EL COMERCIO NOVIEMBRE 3, 2012
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EL COMERCIO OCTUBRE 31, 2012
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LA REPUBLICA OCTUBRE 20, 2012
LA REPUBLICA SETIEMBRE 23, 2012
EL COMERCIO JULIO 27, 2012
RENÉ ZUBIETA @renezp
(Editorial) ¿Exportando riesgos?
Pagar impuestos en dólares permitiría que algunos empresarios trasladen el riesgo de su negocio al Estado
Hace unos días, la bancada de Concertación Parlamentaria presentó un proyecto de ley, de autoría de la congresista Luciana León, que busca que las empresas que exportan productos no tradicionales puedan pagar con dólares sus impuestos a la Sunat. Esta opción de pago, que fue eliminada de nuestra legislación en el 2003, beneficiaría según los autores de la iniciativa a 10.158 negocios que se estima pagarían impuestos por alrededor de US$3 mil millones.
La razón por la que se planteó esta propuesta es que en los últimos 12 meses la cotización del dólar ha bajado en 5,7% y, de mantenerse este escenario, al momento de tener que cancelar sus impuestos dichos empresarios sufrirán una pérdida, ya que necesitarán más dólares para comprar soles con la finalidad de pagar a la Sunat. Así, si se aprobara este proyecto que permite cancelar tributos con la moneda estadounidense, se protegería a los exportadores del riesgo de la caída del tipo de cambio.
A primera vista, esta podría parecer una buena idea. Después de todo, reduciría un importante riesgo que enfrentan los exportadores y volvería más seguros sus negocios. El problema, sin embargo, es el que señaló nuestro columnista Iván Alonso en su artículo del jueves pasado: con esta medida el riesgo no desaparece, sino que simplemente se traslada al Estado (es decir, al resto de peruanos). Y es que si el gobierno acepta los pagos en dólares, llenará sus arcas con una moneda que viene perdiendo valor y será él quien tendrá que asumir la pérdida correspondiente en el momento en el que cambie los dólares a soles para cumplir sus propias obligaciones. Como dijimos en un editorial anterior, esto es como no darse cuenta de que para tapar un hueco siempre hay que traer tierra de otro lugar y eso, finalmente, solo implica mover el hueco de sitio.
Por eso, la pregunta no es si el riesgo se eliminará sino, más bien, ¿quién debería asumir el riesgo que supone el tipo de cambio, los exportadores o el Estado? Como señaló Alonso, lo natural sería que lo asuman los empresarios. A fin de cuentas, si ellos se llevan todas las ganancias cuando el tipo de cambio los favorece y aumenta sus utilidades, ¿por qué tendríamos el resto de peruanos que asumir las pérdidas cuando el tipo de cambio los perjudica? Las leyes que pretenden que las ganancias de un negocio sean privadas y las pérdidas socializadas son, después de todo, tan injustas como las que plantean lo contrario.
Pero no se trata solo de un tema de justicia. Además, si este riesgo es asumido por los empresarios, se vuelve más fácil reducirlo. En primer lugar, porque quien puede tomar más medidas para controlar un riesgo es quien realiza la actividad riesgosa. Imaginemos, por ejemplo, alguien que maneja una motocicleta. Al ser él quien tiene mayor control sobre la actividad, es también quien se encuentra en la mejor situación para tomar precauciones, como quizás no ir muy rápido, verificar los frenos, usar casco o respetar los semáforos. Algo parecido ocurre con los inversionistas. Ellos pueden controlar el riesgo del tipo de cambio mejor que el gobierno, pues pueden escoger plazas de venta donde les paguen con monedas más fuertes, diversificar sus inversiones en otros negocios más seguros a los que no afecte el tipo de cambio, contratar utilizando herramientas como derivados cambiarios, entre otras opciones que pueden lograr reducir el mencionado riesgo. Y no nos olvidemos, por supuesto, que ellos tienen mejores incentivos que los burócratas para minimizar riesgos, pues los primeros, a diferencia de los segundos, tienen en juego su propio dinero y no dinero ajeno.
Afortunadamente, el ministro de Economía es bastante consciente de esta situación, pues la semana pasada se pronunció en contra de la propuesta precisando que no considera que sea una buena política de uso de los fondos públicos. Ojalá y el señor Castilla pueda contagiar su sensatez al Congreso. De lo contrario, los exportadores podrían terminar exportando injustamente las pérdidas de sus negocios al resto de peruanos.
La razón por la que se planteó esta propuesta es que en los últimos 12 meses la cotización del dólar ha bajado en 5,7% y, de mantenerse este escenario, al momento de tener que cancelar sus impuestos dichos empresarios sufrirán una pérdida, ya que necesitarán más dólares para comprar soles con la finalidad de pagar a la Sunat. Así, si se aprobara este proyecto que permite cancelar tributos con la moneda estadounidense, se protegería a los exportadores del riesgo de la caída del tipo de cambio.
A primera vista, esta podría parecer una buena idea. Después de todo, reduciría un importante riesgo que enfrentan los exportadores y volvería más seguros sus negocios. El problema, sin embargo, es el que señaló nuestro columnista Iván Alonso en su artículo del jueves pasado: con esta medida el riesgo no desaparece, sino que simplemente se traslada al Estado (es decir, al resto de peruanos). Y es que si el gobierno acepta los pagos en dólares, llenará sus arcas con una moneda que viene perdiendo valor y será él quien tendrá que asumir la pérdida correspondiente en el momento en el que cambie los dólares a soles para cumplir sus propias obligaciones. Como dijimos en un editorial anterior, esto es como no darse cuenta de que para tapar un hueco siempre hay que traer tierra de otro lugar y eso, finalmente, solo implica mover el hueco de sitio.
Por eso, la pregunta no es si el riesgo se eliminará sino, más bien, ¿quién debería asumir el riesgo que supone el tipo de cambio, los exportadores o el Estado? Como señaló Alonso, lo natural sería que lo asuman los empresarios. A fin de cuentas, si ellos se llevan todas las ganancias cuando el tipo de cambio los favorece y aumenta sus utilidades, ¿por qué tendríamos el resto de peruanos que asumir las pérdidas cuando el tipo de cambio los perjudica? Las leyes que pretenden que las ganancias de un negocio sean privadas y las pérdidas socializadas son, después de todo, tan injustas como las que plantean lo contrario.
Pero no se trata solo de un tema de justicia. Además, si este riesgo es asumido por los empresarios, se vuelve más fácil reducirlo. En primer lugar, porque quien puede tomar más medidas para controlar un riesgo es quien realiza la actividad riesgosa. Imaginemos, por ejemplo, alguien que maneja una motocicleta. Al ser él quien tiene mayor control sobre la actividad, es también quien se encuentra en la mejor situación para tomar precauciones, como quizás no ir muy rápido, verificar los frenos, usar casco o respetar los semáforos. Algo parecido ocurre con los inversionistas. Ellos pueden controlar el riesgo del tipo de cambio mejor que el gobierno, pues pueden escoger plazas de venta donde les paguen con monedas más fuertes, diversificar sus inversiones en otros negocios más seguros a los que no afecte el tipo de cambio, contratar utilizando herramientas como derivados cambiarios, entre otras opciones que pueden lograr reducir el mencionado riesgo. Y no nos olvidemos, por supuesto, que ellos tienen mejores incentivos que los burócratas para minimizar riesgos, pues los primeros, a diferencia de los segundos, tienen en juego su propio dinero y no dinero ajeno.
Afortunadamente, el ministro de Economía es bastante consciente de esta situación, pues la semana pasada se pronunció en contra de la propuesta precisando que no considera que sea una buena política de uso de los fondos públicos. Ojalá y el señor Castilla pueda contagiar su sensatez al Congreso. De lo contrario, los exportadores podrían terminar exportando injustamente las pérdidas de sus negocios al resto de peruanos.
EL COMERCIO OCTUBRE 31, 2012
El Perú es el país donde más ha disminuido el empleo informal en la región
Estudio del Banco Mundial refiere que ha caído 8% entre el 2000 y el 2012, pero aún hay una mayoría que labora en condiciones no adecuadas
(Foto: Archivo El Comercio)
TANIA MISAGEL
El empleo informal en el Perú ha retrocedido en 8 puntos porcentuales entre los años 2000 y 2010, por lo que se ha convertido en el país con el menor nivel de trabajo informal en la región por encima de Paraguay, Costa Rica, Argentina, Brasil, Bolivia y Chile.
Entre los factores de esta caída del empleo informal, se encuentra el crecimiento y la estabilidad económica del país, además, de un mayor acceso a mejores salarios y educación.
Hay que mencionar que esta organización define a la informalidad como la suma de trabajadores por cuenta ajena sin derecho a prestaciones sociales y trabajadores por cuenta propia, según especifica el “Informe Regional: la situación del mercado laboral detrás de la transformación de América Latina”, presentado esta mañana por el Banco Mundial.
No obstante, el economista Gustavo Yamada dijo que si bien la informalidad laboral ha disminuido en el país, todavía hay una mayoría que trabaja con condiciones que no son propicias para realizar sus labores.
Por otro lado, Susan Goldmark, directora del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela, mencionó que en nuestro país, el sector privado ha sido el principal motor para la creación de empleo.
En ese sentido, la ejecutiva especificó que el rol central del gobierno peruano consiste en garantizar las condiciones adecuadas para el crecimiento de este sector y propiciar las oportunidades para que la población se beneficie de estos empleos.
El empleo informal en el Perú ha retrocedido en 8 puntos porcentuales entre los años 2000 y 2010, por lo que se ha convertido en el país con el menor nivel de trabajo informal en la región por encima de Paraguay, Costa Rica, Argentina, Brasil, Bolivia y Chile.
Entre los factores de esta caída del empleo informal, se encuentra el crecimiento y la estabilidad económica del país, además, de un mayor acceso a mejores salarios y educación.
Hay que mencionar que esta organización define a la informalidad como la suma de trabajadores por cuenta ajena sin derecho a prestaciones sociales y trabajadores por cuenta propia, según especifica el “Informe Regional: la situación del mercado laboral detrás de la transformación de América Latina”, presentado esta mañana por el Banco Mundial.
No obstante, el economista Gustavo Yamada dijo que si bien la informalidad laboral ha disminuido en el país, todavía hay una mayoría que trabaja con condiciones que no son propicias para realizar sus labores.
Por otro lado, Susan Goldmark, directora del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela, mencionó que en nuestro país, el sector privado ha sido el principal motor para la creación de empleo.
En ese sentido, la ejecutiva especificó que el rol central del gobierno peruano consiste en garantizar las condiciones adecuadas para el crecimiento de este sector y propiciar las oportunidades para que la población se beneficie de estos empleos.
LA REPUBLICA OCTUBRE 20, 2012
Pablo Secada: "El gobierno tiene que levantar la cabeza y ser más ambicioso"
Sabado, 20 de octubre de 2012 | 5:01 pm
El reconocido economista Pablo Secada exhortó al gobierno de Ollanta Humala a levantar la cabeza y tomar medidas ambiciosas para lograr una mejoría de la situación económica nacional.
"El Presidente y el gobierno tiene que arriesgar, levantar la vista, ser más ambiciosos. Se han hecho (buenas) cosas, se ha cerrado el Pronaa que era un escándalo. Han tomado decisiones costosas pero tienen que tomarse más, hasta que se vaya formando una institucionalidad ", recomendó.
En diálogo con RPP Noticias, consideró también que -por ejemplo- en cuanto a la reforma del Estado-, si bien se trata de un concepto difuso, a los funcionarios públicos se les puede dar una carrera como las que hay en el Banco Central:
"Allí entran por concurso en el verano, en el que se les paga sueldo parecidos a los del mercado, se les da becas, hacen su trabajo y nadie se mete con ellos, nadie les hace juicio", remarcó.
Según dijo, en la actualidad, los funcionarios del aparato estatal en un total riesgo de ser denunciados por decisiones tomadas:
"Todos los que hemos pasado por el Estado tenemos juicios, solo por hacer nuestro trabajo. A mí me da igual, pero hay gente que le aterra", añadió.
GESTIÓN POR RESULTADOS
Más adelante, conversando sobre el panorama económico nacional, Secada sostuvo que debe aprovecharse el talento del actual Viceministro de Hacienda, que es "la persona que más sabe de gestión de resultados en el Perú".
"Gestión por resultados. El viceministro de Hacienda es quien más sabe sobre ese tema en el Perú. Esa reforma requiere apoyo político, y se tiene un equipo de gente que sabe cómo hacerlo. Además está el viceministro del Midis, pero se puede hacer muchísimo más", continuó.
Para el también regidor de Lima, existe un Perú emergente que viene llevandonos al desarrollo a pesar del Estado:
"Hay un Perú emergente que está llevando este país al nivel del desarrollo a pesar del Estado. Existen empresas medianas y grandes que están dispuestas a ir al mercado de capitales, y hacer cosas que empresas mucho más grandes no quieren hacer", dijo.
"Haga lo que haga el Estado peruano, el país va a seguir desarrollandose, pero es una pena que no podamos ser más ambicioso y desarrollarnos un poco más", señaló Secada.
Además consideró que si bien lo ideal sería tener a 500 grandes funcionarios en el MEF, sí se puede avanzar teniendo a 30 de buena categoría, que se la jueguen, pero "con respaldo de su ministro y del gobierno en general".
__________________________________"El Presidente y el gobierno tiene que arriesgar, levantar la vista, ser más ambiciosos. Se han hecho (buenas) cosas, se ha cerrado el Pronaa que era un escándalo. Han tomado decisiones costosas pero tienen que tomarse más, hasta que se vaya formando una institucionalidad ", recomendó.
En diálogo con RPP Noticias, consideró también que -por ejemplo- en cuanto a la reforma del Estado-, si bien se trata de un concepto difuso, a los funcionarios públicos se les puede dar una carrera como las que hay en el Banco Central:
"Allí entran por concurso en el verano, en el que se les paga sueldo parecidos a los del mercado, se les da becas, hacen su trabajo y nadie se mete con ellos, nadie les hace juicio", remarcó.
Según dijo, en la actualidad, los funcionarios del aparato estatal en un total riesgo de ser denunciados por decisiones tomadas:
"Todos los que hemos pasado por el Estado tenemos juicios, solo por hacer nuestro trabajo. A mí me da igual, pero hay gente que le aterra", añadió.
GESTIÓN POR RESULTADOS
Más adelante, conversando sobre el panorama económico nacional, Secada sostuvo que debe aprovecharse el talento del actual Viceministro de Hacienda, que es "la persona que más sabe de gestión de resultados en el Perú".
"Gestión por resultados. El viceministro de Hacienda es quien más sabe sobre ese tema en el Perú. Esa reforma requiere apoyo político, y se tiene un equipo de gente que sabe cómo hacerlo. Además está el viceministro del Midis, pero se puede hacer muchísimo más", continuó.
Para el también regidor de Lima, existe un Perú emergente que viene llevandonos al desarrollo a pesar del Estado:
"Hay un Perú emergente que está llevando este país al nivel del desarrollo a pesar del Estado. Existen empresas medianas y grandes que están dispuestas a ir al mercado de capitales, y hacer cosas que empresas mucho más grandes no quieren hacer", dijo.
"Haga lo que haga el Estado peruano, el país va a seguir desarrollandose, pero es una pena que no podamos ser más ambicioso y desarrollarnos un poco más", señaló Secada.
Además consideró que si bien lo ideal sería tener a 500 grandes funcionarios en el MEF, sí se puede avanzar teniendo a 30 de buena categoría, que se la jueguen, pero "con respaldo de su ministro y del gobierno en general".
LA REPUBLICA SETIEMBRE 23, 2012
Heredia
Por: MIRKO LAUER
Domingo, 23 de septiembre de 2012 | 4:30 am
El fiasco en una operación de salvataje de alto perfil en el VRAEM y una encuesta entre líderes de opinión que equipara el poder de la pareja presidencial han emplazado a Nadine Heredia. La primera dama se ha visto obligada a hacer algo bastante parecido a un acto de sumisión pública a la presidencia.
La idea de una copresidencia ya había aparecido en un informe de Poder, pero fue entendida como una simple imagen, sin consecuencias. Pero esta vez en Semana económica la idea de Heredia tan o más poderosa que Ollanta Humala sí tuvo consecuencias. Heredia comprendió y reaccionó de inmediato.
La frase elegida por ella para tranquilizar a los críticos, en el sentido de que ella camina unos pasos detrás del presidente, es inteligente y elocuente: así es como avanzan las parejas en muchos contextos rurales, con la mujer caminando detrás en señal de humildad, sumisión, y en esa medida apoyo al marido. Ollanta Humala por su parte ha salido a defenderla, y ha dado a entender que él podría enviar a la esposa a hacer tareas menores, pero que eso sería una forma de machismo.
¿Estamos simplemente ante un nuevo desmentido del papel importantísimo de Heredia? ¿O este es además un punto de inflexión, a partir de que el caso Nadine ha cruzado algún tipo de límite? Si bien ya hay un cúmulo de anécdotas, chismes y advertencias acerca del ejercicio del poder por parte de la primera dama, nada ha cambiado realmente en el tema desde los primeros tiempos en Palacio. Heredia se ve y maneja como una colaboradora conyugal del presidente.
En todo caso la suma de las dos noticias ha funcionado como un desafío que ella ha tenido que tomar en cuenta, y que permite sacar un par de conclusiones: Heredia estimó pertinente salir a dar explicaciones y excusas, lo cual hizo con eficacia. Además era el momento de hacer algo, dado que su aprobación ha empezado un lento declive en algunas encuestas.
Parece poco probable que este bache vaya a modificar el estilo de trabajo político de Heredia, que es lo que quisieran sus críticos más apegados a las normas. Ella es un cuadro dirigente del nacionalismo desde mucho antes de la victoria electoral, por lo que hay de por medio derechos adquiridos.
Además hay una fuerte sospecha de que a estas alturas la buena marcha de la presidencia en el ámbito del Ejecutivo necesita de la capacidad burocrático-operativa, y del toque de suavidad femenina de Heredia, un útil contrapeso al estilo parco. Y a veces hasta seco de Humala.
Quienes están suponiendo que el protagonismo de la primera dama la acerca a una candidatura presidencial no están tomando en cuenta el desgaste que pueden producir cinco años de gobierno.
* Cuarta parte del camino
EL COMERCIO JULIO 30, 2012La idea de una copresidencia ya había aparecido en un informe de Poder, pero fue entendida como una simple imagen, sin consecuencias. Pero esta vez en Semana económica la idea de Heredia tan o más poderosa que Ollanta Humala sí tuvo consecuencias. Heredia comprendió y reaccionó de inmediato.
La frase elegida por ella para tranquilizar a los críticos, en el sentido de que ella camina unos pasos detrás del presidente, es inteligente y elocuente: así es como avanzan las parejas en muchos contextos rurales, con la mujer caminando detrás en señal de humildad, sumisión, y en esa medida apoyo al marido. Ollanta Humala por su parte ha salido a defenderla, y ha dado a entender que él podría enviar a la esposa a hacer tareas menores, pero que eso sería una forma de machismo.
¿Estamos simplemente ante un nuevo desmentido del papel importantísimo de Heredia? ¿O este es además un punto de inflexión, a partir de que el caso Nadine ha cruzado algún tipo de límite? Si bien ya hay un cúmulo de anécdotas, chismes y advertencias acerca del ejercicio del poder por parte de la primera dama, nada ha cambiado realmente en el tema desde los primeros tiempos en Palacio. Heredia se ve y maneja como una colaboradora conyugal del presidente.
En todo caso la suma de las dos noticias ha funcionado como un desafío que ella ha tenido que tomar en cuenta, y que permite sacar un par de conclusiones: Heredia estimó pertinente salir a dar explicaciones y excusas, lo cual hizo con eficacia. Además era el momento de hacer algo, dado que su aprobación ha empezado un lento declive en algunas encuestas.
Parece poco probable que este bache vaya a modificar el estilo de trabajo político de Heredia, que es lo que quisieran sus críticos más apegados a las normas. Ella es un cuadro dirigente del nacionalismo desde mucho antes de la victoria electoral, por lo que hay de por medio derechos adquiridos.
Además hay una fuerte sospecha de que a estas alturas la buena marcha de la presidencia en el ámbito del Ejecutivo necesita de la capacidad burocrático-operativa, y del toque de suavidad femenina de Heredia, un útil contrapeso al estilo parco. Y a veces hasta seco de Humala.
Quienes están suponiendo que el protagonismo de la primera dama la acerca a una candidatura presidencial no están tomando en cuenta el desgaste que pueden producir cinco años de gobierno.
* Cuarta parte del camino
Domingo, 23 de septiembre de 2012 | 4:30 am
Por: Augusto Alvarez Rodirch
Escenarios futuros de la presidencia de Humala.
La entrevista que el presidente Ollanta Humala ofreció ayer a RPP, cuando está por cumplirse la cuarta parte de su mandato, es una oportunidad para evaluar las posibilidades y limitaciones de su presidencia e identificar los escenarios que el país puede alcanzar cuando esta termine. La conclusión no es estimulante.
Hoy se pueden plantear tres escenarios futuros de su presidencia:
1. Continuidad. Este escenario significa que lo visto en el primer año es lo que veremos en los cuatro siguientes: buen manejo macroeconómico, lentitud en promoción de inversión privada; dificultad para poner en marcha políticas públicas por la inclusión social; sin reformas de fondo en servicios públicos básicos –educación, salud, seguridad, justicia– y poco entusiasmo en infraestructura, competitividad e innovación; mal manejo de la conflictividad social; y poca capacidad de acción política. Este escenario sería la continuación de la última década.
2. Gran mejora. Este escenario requeriría tener la visión para plantear avances relevantes, entre otros rubros, en la administración de la conflictividad social; superar la mediocridad percibida en varias áreas de la gestión pública; y lanzamiento de reformas profundas en seguridad, educación, salud o justicia.
3. Retroceso severo. Este escenario se asociaría, entre otros aspectos, a un manejo económico supeditado a objetivos electorales del gobierno –en 2014 y 2016–; desborde de la conflictividad social junto con represión fuerte; y deterioro relevante de las condiciones para la inversión.
Además de lo visto en los catorce meses de su presidencia, las declaraciones de ayer del presidente Humala sugieren varias deficiencias: recurre a muchos clichés; asusta con declaraciones como que ahora “la seguridad ciudadana recae principalmente en los alcaldes” –¡Dios nos coja confesados!–; limita la reforma de la educación a mejorar el sueldo de los maestros; y se jacta frente a gobiernos previos sin tener, aún, fundamento, por lo que suena arrogante.
El gobierno proyecta, por las declaraciones de Humala, una visión poco ambiciosa de su presidencia, que parece muy conservadora pues no apunta a crear las condiciones para dar el gran salto y dejar de ser un país de ingresos medios para pasar a la gran liga internacional.
Volviendo a los escenarios futuros descritos previamente, la posibilidad de cada uno es, por lo señalado, 80% para el primero, 15% para el segundo y 5% para el tercero.
Esto obedece a que el presidente Humala proyecta una firme convicción por no retroceder pero poca claridad para avanzar y por dónde.
Le quedan tres cuartas partes del gobierno para cambiar el rumbo y ofrecer una visión estimulante, ambiciosa y optimista del futuro.
* La pareja imperfecta
Por: Fernando Rospigliosi
La entrevista que el presidente Ollanta Humala ofreció ayer a RPP, cuando está por cumplirse la cuarta parte de su mandato, es una oportunidad para evaluar las posibilidades y limitaciones de su presidencia e identificar los escenarios que el país puede alcanzar cuando esta termine. La conclusión no es estimulante.
Hoy se pueden plantear tres escenarios futuros de su presidencia:
1. Continuidad. Este escenario significa que lo visto en el primer año es lo que veremos en los cuatro siguientes: buen manejo macroeconómico, lentitud en promoción de inversión privada; dificultad para poner en marcha políticas públicas por la inclusión social; sin reformas de fondo en servicios públicos básicos –educación, salud, seguridad, justicia– y poco entusiasmo en infraestructura, competitividad e innovación; mal manejo de la conflictividad social; y poca capacidad de acción política. Este escenario sería la continuación de la última década.
2. Gran mejora. Este escenario requeriría tener la visión para plantear avances relevantes, entre otros rubros, en la administración de la conflictividad social; superar la mediocridad percibida en varias áreas de la gestión pública; y lanzamiento de reformas profundas en seguridad, educación, salud o justicia.
3. Retroceso severo. Este escenario se asociaría, entre otros aspectos, a un manejo económico supeditado a objetivos electorales del gobierno –en 2014 y 2016–; desborde de la conflictividad social junto con represión fuerte; y deterioro relevante de las condiciones para la inversión.
Además de lo visto en los catorce meses de su presidencia, las declaraciones de ayer del presidente Humala sugieren varias deficiencias: recurre a muchos clichés; asusta con declaraciones como que ahora “la seguridad ciudadana recae principalmente en los alcaldes” –¡Dios nos coja confesados!–; limita la reforma de la educación a mejorar el sueldo de los maestros; y se jacta frente a gobiernos previos sin tener, aún, fundamento, por lo que suena arrogante.
El gobierno proyecta, por las declaraciones de Humala, una visión poco ambiciosa de su presidencia, que parece muy conservadora pues no apunta a crear las condiciones para dar el gran salto y dejar de ser un país de ingresos medios para pasar a la gran liga internacional.
Volviendo a los escenarios futuros descritos previamente, la posibilidad de cada uno es, por lo señalado, 80% para el primero, 15% para el segundo y 5% para el tercero.
Esto obedece a que el presidente Humala proyecta una firme convicción por no retroceder pero poca claridad para avanzar y por dónde.
Le quedan tres cuartas partes del gobierno para cambiar el rumbo y ofrecer una visión estimulante, ambiciosa y optimista del futuro.
* La pareja imperfecta
Por: Fernando Rospigliosi
Domingo, 23 de septiembre de 2012 | 5:00 am
La Encuesta del Poder realizada entre líderes de opinión por Perú Económico registra casi un empate en el primer lugar entre el presidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia.
La encuesta de Datum, efectuada a ciudadanos de a pie, pone en primer lugar a Nadine Heredia. A la pregunta “¿Quién gobierna el país?” el 36% responde Nadine Heredia, el 35% Ollanta Humala y el 26% ambos. (Perú.21, 14.9.12).
Perú Económico (PE) publicó en su portada un rostro del poder dividido, la mitad corresponde a Ollanta y la otra mitad a Nadine. En sus tres décadas, solo una vez PE había editado una carátula similar, a fines de los 90 cuando puso un rostro partido entre Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.
La pareja perfecta
Fujimori y Montesinos eran la pareja ideal, porque el presidente ocupaba completamente el escenario público, cosa que le encantaba, y Montesinos manejaba los hilos del poder en la más absoluta clandestinidad. Durante mucho tiempo, ya con Montesinos en el SIN, las únicas imágenes que se publicaban de él eran las que les tomó el aguerrido fotógrafo de Caretas Carlos Saavedra en 1983.
A Montesinos le fascinaba el secreto y disfrutaba del aura de enigma y misterio que lo rodeaba, que él mismo se encargaba de alimentar. Además, no tenía cualidades para manejarse en público y su pasado de traidor expulsado del Ejército y abogado de narcotraficantes no era una buena carta de presentación.
Su primera y única aparición pública, en la década en la que manejó el poder, fue el 21 de agosto del 2000, cuando en una acción desesperada apareció con Fujimori en una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno tratando de hacer creer infructuosamente a los norteamericanos –la opinión pública peruana no le importaba– que él había desbaratado a la banda que había vendido diez mil fusiles a las FARC a cambio de diez toneladas de cocaína, cuando en realidad él mismo era el jefe de la pandilla.
Por qué está mal
Hoy día, nadie medianamente informado duda de que Nadine Heredia comparta el poder con Ollanta Humala. Y que cuando él viaja, como sucedió recientemente, ella gobierna sola.
Aunque todavía algunos siguen creyendo que eso no está mal, que como ella es más inteligente que él, mejor que sea así, en realidad hay dos problemas serios.
El primero, que toma decisiones pero no asume responsabilidades. El reciente caso de la muerte de la niña Sorayda Caso y el “rescate” de sus hermanitos es una muestra de eso. Marco Sifuentes ha anotado que “lo más paradójico del asunto es que si no fuera por el ansia de figuración de Nadine no nos habríamos enterado de la muerte de Sorayda” (La República, 19.9.12). Puede ser. Pero también cabría preguntarse si el operativo no fue realizado apresuradamente con la finalidad de que la primera dama pudiera exhibirse con algún “pionerito” rescatado, dado que Ollanta estaba fuera del país y esta vez ella no tendría que compartir la foto con el presidente, como en el anterior rescate.
En todo caso, los que pagan los platos rotos son los ministros de Defensa e Interior, que tienen que asumir las responsabilidades políticas y legales de lo que ocurre en sus sectores aunque, como parece ser, son los últimos en enterarse de lo que allí sucede.
En suma, una distorsión total del sistema democrático y republicano.
El segundo problema del papel de Nadine es, como dice Sifuentes, su ansia de figuración. Ella podría aconsejar a Ollanta e incluso tomar decisiones, como Montesinos, pero permaneciendo en la sombra. Sin embargo, ella desarrolla una campaña sistemática y bien calculada de apariciones públicas. Eso solo puede tener un objetivo: ganar popularidad.
¿Para qué necesita popularidad un político? Para obtener votos en una elección.
Y todo indica que Nadine no está dispuesta a esperar al 2021. Menos todavía si en esa fecha Ollanta podría postular nuevamente y ella tendría que resignarse a ser, en el improbable caso que gane, otra vez primera dama.
Por eso, a diferencia de Fujimori y Montesinos que se complementaban perfectamente, Humala y Heredia son una pareja imperfecta, y ya empiezan a hacerse daño.
El horror
Muchas cosas se han dicho sobre el asesinato de Sorayda Caso. Cito algunas:
“Imagino que Nadine hoy celebra su popularidad. (…) Pero cuando se trata de decir me equivoqué, lo siento mucho por Sorayda Caso, cometí un error con los niños que yo misma cargué, debí informarme mejor y un largo etcétera, no existe una sola disculpa. Típica de los políticos”. (Milagros Leyva, El Comercio, 18.9.12).
“Si te llamas Sorayda Caso, el cardenal Juan Luis Cipriani pedirá que recemos por ti, pero también nos recordará que en lugares como Ranrapata hay que entrar a matar, sin mayor cuidado, y no con mandil y guantes blancos, porque ahí todos son pobres como tú, y segurito que todos son terrucos”. (Patricia del Río, El Comercio 20.9.12).
El cardenal justificando fríamente la muerte de la niña y llamando a voltear la página es más de lo que puede soportar cualquier mente sana. Esa brutal insensibilidad e indiferencia es precisamente algo que destacó y criticó el informe de la hoy vilipendiada Comisión de la Verdad (CVR) y que irrita a sus detractores.
Como dice el coronel Kurzt (Marlon Brando) al final de la película sobre Vietnam Apocalipsis ahora, el horror, el horror.
Condolencias a la familia de Javier Silva Ruete, un gran peruano.
* Detrás de toda gran mujer
Por: Jorge Bruce
La encuesta de Datum, efectuada a ciudadanos de a pie, pone en primer lugar a Nadine Heredia. A la pregunta “¿Quién gobierna el país?” el 36% responde Nadine Heredia, el 35% Ollanta Humala y el 26% ambos. (Perú.21, 14.9.12).
Perú Económico (PE) publicó en su portada un rostro del poder dividido, la mitad corresponde a Ollanta y la otra mitad a Nadine. En sus tres décadas, solo una vez PE había editado una carátula similar, a fines de los 90 cuando puso un rostro partido entre Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.
La pareja perfecta
Fujimori y Montesinos eran la pareja ideal, porque el presidente ocupaba completamente el escenario público, cosa que le encantaba, y Montesinos manejaba los hilos del poder en la más absoluta clandestinidad. Durante mucho tiempo, ya con Montesinos en el SIN, las únicas imágenes que se publicaban de él eran las que les tomó el aguerrido fotógrafo de Caretas Carlos Saavedra en 1983.
A Montesinos le fascinaba el secreto y disfrutaba del aura de enigma y misterio que lo rodeaba, que él mismo se encargaba de alimentar. Además, no tenía cualidades para manejarse en público y su pasado de traidor expulsado del Ejército y abogado de narcotraficantes no era una buena carta de presentación.
Su primera y única aparición pública, en la década en la que manejó el poder, fue el 21 de agosto del 2000, cuando en una acción desesperada apareció con Fujimori en una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno tratando de hacer creer infructuosamente a los norteamericanos –la opinión pública peruana no le importaba– que él había desbaratado a la banda que había vendido diez mil fusiles a las FARC a cambio de diez toneladas de cocaína, cuando en realidad él mismo era el jefe de la pandilla.
Por qué está mal
Hoy día, nadie medianamente informado duda de que Nadine Heredia comparta el poder con Ollanta Humala. Y que cuando él viaja, como sucedió recientemente, ella gobierna sola.
Aunque todavía algunos siguen creyendo que eso no está mal, que como ella es más inteligente que él, mejor que sea así, en realidad hay dos problemas serios.
El primero, que toma decisiones pero no asume responsabilidades. El reciente caso de la muerte de la niña Sorayda Caso y el “rescate” de sus hermanitos es una muestra de eso. Marco Sifuentes ha anotado que “lo más paradójico del asunto es que si no fuera por el ansia de figuración de Nadine no nos habríamos enterado de la muerte de Sorayda” (La República, 19.9.12). Puede ser. Pero también cabría preguntarse si el operativo no fue realizado apresuradamente con la finalidad de que la primera dama pudiera exhibirse con algún “pionerito” rescatado, dado que Ollanta estaba fuera del país y esta vez ella no tendría que compartir la foto con el presidente, como en el anterior rescate.
En todo caso, los que pagan los platos rotos son los ministros de Defensa e Interior, que tienen que asumir las responsabilidades políticas y legales de lo que ocurre en sus sectores aunque, como parece ser, son los últimos en enterarse de lo que allí sucede.
En suma, una distorsión total del sistema democrático y republicano.
El segundo problema del papel de Nadine es, como dice Sifuentes, su ansia de figuración. Ella podría aconsejar a Ollanta e incluso tomar decisiones, como Montesinos, pero permaneciendo en la sombra. Sin embargo, ella desarrolla una campaña sistemática y bien calculada de apariciones públicas. Eso solo puede tener un objetivo: ganar popularidad.
¿Para qué necesita popularidad un político? Para obtener votos en una elección.
Y todo indica que Nadine no está dispuesta a esperar al 2021. Menos todavía si en esa fecha Ollanta podría postular nuevamente y ella tendría que resignarse a ser, en el improbable caso que gane, otra vez primera dama.
Por eso, a diferencia de Fujimori y Montesinos que se complementaban perfectamente, Humala y Heredia son una pareja imperfecta, y ya empiezan a hacerse daño.
El horror
Muchas cosas se han dicho sobre el asesinato de Sorayda Caso. Cito algunas:
“Imagino que Nadine hoy celebra su popularidad. (…) Pero cuando se trata de decir me equivoqué, lo siento mucho por Sorayda Caso, cometí un error con los niños que yo misma cargué, debí informarme mejor y un largo etcétera, no existe una sola disculpa. Típica de los políticos”. (Milagros Leyva, El Comercio, 18.9.12).
“Si te llamas Sorayda Caso, el cardenal Juan Luis Cipriani pedirá que recemos por ti, pero también nos recordará que en lugares como Ranrapata hay que entrar a matar, sin mayor cuidado, y no con mandil y guantes blancos, porque ahí todos son pobres como tú, y segurito que todos son terrucos”. (Patricia del Río, El Comercio 20.9.12).
El cardenal justificando fríamente la muerte de la niña y llamando a voltear la página es más de lo que puede soportar cualquier mente sana. Esa brutal insensibilidad e indiferencia es precisamente algo que destacó y criticó el informe de la hoy vilipendiada Comisión de la Verdad (CVR) y que irrita a sus detractores.
Como dice el coronel Kurzt (Marlon Brando) al final de la película sobre Vietnam Apocalipsis ahora, el horror, el horror.
Condolencias a la familia de Javier Silva Ruete, un gran peruano.
* Detrás de toda gran mujer
Por: Jorge Bruce
Domingo, 23 de septiembre de 2012 | 4:30 am
Aunque al presidente le disguste, el debate acerca del poder de su esposa es interesante y relevante. Una de las razones para sustentar esta afirmación es que, en un país con una democracia frágil y unas instituciones precarias, es fácil que se instale la confusión acerca de los roles en el gobierno. Pongamos dos ejemplos extremos de otras realidades para explicar este punto. La violenta reacción de muchos musulmanes ante la película imbécil La inocencia de los musulmanes es analizada por Tareq Oubrou, rector de la mezquita de Burdeos:
“La confusión entre el Estado y el ciudadano es total, y el video difundido en Internet es por lo tanto comprendido como una expresión del Estado americano”.
Valérie Trierweiler, la pareja del actual presidente de Francia, François Hollande, intervino en las recientes elecciones legislativas para recomendar al candidato que se oponía a la ex esposa del mandatario (quien perdió), y fue llamada al orden por la prensa francesa y su propio marido. Menos por la pelea afectiva subyacente, que por haber aprovechado su cercanía con la presidencia para influir en la política de su país. Y ella se retractó, pese a ser una periodista con una importante trayectoria cubriendo la política nacional.
Por eso, cuando Ollanta Humala tilda de machistas a quienes critican la presencia de su esposa en ámbitos que no le corresponden, oscurece más las cosas. Si ella fuera la presidenta y él su cónyuge, habría que hacer exactamente las mismas observaciones si despachara con ministros o les impartiera instrucciones: no le correspondería hacerlo porque no tendría un cargo que lo autorice a desempeñar esas funciones. El hecho de que sea su esposa y hayan trabajado juntos políticamente explica el apego sentimental pero no legitima el cogobierno. Si fuera su hermano o su padre el impedimento sería el mismo.
Lo cual no significa que se la pretenda relegar a tareas domésticas, como él afirma. Esa es una decisión que le incumbe estrictamente a ella. Si quiere asumir tareas sociales en programas determinados, que sea de manera claramente estipulada. El lenguaje que emplea la primera dama evidencia embrollo y conflicto de intereses. Al hablar de “mi ministra” o decir, como en la entrevista del jueves en la TV, “nosotros como Estado”, se genera una confusión de identidades que, sin llegar a los extremos de la violencia desatada en los países musulmanes, retrasa el proceso de institucionalización en el Perú.
De hecho ya es tiempo de tener una presidenta, pues ayudaría considerablemente a romper con los paradigmas machistas vigentes, pese a los grandes cambios ocurridos. Pero para que ello ocurra sería indispensable una persona idónea y el respeto de la ley electoral. Provenir de una “familia bien constituida”, como dice el presidente para desmarcarse de los últimos gobernantes, no cambia nada. En democracia el desempeño público debe estar desvinculado de las preferencias sexuales y convicciones religiosas. Si el presidente tiene una excelente relación con su esposa e hijos, bien por él. Pero eso no autoriza a Nadine a ocupar espacios de poder para los que no la hemos elegido. Tampoco a él a barrer con un despectivo “opinólogos” a quienes discrepan. Como “caviar”, es un significante vacío que se esgrime para afianzar el autoritarismo y la intolerancia. Ella dice “estar un paso atrás de su esposo”. Habría que recordarles este viejo chiste de Bob Hope: “Detrás de toda gran mujer hay un presidente”.
“La confusión entre el Estado y el ciudadano es total, y el video difundido en Internet es por lo tanto comprendido como una expresión del Estado americano”.
Valérie Trierweiler, la pareja del actual presidente de Francia, François Hollande, intervino en las recientes elecciones legislativas para recomendar al candidato que se oponía a la ex esposa del mandatario (quien perdió), y fue llamada al orden por la prensa francesa y su propio marido. Menos por la pelea afectiva subyacente, que por haber aprovechado su cercanía con la presidencia para influir en la política de su país. Y ella se retractó, pese a ser una periodista con una importante trayectoria cubriendo la política nacional.
Por eso, cuando Ollanta Humala tilda de machistas a quienes critican la presencia de su esposa en ámbitos que no le corresponden, oscurece más las cosas. Si ella fuera la presidenta y él su cónyuge, habría que hacer exactamente las mismas observaciones si despachara con ministros o les impartiera instrucciones: no le correspondería hacerlo porque no tendría un cargo que lo autorice a desempeñar esas funciones. El hecho de que sea su esposa y hayan trabajado juntos políticamente explica el apego sentimental pero no legitima el cogobierno. Si fuera su hermano o su padre el impedimento sería el mismo.
Lo cual no significa que se la pretenda relegar a tareas domésticas, como él afirma. Esa es una decisión que le incumbe estrictamente a ella. Si quiere asumir tareas sociales en programas determinados, que sea de manera claramente estipulada. El lenguaje que emplea la primera dama evidencia embrollo y conflicto de intereses. Al hablar de “mi ministra” o decir, como en la entrevista del jueves en la TV, “nosotros como Estado”, se genera una confusión de identidades que, sin llegar a los extremos de la violencia desatada en los países musulmanes, retrasa el proceso de institucionalización en el Perú.
De hecho ya es tiempo de tener una presidenta, pues ayudaría considerablemente a romper con los paradigmas machistas vigentes, pese a los grandes cambios ocurridos. Pero para que ello ocurra sería indispensable una persona idónea y el respeto de la ley electoral. Provenir de una “familia bien constituida”, como dice el presidente para desmarcarse de los últimos gobernantes, no cambia nada. En democracia el desempeño público debe estar desvinculado de las preferencias sexuales y convicciones religiosas. Si el presidente tiene una excelente relación con su esposa e hijos, bien por él. Pero eso no autoriza a Nadine a ocupar espacios de poder para los que no la hemos elegido. Tampoco a él a barrer con un despectivo “opinólogos” a quienes discrepan. Como “caviar”, es un significante vacío que se esgrime para afianzar el autoritarismo y la intolerancia. Ella dice “estar un paso atrás de su esposo”. Habría que recordarles este viejo chiste de Bob Hope: “Detrás de toda gran mujer hay un presidente”.
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Cambio de Gabinete influye negativamente en nota de Perú, advirtió Moody's
Agencia sostiene que cambios en carteras ministeriales evidencia el mal manejo de la conflictividad social relacionado al proyecto cuprífero Conga
(Foto: Archivo El Comercio)
El cambio del Gabinete Ministerial por segunda vez durante el primer año de gobierno de Ollanta Humala afecta de manera negativa la calificación crediticia del Perú (“Baa3”), advirtió hoy la agencia de medición de riesgos Moody’s.
Mediante un comunicado, la agencia indicó que los recientes cambios en los portafolios ministeriales representan “un reconocimiento implícito de parte del gobierno peruano” de que “no ha sido eficaz” la estrategia para abordar el conflicto social surgido por el rechazo al proyecto minero Conga, ubicado en Cajamarca.
“Si las autoridades son incapaces de ocuparse de manera efectiva de la situación, esto amenaza con desbaratar un número de importantes proyectos mineros y socavar las perspectivas del futuro crecimiento del país”, remarcó el comunicado.
TRABAJO DEL NUEVO GABINETE
Moody’s dijo que si bien el nuevo Gabinete liderado por Juan Jiménez viene adoptando lineamientos pragmáticos, ello no garantiza que su trabajo frente a los conflictos sociales sea más efectivo que los anteriores consejos de ministros encabezados inicialmente por Salomón Lerner y, luego, por Óscar Valdés.
“No hay garantía de que el nuevo Gabinete sea más efectivo que los dos anteriores. Sin embargo, el Gobierno no ha cambiado a su equipo económico, lo que indica que continúan las políticas que han traído un gran desarrollo en la última década”, refirió la agencia.
En esa línea, espera que el Gabiente Jiménez reconcilie los objetivos del Ejecutivo con las demandas de los que se oponen a los proyectos. “Es muy importante para el crédito (del Perú) que los proyectos mineros sigan adelante y que los manifestantes no afecten la confianza de los inversores", puntualizó.
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Mediante un comunicado, la agencia indicó que los recientes cambios en los portafolios ministeriales representan “un reconocimiento implícito de parte del gobierno peruano” de que “no ha sido eficaz” la estrategia para abordar el conflicto social surgido por el rechazo al proyecto minero Conga, ubicado en Cajamarca.
“Si las autoridades son incapaces de ocuparse de manera efectiva de la situación, esto amenaza con desbaratar un número de importantes proyectos mineros y socavar las perspectivas del futuro crecimiento del país”, remarcó el comunicado.
TRABAJO DEL NUEVO GABINETE
Moody’s dijo que si bien el nuevo Gabinete liderado por Juan Jiménez viene adoptando lineamientos pragmáticos, ello no garantiza que su trabajo frente a los conflictos sociales sea más efectivo que los anteriores consejos de ministros encabezados inicialmente por Salomón Lerner y, luego, por Óscar Valdés.
“No hay garantía de que el nuevo Gabinete sea más efectivo que los dos anteriores. Sin embargo, el Gobierno no ha cambiado a su equipo económico, lo que indica que continúan las políticas que han traído un gran desarrollo en la última década”, refirió la agencia.
En esa línea, espera que el Gabiente Jiménez reconcilie los objetivos del Ejecutivo con las demandas de los que se oponen a los proyectos. “Es muy importante para el crédito (del Perú) que los proyectos mineros sigan adelante y que los manifestantes no afecten la confianza de los inversores", puntualizó.
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Primer año de Ollanta Humala: ¿aún genera incertidumbre su gobierno?
Analistas políticos consultados por elcomercio.pe discrepan al respecto, a un día del mensaje a la nación del presidente
Ollanta Humala cumple un año en el gobierno. (Foto: Archivo El Comercio)
RENÉ ZUBIETA @renezp
Redacción online
Cuando lanzó su campaña electoral con su plan denominado “La gran transformación”, Ollanta Humala generó temores en un sector del país por propuestas que incluían nacionalizaciones y renegociaciones de contratos, además de hablar de un modelo económico actual “cleptopatrimonialista y predatorio”. Luego, dio un giro de 180 grados al presentar su “Hoja de ruta” en la campaña por segunda vuelta –que posteriormente ganó-, en la que se refirió a ese modelo como “el sistema de economía de mercado que tan buenos resultados ha traído al Perú”.
Todo ese panorama empezó a generar entonces una incertidumbre en distintos sectores respecto a cómo sería la gestión del militar retirado, que tenía hasta hace poco en su bancada en el Congreso a personas con una ideología de izquierda considerada radical. Y tan solo en enero de este año, el presidente “negó que haya postergado La gran transformación.
Pero ya a un año del gobierno, analistas políticos comentaron a elcomercio.pe sus apreciaciones y discreparon al señalar, por un lado, que la incertidumbre se mantiene, y por otro, que se ha despejado.
EL TEMOR “SE DESPEJÓ”
Enrique Bernales recordó que algunos sectores tuvieron el temor de que la “Hoja de ruta” sea un “disfraz” que luego se iba a quitar para desarrollar “La gran transformación”. Sin embargo, consideró que ese miedo “se despejó”, porque el jefe de Estado ha seguido los lineamientos planteados en segunda vuelta, que finalmente lo llevaron a la victoria.
“Él se comprometió con un programa determinado, puede no gustar, puede gustar más o menos. Pero nadie puede decir que no se ha ajustado al cumplimiento de la Hoja de ruta, vale decir mantener las políticas que llevan a un crecimiento sostenido de carácter económico, inicio de los programas de inclusión social, y respeto a los derechos humanos y al juzgamiento de la institucionalidad democrática en el país”, señaló.
Asimismo, apuntó que lo que puede haber es malestar y hasta “resentimiento” en ciertos sectores que estaban antes en el Gobierno, que incluso manifestaron “una cierta frustración de expectativas que les hacen ver con una visión muy recortada la realidad de las cosas”.
“LA INCERTIDUMBRE CONTINÚA”
Por su parte, para el analista Ernesto Velit, Humala Tasso ha vivido un primer año de “aprendizaje” tras el “viraje” de una “posición radical” a una más contemplativa que actualmente lleva adelante.
A su juicio, ese cambio determinó que la población no tenga certezas sobre cuáles son los objetivos a mediano y largo plazo del mandatario.
“La incertidumbre continúa y va a continuar mientras el Gobierno no diga bien claramente al país cuáles son los objetivos de mediano y de corto plazo que va a llevar adelante. Eso se desconoce. No se sabe si están en relación los mismos objetivos que planteó en su programa de gobierno o si el hecho de que haya cambiado algunas actitudes lo llevan a cambiar también las promesas de su plan de gobierno”, comentó acotando además que las intenciones de inclusión social aún tienen vacíos.
Lo cierto es que la confianza en la gestión de Ollanta Humala ha disminuido. La reciente encuesta de Ipsos Apoyo publicada por El Comercio el 15 de julio dio cuenta de que el nacionalista pasó de 45% de respaldo, en junio, a 40% en julio.
* "El Perú es uno de los mejores destinos de la región para invertir"
Todo ese panorama empezó a generar entonces una incertidumbre en distintos sectores respecto a cómo sería la gestión del militar retirado, que tenía hasta hace poco en su bancada en el Congreso a personas con una ideología de izquierda considerada radical. Y tan solo en enero de este año, el presidente “negó que haya postergado La gran transformación.
Pero ya a un año del gobierno, analistas políticos comentaron a elcomercio.pe sus apreciaciones y discreparon al señalar, por un lado, que la incertidumbre se mantiene, y por otro, que se ha despejado.
EL TEMOR “SE DESPEJÓ”
Enrique Bernales recordó que algunos sectores tuvieron el temor de que la “Hoja de ruta” sea un “disfraz” que luego se iba a quitar para desarrollar “La gran transformación”. Sin embargo, consideró que ese miedo “se despejó”, porque el jefe de Estado ha seguido los lineamientos planteados en segunda vuelta, que finalmente lo llevaron a la victoria.
“Él se comprometió con un programa determinado, puede no gustar, puede gustar más o menos. Pero nadie puede decir que no se ha ajustado al cumplimiento de la Hoja de ruta, vale decir mantener las políticas que llevan a un crecimiento sostenido de carácter económico, inicio de los programas de inclusión social, y respeto a los derechos humanos y al juzgamiento de la institucionalidad democrática en el país”, señaló.
Asimismo, apuntó que lo que puede haber es malestar y hasta “resentimiento” en ciertos sectores que estaban antes en el Gobierno, que incluso manifestaron “una cierta frustración de expectativas que les hacen ver con una visión muy recortada la realidad de las cosas”.
“LA INCERTIDUMBRE CONTINÚA”
Por su parte, para el analista Ernesto Velit, Humala Tasso ha vivido un primer año de “aprendizaje” tras el “viraje” de una “posición radical” a una más contemplativa que actualmente lleva adelante.
A su juicio, ese cambio determinó que la población no tenga certezas sobre cuáles son los objetivos a mediano y largo plazo del mandatario.
“La incertidumbre continúa y va a continuar mientras el Gobierno no diga bien claramente al país cuáles son los objetivos de mediano y de corto plazo que va a llevar adelante. Eso se desconoce. No se sabe si están en relación los mismos objetivos que planteó en su programa de gobierno o si el hecho de que haya cambiado algunas actitudes lo llevan a cambiar también las promesas de su plan de gobierno”, comentó acotando además que las intenciones de inclusión social aún tienen vacíos.
Lo cierto es que la confianza en la gestión de Ollanta Humala ha disminuido. La reciente encuesta de Ipsos Apoyo publicada por El Comercio el 15 de julio dio cuenta de que el nacionalista pasó de 45% de respaldo, en junio, a 40% en julio.
* "El Perú es uno de los mejores destinos de la región para invertir"
“The Wall Street Journal” precisa que somos una “alternativa viable” debido a la expansión de la economía local, solidez del sol y por nuestros grados de inversión
(Foto: Archivo El Comercio)
El continuo avance de su esconomía así como sus políticas económica-fiscales le han valido al Perú ser reconocido como uno de los mejores destinos de la región para recibir inversión extranjera.
Según informó el diario financiero “The Wall Street Journal”, si hace unos años se pensaba en Chile, Brasil y México como los únicos destinos para realizar inversiones, esto ha cambiado y ahora hay un nuevo grupo de países latinoamericanos que se vienen configurando como “alternativas viables”, entre ellos Perú y Colombia.
“Colombia y Perú se destacan entre estos “nuevos tigres” latinoamericanos gracias a un crecimiento rápido y continuo. Sus monedas son sólidas y estables, han logrado controlar la inflación, sus calificaciones de crédito son más altas que las de sus vecinos y sus gobiernos han mostrado voluntad de actuar cuando el entorno se deteriora”, refirió.
El diario estadounidense detalló que, según datos del FMI, el Perú creció 5,9% durante el 2011 y se espera que para este año reporte un avance de 5,5%. Agregó además que la economía local cuenta con grados de inversión de agencias como Fitch Ratings y Standard & Poor’s, pero que esto no la exime de golpes de la crisis externa, concretamente por una caída en los commodities.
EL AUGE DE LA BANCA
“The Wall Street Journal” señaló que, en línea con la economía local, la banca peruana ha venido creciendo sostenidamente en los último años.
“Los bancos se han beneficiado de la expansión de su base de clientes potenciales a medida que la clase media crece y más personas salen de la pobreza, lo que a su vez ha alimentado la demanda de préstamos de consumo, tarjetas de crédito e hipotecas”, refirió.
“En momentos en que los bancos de EE.UU. aún tambalean tras numerosos escándalos y tienen problemas para generar rendimientos adecuados a sus accionistas, muchos prestamistas en Perú y Colombia hacen alarde de un crecimiento de las ganancias envidiablemente robusto y rendimientos de dos dígitos sobre su capital accionario”, añadió.
Según informó el diario financiero “The Wall Street Journal”, si hace unos años se pensaba en Chile, Brasil y México como los únicos destinos para realizar inversiones, esto ha cambiado y ahora hay un nuevo grupo de países latinoamericanos que se vienen configurando como “alternativas viables”, entre ellos Perú y Colombia.
“Colombia y Perú se destacan entre estos “nuevos tigres” latinoamericanos gracias a un crecimiento rápido y continuo. Sus monedas son sólidas y estables, han logrado controlar la inflación, sus calificaciones de crédito son más altas que las de sus vecinos y sus gobiernos han mostrado voluntad de actuar cuando el entorno se deteriora”, refirió.
El diario estadounidense detalló que, según datos del FMI, el Perú creció 5,9% durante el 2011 y se espera que para este año reporte un avance de 5,5%. Agregó además que la economía local cuenta con grados de inversión de agencias como Fitch Ratings y Standard & Poor’s, pero que esto no la exime de golpes de la crisis externa, concretamente por una caída en los commodities.
EL AUGE DE LA BANCA
“The Wall Street Journal” señaló que, en línea con la economía local, la banca peruana ha venido creciendo sostenidamente en los último años.
“Los bancos se han beneficiado de la expansión de su base de clientes potenciales a medida que la clase media crece y más personas salen de la pobreza, lo que a su vez ha alimentado la demanda de préstamos de consumo, tarjetas de crédito e hipotecas”, refirió.
“En momentos en que los bancos de EE.UU. aún tambalean tras numerosos escándalos y tienen problemas para generar rendimientos adecuados a sus accionistas, muchos prestamistas en Perú y Colombia hacen alarde de un crecimiento de las ganancias envidiablemente robusto y rendimientos de dos dígitos sobre su capital accionario”, añadió.
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