LA TOTORA CONQUISTA EUROPA

EL COMERCIO AGOSTO 2, 2009

PATRIMONIO
La totora conquista Europa
Por: Enrique Sánchez Hernani

George Teodorescu es un arquitecto alemán que investiga las posibilidades de la totora en aplicaciones contemporáneas. Realizará este trabajo con un grupo de estudiantes de la Universidad Católica. La investigación arrancará en setiembre de este año en Puno, involucrando en el proceso a los artesanos de las islas de los Uros.

Recurso vegetal
La totora es una planta que crece en las zonas andinas, como el lago Titicaca y también en la costa peruana. En las alturas se pueden ver embarcaciones de este material y también en las playas norteñas, por ejemplo. La totora ha sido utilizada en el Perú desde tiempos muy antiguos, pero quien le prodigó su bautizo moderno fue el explorador noruego Thor Heyerdahl, que arribó a la celebridad en 1948 al construir una nave con esta planta acuática: la celebérrima Kon-tiki, con la cual navegó por el Pacífico partiendo del Perú. El noruego recorrió 4.300 millas desde el Callao hasta las islas Tuamotu, demostrando que era probable que los antiguos americanos hubiesen viajado a la Polinesia.

Gran interés
La primera vez que el profesor George Teodorescu supo de la totora fue hace treinta años. Leyó un libro de Heyerdahl sobre las ventajas de esta en la construcción de la nave que lo había llevado del Perú a la Polinesia y le pareció un material fascinante. Con el correr del tiempo, y sin olvidar aquella antigua impresión, Teodorescu vino al Perú a saldar su vieja deuda. El profesor arribó con estudiantes de su universidad alemana, provenientes de India, China, Macedonia y Alemania, para que conjuntamente con un grupo de estudiantes de nuestro país desentrañen todo el potencial de la planta. La primera estancia fue en Puno y de allí marcharán a Stuttgart.

Aislante térmico
El objetivo del proyecto es desarrollar nuevas aplicaciones con la totora para ampliar la cartera de productos de los artesanos uros, y así contribuir a elevar sus ingresos y reforzar su autoestima. La idea es lograr usar esta especie para satisfacer necesidades del mundo moderno. Entre las nuevas aplicaciones que se investigan está su potencial como material de construcción en conjunción con el adobe. También se espera evaluar otras potencialidades como sus cualidades de insulante o aislante térmico (protector de las bajas o altas temperaturas) y como material con grandes ventajas acústicas, campo aún no explorado.

De Puno a Alemania
Tras el viaje a Puno para tomar contacto con los artesanos uros, los estudiantes peruanos viajarán a Alemania por medio año para continuar con las investigaciones. Al cabo de este tiempo la Universidad de Stuttgart invitará a tres artesanos de Puno, los cuales llevarán veinte toneladas de totora para desarrollar una clase maestra para los estudiantes alemanes. El viaje ayudará a tantear el incipiente mercado europeo para este exponente de la flora peruana y los materiales que puedan desarrollarse a partir de él. Luego el proyecto se replicará en otros países de América Latina, África del Sur, y la India, contando con el concurso de diversas universidades.

Tradición y tecnología
Teodorescu confía en el éxito de la transmisión de tecnología de los uros a los estudiantes alemanes. Hay que tomar en cuenta que ellos manejan el material desde hace unos tres mil años, viven en islas flotantes de totora, en casas de totora, con muebles de ese material y hasta tienen comida en base a los tiernos cogollos de ella. “Es una cultura muy especial —señala el académico— con el material que tienen a mano han sabido resolver sus problemas y necesidades vitales. Es importante que trasmitan sus conocimientos de cómo desarrollar soluciones creativas en áreas específicas, juntando el talento y la experiencia e investigación académica”.

Teodorescu no está interesado en desarrollar souvenirs para turistas, sino en crear productos más complejos que aporten soluciones a la vida del mundo actual. Podrán construirse muebles, por ejemplo, que además de su utilidad aportarán nuevos conceptos estéticos.

Ventajas modernas
Teodorescu cree que en Europa la fibra de totora, por su capacidad como aislante térmico y acústico pueda convertirse en un filtro para nuevas aplicaciones en el campo de la vivienda y la arquitectura. Con la propuesta de juntar la tecnología de la totora con la del adobe se busca fortalecer y hacer más durable este último material. “Al ser una planta acuática, la totora es muy resistente a la humedad y a climas con variaciones muy drásticas. Su utilidad como aislante es clara por la misma conformación de la planta, llena de pequeñas cavidades con aire, muy similar a una esponja”, señala Teodorescu.

En Europa se propondrá utilizar la totora que crece no solo en los alrededores del lago Titicaca sino la que brota a lo largo de la costa central y norte del Perú, donde crece al lado de otros tallos similares como el junco y la matara. En pocos años la tecnología de los uros podría ser usada en Europa. Otro aporte de la ancestral tecnología y creatividad peruanas para el planeta.

Los antiguos uros
Los uros son un grupo étnico que vive en el lago Titicaca, distinto a los aimaras y los quechuas. Sus orígenes datan de épocas anteriores a los incas. Antropólogos, como Luis Guillermo Lumbreras, han aventurado la hipótesis de que los uros son descendientes de una migración que llegó al suroeste peruano desde la Polinesia, y que se constituyeron como un grupo cultural y humano independiente, que se desarrolló de manera autónoma respecto al que fue colonizando América del Sur y que luego formaría el Tahuantinsuyo. Hay otras teorías, sin embargo, que emparentan a los uros con los primeros pobladores de América. Desde épocas muy remotas los uros dominaron el uso de la totora. La pericia de estos peruanos con esta planta silvestre es tal que han logrado construir sus célebres islas flotantes. En ellas habitan. Estas islas son construidas íntegramente con bloques de raíces de totoras que al descomponerse producen gases que quedan atrapados en la maraña de raíces, permitiendo la flotación. Sobre estos bloques de raíces, los uros colocan varias capas de totora seca sobre la cual edifican sus viviendas, usando el mismo material. Las cabañas así construidas tienen un magnífico aislamiento térmico que sirve para soportar las gélidas temperaturas que se abaten sobre el Titicaca. Las islas flotantes de totora están ancladas mediante varas de madera clavadas en el lecho del lago.

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