REFRESCANTE TRADICION PERUANA: CONOZCA LA HISTORIA DE LA CHICHA DE JORA

EL COMERCIO DICIEMBRE 26, 2010

Refrescante tradición peruana: conozca la historia de la chicha de jora

Lejos de ser olvidada, esta bebida ancestral de maíz, que data desde el incanato, continúa siendo de consumo obligado para los piuranos. Conozca su historia y su preparación en esta parte del país

Delicia. Esther Santos, dueña de La Pedregaleña II, ya tiene experiencia en cocina la harina de maíz en su local de Catacaos. (Foto: Edwin Zapata)
Por Ralph Zapata

La Negra Lela, como la mayoría de los antiguos pobladores de Catacaos, recuerda que fue criada con caballas, camotes y abundante chicha de jora en biberón. Su madre, doña Petronila Urbina, fue una de las primeras chicheras de Catacaos que se asentaron en lo que hoy es la calle Piura, una zona de picanterías con banderitas blancas que flamean donde se vende esta bebida de maíz fermentado.

Hoy, a sus 60 años, la Negra Lela –Eudelia Pacherres Urbina según su DNI – sigue la tradición de su progenitora: prepara chicha de jora para venderla en su casa-picantería de la calle Piura.

COSTUMBRE ANCESTRAL
Los orígenes de esta bebida se remontan al incanato, en que las acllas se encargaban de prepararla para el inca. “Se trataba de la bebida oficial en las ceremonias, servía para rendirle culto al Sol y a la Luna y a la madre Tierra. Lo sorprendente es que ha sobrevivido hasta nuestros días”, cuenta la historiadora de la Universidad de Piura, Ruth Rosas.

La preparación moderna de esta bebida demora cinco días. Primero se cocina la harina de maíz, al día siguiente se vuelve a cocinar, se ciernen los grumos y se llena en cántaros de barro. Luego de dos días de espera, en los que se fermenta bien la bebida y agarra cuerpo, la chicha está lista.

Pese a su perdurabilidad en el tiempo y su tradicional consumo, la chicha se prepara en pocos lugares. Los más conocidos son La Casa de Humo, la Caracortada, la Negra Lela y la Pedregaleña I y II, en Catacaos. Ellos ofrecen esta bebida milenaria a restaurantes como La Tomasita, La Santitos, La Chayo y El Ganso Azul.

“Todos los días son de chicha, pero es más solicitada los domingos y los lunes”, cuenta Esther Santos Vilcherrez, dueña de la Pedregalera II. En Año Nuevo, el consumo aumenta. Una jarra de chicha luego de una noche de celebraciones es lo mejor para comenzar el año. Al final, para los norteños, la chicha es algo así como la leche materna.

SEPA MÁS
La preparación de la chicha comienza con la jora. Esta se obtiene con la germinación controlada de los granos de maíz, para evitar el desarrollo de la raíz.

La bebida se ofrece con piqueos. Las chicheras sirven cebiche, sudado de pescado o cachemas encebolladas por cada balde de chicha, que cuesta S/.5 o por cuatro jarras de S/.1 cada una.

Luego de cernir la harina de maíz cocida dos veces, esta preparación se deja reposar en tinajas. La parte espesa de la bebida será la chicha. A la que queda encima, un líquido menos concentrado, se le conoce como clarito o flor de chicha.
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EL COMENTARIO NOCIEMBRE 1, 2010

(Editorial) El futuro del Archivo General de la Nación

La deteriorada situación del Archivo General de la Nación (AGN) es un tema recurrente. La razón estriba en que los archivos públicos de nuestro país no se han hallado entre las principales prioridades de los diferentes gobiernos. Pese a la riqueza e importancia de los documentos que albergan, no han recibido históricamente el financiamiento que requieren para preservarlos acorde con las nuevas tecnologías de la información.

Esta situación debería cambiar ahora que, entre otras instituciones, el histórico archivo pasará a manos del nuevo Ministerio de Cultura que, como se sabe, tiene en sus manos también el Instituto Nacional de Cultura (INC), la Biblioteca Nacional del Perú, la Academia Mayor de la Lengua Quechua, el Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano (Indepa) y el Instituto de Radio y Televisión Peruana, entre otros.

Según ha informado nuestro Diario, las urgencias son hoy mayores. Se necesita acceder a sistemas modernos que permitan conservar los documentos en físico y al mismo tiempo impedir su manipulación, siniestralidad o pérdida. La salida radica en la digitalización de sus innumerables cartas, libros y otros papeles que forman parte del Patrimonio Histórico de la Nación, cuyas versiones electrónicas son las que deben ponerse a disposición de los usuarios, a fin de cautelar los originales.

Para ello no es difícil imaginar que se necesita un presupuesto importante que el Estado deberá asignar al archivo o, en su defecto, conseguirlo por otras vías. Por ejemplo, atrayendo la atención del sector privado local, interesado en contribuir con la preservación de la cultura y el patrimonio, o de la cooperación internacional. Lo que no puede hacer el Gobierno es seguir dando la espalda a la crisis de una institución de relevancia indiscutible en la vida del país y la memoria nacional.

Se necesitan también fondos superiores a los 4 millones de soles que actualmente recibe el archivo de la caja fiscal, para no solo ampliar el equipo responsable de su cuidado y preservación, sino para capacitarlos permanentemente en las nuevas técnicas archivísticas.

No se puede desconocer que, en el 2005, el gobierno de Alejandro Toledo inició el proceso de salvación del Archivo General de la Nación. Sin embargo, en setiembre del 2006, se dio a conocer el escandaloso tráfico de una parte de sus históricos documentos y de otras colecciones que empezaron a venderse al mejor postor en el mercado negro de España y Canadá.

Entonces, la intervención de la Sunat impidió la salida del país de una parte de estos bienes culturales. Pero hoy, como ha dado a conocer nuestro Diario, muchos documentos de origen colonial y republicano sustraídos del Perú se venden en Internet, donde son ofertados libre e impunemente por vendedores encubiertos. Evidentemente, las mafias de traficantes alentados por falsos coleccionistas aprovechan las ventajas del ciberespacio.

El problema del AGN es de presupuestos, pero también de seguridad y de presencia de un Estado que sigue menoscabando recursos a la historia de nuestro país.
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EL COMERCIO OCTUBRE 31, 2010

Archivos históricos del Perú corren peligro de desaparecer por falta de recursos

El testamento de Julio C. Tello y la resolución del siglo XIX firmada por Simón Bolívar deben ser digitalizados cuanto antes

Por Nelly Luna Camacho

Los pasillos del sótano del Palacio de Justicia, donde se guarda una parte de los documentos del Archivo General de la Nación (AGN), parecen un laberinto borgiano. Un laberinto formado por decenas de estantes repletos de documentos y folios, con olor a guardado, que conservan la memoria escrita de esta olvidadiza nación. Papeles de los siglos XIX y XX, amarillentos, restaurados o encuadernados, sobresalen en los anaqueles de metal distribuidos en filas que forman interminables y estrechos pasadizos, donde la luz apenas llega. El aire es denso; en este local que corresponde al archivo republicano provoca estornudar (prohibido para asmáticos, debería decir algún cartel).

La memoria del Perú tendrá la forma de un laberinto, pero la distancia de una maratón: si colocáramos todos los documentos del AGN, uno detrás de otro, sus páginas recorrerían 30 kilómetros, una longitud similar a la que separa al centro de Lima de Lurín.

En los sótanos de Palacio de Justicia (760 metros cuadrados), se encuentran solo los documentos que van desde 1821 hasta 1950: testamentos, expedientes judiciales, normas legales, movimientos migratorios y partidas de nacimiento, incluso la del primer peruano inscrito en los Registros Civiles, en 1875. En la era en que se idolatra al documento digital, estos pasillos del Archivo General de la Nación son el símbolo de la resistencia del papel.

EL LIBRO BECERRO
La firma de Francisco Pizarro parece, en realidad, un simple dibujo: dos eles gigantes garabateadas al apuro. Era un escribano quien luego redactaba el nombre porque –ya se sabe– Pizarro no sabía escribir. En la sala colonial del AGN, el otro local ubicado en el antiguo local del Correo de Lima, se guarda lo que es considerado el primer documento escrito en estas tierras y rubricado por el conquistador: una suerte de bitácora comercial a la que llaman el Libro Becerro. Data del 24 de julio de 1533 y sus hojas fueron hechas a base de algodón e importadas desde España. Solo este primer libro pesa casi 10 kilos.

Este folio conglomera varios documentos de compra y venta y describe el alto precio que tenían diversos bienes, como los caballos. A diferencia del archivo republicano ubicado en el sótano del Palacio de Justicia, aquí la ventilación es menos densa y hay más iluminación. Pero leer estos documentos requiere de ojos expertos: las letras encadenadas e irregulares de la época se vuelven ilegibles hoy. Incluso, Ana Cecilia Carrillo, directora del Archivo Histórico de la AGN, esfuerza la vista y lee colocando su dedo índice sobre cada renglón.

Este archivo custodia las cartas con las rúbricas más importantes de esta etapa y de inicios de la república: Garcilaso de la Vega, San Martín de Porres, Túpac Amaru II, Micaela Bastidas, José de San Martín, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y Ramón Castilla.

Y, desde el año pasado, cobija también una serie de manuscritos devueltos por Chile. Figura una resolución del siglo XIX firmada por Simón Bolívar, donde nombra a Antonio José de Sucre como general de Ejército; y un libro de rara belleza: un tratado de esgrima con dibujos hechos a mano. Ambos textos presentan un sello rojo donde se lee “Chile”.

EL PRIMER REGISTRO
El primer peruano inscrito en los registros públicos fue hijo de un panadero. Lo sabemos gracias a los Registros Civiles de inicios de la República. Sabemos que Juan Igreda –24 años, repartidor de panes y natural de Canta– registró la partida de nacimiento de su hijo varón, Juan Igreda, nacido en Lima el 27 de diciembre de 1874, el 1de enero del año siguiente. Es el primero del primer libro de registro civil. Hasta entonces, la identificación se limitaba a la partida de bautismo.

El AGN fue, durante muchos años, un organismo público descentralizado adscrito al Ministerio de Justicia, pero con la creación del Ministerio de Cultura, pasó a depender de este. Nunca tuvo un local propio y ahora comparte espacios con el antiguo Correo y con el Poder Judicial. “No hay conciencia de que el archivo es parte del patrimonio y de nuestra identidad. El presupuesto es de apenas 4 millones de soles, cuya gran parte es para el pago de personal. Con lo que queda es imposible invertir”, dice el jefe de la institución, Joseph Dager.

Los documentos históricos nos permiten reconstruir las pasiones de nuestros pensadores. En los sótanos del Palacio de Justicia, se halla también el testamento de Julio C. Tello. En el texto escrito por su notario se lee: “Casado, de 67 años, inteligente en el idioma castellano, a quien juzgué en pleno uso de sus facultades, respondió al preguntarle: ‘Yo no aporté capitales a la sociedad conyugal, salvo mis libros, en tanto que mi esposa aportó 500 libras esterlinas”’. Los libros fueron la gran fortuna del sabio.

SIN FONDOS PARA LA DIGITALIZACIÓN
No todos los documentos históricos más importantes del país se encuentran en el AGN. El Acta de la Proclamación de la Independencia se encuentra en el archivo de la Municipalidad de Lima. Lo mismo sucede con otros documentos relevantes pero dispersos en archivos ministeriales, regionales y municipales que disponen de menos recursos para su conservación. Precisamente, una de las debilidades del sistema nacional de archivos es la falta de un inventario nacional que maneje los mismo códigos que el AGN.

Sin inventario nacional y con exiguos presupuestos, el material histórico es vulnerable al tráfico o a su desaparición, digamos que forzada. Solo en la última década, Aída Mendoza, coordinadora de la carrera de Archivística y Gestión Documentaria de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, ha registrado 72 casos de pérdidas de documentos en instituciones públicas a consecuencia de robos, incendios o vandalismo.

Según la experta, en archivos del extranjero se están desarrollando sistemas híbridos: se guarda el documento en papel y lo que se presta al público es la versión electrónica. ¿Cuán lejano esta el día en que el Perú digitalizará sus documentos más preciados? “Estamos un poco lejos. La digitalización es la mejor forma de conservar, pero requiere de mucho presupuesto”, responde Dager. En el AGN, con el apoyo de la cooperación internacional se ha digitalizado apenas el 10% de los Registros Civiles. Pero Joseph Dager es optimista. Cree que ahora el Gobierno Central y los locales mirarán más de cerca los archivos del país y que les otorgarán mayores ingresos. Es probable que, así, los archivos y sus laberintos tengan asegurada una salida.
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EL COMERCIO SETIEMBRE 5, 2010

El río Hablador agoniza: nuevo estándar evidencia crisis del Rímac

Desde este año, Digesa evalúa el río Rímac con los nuevos estándares de calidad ambiental (ECA) de agua, mucho más exigentes que los límites de la Ley de Aguas de 1969. Se subió la valla ambiental

(Foto: Sebastian Castañeda)
Por Carmen Gallegos

Una legislación más exigente para un río cada vez más contaminado. Esta es, en pocas palabras, la situación del Rímac, el río que suministra el 77% del agua que bebe la ciudad de Lima.

Desde que el Ministerio del Ambiente aprobó los nuevos estándares de calidad ambiental (ECA) de agua, se subió la valla respecto de los límites que establecía el reglamento de la antigua Ley de Aguas de 1969.

Por ejemplo, la concentración máxima de arsénico pasó de ser 0,10 mg/l a 0,01 mg/l, un valor diez veces más exigente que el anterior en la categoría del río Rímac (aguas que pueden ser potabilizadas con tratamiento convencional).

Lo mismo ocurre con los coliformes totales, síntoma de contaminación biológica: se pasó de admitir 20.000 a solo 3.000 NMP (número más probable) por cada cien mililitros.

Carlos Alva, especialista de Recursos Hídricos del Ministerio del Ambiente, explica que para elaborar los nuevos ECA de agua se creó una comisión que trabajó nueve años, entre 1999 y el 2007.

“Había muchas discrepancias con los representantes de la Sociedad Nacional de Industrias y de Minería, pero era urgente renovar la legislación” recuerda.

Pese a que los ECA fueron publicados en julio del 2008, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) restableció los parámetros de la antigua ley hasta marzo del 2010 pues aún faltaba clasificar los cuerpos de agua. Es por ello que, recién en abril del 2010, se evaluó por primera vez el río Rímac bajo los nuevos parámetros. El resultado fue deprimente.

Por ejemplo, el arsénico supera 22 veces los límites permitidos a la altura del kilómetro 100 de la Carretera Central, en Chicla, donde se encontró una concentración de 0,219 mg/l.

Y a la altura del puente Faucett, en el Callao, los coliformes totales superaron 184 veces los ECA. Se encontraron 920.000 NMP/100ml cuando, en esta zona, las normas permiten solo 5.000.

INFRACTORES DETECTADOS
La Autoridad Nacional del Agua (ANA), institución encargada de dar permisos de vertimiento en cuerpos de agua, ha detectado hasta el momento a 13 industrias que descargan sus efluentes en la cuenca del río Rímac sin ningún tipo de tratamiento.

Entre ellas se encuentran la fábrica de panetones D’onofrio, la industria de colorantes naturales Montana, las textiles Creditex y Bahía Trading y la empresa de lavado de carros Tecni Wash.

Pero los casos más graves son los de las curtiembres Titán y Mantaro, situadas en la quebrada del río Huaycoloro, que vierten pelos, grasas y cromo hexavalente, un elemento cancerígeno.

En esta zona también se encuentran instaladas las lavanderías Vickycar, Lava Jeans y Universal Clean, que arrojan tintes y detergentes. Sumado a esto, el camal municipal de Matucana arroja sangre, heces de animales y pelos al curso del río.

“Empresas como Ambev y Gloria han invertido en plantas de tratamiento para cumplir con las exigencias ambientales mientras que otras ni siquiera se han inscrito en nuestro Programa de Adecuación”, advierte Amarildo Fernández, director de Calidad de Recursos Hídricos del ANA.

Y es que, ante el gran número de infractores, el ANA lanzó este año el Programa de Adecuación de Vertimientos (Paver).

Aunque este programa ofrece a los infractores facilidades de adecuación, solo dos empresas se han inscrito.

“Tienen plazo para inscribirse hasta marzo del 2011. Después de esa fecha los sancionaremos con multas que van de 0,5 a 10.000 UIT (de S/.1.800 a S/.36”.000.000)”, advirtió.

UN RÍO MUY ESTUDIADO
Desde 1989, la empresa Sedapal analiza el agua de la cuenca. Actualmente realiza monitoreos mensuales desde la laguna de Ticticocha (Ticlio) hasta la Atarjea, en Lima.

Desde 1999, Digesa realiza monitoreos mensuales entre la laguna de Ticticocha y el Callao.

Las direcciones regionales de salud de Lima y Callao también ejecutan evaluaciones mensuales del río Rímac.

LAS CIFRAS
240.000
NMP/100ml coliformes fecales se halló en la bocatoma de la Atarjea de Sedapal. Lo permitido es 3.000.

3.189
Ltros por segundo es la descarga total de aguas residuales domésticas, industriales y mineras que recibe el río Rímac, según el Ministerio del Ambiente.

Si desea ver la infografía multimedia de la contaminación del río Rímac puede hacer clic aquí.
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PERU 21 AGOSTO 22, 2010

La ciudad que nos merecemos
Autor: Fritz Du Bois

Cuando uno sale fuera de Lima ya sea a las regiones o al extranjero, lo primero que nota es la pésima calidad de vida que tenemos los limeños.
En Lima, un viaje corto en auto puede tomar el doble o el triple de lo estimado no solo por la enorme cantidad de obras que tenemos antes de las elecciones, sino porque cualquier empresa de servicio público abre una zanja y bloquea el tránsito.

Además, el tráfico es caótico, nadie se puede quedar tranquilo esperando que le den pase, todos tratan de cambiar de carril en un acto de neurosis colectiva que vuelve aun más lento y desordenado el tránsito. Por su parte, a la Policía solo se les ve los viernes o sábados por la noche cuando realizan operativos solicitando documentos a los conductores, el resto del tiempo brillan por su ausencia y Lima se ha convertido en un gigantesco cuello de botella.

También, el número de vehículos que circula excede por largo la capacidad de la pobre infraestructura que tenemos y su antigüedad es tal que tenemos una tremenda contaminación ambiental. El último fracaso de las revisiones técnicas pasará a la historia con el nombre de la empresa Lidercon, para recordarnos a los ciudadanos la incapacidad de la municipalidad para, siquiera, poder redactar sin tropiezos u oscuros cuestionamientos un simple contrato de concesión.

Por otro lado, la inseguridad ciudadana es total, en una capital con más de 8 millones de habitantes solo hay 5,000 efectivos policiales haciendo patrullaje. Aun sumando a los 9 mil serenos, lo que tenemos es una ciudad desguarnecida en la cual hacen lo que les da la gana pandilleros y otros criminales.

Asimismo, la Costa Verde sigue desperdiciada, más de millón de limeños no tienen agua ni desagüe en su casa, la basura es un excelente negocio para algunos, por lo que no hay interés en ofrecer incentivo alguno para el reciclaje ni para mejorar el recojo.

A todo eso hay que sumarle que después de varios años de sufrimiento, finalmente, en unos 12 meses más estarán operando tanto el Metropolitano como el tren eléctrico. Sin embargo, pese a que en conjunto habrán costado casi tanto como un metro, el problema del transporte masivo que requiere Lima no se habrá solucionado por lo limitado e improvisado de ambos proyectos.

Así que la lista de problemas de Lima es enorme como inevitable resultado de las pésimas decisiones que ha tomado el electorado. En realidad, tomando en cuenta cómo hemos votado durante muchos años, tenemos la ciudad que nos merecemos.

Por ello, la importancia de los debates, como el organizado por El Comercio, para conocer las propuestas de los candidatos. Considerando que a nivel nacional se han presentado –antes de las tachas– 14,170 candidatos para alcaldes o presidentes regionales (dicho sea de paso, qué enorme interés por trabajar en el Estado, la atracción debe de estar en los presupuestos). Así que los seis que participaron pueden ser considerados como la crema y nata de todos ellos.

Lamentablemente, salvo dos que sí parecen tener programas bastante completos, los otros se la pasaron ofreciendo 'planificación 'o 'esfuerzo’ como solución para todo, confirmando que aun a ese nivel sigue habiendo improvisación. ¿Imagínense cómo será el resto de los miles de candidatos? Por tanto, hasta la elección tenemos que seguir exigiendo de todos ellos la mayor información para tratar de no equivocarnos en esta ocasión.
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EL COMERCIO JULIO 29, 2010

Postres de antaño: conozca las dulces historias de la calle

La risueña Tina pone el ranfañote, el madrugador Fidel sus crocantes melcochas y el paciente Orlando su buen sanguito. Ellos llevarán la tradición de las calles a la feria Mistura 2010

Don Fidel Estrella Gamarra y su esposa, Rubina Pacho Mamani, venden la melcocha que preparan desde las 4 de la madrugada. Ella está en la cuadra 6 y él en la 8 de Paruro. (Foto: Luis Choy)
Por Catherine Contreras

Desde que la caña de azúcar viajó del sudeste asiático hacia Europa y se expandió por las costas de Andalucía y las islas Canarias, para luego ser introducida en América por los españoles, una dulce tradición se resiste a desaparecer, gracias a personajes como Tina Reyes, Fidel Estrella y Orlando Velarde.

Ellos, armados de bandejas o carritos y sin ansias de reconocimiento, han asumido la responsabilidad de difundir tres gustitos peruanos que, de no ser por su humilde y silencioso trabajo, estarían en camino de desaparecer.

Empezando por las crocantes melcochas, deliciosamente empalagoso dulce de miel cuya trabajosa fórmula se conoce desde Nicaragua hasta el Perú, pasando por el popular sanguito nacido del encuentro entre la culinaria andina y el dulce ingenio afroperuano, hasta llegar al sencillo pero sabroso ranfañote, cada especialista tiene una historia ligada al dulce que prepara con suma dedicación.

Por ello fueron elegidos por el comité de tradiciones y cocinas rústicas de Mistura 2010, feria organizada por la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega), que afina detalles para abrir su puertas entre el 7 y 12 de setiembre en el Parque de la Exposición.

“El espacio que se les otorga en la feria es totalmente gratuito y la venta de sus productos va directamente a ellos. Esto les permite perfeccionarse, comprar utensilios y mejores insumos”, explica Rocío Heredia, encargada de esta comisión, que además capacita a los participantes a través de charlas técnicas sobre buenas prácticas de manipulación y desarrollo de marca, entre otras, que ayuda a que tengan una visión a futuro del trabajo que hacen y se sientan orgullosos de su aporte al crecimiento de nuestra gastronomía.

RANFAÑOTE GANADOR
Tina Reyes no puede faltar nunca a la esquina de la cuadra 1 de Av. Insurgentes con la calle Chiquitoy (en San Miguel), ni a la puerta de occidente del estadio de Matute, cada vez que Alianza juega.

La morena de El Carmen, familia de los Ballumbrosio, está siempre presente poniendo el toque dulce con su ranfañote ganador, aquel que celebró Marissa Guiulfo en la Primera Bienal Gastronómica Peruana realizada hace seis años en el Museo de la Nación.

Aprendió a prepararlo por sugerencia de una clienta y no paró hasta dar con la textura exacta de este dulce de origen virreinal hecho con pan tostado, miel de chancaca, queso picado, pasas y pecanas enteras, además de coquitos chilenos cortados en dos.

Ya lleva más de 20 años vendiendo en la calle (empezó con cebiche y papa a la huancaína), pero gracias a su participación en la feria Mistura del año pasado, acaba de abrir las puertas de una pequeña dulcería, a unas cuadras de esa esquina sanmiguelina, donde quien pasa la saluda con cariño.

Allí todo se vende, entre el mediodía y las 7 de la noche: su mazamorra de cochino, el dulce de camote y de higos, su ranfañote, sin duda, hasta su tres leches y la torta de chocolate. Todos son postres hechos con cuidado y dedicación y sazonados con la sonrisa de una chinchana que tiene grande el corazón.

ESTRELLA DE CAPÓN
Desde los 15 años, Fidel Estrella vende melcocha en el Centro de Lima. Empezó en el Jirón de la Unión, rodeó la Plaza de Armas, pasó por el Congreso y ahora está a la entrada del número 851 del Jr. Paruro, frente al Barrio Chino, entre 11:30 a.m. y 7 p.m.

Hace 40 años su tío le enseñó a preparar la melcocha, a levantarse a las 4 de la mañana, preparar una mezcla con agua, azúcar, limón, chancaca, canela, clavo y maní hasta que tome punto y vaciarla en un perol, para luego jalarla como si de una gran liga se tratara.

Junto con su esposa prepara de 8 a 10 kilos cada día, y suele vender todo (a 1 sol la porción). Está feliz con su participación en la feria gastronómica (ha estado en las dos anteriores) y agradecido con la oportunidad de mostrar lo que hace. Le urge, sin embargo, tranquilidad para trabajar en su cuadra 8 (y no en la 6, donde han mandado a su esposa), donde no molesta a nadie y sus clientes fácilmente lo pueden localizar.

SABROSA JUBILACIÓN
Cuando don Óscar Velarde cumplió 32 años en la fábrica textil en la que trabajó, su vida tomó un rumbo dulce. Ya jubilado, aprendió de su esposa a preparar sanguito y lo empezó a vender, hace 17 años, a unas cuadras de su casa en el Rímac.

La pasta de harina de maíz, azúcar, canela, anís, clavo de olor, vainilla y aceite, adornada con pasas y coloridas grageas, se vende fácil entre 9 a.m. y 2 p.m. cerca del mercado Limoncillo (entre Prolongación Tacna y Jr. Chira) y entre 4 p.m. y 7:30 p.m. en la escalera del puente peatonal cerca de la Av. Tacna.

DULCE MISTURA
Junto con Orlando Velarde, Fidel Estrella y Tina Reyes también estarán:

Del parque Kennedy de Miraflores irán Pablo Valverde y sus picarones tradicionales; Freddy Changra Julcapari con sus cachangas, turrones (los suaves y los crocantes), bombitas y melcochas; y Anita Aponte con sus tradicionales mazamorra morada y arroz con leche.

Rosa de la Cruz Molina dejará por seis días su esquina en la Plaza de Armas de Pachacámac para ofrecer en la feria sus champúes, picarones y leche cortada.

Además, estarán Q’Churros de Carla Simón, Magaly y Harry Stenning con Mis Suspiros, Miski Miski de Flor de María Melgar con sus alfajores rellenos de papa, coco, lúcuma y algarrobina; y Claribel Berckemeyer con sus alfajores desde 1 sol.
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EL COMERCIO JULIO 25, 2010

Lima ya no es la capital de las oportunidades para los habitantes del interior del Perú

Según una encuesta de la PUCP, el 81% de consultados en 16 provincias urbanas del país respondieron que no emigrarían a Lima si pudiesen, porque la consideran caótica e insegura

La percepción de Lima como una capital de oportunidades ha cambiado radicalmente para los habitantes de las ciudades del interior, según una encuesta publicada ayer por el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú .

Por ejemplo, a la pregunta: ¿usted emigraría a Lima si pudiese?, la respuesta negativa es de un sorprendente 81% y se debería principalmente a la inseguridad y caos que se vive en Lima, según otra pregunta formulada en la encuesta.

Otro motivo que desalienta la migración hacia la capital es la percepción actual de que cada ciudad del interior tiene los elementos suficientes para cubrir las necesidades de cada poblador, incluso si de oportunidades de trabajo se trata.

El antropólogo Teófilo Altamirano señala que la expansión económica de algunas ciudades, especialmente las ubicadas en el norte, contribuye a afianzar los regionalismos y a la aparición de un nuevo orgullo de ser provinciano.

Sin embargo, Rafo León afirma, a raíz de esta encuesta, que estamos frente a un nuevo centralismo multiplicado por tantas urbes que crecen rápidamente, a medida de que ingresa dinero, pero no necesariamente se trata de un síntoma de desarrollo.
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EL COMERCIO JUNIO 19, 2010

Nuesta flor de Amancaes se encuentra en peligro de extinción

La más limeña de las flores ha inspirado valses, pero de ella quedan pocos recuerdos. Dejó de crecer en el Rímac y, si no se hace algo, Pachacámac será su última morada

Por: Pamela Sandoval Del Águila

De aquella sábana verde, salpicada de flores amarillas que aparecían de mayo a julio, siempre en la Pampa de Amancaes, en el Rímac, las generaciones de hoy solo tenemos un verso del “José Antonio” de Chabuca y fotografías en escala de grises. La pampa, que hasta los años 70 fue famosa por la flor de Amancaes, un lirio que brota entre las rocas con la humedad de la neblina, congregaba cada 24 de junio a miles de limeños, ansiosos por participar en la fiesta por el Día de San Juan.

Tres décadas después, este festejo ya no tiene gran acogida en Lima. Su protagonista, la flor de Amancaes, tampoco.

“La especie está en vías de extinción porque ya no quedan cerros ni lomas limeñas”, señaló José Palacios, floricultor de la Universidad Nacional Agraria la Molina y responsable del proyecto Amancaes , que busca reproducir las condiciones de crecimiento de la flor para cultivarla en viveros.

Según Palacios, hay apenas tres lugares de la capital donde la flor de Amancaes todavía germina: el Santuario de Amancay, las Lomas de Lúcumo y las Lomas de Jatosisa, todas en el distrito de Pachacámac.

Si bien no se conoce el número total de plantas en estos ambientes, solo en los dos primeros se toman medidas para el cuidado de su hábitat. En las Lomas de Jatosisa, las flores nacen y mueren tal como la naturaleza lo dispone.

LOS CRUZADOS DEL LIRIO
Una pasión en común caracteriza a las 300 familias que habitan la urbanización San Fernando, en la zona semirrural de Pachacámac. Se trata de la preservación de las más de 20 hectáreas de las Lomas de Jatosisa, lugar cercano a sus viviendas, donde el concejo distrital prevé construir —algún día— el parque recreacional Paul Poblet.

“Como comuna asesoramos a los pobladores de Quebrada Verde, que tienen a su cargo las Lomas de Lúcumo. En el caso de Jatosisa, sabemos que también crece la flor, pero además del parque, que no se ha concretado, no hay proyectos específicos”, explicó Ingrid Choquehuanca, de la subgerencia de Turismo de Pachacámac .

Para Guillermo Thais, de la asociación de propietarios de San Fernando, urge contar con protección para la zona, ya que el desarrollo urbano del distrito podría afectar su ecosistema. No obstante, aclaró que a la fecha el área solo es visitada por amantes del ecoturismo y los deportes de aventura.

“Últimamente han dejado sacos de cemento y materiales para construcción, pero no sabemos para qué. Los vecinos hacemos lo que podemos para proteger el lugar, pero es insuficiente”, dijo.

SEPA MÁS
El Santuario de Amancay en Pachacámac es un proyecto promovido por el Comité Pro Flora de Floralíes .

En el 2000 dicho comité firmó un convenio con Cementos Lima y Prodena Arequipa (Pro Defensa de la Naturaleza) para ejecutar el proyecto del santuario.

El proyecto tuvo como fin el rescate de la “Ismene amancaes”, nombre científico de la flor que está en peligro de extinción.

El santuario se creó en un área de 20 hectáreas de lomas de propiedad de Cementos Lima, en el distrito de Pachacámac, al sur de Lima.
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SUPLEMENTO DOMINGO LA REPUBLICA JUNIO 12, 2010

Lima crece: comercial y excluyente

¿Le suena familiar una ciudad con parques de cemento y barrios enrejados? ¿Y si las pistas se ensancharan todavía más y las veredas se tornaran tan estrechas que un día nos veamos obligados a caminar en fila india? ¿Se imagina vivir en una urbe donde la gente no se conozca entre sí y sea incapaz de relacionarse? Más de uno no requiere imaginar estos escenarios porque ya los vive en carne propia. Lo preocupante es que lo que se viene a este paso superará de lejos nuestra imaginación. El arquitecto Wiley Ludeña, catedrático universitario y director de la revista Urbes, analiza lo que está ocurriendo con la que –según asegura– nunca fue linda y mucho menos Ciudad Jardín.

Por CYnthia Campos

Fiebre constructora: un caos

Una fiebre constructora se extiende sobre Lima. En casi todos los distritos se levantan edificios multifamiliares. No está mal que Lima crezca arriba; la verdad que ya no podía seguir creciendo horizontalmente. Pero en el crecimiento de los edificios limeños algo no anda como debería. “Los multifamiliares, tal como están planteados, son parte de un proceso de verticalización de la ciudad (crecer hacia arriba), pero sobre la base de una ciudad de primer piso. Es decir, lo que estaba pensado para una vivienda individual se alarga y se convierte en edificio. Eso no ocurrió en Chile, por ejemplo, donde también vivieron un llamado “boom” de la construcción. Allí se tenía que tomar tres o cuatro lotes para recién poder construir un edificio. No hacerlo conlleva a lo que ya vemos: calles angostas, veredas de metro y medio como para caminar en fila india y condominios que se encierran en sí mismos”, afirma Wiley Ludeña.

De la casa al centro comercial

Pero este auge de la construcción de edificios no viene solo. El diseño de la ciudad origina nuevas formas de comportamiento de sus habitantes, señala el catedrático de dos universidades locales. Por ejemplo, en medio de este panorama lleno de multifamiliares hay que agregarle un elemento nuevo: el centro comercial. “Una ciudad moderna es aquella donde gente extraña convive en un solo espacio, aprende a convivir y a tolerar las diferencias. Pero aquí se corre el riesgo de cancelar la ciudad como un espacio de vida cotidiana para la gente. El formato de los centros comerciales en el Perú imita el modelo norteamericano. Y a diferencia de las capitales de otros países, como en Colombia por ejemplo, donde son los grandes parques públicos, los museos, los centros culturales y hasta las bibliotecas, los espacios que definen la orientación de la ciudad, aquí, en Lima, ese lugar clave es el centro comercial”.

Este nuevo modelo de ciudad implica también que nos relacionemos de modo diferente. “El paisaje de ahora, por ejemplo, es que esa gente de los multifamiliares baje al sótano de su edificio, tome el automóvil, vaya al centro comercial más próximo y regrese a su casa. El centro comercial entonces es el único espacio donde verdaderamente puede relacionarse con otras personas cuando en realidad debería ser el parque, la plaza, las mismas calles y veredas. La ciudad entonces ya no es tan necesaria, se convierte en un simple lugar de tránsito”, agrega.

De “Ciudad Jardín” a ciudad-gueto

Ahora bien, ¿es posible imaginar una ciudad fragmentada, con grupos de habitantes apartados entre sí? Según el arquitecto Ludeña, ni siquiera es necesario imaginarlo porque ya existe. “No podemos admitir una ciudad con tanta fragmentación. Lima se está haciendo de guetos, se está haciendo de enclaves privatizados, se está encerrando con muros y lo que tenemos es una ciudad donde ricos y pobres se encierran a sí mismos. Los ricos porque quieren marcar una diferencia y los pobres por el miedo que le dan los problemas de inseguridad ciudadana. Este paisaje posmoderno de ciencia ficción negra ya lo estamos viviendo”. ¿Hay forma de revertir esta tendencia? “Sí, lo que Lima necesita en este momento es una gran transformación, una renovación importante a nivel urbanístico que haga que la ciudad sea más habitable y sobre todo que oriente el crecimiento de un modo ordenado”, afirma.

Municipios atados de manos

“Estoy convencido de que Lima después de esta etapa va a ser otra ciudad, no sé si mejor o peor. Algunas señales de lo que está aconteciendo respecto al cambio son preocupantes. Estos cambios se consuman en ausencia absoluta de un plan integral”, señala el director de Urbes. Y es que la dinámica del crecimiento de la ciudad surge desde el sector privado y no de acuerdo a una política estatal de vivienda. Ojo, no de construcción de casas, sino una política de desarrollo urbano a la que el sector privado pueda atenerse. Sin embargo este cambio –ligado a la llamada reestructuración neoliberal de la economía peruana que va desde inicios de los años 90– obedece plenamente a intereses privados. Que sea el centro comercial el que dirija el crecimiento de una ciudad y no un centro cultural, por ejemplo, revela la magnitud de la presencia de las leyes del mercado. Los municipios están atados de manos, hay una especie de chantaje que todos admitimos casi como natural cuando el sector privado hoy día está tan empoderado que cualquier regulación o cualquier norma la considera como un atentado contra la inversión, sin considerar que tener una mejor ciudad con espacios públicos y calidad de vida es en el fondo también un buen escenario para futuras inversiones, asegura.

No es un tema electoral

Pero decir, por ejemplo, que la solución no es ensanchar las pistas para que pasen más automóviles, o que los dueños de automóviles paguen más impuestos en pos de incentivar de alguna manera el transporte público, evidentemente no será el mejor instrumento de batalla de alguno de los candidatos que hoy se disputan el sillón municipal. Y es que la salida para Lima, a decir de Ludeña, pasa por eso: se necesita un plan a largo plazo. “Cuando uno ve el programa de Lourdes Flores o el de Alex Kouri, en realidad, más allá de quién tiene mejores ideas, veo que ambos apuestan por la misma ciudad. Y desde luego en la base de las dos propuestas está nada menos que el mercado inmobiliario. Ninguno de ellos nos dice exactamente cómo va a ser el futuro de Lima. No nos dicen qué ciudad va a ser construida en los próximos veinte años. Ningún candidato nos dice cómo va a resolver nuestro déficit de áreas verdes, por ejemplo”, asegura el experto. “No se necesita ampliar las pistas para que circulen más autos porque el número de autos siempre irá en aumento. En lo que hay que pensar es en crear una cultura del transporte público, hacer –como se ha hecho en otras capitales– que personas de saco y corbata tomen el bus. Claro, para esto el servicio de transporte público tendría que hacerse eficiente, impecable. Y ninguno de los candidatos se plantea este problema para la ciudad porque, claro, es lo menos sensato electoralmente”.

Escenario de pesadilla

Desde los años 50, apunta Ludeña, el urbanismo peruano no ha creado espacios de carácter público. El Parque de la Reserva, el Parque de la Exposición, el Campo de Marte son espacios que hasta ahora siguen sirviendo a una ciudad que ha crecido tanto que ya tiene nueve millones de habitantes, pero qué espacio público de similares proporciones ha sido habilitado en los últimos años. Ninguno. Lima tiene un promedio de dos metros cuadrados de área verde por habitante, cuando deberían ser 10 metros cuadrados como mínimo. En Berlín el promedio es de 30 metros de área verde por habitante, señala. Entonces ¿hacia dónde apunta Lima con este crecimiento desordenado y vertiginoso? “Apuntamos a tener una ciudad hiperdensificada, con una carencia de espacios públicos, con una carencia de calidad de vida urbana, con ciudades gueto, con una enorme fragmentación socioespacial y con un esquema vial totalmente colapsado. Es un escenario de pesadilla urbana, pero ya se está viviendo”, dice. ¿Y qué fue de Lima, la Ciudad Jardín? “Nunca fue Ciudad Jardín, ese fue un invento precisamente para tratar de ocultar lo que Lima no tiene”. ¿Apunta a ser, entonces, ‘más horrible’ de lo que Salazar Bondy pensó cuando bautizó a su novela? Haría falta salir y dar un paseo por la ciudad nuevamente… mientras se pueda.
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EL COMERCIO JUNIO 6, 2010

Conozca cómo pasó el libertador San Martín sus días en el Perú

Bernardo O’Higgins y el Marqués de Torre Tagle también fueron claves para la primera etapa de nuestra independencia

Foto: Fondo editorial del Congreso
Por Jorge Paredes Laos

Solo dos años permaneció San Martín en el Perú, entre fines de 1820 y setiembre de 1822. En este corto tiempo instauró un régimen intenso que dividió nuestra historia en un antes y un después. Un gobierno que se inició con el júbilo de la proclamación de la independencia, con el pueblo de Lima volcado en la Plaza de Armas, y meses después terminó abrumado por las dudas en torno al destino del país, con un ejército realista atrincherado en la sierra sur. Un período marcado, sobre todo, por la actuación de cuatro hombres: el propio San Martín, Bernardo O’Higgins y Torre Tagle, y en la sombra (una suerte de poder detrás del trono), Bernardo Monteagudo, el mulato tucumano que hizo y deshizo en los catorce meses que duró el Protectorado de San Martín en el Perú.

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Los nombres de Bernardo O’Higgins y José de Torre Tagle estuvieron unidos desde jóvenes. Siguiendo la tradición de la élite chilena, O’Higgins, como hijo natural del virrey del Perú, don Ambrosio O’Higgins, fue enviado a estudiar a Lima, al prestigioso Convictorio de San Carlos. Allí conoció a Torre Tagle y ambos fueron nutridos con las ideas libertarias de Faustino Sánchez Carrión y de José Baquíjano y Carrillo. Mientras O’Higgins partió a Londres, Torre Tagle se vinculó con la corona española, fue designado IV Marqués, y en 1819, como funcionario real, fue nombrado intendente de Trujillo.

Por eso, cuando San Martín le preguntó a O’Higgins por un aliado en el Perú, este no dudó en dar el nombre de Torre Tagle. En un gesto de agradecimiento, el marqués declaró desde Trujillo, la independencia del norte peruano, y se pasó al bando patriota. La fecha: 29 de diciembre de 1820.

Así las cosas, San Martín —ya en el Perú— se ganó a la élite limeña a la causa independentista. En Lima expuso rápidamente su idea de instaurar en el Perú una monarquía constitucional, con un príncipe europeo a la cabeza. ¿Por qué buscaba San Martín hacer en el Perú lo que no había intentado ni en Argentina ni en Chile? La historiadora Scarlett O’Phelan explica que buscaba de esta manera no romper violentamente con los usos y costumbres de una clase dirigente limeña nobiliaria y aristocrática. “Aquí estaba el corazón de la aristocracia, ese grupo importante de titulados, criollos, que descendían de familias de abolengo, y para contar con el apoyo de ellos, y no hacer una ruptura violenta, propone la monarquía constitucional”, dice la historiadora. Sin embargo, las cosas se irían dando de otro modo.

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Entre julio de 1821 y los primeros meses de 1822 la ilusión por la independencia se fue diluyendo. ¿Qué había pasado? “La independencia —responde O’Phelan— no fue un proceso inmediato, sino tuvo marchas y contramarchas. Y si en un principio hubo grandes expectativas, estas fueron decayendo, porque San Martín no previó hasta qué punto este sector emblemático del sistema colonial (la aristocracia) estaba dispuesto a romper totalmente con España. Pensemos que alguien como O’Higgins decía que aborrecía a la nobleza, algo que no sucedía con Torre Tagle, quien era hijo de esta nobleza”.

Por eso los más convencidos con la independencia eran los carolinos, quienes, sin embargo, discrepaban con José de San Martín sobre el tema de la monarquía constitucional. Ellos apostaban por la república.

El ejemplo más notable fue Faustino Sánchez Carrión, quien en varios discursos llegó a decir que la elección estaba entre continuar siendo vasallos o empezar a ser ciudadanos.

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Pero San Martín tuvo otra piedra en el zapato durante su estancia en el Perú: su ministro de Guerra y Relaciones Exteriores Bernardo Monteagudo. Nacido en Tucumán, era un abogado mulato de acendrada estirpe libertaria, que había participado en uno de los primeros gritos contra el régimen colonial en Chuquisaca, en 1809. Conoció a San Martín en las campañas de Buenos Aires y marchó con él a Chile y en el Perú se convirtió en pieza clave del Protectorado. Scarlett O’Phelan lo describe como una persona de ideas radicales y de modales no muy finos. El viajero escocés Basil Hall, de paso por Lima, no dudó en calificarlo como “un enemigo acérrimo de toda la raza española”.

Monteagudo emprendió entonces una feroz campaña contra los peninsulares (españoles en Lima), más aun cuando corría el rumor de que en cualquier momento el virrey La Serna atacaría la ciudad. En ese clima de confusión, familias enteras fueron expulsadas del Perú. Se les confiscó sus bienes, a pesar de que muchos de los deportados habían vivido décadas aquí y tenían hijos y nietos criollos. Todo esto terminó por desanimar a buena parte de la nobleza limeña respecto de la independencia.

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Cuando San Martín se reúne en Guayaquil con Bolívar (26 y 27 de julio de 1822), su situación en el Perú ya era precaria (la Sociedad Patriótica había rechazado su proyecto de monarquía constitucional). La historiadora Scarlett O’Phelan destaca, sin embargo, que su proyecto monárquico sirvió para explorar las condiciones políticas y sociales en el Perú, y aunque la independencia estaba inconclusa, el terreno había quedado preparado para la llegada de Bolívar. Lo que hablaron en Guayaquil los dos libertadores es uno de los grandes misterios de nuestra historia. Pero cuando retorna a Lima, San Martín decreta tres medidas: convoca a un congreso constituyente, renuncia al Protectorado y llama a elecciones. En setiembre de 1822 se marcha del Perú para no volver más. Antes había oficiado una misa en honor a Santa Rosa, su santa patrona.
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EL COMERCIO MAYO 2, 2010

La histórica Plaza Dos de Mayo luce desastrosa y es insegura

Hoy se celebra un año más de la jornada bélica que tuvo como escenario la bahía del Callao, en 1866.En la plaza donde se erige el monumento queda el local de la CGTP

Foto: Archivo
Por: Henry López Tafur

“La Plaza Dos de Mayo es uno de los lugares más aristocráticos y bellos de Lima”. Sí, usted tiene todo el derecho de cuestionar esta afirmación. Sobre todo porque la céntrica plaza es en la actualidad el punto de reunión de la suciedad, la contaminación, el peligro y el abandono.

Sin embargo, para los limeños de hace casi 120 años, este lugar era el orgullo de la ciudad y así lo demuestra la frase que da inició a esta nota y que fue recogida de un artículo publicado el 12 de febrero de 1891 en El Comercio.

Razones para quererla no faltaban: su monumento fue construido para hacer duradera la memoria de un hecho de armas que tuvo como escenario la bahía del Callao el 2 de mayo de 1866, en el que un gran número de valientes peruanos combatió contra la poderosa armada española.

ABANDONO TOTAL
“La época de oro de la plaza duró hasta la década del cuarenta. En la del cincuenta su atractivo comienza a declinar”, recuerda el reconocido arquitecto José García Bryce.

Hoy, cuando se conmemora un año más de la batalla, la plaza Dos de Mayo luce desastrosa. El paso del tiempo, la contaminación y la desidia de las autoridades han causado el deterioro en las fachadas de sus ocho edificios construidos a partir de 1924.

“La arquitectura de la plaza es interesante porque es representativa de una época en la que había mucha influencia francesa, cuya capital era un modelo urbanístico a imitar”, dice García Bryce.

En un recorrido por el lugar, este Diario comprobó que el deterioro de los edificios va de la mano con la dejadez de muchos de quienes los habitan. Algunas ventanas son utilizadas como tendederos de ropa mientras que, en otro lado, un gran letrero de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP ) rompe con la armonía de la todavía exquisita expresión arquitectónica.

Sus veredas adoquinadas están deterioradas, los reflectores que iluminan el monumento a la victoria del 2 de mayo han sido robados y choferes de combi han hecho de la entradas a las avenidas Colonial y Alfonso Ugarte sus paraderos, pese a la presencia de inspectores municipales, cuya autoridad es minimizada.

Como si esto fuera poco, algunas esquinas son usadas como urinarios, a pesar de que en la misma plaza se encuentran dos baños públicos, también en pésimo estado. Además, algunos puestos de periódicos han sido instalados en medio de las veredas que en algunos sectores también han sido tomadas por vendedores ambulantes de alimentos y otros productos.

El tema de la seguridad es igual de alarmante, sobre todo en las noches. “La policía y el serenazgo llegan cuando ya le han robado todo a la persona”, refiere Jéssica Melgar Rojas (18), una vendedora ambulante.

MUCHO POR HACER
Luis Sanabria, jefe del Programa Lima Linda y Proyectos Especiales del concejo capitalino, dijo a El Comercio que el viernes pasado se iniciaron los trabajos de limpieza en el monumento central de la Plaza Dos de Mayo. Asimismo, afirmó que se instalará un sistema de iluminación arquitectónica ornamental.

También aseguró que para los próximos días está programado el pintado de las fachadas de los ocho edificios que rodean la plaza. Señaló que existen tres propuestas de colores (azul acero, salmón anaranjado y tabaco) que están siendo evaluadas.

Finalmente, dijo que también se rehabilitará y sellará el adoquinado rojo de las veredas. Habrá que esperar para ver si las intenciones se materializan. Esa será la nueva batalla del 2 de mayo.

SEPA MÁS
Más de 130 años de historia
Los inicios de la plaza Dos de Mayo se remontan al primer gobierno de Mariano Ignacio Prado . Pocos días después de la gesta del 2 de mayo de 1866, el Gobierno dispuso que en el lugar, un recinto llamado el Óvalo de la Reina donde, orientada hacia el mar, se levantaba la Portada del Callao, se erigiese un monumento para perennizar dicha batalla.

El arquitecto francés Edmund Guillaume y su compatriota el escultor Leon Cugrol, se encargaron de la concepción artística del monumento, que fue inaugurado el 28 de julio de 1874.

Recién en 1924, durante el gobierno de Augusto B. Leguía, el hacendado trujillano Rafael Larco Herrera financió con sus propios recursos la construcción de ocho elegantes edificios de tres pisos para evocar las plazas parisinas. El plano original fue del francés Claudio Sahut y, con algunas modificaciones, el arquitecto polaco Ricardo Malachowsky lo culminó.

La inauguración del monumento conmemorativo del Combate del Dos de Mayo fue todo un acontecimiento. En su edición del 31 de julio de 1874, dos días después del acto, El Comercio publicó una extensa crónica sobre la ceremonia, a la que calificó de una gran fiesta.
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De: Dario Mejia [mailto:dariomejia999@yahoo.com.au]
Enviado el: martes, 27 de abril de 2010 14:58
Para: dariomejia999@yahoo.com.au
Asunto: Las cosas simples de Lima

"Celajes, florestas y secretos: Una historia del vals popular limeño", libro de los investigadores José Antonio Lloréns Amico y Rodrigo Chocano Paredes, que fue hecho público en febrero de este año, es la publicación más reciente sobre la historia del vals peruano y una infaltable fuente de consulta para los investigadores y amantes del criollismo peruano.

He aprovechado mi viaje a Lima para comprar el libro aquel, el cual lo leeré con mayor detenimiento cuando regrese a Melbourne, Australia. Sin embargo, le he dado una mirada rápida al mismo notando que se me menciona en varias partes del libro y, como siempre reviso la bibliografía de los libros que leo, me llené de mucha satisfacción al comprobar que entre las fuentes consultadas figuran 12 artículos míos. Es por ello que me permito agradecer a los autores del libro aquel por haberme considerado entre las fuentes de consulta, lo cual me incentiva a seguir investigando y trabajando desinteresadamente en el estudio y difusión del folclore costeño del Perú, para un mejor conocimiento y entendimiento del mismo, puesto que no se ama lo que no se conoce.

Lima, mi vieja Lima, cada vez se moderniza más. Solamente espero que las autoridades comprendan que si muy bien el modernismo es necesario, pues también hay que saber preservar lo tradicional ya que ello forma parte de la cultura e historia de Lima, incentivando el turismo, interno y externo, que genera ingresos y crea fuentes de trabajo.

No había pasado mucho tiempo de mi llegada a Lima, hace 10 días, y la ciudad empezó a temblar. No sé si temblaba por mi presencia o los temblores aquellos, de la semana pasada y de ayer, eran movimientos telúricos que ocurren con frecuencia. De todas maneras, me estoy portando bien, por si acaso, y tratando a mi Lima con el cariño y amor que siempre le he brindado.

Me llamó la atención una feria de libros que se llevó a cabo la semana pasada en el patio de Palacio de Gobierno. Como estoy lleno de anécdotas, me pasó algo que, pienso, se debe a la mentalidad de algunas personas al respecto. Resulta que me encontraba en la reja de Palacio haciendo mi cola para entrar, previa revisión por parte de los policías que estaban controlando la entrada. Había una persona delante mío y tocaba que me revisen para entrar, pero, en ese instante, se aparecen dos jóvenes encorbatados y sin hacer cola se acercan donde el policía que hacía la revisión y él, en lugar de pedirles que hagan su cola, los revisa y deja entrar antes que a mí. Le reclamé por ello al policía y le dije que debía hacer respetar la cola, a lo cual él respondió que no me preocupara que también iba a entrar.

Lamentablemente, algunos te tratan como te vistes y como yo estaba en jeans, el policía habrá pensado que hay que darle preferencia a quien llega encorbatado ya que, posiblemente, compre más libros. Al rato, vi salir a los dos encorbatados con las manos vacías y cuando me retiré de la feria pasé al lado del policía aquel despidiéndome de él amablemente, cargando varias bolsas de libros que había comprado.

Algo que aprendí en Australia, donde vivo, fue que no hay que dejarse llevar por la forma como se vista una persona ya que he visto gente de mucho dinero vestirse de lo más sencillo.

Hablando de sencillez, a mí me gustan las cosas simples y sencillas de la vida. Es por ello que el día sábado disfruté lavando mi ropa a mano. En Australia meto toda mi ropa a la lavadora, menos las chompas, pero cuando viví en Perú lavaba mi ropa a mano y ello lo empecé a hacer desde que era niño.

Recuerdo que en uno de mis viajes al Perú, de visita, hace como 10 años, me puse a lavar mi ropa a mano y la empleada que tenían mis padres en ese entonces, una señora joven, se quedó asombrada viéndome lavar. Ella no podía creer que viviendo en Australia esté lavando mi ropa a mano en Lima. Mi mamá me enseñó a lavar mi ropa desde que tenía seis años, le dije, y cuando era adolescente uno de mis "cachuelos" era lavar la ropa deportiva del club de fútbol de mi barrio. Lavaba, a mano, hasta frazadas por lo que hacerlo no era nada nuevo para mí.

Cuando llegué a vivir a Australia, para ahorrarme unos dólares, y por costumbre, lavaba mi ropa a mano. Mis amigos peruanos, que ya tenían tiempo viviendo en Australia, se reían viéndome lavar a mano ya que nadie lava a mano allí. La gente allá mete toda la ropa a la lavadora, pero, pasado un tiempo, cuando mejoró mi situación, me compré una lavadora y desde allí he cambiado de lavadoras y olvidado la costumbre de lavar a mano, más que todo por el ritmo de vida de Australia. Sin embargo, cuando visito Lima me deleito lavando mi ropa a mano y recordando, a la vez, tiempos pasados.

En la Biblioteca Nacional del Perú, en San Borja, se está llevando a cabo una exposición bibliográfica, discográfica, iconográfica y hemerográfica en homenaje a Jesús Vásquez, quien falleció a inicios del presente mes de abril. La exposición aquella, según me informaron en la biblioteca, durará hasta fines de la presente semana.

Ayer me sucedió algo que nunca antes me había pasado. Me fui a la feria de libros del Jr. Amazonas, de donde, normalmente, salgo cargado de libros. Pero ayer salí de allí con las manos vacías, a pesar que estuve escarbando (buceando le dicen ellos) entre montañas de libros. Me ofrecían libros que ya tenía y, luego de varias horas, me tuve que ir a casa igual que como llegué, aunque sudoroso y con algo de polvo encima de tanto "bucear".

Pero el viaje a la feria de libros del Jr. Amazonas no fue en vano ya que al salir de allí me fui a mi antiguo barrio, donde nací, que queda a una cuadra de allí. Recorrí completamente la calle Tigre, primera cuadra del Jr. Ayacucho, que fue donde vi la luz por primera vez y no pude evitar que mi mente vuele hacia mis épocas de niño y adolescente y un bello sentimiento, como de nostalgia, me invada. Lo lamentable fue no encontrarme con alguien que conozca para rememorar el pasado y enterarme de lo que pasa en el barrio.

Ya tengo mi entrada, una invitación que me han hecho, para ir a ver este jueves la comedia musical "Jarana" en el teatro Británico, sobre la cual comentaré después que la haya visto. Por ahora sigo compartiendo y disfrutando del cariño y amor de mi familia, ya que todos ellos viven en Perú; también paseándome mucho por las calles de Lima, que he recorrido tantas veces a pie, llenándome cada una de recuerdos y anécdotas que pasé en ellas. Saludos limeños.

Dario Mejia
dariomejia999@yahoo.com.au
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EL COMERCIO MARZO 6, 2010

Conozca a Fidel Estrella, el último 'melcochero' de Lima

“Si dejas de hacer esto, parte de Lima desaparece”, le ha dicho Gastón Acurio. Por eso, hace dos años inició los trámites para tener un permiso de la Municipalidad de Lima y ser formal. Sin embargo, hasta hoy no recibe buenas noticias

Por: Julio Escalante

Gastón Acurio dice que Fidel Estrella es una especie en extinción. Su trabajo es vender melcocha, un dulce crocante hecho de miel de chancaca, leche, canela, maní, pecanas y un toque de limón; un dulce que nuestros abuelos y padres comían a la salida del colegio, a la salida de la iglesia, en el mercado del barrio.

El melcochero fue un comerciante clásico de la Lima antigua que sobrevivió a siglos de bocadillos de consumo al paso, pero algo ha pasado en los últimos años con esta ciudad que hoy se ha ocultado o desaparecido. De pronto el pregón ambulante se volvió silencio. Yo solo conozco a Fidel, dice Gastón Acurio.

Durante la semana, en la cuadra 8 del jirón Paruro, en el Barrio Chino, Fidel Estrella, un hombre flaco de 54 años y bigotes largos, coloca sobre una mesa de madera dos fuentes grandes y rectangulares de melcocha que ha preparado en la mañana. Por eso llega al lugar cerca del mediodía, vistiendo un mandil y un gorro blanco, y acompañado por su esposa, se ubica en la puerta de una quinta. Parece que además de ser su trabajo lo toma como una misión, porque las palabras que le dejó Acurio cuando lo visitó fueron contundentes: “Si dejas de hacer esto, parte de Lima desaparece”.

¿QUÉ ES LA MELCOCHA?
O ya está en camino de desaparecer. Si uno busca la palabra “melcocha” en Internet encontrará sobre todo referencias de Ecuador y Colombia. Su preparación es similar. En Lima, la melcocha se vendía en los estadios, hasta que la gente dejó de ir; se vendía en la entrada del cine —recuerda Acurio— hasta que ver cine se convirtió en un negocio de salas múltiples y combos excluyentes de pop corn y gaseosa.

Su preparación requiere paciencia y manos que ayuden. Durante tres horas, Fidel Estrella y su esposa mezclan los ingredientes hasta lograr la contextura ideal para una masa de 15 kilos que luego deben estirar como goma de mascar, hasta dejarla como unos largos fideos.

La melcocha es una muestra de que en tiempos que todo tiende a ser complejo, algo simple ya no llama la atención. Con el trabajo terminado en su casa de Villa El Salvador, Fidel Estrella debe tomar un ómnibus que lo traslada hasta la Av. Grau. Allí se sube a otro bus que lo deja cerca del jirón Paruro, donde rodeado por chifas y comerciantes de importaciones chinas, espera vender las dos fuentes donde traslada la melcocha.

AZÚCAR AMARGO
Si lo logra, podría ganar 180 soles por cada una, un día cualquiera. Si no, tendrá que guardar el producto para la siguiente jornada. Allí, con un cuchillo corta la masa dulce en pedazos y los coloca sobre un plástico, le agrega maní crocante y todo lo envuelve como si fuera un caramelo. Cada porción cuesta un sol.

Desde muy joven Fidel Estrella se dedicó a vender bocadillos y dulces en la calle. Vendió canchita salada, maní y otras confituras. Tenía un tío que preparaba melcocha y él decidió enseñarle, pensaba que un oficio para su sobrino era lo mejor que podía heredarle. Al inicio vendía caminando por plazas y avenidas, siempre en el Centro de Lima, y hace ocho años que se instaló en el Barrio Chino. Pero desde que participó en la feria gastronómica Mistura, como tantos otros negocios de carretilla elegidos por Gastón Acurio, su suerte mejoró.

En el espacio que le habían reservado en la feria, Fidel Estrella colocó una banderola donde presentaba a su negocio con el nombre Dulce Tradición, también se indicaban los ingredientes de la melcocha, junto a una caricatura suya, que incluía bigotes y gorrita. Como si buscara presentarse ante un público nuevo que al escuchar la palabra “melcocha” solo piensa en el popular cómico de la TV.

TAMBIÉN PARA DELIVERY
En la feria repartió tarjetas personales con su teléfono celular (98922-6329), a fin de ofrecer el servicio de “delivery” para fiestas y reuniones. Si algún día no está en la calle, es porque tiene un pedido urgente que debe entregar. Por años, elaborar y vender melcocha fue el único ingreso para mantener a su familia, su único trabajo, pero hoy además uno nota que Fidel Estrella está orgulloso de lo que hace.

Pero también se siente cansado, hace seis años que su columna le pone frenos para moverse, y por eso se pregunta quién continuará su historia. “Métanse al negocio”, le dijo a sus dos hijos mayores (el tercero aún está en el colegio), pero ellos prefirieron buscar su lugar en un supermercado y en una empresa de vigilancia. Hoy están desempleados.

Fidel Estrella vende en las sombras del pórtico de una quinta no solo porque el sol derrite el dulce, sino porque es un vendedor ambulante, que se siente amenazado por el serenazgo y debe esconder de vez en cuando sus productos. Por eso hace dos años ha iniciado los trámites para tener un permiso de la Municipalidad de Lima y ser formal. Sin embargo, hasta hoy no recibe buenas noticias. Siempre aparece algún detalle que retrasa el tema. “Aquí soy conocido, si me voy a otro lugar quizá nadie me compre”. En la voz de Fidel Estrella el futuro es cada vez menos dulce.
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SUPLEMENTO DOMINGO LA REPUBLICA FEBRERO 28, 2010

“Nos sentimos orgullosos de los incas pero no tanto de los indios”

¿La época colonial fue buena o mala? ¿Cuánto apoyo popular tuvo la causa de la Independencia? ¿Qué debemos rescatar de Alfonso Ugarte? Las respuestas correctas no son, probablemente, las que nos enseñaron en la escuela. El historiador Joseph Dager remueve este tema en un libro de reciente publicación que está despertando inusitado interés en medios académicos: “Historiografía y Nación en el Perú del siglo XIX” (PUCP, 2009). Según el autor, hay un conjunto de mitos y falacias que hoy es necesario revisar. Hay, advierte, historias que no provoca escuchar, que no generan orgullo, pero que es necesario volver sobre ellas porque solo es posible la reconciliación a partir de un pasado veraz.

Por Elizabeth Cavero
Fotos Rocío Orellana

El Perú nace como nación en 1821 y sin embargo hoy entendemos que la “historia del Perú” comienza antes de los incas. ¿Cómo se explica?

–Quizá podemos partir diciendo que el siglo XIX es un momento en el que la burguesía asciende al poder y construye un nuevo modelo político, el Estado-Nación. Este es un fenómeno mundial, que empieza en los Estados Unidos, en Europa y en Hispanoamérica. Lo que este modelo pretende, en primer lugar, es que los habitantes del Estado-Nación se reconozcan como miembros de una misma comunidad, con una misma cultura y sobre todo con un mismo pasado. Y, mientras más antigua era la nación, más legítima y con mayor derecho a autogobernarse.

–Entonces mientras los franceses buscaban sus raíces en los galos, los ingleses en los sajones, los alemanes en los germanos... los peruanos buscaban sus raíces en los incas.

–Sí, aunque no hay que olvidar que ya Garcilaso de la Vega y Guamán Poma (cronistas del siglo XVI) hablaban de los incas. La diferencia es que en el siglo XIX los que historian la antigua grandeza de los incas eran “criollos” o sus descendientes. Ellos “peruanizan” a los incas. Y tuvieron tanto éxito, que hoy seguimos considerando a los incas como peruanos.

–¿Esta construcción de nuestra historia nacional comienza en 1821?

–O bien a partir de 1824, con la derrota de las tropas realistas. Entonces, lo primero que se hace es crear símbolos distintivos: bandera, escudo e himno. Estos incorporan elementos andinos –como la quina y la vicuña– con los cuales las mayorías indígenas pudieran identificarse. De la misma forma, se necesitaba una historia común, una historia nacional. Esos historiadores no se inventaron una historia, la “confeccionaron” con insumos que estaban ahí y con su propia creatividad. La historiografía peruana fue una confección porque el elemento “creativo” y la historicidad del momento subrayaron o descuidaron un sinnúmero de aspectos, pero ello no debe asociarse con lo conscientemente “fraguado”.

–¿Por qué interesaba a la burguesía construir la nación?

–Para gobernar mejor. No se trataba de una nación democrática, ni igualitaria. Era una nación como se definía en el siglo XIX, en la cual el Estado contribuye a crear a los connacionales. La élite confecciona eso que llamamos “peruano” y trata de difundirlo. Lo que yo confirmo al analizar la obra de los historiadores del siglo XIX –como lo han hecho otros historiadores estudiando el pensamiento, las fortunas o las modas de la burguesía– es que sí existieron proyectos nacionales, sí hubo una experiencia burguesa. Digo esto porque durante mucho tiempo se ha repetido que el Perú no tuvo clase dirigente, sino clase dominante; que no hubo burguesía, sino oligarquía; y que esa élite no fue capaz de crear un proyecto nacional ni de ofrecer una imagen de conjunto del pasado peruano.

–¿Esa crítica abarca a los historiadores del siglo XIX?

–Sí. Alberto Flores Galindo sostenía que la historiografía (la producción histórica) nace en el siglo XX. Yo sostengo que ya desde antes, con Mariano Mendiburu, Mariano Felipe Paz-Soldán, Sebastián Lorente o Carlos Wiesse (historiadores del siglo XIX) el Perú estaba en la agenda ideológica. Si no había la intención de crear una nación, para qué crear una historia nacional.

–Entonces, ¿cuáles son los mayores aportes de los historiadores del siglo XIX a la nación?

–El mayor aporte de los historiadores del siglo XIX es haber integrado a los incas al Perú. El segundo gran aporte es haber ofrecido una comprensión general del pasado peruano y del Perú: país de antigua grandeza, tiene la esperanza de ser un país de futura grandeza. Lo que no comprendieron, ni los historiadores ni los políticos del siglo XIX, fue que el Perú es un país mestizo y diverso. Para ellos la diversidad fue un obstáculo y por eso trataron de homogeneizar culturalmente y de imponer su modelo de progreso.

Lugares comunes

–Existen lugares comunes en las críticas sobre el siglo XIX. Uno de ellos se refiere al despilfarro de la riqueza guanera. Sin embargo, usted nos dice que este dinero se usó también para financiar investigaciones históricas.

–Sí. Los historiadores debemos hacer un mea culpa porque hemos sido muy severos con el siglo XIX, hemos tratado de encontrar en el siglo XIX el origen de casi todos nuestros males, y nos hemos conformado con echarle la culpa: el siglo de la anarquía militar, del guano que se despilfarró y de la derrota con Chile. Pero perdemos de vista que, junto con eso, en el siglo XIX pudimos construir un Estado. Entonces, por ejemplo, siempre repetimos que más del 50% del dinero del guano se usó en pagar sueldos de empleados públicos. ¡Pero claro! ¡Si había que construir un Estado! Se usó para pagar maestros, jueces, prefectos que antes no existían. Con el dinero del guano se fomentó también la actividad intelectual, la producción de obras históricas. Ojalá el Estado de hoy lo hiciera.

–Estos historiadores del siglo XIX, sin embargo, tuvieron que enfrentar pronto el dilema de admirar a los incas, sintiendo a la vez desprecio por sus descendientes, los indígenas.

–En 1992, la historiadora Cecilia Méndez publicó un magnífico artículo titulado “Incas sí, indios no”. Ella afirma que es una característica del nacionalismo peruano del siglo XIX y del siglo XX decir yo siento orgullo por los incas, pero no tengo nada que ver con los indios. Méndez lo atribuye a que en el siglo XIX existió un nacionalismo criollo que no veía en ello una contradicción y que excluyó a la población andina.

–¿Coincide con ella?

–Coincido en mucho. Pero creo también que precisamente la admiración hacia los incas impidió que la población andina fuese excluida del proyecto nacional. Los historiadores del siglo XIX dijeron: estos indios, descendientes degenerados de los incas, tienen una historia que demuestra lo que podrían llegar a ser si nosotros los regeneramos, los educamos. Gracias a esto, los indios fueron incorporados a la nación, aunque en un lugar secundario como grupos subalternos.

–No era posible mandar a los indígenas a vivir en reducciones.

–No, aquí la población indígena era tan numerosa y tan presente en todo el territorio que no se le podía confinar, como se hizo en Chile o EEUU. Entonces, se pensó en traer migrantes europeos para “mejorar la raza”. Pero, ¡cuántos hubieran tenido que venir! Luego se opta por imponer a aquella población un modelo cultural, burgués y occidental, para homogeneizar. Por supuesto, más inteligente hubiera sido que la élite, la minoría, aprendiera quechua como idioma oficial. Pero eso lo decimos hoy, 200 años después.

–Durante el siglo XIX tuvimos dos enemigos: España y Chile. ¿Cómo se entiende que tengamos hacia esos dos países sentimientos tan diferentes?

–Es que son dos historias diferentes. A España le ganamos dos veces, en 1824 y 1866. Además, la herencia cultural es evidente y por la necesidad de una continuidad histórica, dada la admiración por el pasado incaico, no pudimos negar el estudio del pasado colonial y encontrar en ese periodo personajes admirables y, qué duda cabe, fuimos un Virreinato muy importante. En cambio, Chile nos venció y nos duele porque siempre entendimos su pasado como inferior al nuestro. Nos duele doblemente porque nos ocuparon por varios años. Nos duele triplemente porque no solo se llevaron trofeos de guerra, se llevaron también libros, pinturas, estatuas… Y, además, Chile aún niega que haya materias pendientes, y no es poco frecuente que algunos de sus políticos exhiban hacia el Perú eso que José Rodríguez Elizondo, intelectual y ex diplomático chileno, ha llamado con magnífica expresión una “soberbia extravagante”.

–Otro lugar común: ¿la Independencia fue una gesta nacional?

–No, hoy sabemos que la independencia no fue una gesta “popular”, fue un movimiento de la élite. Los historiadores del siglo XIX no lo comprendieron porque al estudiarla recurrieron a ciertos documentos, proclamas, que les hicieron pensar que la Independencia fue apoyada por las masas. Hoy sabemos que los indígenas, negros, mulatos, mestizos participaron, pero sin tener necesariamente conciencia de lo que estaba en juego.

Herencia que pesa

–¿Qué conservamos del siglo XIX?

–Yo creo que una de las malas herencias del siglo XIX es la comprensión de la guerra con Chile. Los historiadores peruanos del siglo XIX comprendieron bien los abusos y supieron denunciarlos. La obra de Paz-Soldán, escrita casi en los mismos años de la guerra, es de una precisión documental y solidez impresionantes. Pero le faltó explicar mejor cuál era la situación previa en el Perú, que favoreció los abusos de los chilenos. Esto es algo que agrega Basadre.

–Otro tema pendiente es la inclusión de la población indígena a la nación.

–Sí, yo creo que esa debe ser la discusión. Porque hoy sigue presente el racismo, una herencia de los historiadores y políticos del siglo XIX. En buena cuenta seguimos sintiéndonos orgullosos de los incas y no tan orgullosos de los indios. Y a diferencia de otros países, en el Perú eso implica una especie de esquizofrenia: admiro y rechazo a la misma persona, a nosotros mismos.

–¿Qué debemos hacer?

–No imponer un único modelo de desarrollo, ni dejar que una minoría –económica o étnica– nos imponga el suyo. Respetar la diversidad cultural, no concebirla como algo inferior y tratar de pensar el Perú con modelos multiculturales. Afortunadamente, el Perú hoy no es el mismo de hace 50 años. Claro, hoy existe Asia (el balneario), unos cuantos que no dejan entrar a sus playas a mucha gente. Pero ellos no son el Perú. Más representativo del Perú es, por ejemplo, el Grupo 5.

El ejemplo de Alfonso Ugarte

–¿Y seguimos necesitando héroes nacionales?

–Por supuesto. Como toda nación, seguimos necesitando héroes nacionales. Pero debemos repensar nuestra historia. Por ejemplo, hoy admiramos a Alfonso Ugarte “solo” porque no dejó caer la bandera peruana en manos de los chilenos. Tal vez fue cierto, pero en todo caso Alfonso Ugarte fue héroe por varias otras razones: tenía dinero y pudo irse, pero se quedó a luchar. Además, usó su fortuna para armar batallones. La historia del sacrificio fue publicada días después de ocurrido en el diario La Patria, pero los historiadores del siglo XIX no la incorporan. Los que sí lo hacen son los historiadores del siglo XX.

–Sincerar nuestra historia sería una meta interesante para el bicentenario.

–Ciertamente. Tenemos que preguntarnos sobre qué Perú vamos a seguir enseñando en las escuelas. Hoy ya no es una necesidad, como lo fue para los historiadores del siglo XIX, “olvidar” hechos incómodos del pasado en favor de la unión nacional. Ahora nos toca asumir nuestras verdades históricas, incluso las recientes, las que causan orgullo y las que preferiríamos no escuchar. Solo así podremos reconciliarnos y difundir un pasado veraz, al interior de una educación masiva de calidad. Es una deuda que aún tenemos.

Perfil

• Nombre: Joseph Dager Alva
• Edad: 39 años
• Lugar de nacimiento: Lima, Perú
• Estudios: Licenciado en Historia por la PUCP (1996), Doctor en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile (2008)
• Familia: casado con 2 hijos
• Cargo actual: Profesor del Departamento de Humanidades y de la Maestría en Historia de la PUCP.
• Otras publicaciones: Hipólito Unanue o el cambio en la continuidad (2000), Vida y obra de José Toribio Polo (2000), Conde de Superunda (1995); El Virrey Amat y su tiempo (codirector, 2004).
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PERU 21 FEBRERO 8, 2010

Lima se abre paso como ciudad para los negocios en Latinoamérica

Se ubica en el sexto lugar de las preferencias, según una encuesta de América Economía. El aeropuerto Jorge Chávez también entre los mejores.

Aunque Lima todavía no cuenta con la suficiente infraestructura (centros de convenciones), la capital peruana ha avanzado en las preferencias de los ejecutivos como destino de los viajes de negocios en América Latina, según una encuesta elaborada por América Economía Intelligence.

El estudio coloca a Lima en el sexto lugar del ranking de ciudades que ofrecen la mejor experiencia de viaje de negocios, con un 16.6% de las preferencias. Miami, en EE.UU., encabeza la lista con un 47.8%, seguido por Santiago de Chile (33.7%), Buenos Aires, Argentina (31.8%), Sao Paulo, Brasil, (25.6%) y Ciudad de Panamá (22.4%).

El estudio también menciona algunos servicios y atractivos de la capital peruana, como por ejemplo, el aeropuerto Jorge Chávez, que se ubica también en el puesto seis de entre los mejores terminales de la región.

Jaime Daly, gerente general de Lima Airport Partners (concesionario del aeropuerto limeño), destaca que se hayan duplicado las frecuencias aéreas debido al trabajo de promoción para mejorar las condiciones de nuestra ciudad. “Además, las aerolíneas LAN y TACA han elegido a Lima como su “hub’ en Sudamérica”, afirma. No obstante, Daly considera que la capital aún tiene mucho techo para seguir escalando en las preferencias de los ejecutivos latinoamericanos.

Otras menciones que recibió la ciudad fue que muchos viajeros de negocios valoran el tradicional y, a la vez, moderno distrito de San Isidro, como uno de los mejores barrios de negocios (17% de las preferencias). Lo mismo pasa con Miraflores, como barrio bohemio (22.1%), mientras que el Circuito Mágico del Agua es considerado como uno de los mejores atractivos para pasar una jornada libre (11.1%). Por mejor panorama cultural, el 9.6% de los viajeros recuerda el Museo Larco de Lima en una lista que encabeza el clásico Teatro Colón de Buenos Aires.
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SUPLEMENTO DOMINGO LA REPUBLICA FEBRERO 7, 2010

La fea Vicky

Sucia, desordenada y altamente peligrosa. Así es conocida La Victoria. Esta semana el distrito estuvo de aniversario, pero sus vecinos no tenían muy claro si en realidad había algún motivo para celebrar.

Por María Isabel Gonzales
Fotos Eduardo Cavero

A la rica Vicky ya le pesan los años. Esta semana cumplió noventa y sentada en su sillón blanquiazul observa a sus hijas: la poderosa Gamarra amenazada según el alcalde por las importaciones chinas; la peligrosa Tacora que comercia con lo ajeno y no cree en la autoridad; y la caótica La Parada que está a la espera de su reubicación mientras ensucia y rellena las calles de un falso piso hecho de basura. La máxima autoridad de La Victoria es Alberto Sánchez Aizcorbe. Un arquitecto y urbanista de voz segura que llegó a la alcaldía en el 2007. Si no postula a la reelección en octubre, estaríamos ante el último tramo de su gestión municipal. Vicky frunce el ceño cuando Sánchez Aizcorbe dice que la seguridad del distrito es labor exclusiva de la policía. Y se enfurece cuando afirma que es imposible reubicar a los comerciantes informales que ensucian el distrito.

Pero Vicky tampoco es desagradecida. Reconoce que este alcalde recoge la basura con más regularidad que el anterior, mejora las vías y recupera algunos espacios para el peatón. Sin embargo, a su edad Vicky exige mayores esfuerzos, como a) Frenar la ola delincuencial y el pandillaje en el distrito b) Reubicar y ordenar el comercio ambulatorio y c) Renovar las viviendas cada vez más precarias y presas del hacinamiento. Sánchez Aizcorbe sabe a estas alturas que no es tarea fácil. Para llevar a cabo sus 22 bulevares les dio empleo a jóvenes de los barrios aledaños a las obras. Pero eso no es suficiente para que a La Victoria dejen de mirarla como la más fea y sucia de Lima.

Pero los victorianos, que agradecen el empleo temporal, lo que realmente anhelan es participar en el ordenamiento y cuidado de su distrito, en suma, convertirse en verdaderos agentes de un cambio que trascienda lo cosmético. Pareciera que Sánchez Aizcorbe olvidó que para transformar a la Vicky es necesario convocar a los vecinos.

Inseguros y desordenados

“Si yo camino por acá es porque me conocen, pero si usted pasa solita no la cuenta”, dice Ricardo Quezada Donayre. Hace 45 años que vive en Matutito, hogar de los recicladores informales –entre la Av. Grau y Jr. Huánuco– y asegura que a partir de las 10 de la noche no hay policías ni serenos que cuiden la calle Misti, paralela a la Av. Grau. Si uno no es de la zona es probable que lo desvalijen. Ricardo mira de reojo hacia el fondo de la calle. “Ahí están los recicladores, ensucian todo y bloquean la pista. Nadie les dice nada”. Ricardo no quiere acercarse porque ya han intentado pegarle. Vive preocupado por su familia y por la asociación de vecinos que él preside. Todos los días uno del barrio es víctima de algún pandillero, un drogadicto o un desalmado ladrón que no duda en clavar un cuchillo para arranchar una cartera.

En Mendocita –entre los jirones Jaime Bausate y Meza y Abtao– el clima de inseguridad es similar. La gente vive amenazada por fumones y vendedores de drogas. Próspero Chero, junto a otros vecinos del barrio, suelen botar a los fumones y a los ambulantes de sus calles. Tomaron la iniciativa hace un par de años porque no querían seguir viviendo en condiciones tan deprimentes. Pero los brazos de la autoridad edil no llegan a esta zona y muchas veces deben encerrarse en casa para no ver lo que sucede fuera.

Luz Estremadoyro, directora del Centro de Promoción Urbana (Cepromur), explica que para promover un plan de seguridad ciudadana es necesario organizar a los vecinos con sus comisarías. Un trabajo en conjunto puede cambiar la situación. Luz ya vivió una experiencia con los vecinos de Barrios Altos, quienes trabajaron de la mano con su comisario y lograron reducir el índice de delitos. Y sobre trasladar a los comerciantes a otros terrenos, Luz explica que es una tarea compleja pero no imposible. “Primero hay que empadronarlos, concertar su reubicación, acondicionar el lugar a donde irán y estar con ellos hasta que se reacomoden”. El problema de Próspero con los ambulantes y el de Ricardo con los recicladores se puede solucionar siempre y cuando la autoridad edil se haga presente.

Otros focos de basura y comercio ambulatorio está en la Av. Aviación. Un simple recorrido desde el Hospital Dos de Mayo hasta Gamarra revela el desinterés de la autoridad edil por mantener algún orden en esta vía. Para el alcalde basta decir que allí se confunden los límites de La Victoria con Lima, San Luis y El Agustino para desentenderse de cualquier responsabilidad.

Renovación de viviendas

“Como técnico, Sánchez Aizcorbe la tiene clara. Sabe que se deben intervenir los tugurios y convertirlos en complejos habitacionales. Pero para lograrlo hay que involucrar al vecino, porque renovación urbana significa cambio de mentalidad y cambio en el entorno. Pero como político sabe también que se necesita tomar decisiones radicales que no siempre van a gustar a todo el mundo”, dice Luz. Ella y su equipo trabajaron con la Municipalidad de La Victoria en la elaboración de proyectos como la Alameda del Deporte y el mejoramiento de dos quintas. Dice que para lograr resultados a largo plazo es necesario capacitar a las familias para que ellos mismos cuiden sus calles y parques y les enseñen a sus hijos a seguir con esa tradición.

Cepromur, por ejemplo, tiene tres proyectos de vivienda para Matutito, Mendocita y para un tugurio ubicado en la Av. Grau 338. Sus habitantes, que ya no quieren vivir hacinados y expuestos a la delincuencia, se han organizado en asociaciones. Luz dice que en los tres casos los proyectos incluyen la capacitación de los vecinos en derechos, obligaciones y gestión municipal participativa. Entonces, ¿qué falta para que esto se haga realidad y se replique en todo el distrito?

Falta voluntad de la municipalidad, que si bien ha delimitado dichas zonas como parte de un plan de renovación urbana, no se hace presente cuando Cepromur busca la concertación entre los vecinos. “Domingo a domingo hay que venir a explicar cuáles serán las condiciones de las viviendas, cuánto deben tener ahorrado para postular como asociaciones a Techo Propio y Mi Hogar. Pero por más voluntad que haya por parte de algunos vecinos y de nosotros, se necesita de la autoridad”. Falta también el consentimiento de algunos dueños para vender o ceder sus predios que dejaron abandonados hace más de 40 años y donde hoy se quiere hacer edificios. Como en el caso de Matutito, donde la Universidad Mayor de San Marcos es la dueña del terreno y aún no se pronuncia. La Victoria puede dar un gran salto si sus autoridades le ponen empeño. Ya es tiempo de que renazca.

La Victoria

•Habitantes: 200 mil
•NSE: 58% de su población es pobre.
•Límites: Por el norte con el Cercado y El Agustino, por el oeste con Cercado y Lince, por el sur con San Isidro, y por el este con San Borja y San Luis.
•Comercio: Emporio textil de Gamarra –mueve más de $ 600 millones de dólares al año– y mercado mayorista de La Parada.
•Deuda de la municipalidad: 300 millones de soles. Juicios de ex trabajadores.
•Preocupaciones de los vecinos: Seguridad y limpieza
•Basura: 280 mil toneladas al día
•Barrios más peligrosos: El Porvenir, San Pablo, Mendocita, Renovación y el Cerro San Cosme.
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PERU 21 ENERO 19, 2010

Lima la horrible
Autor: Fritz Du Bois

Como hijos afligidos de nuestra hostil capital, vemos con satisfacción que se avanza en temas pendientes como el Metropolitano que, conjuntamente con el Tren Eléctrico, debería conformar un sistema de transporte masivo que aliviaría la congestión vehicular.

Sin embargo, escuchando las declaraciones del presidente ayer, nos da la impresión de que estamos camino a esa tradición limeña de caer en la complacencia y la exageración a la menor señal de haber avanzado. La triste realidad es que nuestra ciudad sigue haciéndole honor a Salazar Bondy y no se convertirá en 'Lima la Bonita’ solo porque desarrollemos nuestra autoestima como cree Alan García.

No es cuestión de ser negativos, pero es innegable que Lima arrastra una serie de problemas y necesidades, muchas de las cuales ni siquiera están en la agenda de la actual administración municipal. Así que, ahora que el alcalde ha decidido que quiere cambiar de local y despachar desde el Palacio Presidencial, vale la pena resaltar lo que su sucesor tendrá que solucionar.
Así tenemos que el 94% de limeños siente inseguridad, y el miedo destruye la calidad de vida en cualquier ciudad. Para poder revertir el creciente temor de la población, es necesario desarrollar una política de policía vecinal, la cual, a su vez, requiere que el sector Interior y el gobierno local trabajen de la mano.

Por otro lado, el caos en el tránsito y la contaminación ambiental son consecuencia de la falta de semáforos en la mayor parte de la capital, así como de un obsoleto parque vehicular que, en buena parte, ya no debería circular. Pero las revisiones técnicas, que deberían prohibir las carcochas, todavía no se implementan completamente luego de varios años debido al deficiente proceso inicial de concesión que el municipio ha realizado. Mientras que la urgente semaforización, que tanto se necesita, no ha sido objeto de ninguna iniciativa.

Asimismo, nuestra privilegiada bahía, la Costa Verde, que podría cambiarle totalmente la cara a Lima, sigue abandonada al igual que la basura, ya que cualquier política de reciclaje brilla por su ausencia, mientras que rellenos sanitarios abundan. En general, existen innumerables necesidades que se deben solucionar para lograr que Lima se convierta en una agradable ciudad y, para ello, hay que trabajar. Simplemente, el adornar al delfín de turno no lo va a lograr.
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EL COMERCIO ENERO 17, 2010

Lima de antaño: cómo ha cambiado la capital

9:55 | En vísperas del aniversario 475 de la fundación de nuestra capital, repasamos los cambios que esta ha sufrido a través de los años. Una miada hacia atrás que nos impulsa a un mañana que, esperamos, sea mejor

Texto: Fernando González-Olaechea

¿Si tuviéramos que definir a Lima, cómo lo haríamos? Nuestra ciudad, que mañana cumplirá 475 años de fundación española, es ahora una gigantesca urbe de miles de rostros, voces y sensaciones.

Algunos de sus lugares se mantienen, a pesar del paso de los años, casi tal como lucían el día de su inauguración; otros han sido modificados por el tiempo hasta ser irreconocibles.

La Herradura, por ejemplo, una playa que en su momento fue un balneario muy concurrido, se presenta hoy como un lugar semiabandonado, donde la naturaleza ha ido retomando su jerarquía. En cambio, puntos como Surco o Miraflores, antes con chacras y huertos, se levantan ahora como referentes en una ciudad que avanza sin descanso.

Para la arquitecta e historiadora Patricia Seminario Stulpa, el cambio drástico se dio a mediados del siglo pasado. “Desde los años 50 hay un proceso de urbanización acelerado en Lima. Pero la ciudad creció desordenadamente, sin planeamiento”.

No obstante, Seminario subraya: “Históricamente hay algo importante y es que Lima ahora sí representa al Perú. Quizá no estamos integrados, pero acá están todas las sangres y eso es positivo, porque es un crisol. Somos un país heterogéneo y Lima representa eso porque su población ha venido de todas partes del país”.

“Sin embargo —continúa Seminario— hay una tendencia por separarnos. No hay nada en la ciudad que nos represente, que nos integre, porque no lo hemos construido. Es una contradicción porque es una reunión de todos, pero no queremos admitirlo”.”.

EL GIRO DEL SIGLO XX
La especialista considera que en los últimos años se ha dado un giro respecto de cómo los limeños sienten a Lima, pues hay una mejor visión de la ciudad aunque esta aún resulta incipiente.

Distinto parecer tiene el escritor e historiador Luis Enrique Tord, quien resulta más optimista: para él, esa reivindicación de la ciudad por sus habitantes es reciente, pero fuerte.

Tord —ex director del Instituto Nacional de Cultura y ex presidente del Comité de Cultura de la OEA— pondera el hecho de que Lima es una urbe con una historia rica y diversa.

Coincide con Seminario en que hay un antes y un después a mediados del siglo pasado que pasa por un tema de migración interna. No obstante, cree que “ese profundo cambio que la volvió caótica se ha revertido en las últimas dos décadas, dando paso a una ciudad más moderna”.

Mañana la capital del Perú celebrará un aniversario más, con sus virtudes y defectos, con su cielo gris y sus sangres mezcladas. Ella tiene, finalmente, un poco de todos nosotros. Su cumpleaños será el nuestro también.
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EL COMERCIO ENERO 7, 2010

Lima es un destino imprescindible en este año, según diario "El Tiempo" de Colombia

19:18 | El artículo destaca la arquitectura, la amabilidad de los peruanos, nuestra gastronomía y el pisco sour.

“Lima ofrece un paseo por la historia y la mejor comida”, con esa frase el diario El Tiempo de Colombia incluye a nuestra capital, junto con otras siete ciudades, dentro de la lista de los mejores destinos para conocer en el 2010.

Con esto, Lima y el país entero da un paso más en su posicionamiento como un importante destino turístico y gastronómico, ya no solo en Latinoamérica, sino en el mundo.

La lista de “El Tiempo” pone a la Ciudad de los Reyes a la par de Raivavae –una isla en la Polinesia francesa-, Bali, San Francisco, Río de Janeiro, la ciudad real francesa de Reims, la suiza Locarno y Praga, y los señala como “lugares con motivos más que suficientes para visitar en el 2010”.

“Lo que ofrece Lima en amabilidad, en historia, en romanticismo y en cocina, no lo ofrece ninguna otra capital americana”, dice el artículo.

Además, de la arquitectura, “El Tiempo” destaca nuestra comida y bebida: “No olvide la gastronomía, la mejor de la región, y tampoco el pisco sour”.

NO TODO ES COLOR DE ROSA
Pero no todo son halagos: “Lima no es una de esas ciudades ante las que uno cae rendido, como París o Roma. Quizás es demasiado extensa, y para ir de un lugar de interés a otro hay que cruzar vastas distancias urbanas donde no hay nada digno de ser notado”.

Sin embargo, el artículo del diario colombiano destaca el distrito de Miraflores y el Centro Histórico, el que considera “iluminado, limpio, lleno de templos y edificaciones relucientes”. Como para que nos pongamos las pilas y estas características correspondan también a otras zonas de la ciudad.
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PERU 21 ENERO 5, 2010

El Centro de Lima es la nueva atracción para los inversionistas

La empresa Arte Express alista su primer espacio comercial en el Edificio Wiese, que albergará a los restaurantes Tanta y Sushi-ito.

Varios de los edificios del Centro de Lima están siendo revalorizados para nuevos proyectos.
Lima está cambiando y la buena situación económica del país contribuye a que muchos empresarios pongan la mira en el Centro Histórico de Lima. Uno de ellos es Fernando Palazuelo, un arquitecto español que llegó al Perú en 2004 y compró nueve edificios en Lima con el fin de arrendarlos, primero como oficinas y ahora piensa hacer tiendas, hoteles y hasta museos.

“Mi trabajo es recuperar centros históricos en el mundo. Todo empezó en Madrid y ahora estoy haciendo lo mismo en el Cercado de Lima”, indicó tras adelantar que están negociando la compra del Hotel Crillón y el Gran Hotel Bolívar. También están pensando en transformar la Casa Coca en un hotel y en hacer un centro comercial en la Casa Wiese, donde estarán restaurantes de categoría como el Tanta y Sushi-ito.

El caso de Lima despertó su interés por tres factores: la recuperación de la economía del país, los bajos precios de los inmuebles en el Cercado de Lima, y que las propiedades se venden en dólares. Tras vivir un año en el Hotel Bolívar y formar su equipo bajo el nombre de Arte Express, empezó la compra de las propiedades alrededor de la Plaza San Martín, y a lo largo de los jirones Carabaya y Miró Quesada. Hasta el momento han invertido US$20 millones.

En un diálogo con el diario Gestión, Palazuelo agregó que los inversionistas locales aún no se percatan del desarrollo que tendría el Centro de Lima, y lo que podría llegar a ser en el futuro, pues actualmente se observa solo en medio del damero de Pizarro.
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EL COMERCIO DICIEMBRE 5, 2009

Los expertos coinciden: "Lima es una ciudad extremadamente desigual"

8:48 | Especialistas internacionales señalaron también que no se aprovecha que la capital sea una ciudad vecina al mar para atraer a más público

Por: Carlos Bertello

El Comercio se reunió, gracias a una invitación de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, con tres especialistas que participaron en el seminario internacional La Investigación Urbana: Perspectivas y Desafíos, llevado a cabo en nuestra capital del 18 al 20 de noviembre. “El objetivo es conocer el estado de la investigación urbana en el Perú, así como establecer una posible agenda para el futuro”, indica Fernando Carrión, arquitecto ecuatoriano asistente al encuentro.

“Las ciudades están cambiando muy aceleradamente y algunos investigadores incluso hablan de una nueva revolución urbana de alcance global. Por ejemplo, en Europa las ciudades están creciendo fuera de sus límites y el uso del automóvil per cápita sigue aumentando y elevando el consumo de combustibles”, refiere Carlos Mattos, arquitecto uruguayo residente en Chile.

Asimismo, Pedro Pirez, investigador argentino de procesos urbanos, manifiesta que los procesos de expansión ilimitada de las ciudades conllevan a la aparición de zonas de baja calidad urbana que muchas veces son excluidas de los sectores laborales.

¿Cómo se evidencia el fenómeno de la expansión de las principales ciudades en América Latina?
Pirez: Han bajado las tasas de crecimiento, pero continúa el aumento de la población y la demanda de infraestructura y vivienda. La producción privada atiende solo a los sectores medio hacia arriba y las políticas estatales para las clases bajas son aún insuficientes.

Carrión: Hay un proceso de transición demográfica. Si bien la alta velocidad de traslado del campo a la ciudad ha disminuido, tenemos un cambio notorio en la migración internacional. Por ejemplo, Argentina, Chile y EE.UU. son países receptores para la población peruana y es como si hoy una misma familia tuviera dos casas.

En Lima estamos viviendo un proceso de verticalización de la ciudad. ¿Cuál es el impacto de esta situación?
Pirez: Es un tema complejo. Algunos barrios se niegan a dejar de ser “bajos” ante las propuestas inmobiliarias de construir edificios, lo que supone un mayor gasto público porque la infraestructura la podría utilizar un mayor número de personas. Sin embargo, los procesos de densificación y elevación pueden traer también mayores gastos estatales debido a la necesidad de incrementar la infraestructura .

Mattos: Otro fenómeno paralelo es la mayor cantidad de gente que escapa de la ciudad en busca de espacio y naturaleza.

EL DIAGNÓSTICO DE LIMA
Luego de tratar de esquivar amablemente la pregunta, los entrevistados se animaron a compartir sus opiniones sobre Lima: concordaron en que se puede ver una revalorización del espacio público (mayor cuidado de plazas, parques y avenidas) y pronosticaron que las vías troncales de transporte traerán una notoria transformación e imagen de modernidad a la ciudad. Sin embargo, señalaron que Lima sigue siendo una ciudad terriblemente polarizada.

“Vine a trabajar aquí en los años 70 y hoy es otra ciudad: más moderna, verticalizada y con los efectos de la globalización muy presentes. Sin embargo, es una ciudad extremadamente desigual y hay una gran distancia entre San Isidro y Villa El Salvador”, dice Mattos.

Asimismo, el arquitecto indicó tener una visión negativa de la “balnearización de Lima hacia el sur”, sobre todo en las playas de Asia: “Es la privatización de una costa que podría ser de uso público y donde existe una tremenda segregación”, sentenció. Añadió que este no es un fenómeno exclusivamente limeño.

Pirez, por su parte, indicó que otro de los grandes problemas es el transporte urbano. “En muchas ciudades, si bien el transporte público es concedido a empresas privadas, las rutas son reguladas y hay una mayor articulación entre los corredores públicos y privados. Las líneas no compiten entre sí”, sostuvo.

Lima es además una ciudad vecina al mar. ¿Qué opinión les merece el uso de este espacio?
Carrión: Lima le ha dado la espalda al mar, y este debería recuperarse. Se podría atraer a un mayor número de personas hacia la costa con centros culturales y espacios públicos.

Mattos: El ejemplo de Montevideo es muy enriquecedor. La ciudad utilizó el mar como elemento integrador… Ha sido un proceso largo, pero hoy la ciudad está totalmente vinculada al mar. En ese sentido, Larcomar es también un buen ejemplo.

¿Cuáles son las claves para reorganizar una ciudad?
Pirez: La transformación de una ciudad requiere lo que se llama prácticas de Estado: la coherencia y una orientación única son necesarias.

Carrión: Cualquier proceso de cambios en una urbe de la importancia que tiene la ciudad de Lima requiere de plazos largos, y la continuidad de las políticas es fundamental.

LAS FICHAS
Nombre: Carlos Mattos
Nacionalidad: Uruguaya
Trayectoria: Arquitecto. Presidente del Consejo Científico de la Red Iberoamericana de Investigadores sobre Globalización y Territorio.

Nombre: Fernando Carrión
Nacionalidad: Ecuatoriana.
Trayectoria: Arquitecto de la Universidad Central del Ecuador. Preside la Organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos.

Nombre: Pedro Pirez.
Nacionalidad: Argentina.
Trayectoria: Profesor titular en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y especialista en temas de gestión urbana.
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EL COMERCIO NOVIEMBRE 29, 2009

La amenaza de muerte al fraile suicida de Chorrillos

10:03 | Fernando Canchari revive cada día la célebre historia del salto del fraile en Chorrillos. No teme al vacío, pero sí por su familia y por su propia vida

Por: Fernando González – Olaechea T

El hombre que se suicida todos los días tiene miedo de que lo maten. Por 22 años Fernando Canchari se ha lanzado desde un peñasco en la playa El Salto del Fraile (en Chorrillos), que se llama así, evidentemente, por la historia del mismo nombre. De pie, sobre las rocas, extiende los brazos y se lanza al mar, pero ahora su actitud temeraria al encarar la muerte ajena y ficticia se desvanece ante la posibilidad de la propia y real, que, sin embargo, ha estado ahí siempre a un salto.

A principio de noviembre dos tipos que cuidaban los autos fuera del estacionamiento del restaurante El Salto del Fraile lo veían saltar. Para él ese no era ningún problema, pues su trabajo consiste en que lo vean para luego pedir una suma de dinero a voluntad del espectador que le puede valer un ingreso, según la temporada y el día, de S/.15 hasta S/.150. Pero ellos no lo observaban para entretenerse, sino para estudiarlo.

Examinaban cómo Fernando, con 41 años encima, entraba y salía del agua para hacer todos los saltos que se necesitaban. Analizaban la forma como saludaba al público y las expresiones que exageraba para que la gente en el malecón pudiera notar el drama. Uno de esos dos observadores, Manuel Bárcena Mendoza, le dijo que quería saltar. Fernando respondió que no habría problema, que le podía dar la última media hora de su turno para que él y Crisóstomo (como Fernando conoce al otro hombre) saltaran un par de veces.

Pero para Manuel eso no era suficiente. Fernando recuerda que a los pocos días llegó con otra actitud. “Él vino y me dijo que ya iba a saltar. No me lo pidió. La forma como me lo dijo fue desafiante, como buscando problemas”, cuenta Fernando.

Ese día discutieron y sellaron su desacuerdo con un par de puñetazos. Las cosas estaban tensas en esa playa normalmente solitaria donde el único ruido es el del mar que se estrella contra las rocas sin cesar.

Hay tres frailes suicidas que se arrojan al mar por unas monedas. Ninguno tiene un vínculo laboral con el restaurante que lleva el nombre de la playa. Pero la relación es una simbiosis que conviene a todos. Los otros dos frailes van en las mañanas, Fernando lo hace en las tardes, desde la 1:30 luego de dejar a su hija en el colegio hasta las 5:00 aproximadamente. No hay contratos, ni documentos, solo acuerdos entre las partes. Pero que esos acuerdos que de una u otra forma han funcionado no se respetan ahora no solo lo sufre Fernando, sino también el restaurante.

“Los clientes se sienten incómodos si hay problemas afuera; esos dos señores [Manuel y Crisóstomo] vienen con palos, como maleantes, y alguien puede salir herido”, refirió Ruth Ramos, administradora del local.

ADVERTENCIA TEMERARIA
El viernes 13 fue un mal día para Fernando. En la tarde llegaron Manuel y Crisóstomo junto con otras personas de Alto Perú (asentamiento humano donde viven y una de las zonas más peligrosas de Chorrillos) a dejarle en claro que ahora ellos iban a saltar en ese horario. “Eran unos quince, vinieron con palos, con mangueras y piedras. Lo amenazaron para que ya no saltara”, dijo Evydia Chávez, esposa de Fernando, y quien lo acompaña a saltar todos los días desde que se conocieron hace diez años.

“Yo les dije que les daba dos horas, de una a tres. Los demás les dijeron que aceptaran, y ellos lo hicieron”, comenta Fernando. Y por eso se molestó cuando al día siguiente Manuel no quería reconocer lo acordado.

El domingo 16 de noviembre fueron Manuel con Crisóstomo y dos hombres más a buscarlo a la playa. Fernando dice que uno de ellos tenía un revólver y que lo amenazaron de muerte. Por eso al día siguiente fue a la Gobernación de Chorrillos a pedir garantías para su vida.

Máximo Sifuentes, teniente gobernador, recuerda que Fernando llegó asustado. Se tramitó la resolución, se notificó a los implicados y solo apareció Manuel, al día siguiente, a preguntar de qué se trataba el asunto.

“Entró, preguntó y no le importó, se fue y no regresó para rendir su manifestación. La otra persona no ha sido incluida en la resolución porque no tenemos el nombre completo ni su dirección”, relató Sifuentes en su oficina.

“Yo puedo hacer cualquier otra cosa. En las mañanas manejo un colectivo de Chorrillos a Tacna hasta que me da la hora de dejar a mi hija al colegio y después vengo acá, pero no voy a dejar de hacer esto, con lo que me gano la vida hace años, porque vienen dos matones y me lo dicen”, explica Fernando, mientras se sacude el agua tras el segundo salto.

La actuación de Fernando acaba con las últimas luces de la tarde. Hace ya algunos días que no oye de Manuel y Crisóstomo y confía en que todo saldrá a su favor.

Solo queda esperar que la tragedia ficticia no se vuelva una verdadera.

SEPA MÁS
La historia del fraile que se mató por amor
La historia del salto del fraile fue escrita en el siglo XIX por el escritor Ricardo Rossel (Perú, 1841-1902).

El texto, dedicado a su amigo y también escritor Ricardo Palma, relata el amor prohibido entre la hija de un marqués y el hijo de una sirvienta de la casa.

Cuando el marqués se entera de la relación arregla todo para que recluyan al muchacho en un monasterio y envíen a su hija a España.

El muchacho, ahora fraile, se las ingenió para llegar hasta Chorrillos y fue hasta ese peñasco para ver partir el barco. Cuando por fin lo vio, se despidió de su amada y desesperado frente a su insalvable destino decidió suicidarse lanzándose al mar. La chica, viendo todo con un largavista desde el barco, hizo lo mismo.
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SUPLEMENTO DOMINGO LA REPUBLICA NOVIEMBRE 22, 2009

La agonía continúa

Centro de Lima. El Centro Histórico de Lima es mucho más que sus plazas y algunos proyectos interesantes como el Parque de la Muralla. Tras esos lugares para la postal, esta zona tiene problemas que arrastra hace décadas: tugurización, abandono de edificios, falta de una renovación planificada. ¿Se la puede recuperar todavía? Aquí algunas ideas.

Por Raúl Mendoza

Datos publicados por la Municipalidad de Lima indican que existe un plan estratégico para el Centro Histórico, con un horizonte que va más allá del 2030, con dos objetivos principales: repoblar la zona y aprovechar el millón y medio de metros cuadrados que tiene sin utilizar. La idea es atraer la inversión comercial flexibilizando la zonificación y, una vez que esto se haya logrado, plantear la ocupación del espacio destinado a vivienda por gente joven, de clase media, que busca nuevas alternativas.

¿Tendrá éxito un planteamiento de este tipo? El arquitecto ecuatoriano Fernando Carrión, presidente de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos (OLACCHI), señala que este tipo de ocupación ha funcionado en países europeos donde hay una clase media mayoritaria, pero que aquí puede ocasionar la salida de la población actual porque no podrían quedarse en el lugar por los altos costos que el cambio implicaría. “Creo que debe mantenerse a la gente que ya vive ahí y para ello debe haber políticas de subsidios a la vivienda”.

Para Carrión lo que ocurre en Lima ya ha pasado en otras ciudades de América Latina. Hubo un despoblamiento del centro, se fue la población y fue reemplazada por otra que tugurizó el centro. También se fueron los negocios. ¿Cómo se revierte eso? Reconstruyendo la centralidad urbana. Si el centro vuelve a tener funciones que atraigan a la población: negocios, diversión, cultura, puede volver la gente. Pero sin apelar a la ‘gentrificación’, es decir la expulsión de los que ahora están ahí para que vengan otros”. Esto debe ir acompañado por un programa de destugurización.

Sobre el mismo tema el arquitecto Willey Ludeña señala la experiencia de recuperación de Sao Paulo como una alternativa. “Se recuperaron viejos edificios de apartamentos para involucrarlos en un sistema financiero que permitiera que los habitantes de sectores populares vivieran allí. Eso debe hacerse aquí. Lo esencial para la recuperación de un centro histórico es que haya vida de día y de noche. Si solo hay oficinas y comercios, por la noche quedará vacío. Tiene que ser un centro vivo”.

Gestionar el centro

El Centro Histórico de Lima vive una paradoja hace varios años: allí se asientan miles de familias que viven hacinadas en casonas, quintas y otros inmuebles, y tiene al mismo tiempo edificios vacíos. Más allá de algunas obras de recuperación como el Parque de La Muralla, en realidad se ha hecho poco en esta zona en los últimos años. Si se hiciera un ranking de ciudades que recuperaron sus centros, nuestra capital estaría entre las últimas.

¿Cómo se gestiona un centro histórico? Para Fernando Carrión la recuperación de un centro histórico cae dentro de lo que él llama ‘grandes proyectos urbanos’ y lo primero que debería hacerse es crear una entidad que se encargue de su administración, teniendo como principal objetivo lograr una renovación que “le otorgue valor al pasado”.

“En el caso de Quito hay una Administración Zonal; en Ciudad de México hay una Autoridad del Centro Histórico; en La Habana se encarga la Oficina del Historiador, que es pública. Debe haber una instancia administrativa propia que se encargue”, explica. En Lima existe Prolima, una oficina del concejo limeño, pero en la práctica ha sido rebasada. La gestión se diluye entre la Municipalidad de Lima, que regula la zonificación y decide proyectos, y el Instituto Nacional de Cultura, que se encarga de proteger –es un decir– el patrimonio monumental.

Un segundo planteamiento de Carrión es que debe haber un Plan Maestro, un proyecto que considere al Centro Histórico como el “gran y originario espacio público” de una ciudad y lo trabaje como un lugar de encuentro para todos. Y tercero: conseguir financiamiento para la recuperación. “En Quito un porcentaje del impuesto a la renta está destinado a un ‘fondo de salvamento’ del centro histórico. Ha generado 87 millones de dólares. Algo así se puede intentar aquí. También está la figura de eximir temporalmente del impuesto predial a proyectos de recuperación interesantes”.

Preservar la historia

Para Carrión el centro histórico no debe pensarse como un regreso a lo que antiguamente fue sino como una renovación de lo que existe. “La renovación implica mirar hacia adelante sin dejar atrás la carga histórica del lugar. Se puede renovar un edificio, ponerle tecnología moderna y dedicarlo a actividades compatibles. Pero no se puede renovar tanto que ya no se le reconozca, porque eso lo convierte en un pastiche. Una intervención en cualquier centro histórico es complicada. Tiene que cuidarse mucho el debate sobre lo que se quiere y también la normativa”, explica.

Otras ciudades como Quito o La Habana han logrado la recuperación de sus centros históricos de manera coherente y además han logrado el financiamiento para hacerlo. Según Carrión, lo ideal es conseguir fuentes de financiamiento propia porque si no es así se corre el riesgo de desvirtuar el plan original. “Por ejemplo yo gestioné con un organismo mundial un préstamo para recuperación de patrimonio en Quito. Pero nos dijeron: ‘financiamos esto, esto y esto’. Al final te quiebran el proyecto original”.

En el caso de Lima considera que se ha trabajado bien la monumentalidad de sus plazas que son parte de los lugares de encuentro de la ciudad y también rescata elementos arquitectónicos tradicionales como los balcones, que le dan una identidad. ¿Se puede recuperar el centro? “Sí. Lo que falta trabajar más es la parte residencial y comercial, aunque es parte de un trabajo que tiene que hacerse entre el Estado, el concejo y los propios ciudadanos”, dice. En general los cambios en el Centro Histórico no se ven hoy como parte de un plan integral, sino como intervenciones aisladas que además se hacen casi sin consulta. Pero el valor que tiene para la ciudad ameritan una solución consensuada.

Centro y espacio público

“Las centralidades urbana e histórica son los elementos fundamentales de todos los espacios públicos. Sin embargo, en América Latina hay un proceso de despoblamiento de la centralidad, tal como lo ilustran los casos de Bogotá, Quito, Santiago, Ciudad de México y Lima, entre otros. Contrariamente a este proceso existe una marea de población que va diariamente hacia ellos: en Quito, Lima y México van alrededor de 8 veces más personas de las que allí viven. ¿Por qué? Pues porque la centralidad es un espacio público que concentra información, formas de representación y mercados, además de organizar la vida colectiva y la ciudad. Por eso el espacio público por excelencia es la centralidad –urbana e histórica–, lugar desde donde se parte, donde se llega y desde donde se estructura la ciudad”.

–Fernando Carrión
Del documento “El centro histórico como proyecto y objeto de deseo”

Cartagena y barcelona

• En la recuperación y repoblamiento del Centro Histórico de Santiago de Chile, la municipalidad optó por exonerar de estos pagos a las empresas e incluso disminuyó la tasa de IGV para agilizar el proceso.

• En Cartagena de Indias se exonera de algunos impuestos por treinta años a las empresas que quieren invertir en la ciudad. Las regulaciones en el casco colonial son extremas.

• En Barcelona, en las Olimpiadas de 1992, el centro urbano sufría de delincuencia y otros peligros, por lo que la autoridad edilicia y la empresa privada se unieron para cambiar la ciudad. El centro de Barcelona es ahora una de las zonas más revitalizadas de la ciudad e incluso de toda Europa.
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SUPLEMENTO DOMINGO LA REPUBLICA NOVIEMBRE 15, 2009

Lima mega barriada

La capital peruana no es más una metrópoli asfixiada por asentamientos humanos marginales: es ella misma una gran ciudad informal y caótica que, ante la aparición de nuevas invasiones, ha terminado por reproducir sus vicios urbanísticos y su anárquica manera de edificar los espacios de vida compartida.

Por GHiovani Hinojosa
Fotos Eduardo Cavero

Casuchas de triplay en las azoteas de edificios señoriales, fierros impúdicamente expuestos en los techos de algunas casas como señal de que la construcción todavía no ha acabado –y que probablemente no acabará– y cierto aire gris que envuelve a Lima en un ambiente caótico e informal. La estética chicha se ha convertido hoy en el paisaje oficial de la ciudad. “Si Lima hace treinta años era una urbe agobiada por las barriadas, hoy es ella misma una megabarriada con pequeñas porciones de ciudad consolidada”, afirma el arquitecto Wiley Ludeña, uno de los escasos seguidores de la evolución urbanística de nuestra capital.

Según él, la construcción desordenada e instintiva que caracteriza a los asentamientos humanos –desde las primeras invasiones, en los años cuarenta, en los cerros San Cosme y El Pino (La Victoria)– se ha trasladado a la urbe “oficial” y ha terminado uniformizando la vista general de Lima. “La ciudad formal y planificada –espacios como el Campo de Marte, el Parque de la Exposición y el Parque de la Reserva, por ejemplo, edificados entre el siglo XIX y principios del XX– no ha sido capaz de convertirse en el modelo urbano respetado, reciclado e interpretado por la ciudad informal. Hoy tenemos una Lima a medio hacer, precaria y descuidada”, reflexiona Ludeña.

Pero su tesis de Lima como gran barriada no solo se sustenta en un análisis histórico-urbanístico, sino que tiene un contundente fundamento estadístico: según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, cerca del 50% del suelo limeño está ocupado hoy por barriadas. La imagen tradicional de una metrópoli rodeada por enclaves de pobreza –con pobladores de costumbres variopintas y gran pujanza empresarial– es hoy, según Wiley Ludeña, una entelequia desfasada: lo correcto sería ver un mar multicolor de barriadas en cuya superficie flotan pequeñas islas de ciudad diseñada.

Ese mar multicolor de barriadas es cada vez más grande. El sociólogo y urbanista Gustavo Riofrío, investigador de Desco, ofrece cifras recién traídas de un trabajo de campo: solo en el Cono Sur, se registra 880 hectáreas nuevas de asentamientos humanos, un área equivalente al distrito de Miraflores. Estas barriadas –ubicadas en zonas como la quebrada de Santa María (Villa María del Triunfo), las lomas de Villa El Salvador y la ciudadela Pachacútec (Ventanilla)– están asentadas sobre terrenos muy arenosos y superficies empinadas. Esto –sumado a que el gobierno en la actualidad solo formaliza los terrenos barriales y deja la construcción de la infraestructura de agua y luz a los mismos invasores– dificulta la vida de los nuevos pobladores. En condiciones así, remarca Ludeña, no cabe el afán por construir un concepto de ciudad.

Formas de ‘barrialización’

¿Cuáles son esos rasgos que se han trasladado de las periferias a la “ciudad oficial” y que han convertido a Lima en una megabarriada? El urbanista Wiley Ludeña detecta cinco principales. El primero es la actitud ‘solo pienso en mi espacio’. “En algunos asentamientos humanos con más de 30 años de existencia se ve al interior de las viviendas cortinas y muebles simpáticos, pero en el exterior los ladrillos están sin tarrajear y los fierros de las columnas al aire libre. Sus habitantes no advierten que las fachadas de sus casas son las paredes internas de la ciudad”, explica. Esta misma actitud es la que lleva –ya en el “mundo formal”– al dueño de un departamento de la Residencial San Felipe, por ejemplo, a ampliar un metro más de su sala hacia afuera, cambiar las formas de sus ventanas o colocar mayólicas en su pequeña fachada hacia la calle. La unidad estética del edificio no importa.

El segundo rasgo es el enrejamiento de las propiedades. “Los informes técnicos de las barriadas señalan que allí ocurre algo curioso: construyen mal –con poco cemento y poco fierro– o con mucho temor a la inseguridad –con mucho cemento y mucho fierro–”. Es claro que este segundo patrón impera en la ciudad oficial, donde son numerosos los barrios enrejados a modo de guetos.

La tercera característica barrial de Lima es la ausencia de áreas verdes. Según Ludeña, los primeros pobladores de las barriadas forjaron sus avenidas y plazas influidos inconcientemente por el ‘urbanismo seco’, esa tradición según la cual los árboles son propios de la vivienda y no de la calle. Así, en la mayoría de asentamientos humanos escasean las áreas verdes. Incluso, en muchas zonas marginales capitalinas la transición entre una y otra barriada la hace un simple muro. Algo parecido se ve en la ciudad “civilizada”, en la que se suele derribar árboles para construir autopistas o uno que otro mastodonte inmobiliario.

El cuarto rasgo de la ‘barrialización’ de Lima es la proliferación de edificaciones con poca luz, ventilación y descansos, tal como ocurre en la periferia de la ciudad. Esto se observa con nitidez en los edificios erigidos sobre el lugar que antes ocupaba una antigua casona, sin haber modificado las veredas, las calles y los espacios de estacionamiento. La quinta y última señal que, según Wiley Ludeña, perfila a la capital como una gran barriada es un poco de todo: los carretilleros pululando por las avenidas, los microbuses creando un nuevo paisaje sonoro, las pollerías, los hostales, en fin, todo aquello que hace que cada ciudadano sea en esta ciudad el urbanista anárquico de su rincón.

Casa inconclusa

Bocas abiertas, ojos sobresaltados, miradas profundas en pos de asimilar lo aparentemente incomprensible. Los reputados arquitectos extranjeros que la semana pasada recorrieron la Lima marginal –como parte de un duchazo de realidad previo a un ciclo de conferencias en la Universidad Católica– buscaban acomodar las esteras maltrechas y los cerros caóticos que observaban en los moldes teóricos mentales que traían desde sus países. La tarea fue extenuante.

Uno de los patrones de construcción que más llamó su atención fue la casa inconclusa, esa vivienda de dos o tres pisos que exhibe ladrillos sin tarrajear y fierros puntiagudos en los techos. Algunos se animaron a ensayar explicaciones al paso: el argentino Roberto Fernández habló del factor climatológico (“como en Lima casi nunca llueve, nadie se preocupa por terminar de tarrajear su vivienda; en las ciudades con lluvia, es imprescincible revestir las fachadas y techar la casa sencillamente para no mojarse”) y el español Darío Gazapo mencionó la temporalidad diferente de los habitantes de las barriadas (“las viviendas están pensadas para ser continuadas en el futuro, cuando algún familiar pueda venir a ayudar”).

Lima no es más la de ayer: hoy retumba la cumbia en los buses de transporte público, las calles se impregnan de cierto tufillo gris y los habitantes se las arreglan para edificar como quieren. Los gobiernos municipal y central parecen animales demasiado aletargados y burocráticos como para leer estos cambios y diseñar reformas eficientes. Los ciudadanos quedamos, entonces, a cargo de construir un concepto común de ciudad, ese espacio social de vida compartida.

EL Mosaico Previ

En los 60 se construyó en Lima la urbanización Previ (Los Olivos), el último gran esfuerzo por solucionar el problema de la vivienda popular. 26 proyectos –13 de los cuales fueron diseñados por los mejores arquitectos del mundo entonces, como James Stirling y Christopher Alexander– se concretaron en un área de 5 hectáreas, formando un mosaico arquitectónico inédito en Latinoamérica. La semana pasada, un grupo de arquitectos extranjeros visitó este complejo y comprobó cómo los habitantes habían modificado las estructuras originales de algunas viviendas, algo previsto originalmente por los promotores. Todos coincidieron, sin embargo, en la necesidad de repetir este tipo de propuestas.

Ludeña Dixit:

• En ciudades como La Paz no se percibe el paisaje degradado, inacabado y sucio que hay en Lima porque sus habitantes sienten que la arquitectura planificada por el Estado es el modelo que hay que seguir.

• Un sistema de transporte marítimo basado en yates utilizarán los pobladores del sector A de Lima para trasladarse hacia los balnearios exclusivos del sur en la próxima década.
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LA REPUBLICA SETIEMBRE 13, 2009

Ventanitas del placer

En el jirón más libidinoso de la Lima del siglo XX, los parroquianos eran seducidos desde las ventanas que miraban a la calle. Siete largas cuadras ofrecían espacios suficientes no solo para copular, sino también para bailar y dispersarse. Una singular investigación del arquitecto Roberto Prieto, próxima a publicarse, muestra la realidad prostibularia de la ciudad capital.

Por Ghiovani Hinojosa

La ‘mamita’ Luz Gómez abre el rústico portón verde e invita a procesar la excitación, a mezclarla con tertulias literarias y a danzar con inaudita desenvoltura en la pista de baile. Es la antesala de la cópula, un momento previo muy tenido en cuenta en los burdeles limeños de mediados del siglo pasado. La pacatería capilatina entonces había extirpado de las conversaciones aceptadas socialmente no solo la sexualidad, sino también cualquier poema o canción que parezca transgresor. Así que empinar los codos sobre una mesita del gran salón y cerrar los ojos para oír, entre humo y risotadas, los fraseos del bolerista Daniel Santos era la libertad: “En el juego de la vida/Juega el grande y juega el chico/Juega el blanco y juega el negro/Juega el pobre y juega el rico…”, reproducía la vieja rocola.

Juan Marcoz, otrora bohemio periodista del diario “La Crónica”, cuenta que el burdel de la ‘mamita’ Luz estaba conformado por “pupilas que en octubre dejaban de prostituirse para convertirse en pudorosas sahumadoras de la procesión del Señor de los Milagros, y en Semana Santa aceptaban el silencio y el recato hasta la medianoche del viernes en que empezaban a jaranearse”. Algunas de las queridísimas eran “La Incompleta” (llamada así porque “no tenía nada por adelante ni por atrás”), Chacha e Hilda. Este emblemático antro del placer fue, según los más memoriosos, uno de los espacios sexuales más requeridos del jirón Huatica, la arteria prostitucional por excelencia de la Lima de antaño.

La calle de los gemidos

“A los 12 años se conversaba entre chiquillos de un paraíso sexual donde había mujeres dispuestas. Huatica fue el centro de bautismo sexual para cualquier ciudadano. La norma era salir de pito”, rememora Jorge Vega “Veguita”, según el testimonio recogido por el arquitecto Roberto Prieto para su investigación “Guía secreta. Barrios Rojos y Casas de Prostitución en la Historia de Lima” (2009). Según las pesquisas de Prieto, las autoridades ediles ordenaron la concentración de casas de citas en Huatica –hoy jirón Renovación, en La Victoria– en 1928, ante el boom de burdeles que siguió al derrumbe del muro que cercaba Lima en 1872. “La capital era chica y cerrada hasta en la idiosincracia. Cuando la ciudad empezó a crecer a fines del siglo XX, hubo una apertura mental en los limeños y los prostíbulos se multiplicaron”, relata el investigador.

Así es que, durante casi tres décadas –en Huatica la prostitución se extendió hasta 1956–, siete cuadras enteras de esta calle fueron tomadas por “boquitas pintadas” que, apostadas en las ventanas de sus casas, recibían a urgidos parroquianos. La fisonomía del jirón era festiva: aguateros, fritangueros, guardianes y cafichos pululaban murmurando y riendo resueltos. Tal vez por eso una revista de la época no dudó en llamarla “gran empresa puteril”.

Huatica estaba pulcramente dividida según las leyes de la oferta y de la demanda: en las primeras cuadras, las connacionales ofrecían su “amor” a un sol (entonces, un empleado común ganaba semanalmente alrededor de 12 soles), mientras que en las últimas, las francesas, rusas y polacas eran las más cotizadas. Estas últimas habían huido del horror de las guerras mundiales en Europa y habían encontrado una polémica manera de brillar entre los hombres.

El escritor Mario Vargas Llosa trae en su novela “El pez en el agua” algunas precisiones sobre la distribución de las cuadras. “La más cara (la de las francesas) era la cuarta; luego, hacia la tercera y la quinta, las tarifas declinaban hasta llegar a las putas viejas y miserables de las primeras. Ruinas humanas que se acostaban por dos o tres soles (las de la cuarta cobraban veinte)”, dice en la página 123. Nuestro escritor más importante era un fecundo conocedor de la realidad putañera de Huatica. Una vez, cuenta en ese libro, fue recibido por una brasileña en la zona de las extranjeras. “La mujer no se desnudó. Se levantó la falda y, viéndome tan confuso, se echó a reír y me preguntó si era la primera vez. Cuando le dije que sí, se puso muy contenta porque, me aseguró, desvirgar a un muchacho traía suerte”, relata.

No fueron pocos los personajes de las artes y ciencias peruanas que empezaron su vida sexual en esta emblemática calle victoriana. El psiquiatra Mariano Querol se lo contó así al arquitecto Roberto Prieto: “Yo me inicié con prostitutas en un barrio de prostitución, concretamente en el “20 de Setiembre”, que se cambió de nombre a Huatica, por protestas de los italianos por su día de independencia (…) Buscaba a las blancas porque eran las más pulcras, mejor vestidas, el olor… Yo trataba de encontrar siempre la misma porque se entablaba una relación, una rebaja; era caserito (…) Se establecía una relación que hacía conversar”.

Prieto recuerda que, por esos años, empezaron las migraciones masivas de hombres y mujeres de la sierra del país a Lima. Los nuevos habitantes, según él, cambiaron drásticamente la dinámica sexual de Huatica. “Datos fidedignos aseguran que fue en esta vía donde las meretrices extranjeras, al ver amenazada su economía producto del aumento de provincianas que cobraban una ganga, inventaron una novedosa oferta copulatoria a la que llamaron ‘servicio completo’ o ‘tres platos’”, revela. Otros personajes –el comisario Alfredo Palacios ‘Rascachucha’, el superdotado caficho ‘Pinchesqui’ y la extraviada poeta de la cama ‘Shimabuco’– completan la historia de este jirón en el que alguna vez cabieron, apretujadas y extasiantes, 256 casas de citas.

Sexo en la periferia

“Ir a huatiquear” –como se decía– ya no era común en los cincuenta. Desde 1956 y hasta 1966, casi todos burdeles de Huatica se habían trasladado al final de la avenida México, a espaldas del cerro El Pino, a una zona bautizada como La Floral. Ese fue, según Roberto Prieto, el segundo y último barrio rojo limeño. En medio de vendedores ambulantes –recién aparecidos en la capital– y broncas callejeras, miles de peruanos disiparon sus más calientes instintos sexuales en casuchas en medio de un pampón. Y es que La Floral estaba ubicada en los extramuros de la ciudad, junto a unos terrenos agrícolas que anunciaban el fin de la urbe. Allí nadie los apuntaba con el dedo.

“De pronto, La Floral quedaba en el centro”, interviene Prieto. Lima había crecido tanto en los sesenta que ya parecía no haber un espacio donde agrupar las casas de placer. Entonces, todas se desperdigaron por avenidas y jirones muy transitados, como Amazonas, Quilca y algunas arterias del Rímac. Sin embargo, en un ejercicio de extraña sinergia sexual, los prostíbulos se asentaron en torno a dos enclaves: el kilómetro cinco y medio de la Carretera Central y el final de la avenida Argentina, en el Callao.En el primero, decenas de ‘moteles’ de dos pisos albergaron a furtivos amantes que llegaban en discretos automóviles; y en el segundo, se instaló El Trocadero, un centro del placer de tinte popular que, según Prieto, incluía uno de los salones de baile más apreciados de la época, en cuyos rincones –revela– se oyó la salsa por primera vez en el Perú. Así de real es la historia prostitucional de Lima, esta ciudad en la que, según dijo alguien, “antes gozaban pero callaban”.
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EL COMERCIO AGOSTO 25, 2009

Alameda de los Descalzos: La historia que no quiere ser historia

10:20 | El desinterés y la falta de valoración no han podido tumbar al rincón más cargado de memoria del Rímac. Un nuevo plan para recuperarlo se esculpe

Por: Luis Silva Nole

Mientras camina, la señora Lidia Dioses Távara, bajopontina de siempre, luce ida, perdida. Como abstraída o capturada en otro tiempo. No mira las maltratadas esculturas que sobreviven como pueden en la Alameda de los Descalzos. Pasa de frente. No quiere ver la realidad de este espacio insignia del distrito del Rímac, de Lima y del Perú, que, paradójicamente, da vergüenza.

Prefiere recordar mejores épocas con el permiso de sus canas. Ver en su memoria a los niños jugar sobre el césped, alrededor de flores y árboles, entre las estatuas limpias. Imaginar que pide la hora a un joven caballero, al costado de un romántico e intacto farol, sin temor a que algún ladrón arremeta por el reloj y luego fugue por entre las heridas de la vieja verja, canibalizada por otros depredadores.

La alameda que construyó en 1611 el virrey Juan de Mendoza y Luna, más conocido como Marqués de Montesclaros, y que fue escenario del paso coqueto y garboso de las tapadas limeñas del siglo XVIII, más que pasiones de amores furtivos y de los otros, despierta hoy miedos y tristezas.

Ninguna de las 12 preciosas esculturas de mármol que en 1856 fueron traídas de Italia por orden de Ramón Castilla y que representan a los signos del zodíaco se ha salvado de aquellos que creen que pintarrajearlas los hace bacanes del barrio. Acá el graffiti está más cerca del desastre que del arte urbano. Las bancas de mármol, también encargadas por el Gran Mariscal, ahora solo se pueden ver en fotos de archivo.

Eso no es todo. La verja de hierro forjado importada de Inglaterra, también por Castilla, presenta aberturas por las que más de noche que de día drogadictos ingresan para hacer de las suyas en el paseo al que el virrey Manuel de Amat y Juniet sacó lustre y mejoró en 1770 para su adorada Perricholi.

“Antes esto era bello. Ahora no hay bancas, todas se las han robado. A los pocos turistas que vienen también les roban. Da pena ver cómo han mutilado algunas de las esculturas y cómo la gente bota basura. Muchas veces la Municipalidad del Rímac dijo que iba a remodelar la alameda, pero nunca cumplió”. Lidia vuelve de sus adentros solo para espetar su cólera mientras la flanquean faroles destartalados, en medio del paseo peatonal central que luce descarados huecos.

Decenas de envoltorios de droga regadas en el pasto mal cuidado, donde perros callejeros se despulgan y dejan malolientes recuerdos, completan el triste cuadro.

Pero hay quienes creen, como Cecilia Bákula, directora del Instituto Nacional de Cultura (INC), que no todo está perdido para este patrimonio cultural rodeado de históricos templos católicos y que fue tan querido por Chabuca Granda. “La Lima moderna ha vivido de espaldas al río Rímac. Eso debe cambiar. La alameda es historia viva, un paciente enfermo, pero no terminal. Yo creo en el nuevo proyecto”, dice la funcionaria, autoridad en historia del arte.

Se refiere al plan del INC, el Concejo del Rímac y el Ministerio de Vivienda, y en el que se invertirán unos S/.7 millones para resanar las esculturas, colocar las bancas, arreglar los faroles, remozar la verja, rehabilitar la pileta y mejorar el paseo peatonal y el bello pórtico.

“Las obras comenzarían a principios del 2010 y durarían un año. Se rehabilitarán las pistas y veredas que rodean la alameda, aparte del adoquinado de algunos sectores de los jirones adyacentes que el municipio ya llevó a cabo”, explica Janette Alva, gerenta de Desarrollo Urbano del Rímac, quien prometió vigilancia de serenos las 24 horas para cuando las obras terminen. Ver para creer.
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LA REPUBLICA AGOSTO 16, 2009

El pasado de Lima

El territorio donde hoy se asienta la ciudad de Lima, caótica y enorme, estuvo conformado por pequeños pueblos y enormes fundos que desaparecieron con el fenómeno de la urbanización. El libro “Haciendas y pueblos de Lima” indaga sobre esa historia y nos entrega el retrato detallado de una etapa en que nuestra ciudad tenía un perfil más rural.

Por Raúl Mendoza

El río Rímac definió la historia de Lima. Sin su presencia no existiría la ciudad y tampoco las tierras de cultivo que pintaron de verde la costa limeña. Sin sus aguas los campos no hubieran fructificado desde tiempos prehispánicos, ni hubieran continuado existiendo durante la colonia y la república. El río hablador fue vital para que en el valle limeño aparecieran asentamientos, pueblos, haciendas que andando el tiempo dieron lugar a los distritos actuales y a la gigantesca urbe donde ahora caminamos.

Allá por el siglo XVII el río que atraviesa la ciudad tenía más de 300 metros de una orilla a otra. Y hace solo un siglo era 100 metros más ancho que en la actualidad. Ese caudal fue aprovechado desde que Lima era una urbe preínca con enclaves dispersos entre sí. Del río salían tres acequias grandes que formaron lo que se conoce como el valle del Rímac: el río Surco, el Huatica y el Maranga. Ellos regaron Lima a lo largo de siglos y hoy todavía quedan vestigios en el subsuelo.

El ‘brazo’ del río Surco salía del Rímac a la altura del kilómetro 5 de la carretera central en lo que hoy es la zona de Santa Clara. Esas aguas regaban lo que entonces se conocía como el valle de Sullco y Lati: lo que hoy serían los distritos de Ate, La Molina, San Borja, Surco, Miraflores, Barranco y Chorrillos. Sus aguas acababan en los acantilados de la costa limeña y una parte en Villa.

A su vez el río Huatica nacía en las faldas de los cerros San Cristóbal y San Bartolomé, entraba en la ciudad por el jirón Amazonas en Barrios Altos, cruzaba la avenida Grau a la altura del instituto José Pardo y seguía a La Victoria por el jirón Andahuaylas, para dirigirse a donde hoy se asientan Lince y San Isidro. El río Maranga salía del río Rímac por la espalda del convento Santo Domingo y avanzaba por el centro de Lima para dirigirse a lo que hoy es Breña, Pueblo Libre, San Miguel y Magdalena.

“La pampa desértica que era la costa limeña fue fructificada con estos tres canales. Ellos dieron lugar a huertas, campos de cultivo, terrenos de pasturas, sobre todo en la época virreynal”, explica el historiador Fernando Flores-Zúñiga, autor del libro “Haciendas y pueblos de Lima”, una minuciosa investigación que explica la historia agraria de la capital y el paso de la etapa rural a una etapa más urbana. La información no solo es caudalosa, sino reveladora y sorprendente.

El Morro Solar, por ejemplo, debe su nombre al encomendero español Antonio Solar –uno de los fundadores de Lim– cuya encomienda abarcaba desde Conchán en el sur limeño hasta Barranca, en las afueras de la ciudad. Eran los años posteriores a la fundación limeña y la tierra estaba en pocas manos. De la encomienda se pasó a la titulación de tierras en el siglo XVII y así nacieron las haciendas. Muchos encomenderos legalizaron en esta época un patrimonio usurpado a los indígenas y lo legaron a sus herederos. En las haciendas se sembraba caña, trigo, alfalfa y cultivos menores.

“Los hacendados eran gente de gran poder político, religioso y económico. Muchos eran o habían sido alcaldes de la ciudad, regidores, funcionarios públicos. Formaban clanes familiares, se relacionaban entre sí mediante alianzas matrimoniales”, explica Flores-Zúñiga. Uno de los hombres más ricos de esta época fue Melchor Malo de Molina, marqués de Monterrico. Le legó a su hijo unos 400 mil pesos, algo así como 40 o 50 millones de dólares actuales. “Su propiedad abarcaba todo Monterrico grande y chico. Más o menos desde la universidad Ricardo Palma hasta más allá de la universidad de Lima”, cuenta el autor del libro.

Las haciendas fueron una forma de propiedad de la tierra que se mantuvo en Lima hasta entrado el siglo XX. El libro cuenta los avatares de la mayoría de ellas. Hoy, de muchas, solo quedan los nombres: Villa, San Borja, Camacho, Chama, Higuereta, Surquillo, Monterrico, Chacarrilla del Estanque, Balconcillo, Matute…”.

En el siglo XIX la inmigración italiana les dio un segundo aire a las haciendas. Muchos ciudadanos de ese país compraron las haciendas a familias decadentes y le dieron otros usos como la siembra de viñedos. Fue el caso de Pedro Venturo, Tomás Marsano, Lorenzo Queirolo, Domingo Porta. Este último en algún momento fue dueño de gran parte de Miraflores. Hoy también pueden verse los restos de algunas casa haciendas en distintos puntos de la ciudad. Incluso hay una en el jirón Gamarra en La Victoria.
Hasta la primera mitad del siglo XX Lima tuvo plantaciones en zonas periféricas y parte del casco urbano. Hoy todo eso es historia.

Cinco tomos

“Haciendas y pueblos de Lima. Historia del valle del Rímac” es un proyecto que consta de cinco tomos que explican las ocupaciones sucesivas que tuvo el territorio donde ahora se asientan los actuales distritos de Lima. Hasta ahora han aparecido los dos primeros. En los tres próximos libros Flores Zúñiga tratará sobre los distritos de Magdalena, Pueblo Libre, San Miguel, Breña; el puerto del Callao y sus haciendas; y en la última entrega estarán los caminos de adobe existentes desde épocas preíncas y cuyo trazo sirvió para unir la ciudad que crecía. Las imágenes del libro pertenecen a la colección de Andrés Herrera, poseedor del archivo Courret y de miles de fotografías de Lima antigua. Una tarea de rescate que inició hace casi medio siglo.
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De: Guillermo Tejada Dapuetto [mailto:gtejadad@yahoo.com]
Enviado el: Lunes, 12 de Enero de 2009 09:39 a.m.
Para: gtejadad@speedy.com.pe
Asunto: LOS MICROBIOS DE LOS "MICROS"

Sr. Director:

Los micros y los microbios

El peruano común y corriente a lo largo del tiempo, se ha acostumbrado a viajar en los llamados microbuses, que son servicios de transporte terrestre popular, donde no existen razas, ni credo, ni niveles sociales, edad, sexo, ni nada....TODOS dentro son tan iguales como "humanoiodes". En ellos se mezcla todo el Perú andante, el denominado "ciudadano de a pie"; sin embargo, hay algunas personas que no frecuentan este tipo de movilidades por factores que no pueden tolerar o que simplemente no han necesitado nunca de ellos por tener un auto propio.

Pero los que alguna vez viajamos ahí sabemos a lo que nos exponemos, es decir, los malos olores producto de las sudoraciones corporales, los animalitos saltando de cabeza a cabeza, estómagos maleducados y pestilentes, niños llorones, pirañas que se hacen los dormidos y no ceden el asiento a los ancianos, gente vulgar, mendigos, drogadictos, radios a todo volumen, rateros que te bolsiquean sin ninguna verguenza, mañosos que se soban con las mujeres y niños, cobradores malcriados, sucios y achorados, etc.

Hace un tiempo, antes de la crisis financiera y el alza indiscriminada de la gasolina, algunas personas que supimos ahorrar nos dimos el lujo de dejar a las incómodas combis, custer y micros carcochas que deambulan por la ciudad al adquirir nuestro propio automóvil; pero en vista de ésta situación que lamentablemente ha llegado al límite, hemos tenido que dejar las comodidades de nuestro transporte particular y regresar al insoportable mundo de viajar en esas porquerías llamadas combis.

Además de resignarnos y soportar viajar ahí, nos dimos con la sorpresa que la criollada mal empleada abunda en estos personajes que trabajan dentro y nos dan un servicio mas malo que el dolor de muela. Ellos creen que nos hacen un favor en llevarnos a nuestro destino y por eso quieren abusar en las tarifas que normalmente serían populares, haciendo que sea inaccesible el pagar un pasaje que a veces se convierte en tres, según la distancia a la que vas y, encima tenemos que tolerar su falta de respeto hacia nosotros cuando reclamamos un derecho.

A ver si con esta “baja de la gasolina”, y ya que casi el 70% de los grifos de la capital se han puesto a derecho, según el ministerio del sector, los pasajes sean "reconsiderados", "reajustados", para el bien de los ciudadanos que normalmente viajan por este medio y, a los otros, nos anime a retornar a nuestras movilidades y sentirnos cómodos nuevamente. Asimismo, hacer un llamado de atención a las empresas de transportes para que su servicio sea en realidad lo que es, y que no lleguen al extremo de querer abusar de la gente que buenamente se moviliza a través de estos medios.

Guillermo Tejada Dapuetto
DNI 07541222
gtejadad@speedy.com.pe
www.guillermotejadadapuetto.blogspot.com
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LA REPUBLICA ENERO 16, 2009

Limeños se sienten orgullosos de serlo y consideran al ceviche su plato más representativo

Sondeo revela que la mayoría de ciudadanos nacidos o que residen en Lima se siente orgullosa de dicha condición. Además consideran que el ceviche y la cumbia son el plato representa la capital.

La investigación señala que el 82% de los encuestados está “muy orgulloso” o “algo orgulloso” de haber nacido en Lima o de sentirse limeño. Y un 17 % confesó que se siente poco o nada orgulloso.

Del total de entrevistados no nacidos en Lima, el 79% dijo no sentirse limeño y el 19% admitió que sí se siente en esa condición.
Asimismo, el 77% de las personas encuestadas admitió estar “muy satisfecho” o “satisfecho” de vivir en la ciudad capital; y sólo el 22% se manifestó “insatisfecho” o “muy insatisfecho”.

En comparación con la situación en la que estaba hace un año, el 66 % consideró que Lima se encuentra “mucho mejor” o “mejor” que antes; mientras que el 22 % opinó que sigue igual. Un 12% expresó que la capital peruana está “algo peor” o “mucho peor”.

Frente a la pregunta sobre si se inclinaría a vivir en provincias, el 28 % respondió que sí, “definitivamente”, se mudaría a alguna ciudad del interior del país; el 42 %mencionó que “probablemente” y el 29 %sostuvo que “de ninguna manera” se iría a vivir al interior.

Para el 83 % de los entrevistados, por lo general los limeños son personas alegres; para el 77 %son amables con los extranjeros; para el 75 %los residentes de la capital son descuidados con su ciudad; y para el 62 por ciento son incumplidos con sus obligaciones.

En tanto, el 57 %piensa que los limeños son solidarios con los demás, el 49% considera que los capitalinos son muy trabajadores, el 52 % cree que los limeños no son respetuosos con los demás; y el 62 % opina que no tratan bien a las personas que provienen de provincias.

En otro momento de este estudio de opinión, los participantes mencionaron como los platos más representativos de los limeños al seviche (64 por ciento ), el arroz con pollo (9 por ciento), la causa rellena (5 por ciento), el ají de gallina (4 por ciento), los dulces tradicionales (3 por ciento), el lomo saltado (2 por ciento) y el pollo a la brasa (2 por ciento).

En cuanto a la música, fueron mencionados la tecnocumbia y cumbia (46 por ciento), el vals criollo (22 por ciento), la salsa (10 por ciento), el reggaeton (8 por ciento), la chicha (3 por ciento), el huaino (3 por ciento) y el rock y pop (3 por ciento).

Finalmente , el sondeo aborda también el nivel de aceptación de la gestión de Luis Castañeda Lossio como alcalde de la ciudad capital. En esta oportunidad, el 74 %de los interrogados aprueba su administración; en tanto que el 23 %la desaprueba. Un 3 por ciento no precisó respuesta.

Los encuestados fueron 594 personas residentes en 31 distritos de Lima Metropolitana tomaron parte en este estudio de opinión, realizado el 9 y 10 de este mes. (Con información de Andina)
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CORREO ENERO 7, 2009

POR REDUCCION EN EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES

Pasaje de transporte público debe costar un sol

Tras la estrepitosa caída en la cotización en el precio del petróleo, se hace indiscutible también una reducción en el precio de los pasajes de transporte público, así lo indicó el presidente de la organización Luz Ámbar, Luis Quispe Candia. Organización especializada en temas de este sector.

Incluso dijo que casi la totalidad de las 350 empresas que ofrecen el servicio en Lima Metropolitana no presentan sus costos de operación y se limitan a ofrecer una lista de tarifas excesivamente infladas sólo para castigar a los usuarios.
En ese sentido, refirió que la estructura del costo de un pasaje no lo determina únicamente el combustible, sino también la calidad del servicio que se presta. Es notorio que las unidades de servicio público no ofrecen comodidad porque la mayoría tiene asientos muy estrechos o en malas condiciones, agregó.

Es más, dijo que el 95% de las empresas está prácticamente en la informalidad porque no poseen vehículos propios, pues éstos les pertenecen a sus afiliados, y sólo se limitan a cobrar a los propietarios entre S/.7 y S/.35 por unidad por concepto de usar la ruta que le concedió la Municipalidad de Lima. Para ingresar a una empresa, el propietario del vehículo firma un contrato en el que exime al dueño de pagar las multas que aplican a las unidades. Este contrato es ilegal. Esto nos lleva a pensar que las empresas obtienen rutas sólo para usufructuarlas y los perjudicados son finalmente los pasajeros, comentó.

Reducción. Para el presidente de la Asociación Peruana de Consumidores (Aspec), Jaime Delgado, los pasajes urbanos deberían volver al nivel que se tenía en los primeros meses del 2008, es decir, un sol. Los combustibles han bajado en nuestro país, pero las tarifas no. Entonces es necesario que los pongan a precio real", demandó.

Sobreoferta. Quispe Candia, de Luz Ámbar, agregó que si bien es cierto que los pasajes se han mantenido congelado por muchos años, también es cierto que el servicio en Lima Metropolitana tiene una sobreoferta, es decir, hay demasiadas unidades y un desorden para hacer sus recorridos, por lo que se concluye que hay una concertación de precios, lo que está prohibido y penado, denunció.
En Lima Metropolitana hay 76 gremios de transportistas y se estima que cada uno tiene un máximo de entre 10% y 15% de afiliados.

Cuatro principios a seguir
Para Luz Ámbar, las empresas de transporte público deben seguir cuatro principios fundamentales para ofrecer el servicio:
Primero. Debe cumplir el tiempo establecido en el plan regulador, es decir, no debe demorar (por ejemplo) más de dos horas desde su paradero inicial hasta el final.
Segundo. Debe tener una frecuencia ordenada de modo que ningún vehículo adelante al otro que salió antes. En horas punta podrían salir hasta cada dos minutos, pero en horas valle (de poca demanda) podrían ser cinco o seis minutos.
Tercero. Deben ser seguras las unidades para que los pasajeros no se queden a mitad de la ruta porque la unidad se malogró.
Cuarto. Deben ofrecer confort.

Indecopi debe actuar
Para Luis Quispe, la principal responsable de ordenar el transporte público en la capital es la Municipalidad de Lima, que es la encargada de entregar las rutas. Del mismo modo, señaló que Indecopi es el llamado a verificar si efectivamente se está dando una concertación de precios en los pasajes urbanos porque cuando un grupo de transportistas sube sus tarifas en determinado monto, éste es el mismo que luego aplican los demás.

Dato
Si una unidad vehicular no cumple con recorrer toda su ruta, está cometiendo una infracción T-5, que implica una multa equivalente al 40% de una UIT.

La Municipalidad de Lima señala que en Lima circulan 29 mil vehículos, mientras que Luz Ámbar considera que sobrepasan las 35 mil unidades

Se estima que el número de vehículos autorizados para circular por la Vía Expresa serían unos 1,200 y cada uno pagaría S/.30 por día para estar en una empresa.
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PERUANO 08 de Julio de 2008

PATRIMONIO. EN BARRIOS ALTOS SE CONSERVA EN BUEN ESTADO UNO DE LOS BASTIONES DE LIMA
La última muralla
Fortificación colonial protege albergue para madres solteras
Es uno de los restos del cerco que se mantiene mejor conservado

Ernesto Carlín Gereda
ecarlin@editoraperu.com.pe

A mediados de esta década, mientras se hacían los trabajos de ampliación de la avenida Grau, se descubrieron a la espalda de Palacio de Gobierno vestigios de la muralla de Lima. El municipio supo aprovechar este descubrimiento fortuito para construir el conocido parque La Muralla.

No obstante lo que se pueda creer, estos restos no son los únicos que existen de la antigua fortificación que defendía Lima. En el mismo parque se encuentran paneles informativos en los que se indica que durante toda la Colonia la capital peruana tuvo diversos muros de defensa. Uno de los bastiones se mantiene aún en pie, pero su existencia es prácticamente un secreto para el público.

Baluarte escondido
Quienes transitan por la calle Rivera y Dávalos de Barrios Altos, a un paso del camal de Conchucos y del cementerio El Ángel, difícilmente podrían adivinar lo que uno de los portones oculta. Incluso nosotros no nos habíamos percatado que entre tantas fábricas y casas de adobe se encuentra este resto de la muralla de Lima, sino fuera por el comentario de un compañero de trabajo.

La fachada indica que se trata del hogar Gladys para madres adolescentes. Este albergue solo ocupa la quinta parte de un terreno cercado de lo que una vez fue uno de los bastiones que defendían la capital del virreinato del Perú.
Cruzar el portón de entrada es como pasar de la Lima moderna a un rincón poco conocido de la Ciudad de los Reyes. En ese sentido, es una suerte que el albergue solo haya usado una mínima parte del terreno disponible, pues esto permite apreciar el bastión casi como se le habría visto hace unos siglos.

Etapas
De acuerdo con Luis Merino Alpiste, arqueólogo que ha estudiado el tema de la fortificación que defendía Lima, es difícil hablar de un trazo de la famosa muralla. Debe haber alrededor de siete u ocho etapas de esta edificación, precisa.
La primera, explica, se hizo con apisonamiento de tierra y es la que vemos en el parque detrás de Palacio de Gobierno y Desamparados.

Comenta que la ciudad misma iba cambiando su contorno a causa de los terremotos o las ampliaciones, por lo que los muros de defensa fueron desplazándose según las nuevas necesidades. Es más, indica que en ocasiones eran reutilizados o modificados.
Por ejemplo, en una época se empleaba la piedra, pero posteriormente se usó el ladrillo para hacer más alto el muro. Una muestra de estas superposiciones se halla en el baluarte escondido de Barrios Altos.
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LA REPUBLICA 19 de Junio de 2008

Patrimonio en riesgo

Inmuebles por los que se pasearon Francisco Pizarro, Lucha Reyes, Felipe Pinglo Alva y hasta La Perricholi se encuentran sumergidos en el olvido y bajo polvo. Urge que alguien haga algo para evitar su inminente colapso.
Consuelo Alonzo

Los años no pasan em vano. “El Buque”, conocida casa de los Barrios Altos, se encuentra en peligro de derrumbe. En ese tugurizado y monumental inmueble viven unas 18 familias.

Casa Barbieri. Nótense los balcones tallados y el enorme portón de la casa por la que se pasearon Pizarro y sus generales.

Derruida. La casona El Carmen fue una casa patio, muy bella. Por eso fue declarado monumento. Hoy, está por colapsar.

Maltrechos. El tiempo y la humedad no perdonan nada.

La máquina de imprenta golpea una y otra vez el suelo. Los cimientos de la Casa Barbieri se remecen, pero eso no inmuta a los operarios de las diez imprentas que albergan sus paredes. Tampoco a los ocasionales transeúntes que pasan por su frente. Y es que ya nadie se detiene a mirar esta joya arquitectónica del siglo XVI, por la que alguna vez se pasearon el invasor Francisco Pizarro y sus generales.

Su sucia y azulina fachada del cruce de los jirones Callao y Rufino Torrico, a escasos metros de la Plaza de Armas, es un ínfimo reflejo de su interior, el cual alberga aún invalorables azulejos españoles y un techo de corte sevillano. Los mismos que, turistas y curiosos, lograron apreciar solo hasta la década de los ochenta, fecha en los que su amplio portón principal aún tenía abiertas las puertas de par en par. Tiempo en el cual las ruidosas imprentas aún no habían llegado y cuando tampoco, estimamos, las ventanas barrocas talladas en fina madera habían sido reemplazadas por toscos fierros de seguridad.

Esta casa fue declarada Patrimonio del Centro Histórico en abril de 1968 pero en 1824 perteneció al Conde Villar de Fuentes, el único gobernador político militar realista de Lima. Según investigadores, casi 300 años antes, esta casa fue adjudicada por Pizarro al también conquistador español Don Francisco de Chávez, quien de puño y letra escribió al rey de España –en 1533– que Pizarro envenenó con vino al Inca Atahualpa.

CASONA DEL CARMEN

A escasos 20 metros de la piedra horadada, lugar en el que –dicen– alguna vez se escondió el diablo para huir de la procesión del Señor de los Milagros, se encuentra la Casona del Carmen, otrora premiada en el concurso de patios tradicionales, cuando Ricardo Belmont era alcalde de Lima. Pero de esos recuerdos, solo ha quedado eso… recuerdos. Toda la arquitectura neocolonial que alguna vez recubrió sus paredes de quincha se perdió en el tiempo. Y de la huella artística no queda ni un solo vestigio. Las ganas de sus ocho inquilinos por mantenerla en pie no bastan. Las paredes de este inmueble, ubicado exactamente en el 1029 del jirón Junín, en los Barrios Altos, se agrietan cada vez más y la casa –literalmente– se cae a pedazos. Eso lo sabe bien Víctor Ramírez Contreras, quien vive en ese callejón de un solo caño desde hace 30 años. Dice que a partir de 1995 fue que se inició el deterioro. Hubo un derrumbe y un incendio. Pero nadie movió un dedo por recuperar el lugar.

Es por eso que el cuarto que Gladys Gálvez Rodríguez comparte con sus dos hijas podría colapsar en cualquier momento. "Tengo miedo. Yo sé que es peligroso. Pero qué hago, no tengo a dónde ir", dice mientras mira la enorme rajadura de su pared y los escombros de los que fue la casa de Andrés Díaz Oyola (48).
Si ella y sus vecinos se salvaron del terremoto pasado fue porque un mes antes habían apuntalado las paredes y columnas. Eso los salvó.

YA NO HAY MELODíAS

En el jirón Áncash 935-937 ya nadie escucha los cantos, y muchos menos los tosidos, de la negra Lucha Reyes. Solo una placa advierte que ingresamos a un inmueble monumental, de amplias columnas y endebles escaleras reblandecidas por la humedad. Los balcones ya no existen y las puertas de madera fueron cambiadas por metal. El paso de las termitas arrasó con todo y desde cualquier rincón de esta casa patio ahora se puede ver el gris cielo de nuestra Lima. Lo único que permanece de pie es la deformidad de lo que alguna vez fueron las columnas de bienvenida.
Frente al número 6, donde vivió y adquirió la tuberculosis la voz de "Regresa" y de "Mi última canción", las paredes de quincha han sido resanadas con ladrillo y cemento, generando mayor vulnerabilidad en el lugar.

Cuadras más allá, en el 1454 del jirón Junín, un denso olor a orines de perro y heces nos guían el camino hasta la casa donde se crió el vate Felipe Pinglo Alva (1899 -1936). Abandonada, olvidada, derruida, son las características de la morada de quincha del padre de la música criolla. Imposible que en el estado actual hubiera logrado componer su espléndida música y mucho menos alguna acompasada melodía.
Aunque fue declarado Monumento Nacional en 1999, nada se ha hecho por recuperar esta casa, que en algún momento lució un marcado estilo neovirreinal.
Nada por mantener viva la casa de quien inmortalizó con nobleza la vida de barrio, en un plebeyo enamorado.

LA PERRICHOLI

Salerosa y altiva, María Micaela Villegas Hurtado se paseó por los –hoy– jirones Humalíes y Manuel Pardo. Derramando lisura "La Perricholi" se envanecía mientras recorría la residencia que su amado, el Virrey Amat, le regaló. De esos años de opulencia, solo quedan escritos y paredes por colapsar. Esa casa, que hoy es conocida como la Quinta Rincón del Prado, aún conserva el teatrín en el que alguna vez actuó la "Miquita" para deleitar al Virrey y a sus amigos. En sus envejecidos muros de quincha aún existe un pequeño oratorio con un cupulín que exhibe un reducido altar. Pese a los años y a la mugre, también se pueden ver exquisitas pinturas mural en muchas de sus habitaciones.

En lo que alguna vez fue el jardín interior aún quedan vestigios de un estanque. Usado cuando el Virrey y su amante no querían ir al Paseo de Aguas en el Rímac. Este inmueble del siglo XVIII fue declarado Patrimonio Nacional en 1972. Hoy está tugurizado, subdividido, maltrecho… así como la mayoría de inmuebles de nuestro Patrimonio Nacional. ¿Usted se sentiría orgulloso de esto?

CIFRAS

50% de los tugurios del Cercado de Lima se encuentran en los Barrios Altos.
150 millones de soles se necesitarían para recuperar todo el patrimonio del Cercado.

REACCIONES
"Esta casona todavía puede ser salvada, pero nadie nos da la mano. Esta es una casa de la Beneficencia que en cualquier momento puede venirse abajo".
Víctor Ramírez
Vecino de casono el Carmen
"Tengo miedo. Las paredes de quincha del cuarto en el que vivo con mis hijas se están cayendo a pedazos. Pero qué hago, no tengo otro lugar a dónde ir".
Gladys Gálvez Rodríguez
Vecina de Barrios Altos.

PROPUESTA
Planes. Según el Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional (DIDAP), el plan de destugurización no acabará con el problema de vivienda en el Centro Histórico, ya que sugieren que este debe concebirse como un instrumento para dignificar la vivienda tugurizada, en el marco de la Política Nacional de Renovación Urbana para las ciudades y los Planes Municipales de Desarrollo, donde la renovación urbana se conciba como un proceso integral, en el que deben participar diversos sectores.

ANÁLISIS
‘‘No se ha hecho nada’’
Arq. Silvia de los Ríos
CIDAP
Ha pasado un año desde que el Centro Histórico de Lima forma parte de la lista Watch 2008 de los 100 monumentos de mayor riesgo en el mundo, y en términos generales no se ha hecho nada. Esto es un riesgo, la Unesco nos puede quitar el título de patrimonio cultural de la Humanidad. Las observaciones continúan. Por eso es necesario hacer algo pronto, se puede perder el turismo que llega al Centro Histórico. Tenemos más de 600 casas con legajos históricos invalorables, con rango monumental, de las cuales el 60% está en muy mal estado. La mayoría tiene precariedad física y está tugurizado. Y no porque el adobe sea malo, sino porque no existió ningún tipo de mantenimiento. Urge que haya una acción concertada entre todos los actores involucrados. Si invertimos en Lima, invertiremos en turismo.
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EL COMERCIO 11 de Junio de 2008

Las esclavitas

Rincón del autor. Festejábamos la vida, cosa que no hago con frecuencia, porque me dejo arrastrar por unos sentimientos mezquinos, sociológicos, de estatus y roles
Por Abelardo Sánchez León

Cuando era pequeño mis padres tenían algunos rituales vinculados al centro de la ciudad: íbamos a los cines Lido, Tacna o Metro, tomábamos lonche en el Atlantic, escuchábamos los conciertos en el teatro Municipal e íbamos a la iglesia de La Merced. En el trayecto divisaba un edificio que abarcaba toda una manzana en la avenida Wilson y mi padre calentaba mi imaginación explicándome que se trataba de un convento de clausura. Las monjitas que vivían dentro no nos veían y no las podíamos ver. Vivían en un mundo perfecto, bañado de armonía.

Hace un año las visité gracias a Cristabel Ayala, una de mis alumnas más dedicadas. Le expliqué que el destino es así, que por fin veía sus caras, escuchaba sus voces y me alegraba con sus risas. Ingresamos por una puerta lateral y de inmediato reconocí ese olor que proviene de una cocina sana. La costumbre de concebir la rutina en grupo y de hacer las tareas sin una noción exacerbada de lo individual siempre me ha llamado la atención. Yo vivo en un ambiente de jerarquías, de rotación de autoridades, de nociones precisas del poder. Con la edad es más difícil hacer amigos y las relaciones se entablan a partir de qué cargo ocupas y cuáles podrían ser tus ambiciones.

Hace unos días Cristabel me invitó a festejar su santo en una de las casas que tiene la congregación en El Agustino. La responsable del grupo, quizá la superiora, la jefa en nuestro lenguaje, me dijo que era bueno estar allí y no olvidarse de las condiciones de vida de los pobres. Estábamos invitados Luis Olivera y yo, y los dos habíamos trabajado en 'el cerro', como lo llamábamos, hacía 30 años. ¡Pucha, el tiempo! El progreso era evidente en el barrio de La Corporación y reconocí, sin problemas, aquella ladera maciza taponeada de viviendas.

El almuerzo fue una maravilla. No solo festejábamos el santo de Cristabel, sino el simple hecho de estar vivos. Festejábamos la vida, cosa que no hago con frecuencia, porque me dejo arrastrar por unos sentimientos mezquinos, sociológicos, de estatus y roles, expectativas y vínculos formales. Las chicas, o sea las novatas, venían del interior del país. Una de ellas venía de Imacita, cerca de Imaza, de Santa María de Nieva, de Bagua para que nos ubiquemos en el mapa, un caserío que se baña a orillas del Marañón. Un solo de verde que debe extrañar en la aridez de El Agustino, el barrio donde nació Tula, me documentan llenas de risa, y de donde ellas salen a diario a capacitarse. Al salir de El Agustino, una vez que estamos en Circunvalación, pienso: las he visto. Después de tantos años he visto el cielo, más arriba de aquel de mi ciudad.
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-----Mensaje original-----
De: Alejandro Riveros [mailto:ariveros@PERUOAS.ORG]
Enviado el: Lunes, 19 de Mayo de 2008 01:55 p.m.
Asunto: Especial sobre Lima.. virtudes de nuestra capital...

LA ENTREVISTA

"Lima es sexy y romántica" palabras dichas por BILL STUBBS.

EL PRESENTADOR DE TV ESTADOUNIDENSE LLEGÓ PARA REALIZAR UN ESPECIAL SOBRE LIMA Y MOSTRAR LAS VIRTUDES DE LA CAPITAL QUE QUIZÁS NOSOTROS NO APRECIAMOS EN EL DÍA A DÍA.

¿Cuál es esa primera fotografía de nuestra capital que recuerda a su llegada?

El espectacular mar visto desde mi habitación del hotel (en el malecón de Miraflores). Como aterrizamos muy avanzada la noche, casi de madrugada, llegamos directo a dormir y no me fijé en las inmediaciones.

Al día siguiente, cuando desperté, abrí las cortinas del cuarto y me encontré con esta increíble postal del océano... ¡Qué hermoso! Fue impactante, no me lo esperaba.

¿No esperaba ver el mar en Lima?

No. Ha sido muy diferente a mis expectativas. Uno no se imagina que en una ciudad que tiene 9 millones de habitantes se pueda disfrutar de la playa tan cerca. Me deleito viendo correr a la gente por el malecón en la mañana, y darme cuenta de que cruzando la acera se encuentran cafeterías y tiendas. El hecho de estar tan cerca del mar me hace ver a Lima, como la costa mediterránea, como Cannes.

Es posible que a los limeños les cueste entender su comparación...

Pues deben saber que para nosotros Lima es una ciudad sexy y romántica.

¿En qué consistirá el especial que harán de Lima?

En nuestros especiales elegimos un destino en el mundo, que venda lujo y hablamos de los mejores lugares que hay ahí para comprar, visitar, divertirse y comer.

Por cierto que me encanta comer aquí, me parece una delicia lo que he probado, sobre todo los dulces.

¿Como así llegaron a incluirnos dentro de sus destinos de lujo, se puede categorizar a nuestra ciudad así?

Sin duda alguna. Lima es más conocida como un destino exótico, pero de hecho escuchábamos tanto de ella que nos parecía especial para realizar todo un programa. Porque cuando pensamos en el Perú lo relacionamos inmediatamente con sitios arqueológicos, y eso era exactamente lo que NO queríamos visitar, queríamos mostrar la otra cara que el país tiene para ofrecer.

¿Como una cara más sofisticada?

Absolutamente. Y eso es lo que pretendíamos mostrar, no ir a Machu Picchu porque la gente cree que ese es el único destino en Perú, y nuestra intención es explotar la moda, el diseño, el sitio moderno, la movida nocturna y la gente.

¿Qué impresión se lleva de la gente?

¡Yo amo a esta gente! En nuestro programa estamos mostrando muchos personajes que nos encontramos en el camino, pero también gente que se ha hecho un nombre aquí y en el mundo ya sea por la gastronomía o el diseño.

¿Qué otros destinos han visitado para sus especiales?

Como referencia, hemos hecho estos especiales, tomando como centro a París, Londres, Nueva York y algunas ciudades más.

Dijo que nuestra ciudad le parecía romántica y sexy. ¿Por qué?

Es sexy porque es lo primero que se me viene a la mente cuando veo el océano mientras el sol se refleja en el mar. Es como una linda luna de miel. Y es romántica porque es un destino en el que la playa te invita a enamorarte.

¿Qué motivos dará en su programa para que nos visiten?

Son varios. Primero, es muy fácil llegar aquí porque es un destino cercano cuyo viaje toma en promedio siete horas (partiendo de Estados
Unidos) y además no hay cambio de horario. Sientes que sales en la noche, duermes en el avión y al día siguiente ya estás listo para conocer. Ahí está el detalle más importante: hay mucho por conocer en poco tiempo. Yo creo que con cuatro días se hace turismo, se compra y, además, uno se divierte.

Usted ha visitado muchas ciudades. ¿Si le pedimos hacer un collage de ellas para representar a Lima, cuál sería?

Un pequeño Milán, por la ciudad. Un poquito de Niza --en los Alpes marítimos. En Francia-- por la playa. No le pondría Nueva York, pues la gente es muy cálida aquí, pero creo que tiene algo de ella. Finalmente, un poquito de Los Ángeles. Pero lo primero que me remite es al sur de Francia.

MÁS DATOS

El programa que conduce Bill Stubbs se llama 'A Moment of Luxury' ('Un momento de lujo'). El especial dedicado a Lima --que ya se terminó de
filmar-- será emitido en junio por la cadena de televisión estadounidense PBS, que tiene presencia en el 99% de hogares estadounidenses. Stubbs dice que lo que más extrañará de Lima serán los postres de Sandra Plevisani, pues se enamoró de un dulce de mango con chocolate.

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DESTACADO

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