormente. A Paita le impusieron como contribución de guerra la cantidad de diez mil pesos de plata, pero como no pudieron pagar, incendiaron y redujeron a cenizas las instalaciones.

Luego seguirían Eten y Ferreñafe, en Chiclayo, a los que impusieron un cupo de 150,000 pesos, que no pudieron pagar en las 48 horas de plazo, por lo que Lynch ordenó la destrucción, incendio y muerte. El cómplice de Lynch, Stuven, se desplazó hacia Ferreñafe, impuso cupos a las haciendas más importantes. La administración del ferrocarril de Eten, la hacienda Llape, la hacienda Cayaltí, entre otras, pagaron sus cupos.

En octubre las fuerzas expedicionarias llegaron a Trujillo e impusieron un cupo de 150,000 pesos que no pudieron pagar, por lo que Lynch ordenó destruir el puente sobre el río Chicama e incendiaron la estación ferrocarril de Ascope y Chocope. El 26 de octubre, Lynch, después de haber causado muerte y destrucción como una tormenta, abandonó Trujillo, con sus naves bien cargadas de oro, plata y especies que había robado a los pacíficos e indefensos habitantes.

Condena de Markham
Lynch fue obligado por su gobierno a declarar todo lo obtenido. Este hizo un inventario para cubrir las apariencias y a su conveniencia. Según el historiador chileno Barros Arana, parcializado con su paisano, dice que el increíble botín de este buitre llamado Lynch ascendió a, como producto de las contribuciones de guerra, 29,050.00 libras esterlinas, 11,428 pesos en dinero y 5,000 pesos en papel moneda, oro y plata en barras, un cargamento considerable de mercancías.

Respecto de las acciones de Lynch en nuestras costas, Sir Clements R. Markham expresó: “Así terminó esa expedición de pillaje y de criminal saqueo; perpetua infamia para sus autores y para el Gobierno que proyectó y aprobó su ejecución…”.

Por su parte, un senador chileno por Coquimbo elevó una protesta a su gobierno, indicando: “Ibamos a resucitar los días de los corsarios en nuestro propio territorio cuando el mundo entero de común acuerdo acababa de abolirlos...”. Sin comentarios.

(*) Coronel EP y Comunicador
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EXPRESO 09 de septiembre de 2008

Estado tiene abandonado “El Chinchorro” en Arica
Debería instalarse allí un núcleo de administración logística.

Recientemente el cónsul de Perú en Arica, Jorge Salas, expresó al Mercurio de Chile que nuestro país planea construir en el predio “El Chinchorro”, un núcleo de administración logística que integre el muelle existente para el servicio del Perú y el ferrocarril de Arica a Tacna con el aeropuerto y la zona franca existentes en esta última ciudad fronteriza.

La noticia sería alentadora si no fuera porque el propio diplomático afirmaría más adelante que el proyecto aún está en “estudio” y que “ no va al ritmo que debería”. El Chinchorro fue adquirido por el Perú en 1929 con la intención de cobijar allí a los plebiscitarios peruanos que votarían en un referéndum que definiría el futuro de Arica, lamentablemente el plebiscito nunca se realizó, y el Tratado de 1929 dejó Tacna a Perú y Arica a Chile.

Al respecto, el ex canciller Manuel Rodriguez Cuadros ha señalado:
“Justamente por el abandono en el que se encuentra El Chinchorro es que éste fue objeto de decisiones administrativas del gobierno regional de Arica que significaron una pérdida en su extensión. Si nos dormimos es posible que nos quiten más espacio”, argumentó en clara referencia a los 700 metros cuadrados que fueron pavimentados por el gobierno de Arica.

Y es que en 1996, el municipio de Arica pavimentó 700 metros del predio que obstruían el paso de la carretera Panamericana, lo que provocaba accidentes. Al año siguiente, tras el incidente diplomático que causó este hecho, Perú lo cerró con un muro perimetral. Para muchos esta medida fue tardía.

Para el presidente del Club Departamental Tacna, Félix Murillo, el abandono por el cual ha tenido que atravesar “El Chinchorro” se ha debido a la desidia de los gobiernos por defender lo que por ley nos pertenece. “Soy respetuoso de la diplomacia peruana pero lamentablemente los terrenos de El Chinchorro nunca han sido tratados. Históricamente no le han sabido dar la importancia debida. Al inicio se compró 150 mil metros cuadrados. Hoy hay cerca de 22 mil metros cuadrados que han sido desmembrados por Chile y si nos descuidamos seguirán avanzando“, manifestó al tiempo de aseverar que desde 1929 no ha existido una política continua y permanente de apoyo frontal a esa visión expansionista que históricamente ha tenido Chile sobre el Perú.

JEANETTE PÉREZ OSORIO

Wagner tiene responsabilidad
Para muchos el responsable de que El Chinchorro esté como esté es el ex canciller Allan Wagner. Pues simplemente lo que hizo entre el 28 y 29 de noviembre de 1985 como Canciller al firmar un Acta con Chile, fue comprometer al Perú en una serie de acciones en detrimento del Tratado y Protocolo Complementario de 1929 de manera escandalosa. Dicho documento, que se encontraba bajo el membrete de la Embajada de Chile, ponía en venta el predio “El Chinchorro” a una persona jurídica chilena.

El dato
En 2006, el gobierno regional de Tacna asumió la gestión del predio de 126 mil metros cuadrados. En esa oportunidad, Tacna firmó un convenio con la Cancillería peruana que permitiría darle al terreno un uso "promocional, económico, cultural, científico, turístico y de desarrollo fronterizo". Hasta hoy no se ha hecho nada.

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