POCAHONTAS: "NO QUIERO SER MARIONETA DE NADIE"

SUPLEMENTO DOMIMGO LA REPUBLICA JUNIO 12, 2010

“No quiero ser marioneta de nadie”

La joven actriz hollywoodense, conocida por su meloso papel de Pocahontas en la película “El nuevo mundo”, se defiende aquí de las críticas que la caracterizan como una activista desinformada y manipulada por grupos extremistas. También acusa a la policía estadounidense de arbitraria y asegura que su carrera cinematográfica se ha visto afectada por su sensibilidad social. ¿Usted qué cree?

Por Ghiovani Hinojosa

Fue la encargada de desinflarle el pecho de estadista a Alan García, de herir su álter ego de gobernante solemne. Y es que le negó el acaso más disfrutado placer diplomático de los mandatarios de todo el mundo: ser recibido por la puerta grande en la Casa Blanca. Q’orianka Waira Qoiana Kilcher, la veinteañera actriz alemana de ascendencia suiza (mamá) y peruana (papá), que vino a nuestro país a fines de mayo del brazo del líder amazónico Alberto Pizango, catapultó a García en la historia de los Estados Unidos como el primer presidente visitante en recibir las honras oficiales en la puerta posterior. El primero de junio, al promediar las 5 de la tarde, se encadenó a la reja principal de la Casa Blanca con el cuerpo untado de pintura negra –símbolo de los derrames de petróleo que contaminan nuestra selva– y gritó rabiosa: “¡García: avergüénzate de ti mismo y de tu administración por generar un derramamiento de sangre y mentiras!”. Desde su morada en Los Ángeles, California, Q’orianka, precoz defensora de las causas indígenas, inaugura este diálogo pidiéndonos que dejemos de estereotiparla como la Pocahontas-caviar-que-sin-conocer-la-pobreza-quiere-salvar-al-mundo.

–Yo me encadené porque los derechos de los pueblos indígenas peruanos están siendo violados, en parte, por la implementación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Perú. Como voté por Barack Obama, me sentí responsable de alertar a mi presidente de la presencia de alguien que había declarado que los nativos no son ciudadanos de primera clase.

–Dio la impresión de que tu objetivo era desacreditar al presidente Alan García.

–Estoy en contra de él no solo por el asunto indígena. Siento que su liderazgo va en contra de los intereses de los peruanos. No es un buen presidente: ¿Cómo es eso de poner a hermanos en contra de hermanos, como ocurrió en Bagua en junio pasado?

–Tu forma de protestar suele ser belicosa. ¿Crees que podrías expresar tu disidencia de un modo más pacífico?

–Mi protesta en la Casa Blanca fue muy pacífica. No dañé a nadie ni nadie me dañó a mí, no hubo peleas, no tuve armas. Como ciudadana americana tengo el derecho de protestar, el derecho que me da el haber votado por Obama. La libertad de expresión está escrita en la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.

–Tu madre, Saskia Kilcher, quien siempre está a tu lado cuando apareces en público, ayudó a pintarte el cuerpo de negro, y terminó arrestada junto a ti.

–Sí, pasamos un día entero en la prisión. Debo contarte algo chistoso: mi hermanito de 10 años había preparado la pintura negra en base a aceite vegetal y shampoo de bebé. Cuando llegaron los policías, actuaron como si este líquido fuera muy tóxico. Aislaron los alrededores de la Casa Blanca, trajeron máquinas especiales de limpieza y llamaron a los bomberos. Todo por una pintura infantil.

–¿Qué condiciones de detención tuvieron?

–Luego de haber registrado nuestros datos básicos, la Policía nos hizo esperar inexplicablemente en el interior de un auto por cerca de tres horas. Al día siguiente, nos trasladaron de la carceleta policial a una prisión en la que había reclusos por asesinatos y asaltos. Pero lo más grave de todo es la acusación que pesa sobre mí. El cargo que normalmente te dan por este tipo de protestas se llama “conducta desordenada” –así la Policía lo ha difundido ante la prensa en mi caso–, pero mi mamá y yo tenemos en nuestras manos los registros oficiales de la Corte que señalan que el verdadero cargo que se me atribuye es “entrada ilegal a la propiedad de la Casa Blanca”, algo así como si me hubiera metido por una ventana de la casa a la medianoche. Es un cargo muy grave; podría recibir hasta seis meses de cárcel como pena.

–¿Qué estrategia legal seguirás?

–Tengo abogados de derechos humanos que están viendo mi caso. Mi estrategia legal se resumirá en decir la verdad. Estoy preparando un discurso para informar a la sociedad que la policía estadounidense ha mentido sobre el cargo del que me acusa.

¿Ella no sabe nada?

–¿Has leído el paquete de decretos legislativos a los que se oponen los indígenas peruanos?

–Claro que sí. Yo estuve informando sobre estas leyes a los estudiantes de las universidades de Washington, en DC, y Northwestern, en Seattle, dos meses antes de que el Baguazo ocurriera. Esto no significa que no haya tenido dificultades para comprender la jerga legal de las normas.

–¿No es un gesto de rectificación de parte del Congreso peruano el que haya aprobado recientemente la Ley de Consulta Previa?

–Hay todavía mucho por hacer, ojalá que esa ley se implemente. Los ciudadanos peruanos deberían asegurarse de que el gobierno cumpla con esto. Yo empujé la norma con las Naciones Unidas cuando tenía 16 años. Este organismo me había llamado ni bien retorné de un viaje por el Perú, por el territorio de los Achuar; en esos días el río Corrientes acababa de ser contaminado por un derrame de petróleo.

–Esa fue la génesis de tu organización Youth for Truth (Jóvenes por la Verdad).

–Claro, a mí no solo me interesan los indígenas peruanos, sino los 350 millones de pobladores indígenas de todo el mundo. Nosotros apoyamos a activistas jóvenes y organizaciones pro derechos humanos y justicia social en todo el orbe. La idea es conectarnos entre sí. Una de nuestras líneas de trabajo es el poder del video y los medios independientes: por ejemplo, hemos repartido 50 grabadoras entre los habitantes de Bagua para que registren su realidad, y estamos preparando un documental con ese material.

–¿En qué otros lugares actúas como activista?

–En Dakota del Sur, Estados Unidos, un grupo de 20 chicos construimos hace poco una escuela. También hemos defendido el derecho de voto de los indígenas en Guatemala y la preservación del medio ambiente en Alaska.

–Con todo esto, algunos pensarán que tu carrera como actriz de Hollywood se ha detenido.

–No es cierto. Acabo de terminar de filmar la película “Gritando secretos”, y estoy en la pre producción de otra junto al actor Christopher Walken. Además, me han llegado nuevas ofertas de trabajo.

–¿Acaso tu activismo no afecta tu carrera cinematográfica?

–Claro que la afecta. He perdido trabajos por abrir mi boca. Ellos prefieren que los artistas estemos quietos, sin decir nada. Pero yo, sobre todo, soy un ser humano: si mi corazón siente que algo es incorrecto, no puedo quedarme sentada.

–Parece que no te importa mucho perder los empleos.

–A veces lloro porque esto es difícil. La justicia y la verdad son más importantes que el dinero. ¿Acaso todo tiene precio?

“Toledo y Humala me contactaron”

–¿Eres de izquierda, centro o derecha?

–No soy una persona política, solamente me interesan los derechos humanos.

–¿Qué piensas de Lori Berenson?

–Sé un poco, pero no me siento cómoda hablando de ella. No sé qué hay en su corazón y en su mente. Ella hizo lo que quiso, lo que creyó. Yo soy una chica joven y estúpida que sigue a su corazón. La gente dice que apoyo a Hugo Chávez, y yo ni siquiera sé quién es él. Parece que hay mucha gente detrás de mí, pero realmente soy solo una pequeña persona expresando sus opiniones.

–Tu madre me contó que te llegan todo tipo de e-mails, desde amenazas hasta invitaciones informales de políticos peruanos.

–Alejandro Toledo y Ollanta Humala me contactaron, y yo les dije que no estoy interesada en política.

–¿Toledo te hizo una oferta concreta?

–No, me mandó un e-mail en el que me invitaba a almorzar. Fue tan solo un amistoso ‘hola, me gustaría conocerte’.

–¿Y Humala?

–Él quería saber el significado de mi activismo. Mucha gente me ha contactado, pero yo amablemente decliné. No quiero ser marioneta de nadie ni estar asociada con agendas secretas de otras personas.
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-----Mensaje original-----
De: Guillermo Tejada Dapuetto [mailto:gtejadad@speedy.com.pe]
Enviado el: Sábado, 13 de Junio de 2009 11:41 a.m.
Asunto: La Pocahontas estuvo con la "Teta Asustada"

Sr. Director:

La verdad que lo sucedido en Bagua en toda la selva y en las zonas más pobres del país no tiene nada de gracioso, más si este tipo de “desconexiones” gubernamentales se hacen cada vez más evidentes y traen muerte y dolor, lo que conlleva a un reclamo enfervorizado de sus habitantes, unos por la defensa de lo que creen se les va a quitar y otros porque se sienten abandonados desde hace mucho tiempo. Pero el espectáculo ofrecido por la actriz Q’orianka Kilcher, de orígenes peruanos, fue realmente lamentable, ocioso, chistoso, gracioso, digno de un programa de Risas y Salsa.

La actriz alemana que no deja de ser bonita y escultural –digno de sus 19 añitos- no estuvo o no fue preparada para enfrentar a la prensa nacional e internacional en un tema tan delicado. Los de la ONG AIDESEP, una vez más manejaron el tema a su regalado gusto y ponen en evidencia que el tema no les interesa en absoluto. Así como mal informaron a nuestros nativos e indígenas, lo mismo hicieron con la pobre Pocahontas que no debe pie en bola y no acertaba en ninguna de sus respuestas, dando una muestra de desmanejo informativo. La niña no sabía ni donde estaba y por qué motivo había sido llevada hasta allí. Cuando la situación empezó a salirse del contexto que buscaban los de la AIDESEP, salió furibunda su madre a reclamar a voz en cuello que su hija no iba a caer en el “supuesto juego” de los comunicadores de prensa que lo único que querían era escuchar el punto de vista de Q’orianka en este tema….por algo estaba frente a todos ellos y rodeado de los “supuestos” defensores de nuestros nativos.

La “Pocosesos”….perdón, la actriz de la película “Pocahontas” dejó sin embargo una frase para el recuerdo: “Alberto Pizango está en mi corazón” y estamos seguros que ni siquiera lo conoce a este tipo que con su comportamiento ha traído tanta desgracia a varias familias de la Policía Nacional y a tantos nativos e indígenas manejados como “carne de cañón”.. El problema de la selva tiene muchos matices y el “manejo” de esta situacion ha sido mal llevado por todos, en especial de esta ONG que con el pretexto de recibir financiamiento internacional ha hecho y deshecho con un tema que solo busca poner orden en el manejo de nuestros recursos y de ninguna manera de “venderlos” o “entregárselos” a los extranjeros. Por el contrario, para los que no han leído la norma en cuestión señala muy claro que se respetará y protegerá la biodiversidad por encima de todo.

Que diferencia con la otra actriz que participó activamente en la marcha organizada por la CGTP, Magaly Solier (la de la “Teta asustada”), quien no cayó en las redes de los de la AIDESEP. Bien por ella y a todo lo que representa.

Guillermo Tejada Dapuetto
DNI 07541222
gtejadad@speedy.com.pe
www.guillermotejadadapuetto.blogspot.com
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Trome 19 de junio de 2009

Luciana: no estás a mi nivel
Por C. Caycho

La congresista aprista Luciana León calificó como 'una bajeza' las expresiones de la actriz Q'orianka Kilcher, quien le recordó que su padre, el ex ministro Rómulo León Alegría, está preso por presuntos actos de corrupción.

Antes de retornar a Estados Unidos, Kilcher, que interpretó a 'Pocahontas' en la película norteamericana 'El nuevo mundo', descalificó a la parlamentaria, pues afirmó que ella había sido manipulada, por un grupo de dirigentes indígenas, para que criticara al Gobierno por los violentos sucesos producidos en Bagua y la llamada 'Ley de la selva'.

"Yo no puedo responder, porque eso es responder con bajezas y yo no puedo llegar a ese nivel. Me parece no solo de muy mal gusto, sino poco ético, que está yendo a la división y con golpes bajos", afirmó León Romero, al reiterar que Kilcher llegó al país con 'un guión pagado' por las ONG, que tienen injerencia en el Perú.
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La Primera 19 de junio de 2009

Alzó su voz a favor de los amazónicos y contra el presidente García, y cierta prensa reptante dijo: ay, cómo dice esas cosas. Prometió volver. Luciana León tiembla.
La nativa rebelde

(1) Q’orianka enseña a defender la vida con firmeza, pero sin dejar de sonreír. (2) Regaló 50 videocámaras en Bagua para que los jóvenes registren la verdad. Pidió ayuda para los heridos.

Activa, esbelta, indomable, Q’orianka Kilcher, la bella acuariana de 19 años de edad, viaja por el mundo para cumplir el sueño de darle voz a los sin voz. Es, en cierta forma, como nuestro Julio Ramón Ribeyro, el de “La palabra del mudo”, pero sin prosa fina ni libros publicados, y, al contrario de lo que era el buen Ribeyro, Q’orianka tiene muchas ganas de hacerse notar, hacer películas por montones y cantar ante un auditorio de miles de fanáticos.

—Si para algo me sirve la fama es para ayudar a mis hermanos (los nativos). Yo no puedo callarme cuando ellos están muriendo, cuando ellos están luchando —dice, claro y directo, sin ambages, y me clava sus ojazos de Pocahontas.

—¿Muriendo, luchando?

—Están sufriendo y han pagado con su vida la defensa de sus derechos, que son también nuestros derechos.

Fue una niña extrovertida, inconforme, de esas, inquietas y buenas, que siempre quieren salirse con la suya, porque suelen tener razón. En aquel tiempo, quitándole horas al sueño, para cumplir el sueño de mejorar las cosas, tocaba el piano horas y horas mientras sus amigas jugaban en el parque. Le gustaba subirse a la mesa del comedor de la casa para cantar y así arrancar los aplausos de la familia. Ser cantante fue, digamos, su primera vocación. Cierta noche, con menos de 10 años de edad, en un concierto de los Rolling Stone, lloró desconsoladamente de alegría y emoción al darse cuenta que sí es posible reunir a tanta gente en torno a un mismo mensaje, el de la música. Su madre le preguntó: ¿Por qué lloras? Es que me gustaría que a mí también me escuchara tanta gente ¿Pero para qué quieres que la gente te escuche? Para darle mi mensaje de amor y vida y así colaborar con el cambio de mundo. La niña Q’orianka soñaba ya con un mundo sin odios, sin discriminación, con un mundo donde gentes de diversas culturas puedan entenderse, ayudarse y vivir en armonía.

—No entiendo por qué, con tanta modernidad, los peruanos no hayan entendido aún que la gente no debe matarse para solucionar sus problemas.

Aprendí en los viajes

Nació en Schweingmatt, un pueblito de catorce casas en una montaña remota de Alemania y fue creciendo en los viajes constantes de su mamá Saskia Kilcher, una sonriente señora de trenzas rubias que no sabe eso de quedarse a vivir en una sola casa. Algunos dicen que su madre nació en el océano Atlántico en un barco de exportación y que es tan viajera que su pasaporte siempre está a la mano. Fue ella quien le hizo conocer el mundo a Q’orianka. La trajo al Cusco cuando la Pocahontas tenía cinco meses de nacida, con la ilusión de encontrar un lugar tranquilo para vivir. Pero eran tiempos del terrorismo y un bombazo a doscientos metros de la casa donde vivían obligó a partir a Saskia, de la mano con su hija. Después de recorrer pueblitos de la sierra y la selva del Perú, países y ciudades de Europa, anclaron en Hawai, donde Q’orianka estudió todo lo que pudo: actuación, música, danza, teatro.

—Nos quedamos en Hawai, con mucho aloha y tranquilidad, porque es un lugar hermoso para que los niños crezcan —dice su madre y aclara que ahora viven en Los Ángeles.

A Q’orianka no hay que decirle que está mal algo que ella hace, porque no parará hasta lograr que ese algo le salga bien. Fue lo que pasó con la actuación y por eso ahora hace todo lo posible para convertirse (lo está logrando) en esa actriz que todo el mundo quiere ver. “Quiero tener voz para ayudar a la gente a ser mejor”, dice. Aguerrida y valiente, le entra a la lucha sin freno, si de defender a los que no tienen voz se trata y si éstos son nativos con mayor razón, porque dentro de ella fluye sangre nativa. Su padre es un nativo quechua-huachipaeri.

Debo viajar
Hace unos días, cuando estaba muy tranquila en su casa de Los Ángeles, esperando respuestas de directores para nuevas filmaciones, la televisión empezó a informar que en la selva de un país sudamericano había ocurrido una matanza de nativos y que las cifras oficiales sostenían que en un enfrentamiento entre policías y nativos, había dejado un saldo de 34 muertos. “La noticia me llenó de gran tristeza e impotencia y quise saber que había ocurrido en realidad, por eso, me presté dinero y vine a la tierra de mi padre”, dice.

Llegó casi una semana después del trágico viernes cinco de junio, cuando el líder nativo Alberto Pizango estaba ya refugiado en la Embajada de Nicaragua, porque la policía le pisaba los talones. Para librarse de culpa, el presidente García había dicho que el responsable de matanza de policías y civiles era Pizango. El mismo día que llegó a Lima participó en la jornada nacional de apoyo a los amazónicos, junto a estudiantes universitarios y artistas. En la Plaza Francia (Cercado de Lima) cubrió sus labios con una cinta adhesiva con la inscripción: “Escuchen al pueblo”.

Fue García
Un día después, en las oficinas de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), organización que la nombró mensajera de los amazónicos, Q’orianka le saltó al cuello al presidente García, ante el asombro de los periodistas acostumbrados de que al señor de la banda (presidencial) no se le debe tocar ni con el pétalo de una rosa. Dijo que el principal responsable de las muertes de policías y nativos es García por haber dado la orden de despejar la carretera Fernando Belaunde Terry en Bagua sin medir las consecuencias y que Pizango es un líder que los jóvenes debían seguir. “Si Alan García está vendiendo la selva es porque no tiene la capacidad de ver a futuro”, dijo.

La portátil de la prensa alanista comenzó entonces a hostigarla con preguntas agresivas que jamás le harían a un político aprista y hasta la “compañera” Luciana León metió su cuchara, tal vez creyendo que esta vez sí la hacía, que con una actriz jovencita sí podría lucirse, que podría hacer un faenón, pero apenas le salió una faenita. Dijo que la actriz estaba manipulada y que había venido financiada con dinero de una ONG ecologista. Pobrecita Luciana, recibió un vuelto que le bajó la moral hasta el subsuelo. “A mí no me manipula nadie. Yo hago lo que hago porque lo siento. A mí no me paga nadie. Yo he venido para prestarles mi voz a mis hermanos. En vez de criticarme, la congresista debería enfocar mejor su trabajo que para eso le pagan todos los peruanos. Yo que vivo en Estados Unidos estoy aquí para ver qué sucede con mis hermanos; en cambio, ella huye tras un amor a Nueva York cuando debe estar aquí, que es su deber. Dice que no sé nada; pero estoy enterada de que su padre está preso por corrupto”, le replicó Q’orianka, ante lo cual la rubia se batió en retirada con el clásico “yo no me voy a rebajar…”

Vamos a Bagua
“No podía quedarme sentada, tenía que hacer algo, por eso fui a Bagua”, dice la actriz, mientras prepara su viaje a Iquitos.

Q’orianka estuvo en Bagua, palestra de una batalla absurda; lugar donde los amazónicos gritaron por la vida y pusieron el pecho por sus tierras y murieron cruelmente; espacio donde los policías intentaron poner orden pero balas malditas acabaron con sus vidas; Bagua, símbolo de que el Perú está aún está partido, como en tiempos en que el invasor barbón hacía lo que quería en estas tierras del nuevo mundo; Bagua, pedazo del Perú donde el sello de la barbarie y la crueldad estremeció al mundo.

Allí regaló cincuenta cámaras de video a los jóvenes de la zona para que registren la verdad; visitó hospitales y calles, plazas y casas humildes; encontró jóvenes inocentes con balas en los pulmones que le pedían ayuda; niños con hambre y sed; nativos refugiados; madres desoladas; vio un lugar con ganas de volver a ver el sol de la misma manera que antes de los muertos.

“Vi a un chico quejándose en una cama humilde del hospital de Bagua Chica porque tenía una bala en los pulmones. Pido al presidente García que envíe un helicóptero para trasladar a los heridos del hospital de Bagua Chica hasta un nosocomio más equipado. Nunca es tarde para hacer una buena acción. Si yo tuviese plata, alquilaría un helicóptero y ayudaría a los enfermos”, dice y siente que un nudo quiere desatarse en su garganta, pero no llora.

“Lloré cuando me enteré de las muertes; pero ahora hay que ser valientes. Hay que ser valientes para hacer una cruzada en el país, en el mundo, para que la gente entienda que no podemos matarnos entre hermanos”, refiere.

En Iquitos
Sin ningún momento de sosiego, Q’orianka también viajó a Iquitos. Ahí participó en un acto de solidaridad con los habitantes amazónicos maltratados por el olvido; fue la estrella en el concierto “Por la vida, territorios y dignidad amazónica”. Luego de ello, cuando vio el bello cielo de Iquitos pensó que no había hecho lo suficiente por sus hermanos, que pudo hacer más, y sintió una gran tristeza al imaginar que más muertes pueden ocurrir en este país donde la democracia es sólo un concepto guardado en los libros. Pensó, sin embargo, que su regresó al país valió la pena, que de algo sirve ser un actriz que la prensa toma en cuenta. “Ella siempre quiso ser famosa, para ayudar a la gente, a sus hermanos”, dice su madre-compañera-amiga-manager.

Volveré
El miércoles retornó a Estados Unidos para hablar con unos productores de cine; pero prometió volver pronto para quedarse hasta agosto por lo menos. Su paso fugaz por el Perú fue una lección de valentía y coraje, que nuestras actrices de casa deberían imitar. Q’orianka es una voz bizarra, casi temeraria, altamente recomendable para los jóvenes y adultos acomodaticios con el poder y el sistema. Q’orianka es un ejemplo de disidencia juvenil por la defensa de las grandes minorías. Paco Moreno
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LA REPUBLICA 16 06 09

Regaló videocámaras y visitó la Curva del Diablo en Bagua
Q’orianka sigue buscando muertos. Y ayer participó en concierto benéfico en Iquitos.

Continuando con su búsqueda de la verdad, Q’orianka Kilcher, ya en Bagua, regaló cincuenta videocámaras a los pobladores amazónicos para que registren testimonios que ayuden a encontrar a los indígenas desaparecidos durante el desalojo de la carretera Belaunde Terry.

Aunque, después del incidente con un reportero de Frecuencia Latina, Kilcher se niega a dialogar con la prensa, durante la entrega de las videocámaras pronunció las siguientes palabras: “Quiero saber dónde están las personas desaparecidas. Por eso les entrego estas cámaras muy pequeñas para que busquen testimonios e información y darlas a conocer a nivel internacional, para que todos conozcamos la verdad”.

La llamada ‘Pocahontas peruana’ también visitó la Curva del Diablo, lugar donde el pasado cinco de junio tuvo lugar el enfrentamiento entre las fuerzas del orden y los indígenas, que produjeron un saldo de muertes sobre cuyo número se ha generado todo un debate nacional.

Muy apenada, observó los vestigios de violencia a ambos lados de la carretera: linternas calcinadas, polos y shorts desgarrados, así como botellas llenas de chicha.

Luego, la joven actriz se dio tiempo para ir a visitar a los heridos que aún están en el hospital Gustavo Lanatta Luján y oír los testimonios de sobrevivientes.

Ayer, Q’Orianka llegó a Iquitos y participó del concierto “Por la vida, territorios y dignidad amazónica”, organizado por los artistas más conocidos de la provincia.
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EL COMERCIO JUNIO 13, 2009

Q’orianka Kilcher: “Alberto Pizango está en mi corazón”

22:05 | La ‘Pocahontas’ peruana dice desconocer los decretos legislativos que rechazan los nativos pero que los está ‘estudiando’. Por la noche intentó visitar a Pizango en la embajada de Nicaragua

La actriz alemana de raíces peruanas Q’orianka Kilcher, quien protagonizó junto a Colin Farrell la película “El Nuevo Mundo”, expresó hoy su total respaldo a Alberto Pizango, ex presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), quien permanece en la sede diplomática de Nicaragua en Lima a la espera del salvoconducto que le permitirá asilarse en ese país.

En una conferencia de prensa con representantes de la Aidesep, Q’orianka Kilcher dijo que el requerido por la justicia peruana -por los hechos de violencia ocurrido en Amazonas, que dejó 24 policías y nueve nativos muertos- tiene mucho coraje y que por ese coraje ahora su vida está amenazada. Agregó que si los jóvenes del Perú necesitan un líder deben mirar hacia él.

En otro momento, la joven se preguntó por qué el presidente Alan García está tan apurado en vender el bosque amazónico. “No va a quedar nada para las generaciones futuras”, señaló. Sin embargo, agregó que no conoce el contenido de los decretos 1090 y 1064, rechazados por las comunidades nativas de la selva, pero que los está “estudiando”.

Como se recuerda, la joven de 19 años, arribó el jueves a Lima para apoyar las demandas de los nativos de la Amazonía.

ENCABEZÓ VIGILIA
En horas de la noche, Q’orianka lideró una vigilia frente a la embajada de Nicaragua en apoyo a Alberto Pizango quien se ha refugiado en dicho lugar.

Con velas y rezos, un reducido grupo de manifestantes de Aidesep quisieron que la ‘Pocahontas’ visite a Pizango pero se le fue impedido.
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-----Mensaje original-----
De: valetodo@yahoogroups.com En nombre de EDGAR VALDIVIA ISUIZA
Enviado el: Miércoles, 17 de Junio de 2009 11:33 p.m.
Para: Centro Amazónico de Estudios
Asunto: Valetodo - Pocahontas y la viuda de Montenegro.

Moisés Panduro Coral

Lo poco que sé de Pocahontas se debe a la película “El nuevo mundo” que la televisión por cable puso en cartelera hace ya algún tiempo. Las referencias que ubican la historia entre mediados del siglo dieciséis y principios del siglo diecisiete, dicen que Pocahontas fue una princesa indígena, hija mayor del jefe de los powhatan, una etnia que pobló ancestralmente el territorio norteamericano.

Cuando los colonos ingleses llegaron a la zona fundaron Jamestown, uno de los varios asentamientos con la que se inició la ocupación de territorios en esta parte del continente. Pocahontas se hizo amiga de los colonos de Jamestown, llegando en una ocasión a salvar la vida del capitán John Smith cuando éste fue capturado por guerreros indígenas. Se dice que cuando Smith estaba recostado sobre una piedra para ser ejecutado, la joven Pocahontas se tiró encima de su cuerpo para impedir que sea eliminado.

He leído algunos comentarios en los que se señala que, en realidad, no es que Smith haya sido salvado por Pocahontas, sino que el gesto de ésta habría sido parte de un ritual que simbolizaba la muerte del condenado en su condición de forastero y agresor y su renacimiento como miembro de la tribu. No sé si quedarán descendientes de los powhatan o vestigios de su cultura, de su lengua o de sus costumbres, lo cierto es que la historia de Pocahontas ha inspirado películas y unos divertidos dibujos animados. De hecho, a una de mis hijas, le encanta la letra de la canción “Colores en el viento”: Crees que es tuyo todo lo que pisas, te adueñas de la tierra que tu ves, mas cada árbol, roca y criatura, tiene vida, tiene alma, es un ser.

Pero no es de la romántica historia de esta Pocahontas indígena de la que quiero comentar. Quiero referirme, -con el respeto que se merece por ser una dama-, a la actriz alemana de raíces peruanas llamada Q’Orianka Kilcher que encarna a Pocahontas en la película mencionada. Q’Orianka Kilcher vino al país -llegó a Iquitos también- y en una conferencia con parafernalia asegurada, que incluía hasta un atuendo de plumas sintéticas que la susodicha llevaba en la cabeza, se despachó contra todo aquel que no esté sintonizado en la onda de mirar de un solo lado los trágicos sucesos de Bagua. La crónica periodística señala que Q’Orianka derramó lágrimas cuando se solidarizó con los nueve indígenas muertos. Bien derramadas están, -no sé si fingidas o auténticas-, las lágrimas de Q’Orianka, por que toda muerte debe afligirnos, conmocionarnos. El detalle es que a Q’Orianka no se le cayó ni media lágrima por ninguno de los veinticinco policías asesinados. Es más, ni los mencionó.

Vino Q’Orianka a Perú a hacer lo mismo que otros hacen desde diversas posiciones, es decir, a dividirnos a los peruanos en dos bandos que más o menos serían los equivalentes a los buenos y a los malos de la película. Los malos del gobierno versus los buenos de la oenegé Aidesep. Los malos de los policías versus los buenos de los indígenas. El malo de Alan García que ha promulgado los decretos legislativos versus el bueno de Alejandro Toledo que dice que el TLC que él negoció no contemplaba la expedición de estos decretos. Precisamente, de esa división intrigante nace la senderización mental que de manera muy sutil, -sesgando los hechos- nos trata de inculcar, ya no sólo en el cerebro si no en los corazones, que no importan los policías asesinados si no sólo los indígenas muertos. Hay varios pronunciamientos, opiniones, manifiestos, actos políticos y hasta religiosos que, con la complicidad de algunos medios de comunicación, han buscado imbuirnos de esa perniciosa forma de ver un suceso sangriento como el ocurrido el 5 de junio.

Lo de Q’Orianka ha ido por ese sendero. Como verán, nada tiene que ver la historia de vida y de respeto a la naturaleza que Pocahontas enseña, con el pensamiento inclinado de Q’Orianka en el tema de Bagua. No es por tanto, una simpleza que la jovencita buena de la película no sepa ni una letra de los decretos legislativos, y simplemente suelte -como si nada- que Alan García está “apurado en vender el bosque amazónico” y “no va a quedar nada para las generaciones futuras”. ¿Se da cuenta usted?. ¡No ha leído ni una frase de los condenados decretos legislativos, pero sus prejuicios elaborados con escasas horas de anticipación, lo han llevado a la torpeza de pronunciar semejante pazguatería!.

Esta aprehensión tergiversada de las cosas, sin embargo, colisiona notablemente con la percepción mesurada, fraterna y solidaria que hemos podido escuchar de una peruana auténtica, libre de rencores, esposa de un policía, madre de dos jóvenes, hoy viuda. Viuda, al igual que otras mujeres indígenas que han perdido también a sus esposos en esta desconexión política, social e institucional que ha sido bien aprovechada por maximalistas antisistema, -a quienes, a decir de comentaristas y líderes de opinión centrados, no les interesan los decretos legislativos, ni los indígenas, sino traerse abajo el TLC con los Estados Unidos-, trocándolo en un hecho funesto que ha enlutado a 34 familias peruanas.

Pues bien, esta compatriota, -que desde su nobleza ciudadana y, por supuesto, desde su dolor, ha hecho una crítica respetable a las deficiencias del gobierno en el manejo de este conflicto-, es la señora Flor Vásquez, esposa del comandante Miguel Montenegro. En un mensaje que pidió sea traducido, ella se dirigió a los pobladores indígenas diciendo que quería que sepan que su familia no les guarda rencor y que si ellos lo hubieran conocido un poquito más a su esposo, seguramente que lo hubieran protegido.

¡Cuánta diferencia hay entre las percepciones de Q’Orianka y la de la viuda del comandante Montenegro!, pues no se trata de dividir a los peruanos entre los buenos y los malos, como en una película. Mientras Q’Orianka, una honorable ciudadana extranjera, -con sus expresiones y gestos-, ahonda aún más esa disparatada división entre buenos y malos que muchos se empecinan en meterle fierro a fondo para “agudizar las contradicciones” sin medir las consecuencias que un discurso facilista, primitivo y simplón como ese puede traer para el país, la compatriota nuestra, sin perder su actitud crítica, preconiza el perdón, muestra una flor blanca de paz y asume con integridad ejemplar la tragedia para su familia.

Odio en mi corazón, nunca escuché yo soñar, dice la letra de una canción de Pocahontas. Y la peruanísima señora Montenegro lo interpreta, de lejos, mejor que la alemana Q’Orianka.
http://www.proycontra.com.pe/2009/06/17/pocahontas-y-la-viuda-de-montenegro.pro#more-8600.

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