ESPIRITUALIDAD MORADA


LA REPUBLICA OCTUBRE 21, 2010

Espiritualidad morada
Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

La ley del Señor de los Milagros es absurda y peligrosa.

El fervor religioso y popular del Señor de los Milagros está tan profundamente arraigado que no necesita el respaldo de una ley que lo confirme por la pretensión de algunos políticos de colgarse del anda de la procesión para ganar indulgencias con avemarías ajenas.

Tal como lo acaba de confirmar el presidente Alan García al promulgar la Ley 29602 que declara al Señor de los Milagros como ‘patrono de la espiritualidad religiosa católica del Perú’ y como ‘símbolo de la religiosidad y sentimiento popular’.

Se puede argüir que la norma no le hace daño a nadie, pero no es así. Es, para empezar, inconstitucional, lo cual es importante aunque a algunos esto no les interese. Esta ley es contradictoria con el principio de laicidad del Estado, el cual no debe legislar a favor o en contra de una confesión religiosa.

Política y religión deben marchar, siempre, por cuerdas separadas. La historia enseña que, cuando se juntan, los resultados son explosivos y funestos. Las cruzadas o lo que sucede hasta ahora en el medio oriente son solo algunas evidencias. Por ello, las sociedades modernas impiden este combo insensato de la religión con la política.

Lamentablemente, abundan los políticos deseosos de colgarse de la religión para mejorar su perspectiva, y sacerdotes interesados en aliarse con el poder para afianzar su credo.

En línea con eso, es preocupante y lamentable que el cardenal Juan Luis Cipriani haya comentado que el pueblo peruano es católico y que ojalá que su vocación católica guíe su voto y que eso lo haga elegir a sus futuros gobernantes.

Que sus acólitos políticos y periodísticos salgan a defender a este cardenal imprudente, arrogante y poco convocante no vuele su posición menos peligrosa para la aspiración legítima de que el Estado garantice neutralidad hacia todas las religiones e igualdad para todos los peruanos, incluso para quienes no profesan una religión.

Esto no implica, en modo alguno, un menoscabo en el respeto indispensable a todas las religiones, incluyendo, a la católica y sus expresiones más importantes en el país como el Señor de los Milagros. Pero justamente por el respeto que se le debe profesar es que hay que tratar de blindarlo frente al aprovechamiento de quienes pretenden manosearlo, absurdamente, por sus intereses propios, como algunos curas y ciertos políticos.

Como el presidente García, quien debiera releer el discurso del 23 de mayo de 1923 de Víctor Raúl Haya de la Torre –el que empieza con la frase “el quinto no matar”– contra la consagración del Perú al Sagrado Corazón de Jesús, el cual no tenía –como tampoco lo tiene esta modesta columna– un carácter antirreligioso sino a favor de la defensa de la libertad de pensamiento.
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EL COMERCIO OCTUBRE 16, 2010

Turrones sagrados: el arte de las monjas clarisas se luce en octubre

La orden de clausura llegó al Perú hace 409 años y desde entonces sus integrantes se han caracterizado por sus cualidades en pastelería. En el mes morado tiene al turrón como su mejor representante

Por Katherine Subirana Abanto

En octubre el pecado de la gula no solo se perdona, sino que hasta cuenta con permiso divino. Y las monjas del Convento de Santa Clara son, en parte, responsables de la indulgencia al preparar y vender esa delicia llamada turrón. Desde hace 15 años ellas amasan, en la paz que les da el convento de clausura, el dulce que alimenta a quienes llevan cuitas y esperanzas ante el Señor de los Milagros.

La especialidad de estas hermanas es la pastelería. Durante el año le sacan provecho haciendo panes, bocaditos y tortas, pero su trabajo se luce al por mayor en octubre y en diciembre, cuando se abocan a la producción de sus turrones y panetones.

DIVINO POTAJE
La paciencia es un don que en la clausura se cultiva con cuidado y que las clarisas ponen en práctica cada octubre, cuando el monasterio está en vilo entre harina, miel y grageas dulces de colores.

Sor María Ángela de la Cruz, quien lleva seis años dentro del monasterio, explica que el proceso de preparación del turrón es artesanal, y les lleva entre dos y tres días. “Amasar y hornear nos puede tomar toda una tarde. Al día siguiente se pone la miel y luego se decora con las grageas. Después hay que esperar a que enfríe, cortar y envasar”, detalla. ¿Algún ingrediente especial? “Los que se usan tradicionalmente…y la bendición del Señor, nada más”, dice.

Sor María Ángela es una de las cuatro hermanas que tiene permiso para salir del claustro a diario, pues es monja con votos externos. Por ello, es una de las encargadas de comprar los insumos diarios para la comida y –en estas fechas– para los turrones. También colabora con la venta del turrón tanto en el monasterio como Las Nazarenas, donde las clarisas venden como mínimo 60 kilos diarios de su manjar.

Su volumen de ventas es bajo si se compara con el aparato comercial de venta de turrón que se despliega en la avenida Tacna con grandes luces de neón, y donde la venta mínima en una tienda puede llegar, según las vendedoras de la zona, a los 100 kilos diarios.

El punto de venta de las clarisas es mucho más modesto, dentro del templo. “Pero el producto es mucho más sabroso”, dice Sor María Ángela en tono de comercial de televisión.

CUATRO SIGLOS IGUAL
La orden de Santa Clara llegó a nuestro país en 1601. Los ahora resquebrajados muros del monasterio que resguardan su retiro se levantaron hace 404 años, en medio de la que ahora es una de las zonas más peligrosas de Lima: el jirón Jauja, en Barrios Altos. Las 35 hermanas que en él viven ahora confían su seguridad a Dios y dos perros guardianes.

Los votos de clausura no las alejan de lo que pasa en el mundo, pues para ello tienen la televisión por cable e Internet. Desde el 2000 las clarisas empezaron a disfrutar las ventajas de la globalización a través de la red, luego de que el Vaticano aprobara su uso en los conventos de clausura.

La vida en el convento de clausura transcurre fiel a los campanazos del reloj: hay momento para cocinar, limpiar, cuidar la huerta, estudiar (llevan cursos dentro del monasterio) y claro, rezar.

Rezar es una de las actividades a la que más tiempo le dedican: 10 horas, promedio. ¿Y por qué tanto? Sor María Ángela se sostiene en las palabras de Juan Pablo II, pues “él dijo que las monjas de clausura somos el pararrayos del mundo. Todos están tan ocupados, la vida afuera transcurre tan rápido… ¿Cuánto tiempo le dedican realmente a su fe?”

Sor María Ángela de la Cruz no olvida que hasta hace siete años su nombre era Ángela María del Carmen, y que vivía en Lince con sus padres y sus cuatro hermanos. Sin embargo, dice que prefiere esta nueva vida, donde ganó 34 hermanas, un lazo más fuerte con Cristo y encontró su propio significado de la felicidad.

La orden de las clarisas es de clausura perpetua, pero contempla la posibilidad de que algunas de ellas puedan hacer votos externos, con lo que se les permite algunas contadas salidas, como el caso de Sor María Ángela.

Se dice que desde el Virreinato eran conocidas las virtudes culinarias de las clarisas. Esas que aún se sienten en sus turrones, con los que pecar de gula no da cargo de conciencia.

CONOZCA MÁS
Las hermanas clarisas ofrecen su turrón en el Convento de Santa Clara (Jr. Jauja 444, Barrios Altos) y dentro del templo de Las Nazarenas.

El precio es de S/.15 el kilogramo, S/.8 el medio kilo y S/.4 el cuarto.

Al comprar cualquier turrón, Indecopi recomienda revisar el rotulado para evitar recibir productos bamba.

Debe corroborar la marca, el peso, el RUC, la información del distribuidor y el registro sanitario.
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EL COMERCIO OCTUBRE 9, 2010

Por el mes morado: disfrute de una dulce tradición

El turrón de Doña Pepa es uno de nuestros postres más emblemáticos. Se consume mayormente en octubre, en homenaje al Señor de los Milagros

El turrón de Delichioso es preparado con la receta de la antigua pastelería Solari de Miraflores (Foto: Karen Zárate)
Por Marissa Chiappe Lanatta

Cuenta la tradición que en el siglo XVIII la esclava Josefa Marmanillo fue puesta en libertad debido a una parálisis en los brazos que no le permitía trabajar. Así, Doña Pepa, como la llamaban, viajó desde su natal Cañete hasta Lima, donde su fe y devoción por el Cristo Moreno le devolvieron el movimiento y la salud. En agradecimiento, creó un dulce dedicado a la imagen de Pachacamilla. Hoy en día el clásico postre es recreado por miles de marcas y aunque se ha ido adaptando a nuestros tiempos –por ejemplo, actualmente se hace con manteca vegetal o mantequilla y no con manteca de cerdo–, se mantiene como uno de los postres más populares.

LOS TURRONEROS DE HOY
Grageas, bolitas de caramelo y caracoles con mensaje cubren los turrones de la Av. Tacna, el lugar más tradicional para comprar ese dulce. Allí las turroneras de las tiendas, que han reemplazado a las vianderas de otros tiempos, invitan los turrones tradicionales con masa de manteca y miel de higo, naranja o chancaca, y, los de exportación, con masa de mantequilla y miel de cinco frutas, para que escoja su favorito. Las marcas que se imponen son el Turrón San José y el Doña Pepa.

El chef Israel Laura acaba de incluir en la nueva carta de su restaurante El 550 el postre del mes morado. “Es un dulce que no se puede reinterpretar, sino no lo podrías llamar turrón”, afirma. Él nos presenta un clásico turrón con miel de chancaca, acompañado por granizado de mandarina y granadilla y coulis de maracuyá. “El granizado lo hace más fresco y el coulis le da un toque cítrico que resalta su sabor”, detalla.

En el recorrido turronero, uno de los más recomendados es el que prepara la señora Elsa Ruiz de Cubillas. Viene en una caja blanca, con miel de frutas hervidas por siete horas, a fuego lento, y una cubierta de rodajas de piña y membrillo confitado, que se ha convertido en su sello. “Probando recetas de masas, di con la que no era ni tan tiesa ni blanda, pero creo que el secreto está en hacerlo con cariño”, confiesa. La señora Cubillas prepara más de 90 kilos de turrón cada octubre y no por falta de clientes, sino que se resiste a hacerlo de manera industrial, para que no pierda el sabor casero.

Delichioso es la empresa familiar de Rocío Abugattás. Ella hace todo tipo de dulces, pasteles salados y galletas que reparte cada viernes. El turrón de Doña Pepa lo hace su tío Augusto Brescia. “La receta fue heredada de la pastelería Solari, que era de mis padres”, nos cuenta Augusto. Convencido de que el secreto de la suavidad del turrón está en las manos del turronero, nos propone un turrón en su punto, con pocas grageas y mucha miel.

Aunque muchos se han inspirado en nuestro turrón para crear otras preparaciones, este postre milagroso permanece inalterable como un clásico que se resiste a desaparecer.

MÁS INFORMACIÓN
Turrones Doña Pepa: Av. Tacna 488, Lima (S/.10 el kilo). Delichioso: Pedidos al 241-0310 (S/.25 el kilo). Elsa de Cubillas: Pedidos al 474-4396 (S/.24 el kilo y S/.13 el medio kilo).
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PERU 21 OCTUBRE 3, 2010

Señor de los Milagros logró unir a miles de limeños

Por el Cristo Moreno, muchos hicieron un alto a la campaña electoral y se vistieron de morado.
Doña Matilde Casas, de 62 años, canta a todo pulmón, como si quisiera que Cristo de Pachacamilla la escuche. La fe de esta mujer contagia. Lleva más de 20 años de devoción y asegura que así será hasta sus últimos días.

Al igual que ella, hay muchos fieles que proclaman haber sido bendecidos con milagros. Será por eso que cada salida del Señor de los Milagros es todo un acontecimiento. Miles llegan hasta la iglesia Las Nazarenas, en Lima, para agradecer un deseo cumplido o pedir uno.

Y así fue ayer. Quizá muchos hicieron un alto a la contienda electoral y se unieron en una sola voz para acompañar al Cristo Moreno en su primer recorrido de 2010. A diferencia de otros años, esta vez se realizó una procesión corta, por la avenida Tacna y los jirones Chancay e Ica. Se inició al mediodía y al promediar las cinco de la tarde retornó a la iglesia de las Nazarenas.

ANDAS DE PLATA. Son 34 los hombres que se encargan de llevar en hombros las andas de plata que pesan más de una tonelada. Solamente la plata pesa 450 kilos. Estas tienen en el monasterio de las Nazarenas una sala donde se guardan bajo el cuidado de un personal especial.

Javier Espinoza, miembro de la hermandad del Señor de los Milagros, señala que para ser cargador hay que reunir ciertos requisitos y ser evaluados durante un año. “Es como un examen de admisión para una universidad”, refiere. En la procesión hay 250 mujeres que cantan, como doña Matilde, y más de 300 sahumadoras.

Muchas mujeres recorrieron las calles de rodillas, otras lo hacían descalzas. Decían que así purgaban sus pecados o agradecían algún milagro.

Pero los que salieron ganando fueron los comerciantes, que aprovecharon para vender artículos religiosos, desde detentes hasta hábitos y velos. Las tiendas de turrones, los vendedores de sándwiches y emoliente también sacaron provecho de esta fiesta religiosa.
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EL COMERCIO SETIEMBRE 22, 2010

El Ejecutivo planteó declarar Patrimonio de la Nación al Señor de los Milagros

La congresista fujimorista Martha Moyano informó de la propuesta durante la sesión de la Mesa de Trabajo Afroperuana, que prepara una serie de actividades para la festividad del Cristo Moreno

(Archivo / El Comercio)
(Andina).-. El Señor de los Milagros sería declarado Patrimonio de la Nación, de aprobarse un proyecto de ley al respecto que ha enviado el Poder Ejecutivo según informó hoy la congresista Martha Moyano Delgado (Grupo Parlamentario Fujimorista).

Moyano brindó esta información durante la sesión de la Mesa de Trabajo Afroperuana, que preside, y en la que se está preparando una serie de actividades culturales para la festividad del Señor de los Milagros durante el mes de octubre, así como también la próxima celebración del Día de la Amistad Peruano-Africana.

En la mesa de trabajo cada uno de los integrantes informó de las tareas realizadas, entre ellos el director del Museo Afroperuano del Congreso, Augusto Zavala, quien indicó que mensualmente lo visitan más de cinco mil personas.

El museo viene funcionando en el local de la ‘Casa de las 13 Monedas’, del jirón Áncash.

La presidenta de la Mesa de Trabajo Afroperuana, reunida en la sala “Francisco Bolgnesi” del Congreso, hizo un llamado a las instituciones del Estado para que se tome en cuenta a esa población en los programas e instituciones del gobierno.
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LA REPÚBLICA 29 10 08

Sucedió. Señor de los temblores
Antonio Zapata

El 13 de noviembre de 1655, Lima fue estremecida por un fuerte terremoto que dio origen al culto del Señor de los Milagros. Muchas casas se cayeron, pero permaneció de pie una pared, donde un negro de Angola había pintado un mural. Era el Cristo agonizante en la cruz que se halla en la imagen venerada hasta hoy. El mural estaba situado en Pachacamilla, un barrio algo marginal de la ciudad oficial, donde vivían sectores populares; sobre todo indios provenientes de Lurín y negros de Lima. Ellos vivían con sus familias y se estaban mezclando, dando nacimiento a los primeros zambos.

Estos personajes populares generaron una devoción por fuera de la Iglesia Católica oficial, en una ermita armada algo precariamente alrededor de la pared. Ahí seguramente se mezclaban tradiciones con cierta libertad. Un cura se escandalizó, dio curso a una investigación eclesiástica y luego vino una sentencia inapelable: borrar la imagen. Incluso el virrey envió una guardia para proteger al encargado de eliminar al Señor. Pero, no pudo.

El primer milagro del Cristo de Pachacamilla fue salvarse a sí mismo. Este hombre se atascó y lloró diciendo que había visto al Señor ordenándole dejar las cosas como estaban. Luego, varios individuos subieron la escalera y no se atrevieron a repintar de blanco la pared. Finalmente, una misteriosa lluvia terminó de alejar el grupo. El virrey alarmado por las noticias se apersonó y autorizó la permanencia del mural. En los decenios venideros, una serie de terremotos generaron la costumbre de sacar en procesión una imagen del Señor para aplacar la ira divina.

El color morado está vinculado al primer beaterio de señoras consagradas a cuidarlo. Fue un sueño que inspiró el cromatismo de la fundadora. Ella era nativa del actual Ecuador y aportó también a la Virgen de la Nube, que se halla pintada a espaldas del Señor. Esta Virgen había aparecido en Quito pocos años atrás. Cuando el gran terremoto de 1746, el beaterio había ascendido a monasterio y el culto había ganado en profundidad. Era una fiesta popular conducida por personas de color.

A partir de entonces, el Señor de los Milagros fue consagrado a Lima. Compartió ese privilegio con Santa Rosa, aunque ella tenía un prestigio más universal. Era una santa criolla por todo lo alto y simbolizaba a todo el Nuevo Mundo. Mientras que el Señor era modesto, era conducido por negros y estaba conectado con el populacho limeño.

Pero los terremotos le permitieron acortar distancias. En una tierra que tiembla tanto, el temor humano se vuelca hacia la divinidad, más aún en aquellos tiempos tan religiosos. Por ello, la destacada historiadora María Rostworowski ha postulado la continuidad entre el viejo dios andino Pachacámac y el Señor de los Milagros: ambos controlando los movimientos de tierra.

No obstante el peso de lo sobrenatural, en aquellos tiempos, el Estado se había organizado frente a los desastres. En efecto, el mundo prehispánico fue famoso por su orden y previsión. En lugares estratégicos había colcas que permitían abastecer inmediatamente a la población siniestrada. Siglos después, el Estado virreinal tuvo una respuesta activa y profunda después del gran terremoto y maremoto de 1746. El virrey Manso de Velasco elaboró un plan de reconstrucción en solo diez días y lo ejecutó con firmeza, a pesar de numerosas resistencias de la Iglesia y la clase alta.

Qué diferencia con los tiempos que corren. Seguimos alabando al Señor, pero nuestra época, aparentemente más racional, ha involucionado en atención de desastres. FORSUR acaba de ser cancelado sin pena ni gloria. Por su parte, el organismo permanente de atención a la defensa civil, el INDECI, no cumple sus funciones básicas. Pobremente organizado y con deficiencias de marco legal, el INDECI es impotente para atender emergencias. Sin embargo, su labor es crucial porque vivimos en un país muy vulnerable.

El riesgo en el Perú siempre ha sido alto y aumentará a causa del cambio climático. Si el mundo ha de ser más árido, nuestro país atravesará enormes desafíos naturales. Sin embargo, tendremos que confiar en el Señor, porque el Estado moderno parece casi indefenso en prevención y atención de los desastres.
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En nombre de Leon Alva
Enviado el: martes, 27 de octubre de 2009 09:34 p.m.
Asunto: Foto de la Procesión del Sr. de los Milagros en Manhattan

Hola :

El pasado Domingo 25 de octubre se llevó a cabo la Procesión del Sr de los Milagros en Manhattan, esta vez la misa se celebró mas temprano en comparación de las otras procesiones, que salen a hacer su recorrido a partir del mediodía. Por tal motivo, tambien terminó mas temprano la procesión. Ya a las 6:45pm llegó el anda a su destino final, despues de las palabras del maestro de ceremonias, la gente aplaudió a la imagen del Sr. de Pachacamilla y muchos sacaron sus pañuelos blancos o banderitas peruanas, para dar gracias al Sr. de los Milagros por los favores recibidos.
Ya una vez guardada el Anda del Sr. de los Milagron en la Iglesia de San Benito El Moro (340 W 53rd St), todos se dirigieron a la feria gastronómica, que estuvo localizada en la 10ma avenida entre las calles 52 y 53, y degustaron los suaveciiitos turrones, los riquísimos picarones, los humeantes anticuchos, y una gama completa de platos criollos para los gustos mas exigentes.

Ya en camino a New Jersey, antes de entrar al Lincoln Tunnel, se pudo observar que el edifico del Empire Building State tenia sus luces reflectoras de color Moreno, quien así, quiso identificrase como un cargador más con su hábito morado. Ojala este edificio forme su cuadrilla de hermanos edificios para que la ciudad de Manhattan se vuelva muy pronto, de color morado en honor al Patrono de Lima.

Atentamente

Ing Vicente Huaman
Presidente
Importaciones Huaman LLC
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De: CARLOS ANDRADE [mailto:carlosandradepareja@yahoo.com]
Enviado el: lunes, 26 de octubre de 2009 06:21 p.m.
Asunto: Señor de los Milagros recorrió las calles de La Paz

Feligreses peruanos y bolivianos unidos por una misma fe
Señor de los Milagros recorrió las calles de La Paz

La venerada imagen del Señor de los Milagros acompañada por más de un millar de feligreses peruanos y bolivianos recorrió las principales calles de La Paz (Bolivia) en el marco de las celebraciones organizadas por la comunidad peruana y el cuerpo diplomático acreditado.

Con un lleno total, la Iglesia de La Merced congrego a los fieles devotos que motivados por su devoción se dieron cita desde tempranas horas de la mañana de este último domingo 25 de octubre.

La procesión se inicio a las 11.00 horas y recorrió las calles Colon, Mercado, Ayacucho, Ingavi y Comercio; en la plaza Murillo sede de Palacio Quemado la comunidad peruana protagonizo un singular homenaje entonando el tema “Contigo Perú” a cargo de la interprete boliviana Nena Zeballos y el grupo de danzas “Y se llama Perú” homenajeo al Cristo Moreno con lo mejor de su repertorio al ritmo de la marinera norteña.

La organización estuvo a cargo de la Hermandad del Señor de los Milagros de La Paz y el Consulado General del Perú a cargo del Ministro Jaime Cacho Sousa, además de otras instituciones de la comunidad peruana que se dieron cita.

Durante el trayecto, familias paceñas observaban desde sus balcones y ventanas el paso del Señor de los Milagros con el paso emocionado de los devotos que lucían sus tradicionales hábitos morados.

En la parte delantera, mujeres peruanas y bolivianas conformaban la legión de sahumeadoras quienes echando incienso y mirra aromatizaban las calles donde se desplazaba el recorrido procesional.

En El Alto,

A solo diez minutos de la sede de gobierno boliviano, el Consulado del Perú de El Alto organizo la procesión, misa y entronización del Señor de los Milagros el viernes 23 de octubre, en un acto lleno de devoción y fe católica que congrego a los fieles devotos en la Parroquia Pio X de la zona denominada Ciudad Satélite.

Esta demostración de fervor y devoción coadyuva a fortalecer lazos de amistad entre nuestras comunidades y sobre todo estrecha hermandad entre nuestros pueblos, el Cristo Moreno ha cruzado fronteras y aquí en El Alto y La Paz los feligreses se van incrementando cada año; aseveró Czibor Chicata – Cónsul del Perú en El Alto.

Una cadena solida de fe y creencia por el Señor de Pachacamilla une a peruanos y bolivianos, en la cual nuestros residentes manifiestan sus costumbres en el más importante símbolo de cristiandad y peruanidad para todos nosotros, indicó Czibor Chicata.

Hemos realizado un buen trabajo coordinado con nuestra misión diplomática que se ve traducida en una inesperada convocatoria, la fe por nuestro Señor crece cada día en La Paz y sus milagros no tienen frontera, mencionó Willy Córdova responsable de la Hermandad en La Paz.

El programa finalizó con una gran fiesta que convoco a los peruanos de La Paz y El Alto con la presencia infaltable de la sazón peruana, pisco sour y la música criolla.
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De: valetodo@yahoogroups.com [mailto:valetodo@yahoogroups.com] En nombre de zorin47
Enviado el: viernes, 09 de octubre de 2009 03:11 p.m.
Para: valetodo@yahoogroups.com
Asunto: Valetodo - EL SEÑOR DE LOS MILAGROS

En este octubre neblinoso, gris, de la ciudad capital, asfixiada y sojuzgada por el vértigo de la metrópoli que se moderniza; se arrebata y cohíbe para que surja el fervor de estos días místicos, su tradición más arraigada, la procesión del Señor de los milagros.

Esta tradición empezó en una modesta cofradía de negros Angolas, un día uno de ellos con su mano humilde, pinto sobre una pared de adobe una efigie de Cristo crucificado, acompañado de su madre la Virgen Maria y la otra Maria la Magdalena, cuentan que una vez se ordeno borrar la pintura, pero que el brazo del que se disponía hacerlo se le paralizo de inmediato, y que en el terremoto de 1,655 todo lo que estuvo alrededor se vino al suelo pero la pintura quedo en pie, lo mismo sucedió en el terremoto de 1,687, y así creció el culto y se dedico el cuidado al monasterio de las Nazarenas.

Y en estos días de indecisa y apocada primavera, se exalta el catolicismo ante las andas del Señor crucificado, que la defiende de los temblores en esta medrosa ciudad, que le tiene miedo al fin del mundo y al infierno, esta imponente manifestación de fe, impresiona, enternece, conmueve, donde el noble y el villano, el prohombre y el gusano, se juntan sin importar la facha, esta también la noble y la villana, la gran mujer y la gusana, en esta peregrinación a través de las calles de la ciudad, entre nubes de incienso y sahumerio, quienes no se sienten acompañados en la procesión, se sienten animados por el despliegue de los vistosos trajes morados de los fieles, las ofrendas y los cirios y el dulce regalo de un turrón de doña pepa.

Las ingenuas palabras del catecismo vuelven a la mente y salen por los labios, corren las lagrimas por los ojos, la gente canta alabanzas, y en este desfile dulce y místico acompañado por la banda de músicos, los milagros se cuentan de boca en boca, y aumentan las plegarias, la ciudad pecadora se arrepiente de palabra, pensamiento y obra, y triunfa el Cristo morado, que murió crucificado para redimirnos del pecado original.

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