GOBIERNO REGIONAL DE MADRE DE DIOS RECONOCE CRISIS POR MINERIA INFORMAL


EL COMERCIO ABRIL 22, 2009

Gobierno regional de Madre de Dios reconoce crisis por minería informal

7:22 | Según el titular regional, Santos Kaway, el problema llegó a un punto que “ya se les escapó de las manos”

Por Ricardo León

Que la minería informal y artesanal esté causando estragos en los bosques de Madre de Dios sin ningún tipo de control, es preocupante. Pero que el presidente regional reconozca que nada puede hacer para contener a las miles de personas que buscan oro y que para ello destruyen bosques a punta de motosierras y mercurio, ya es alarmante.

“Lo digo con toda franqueza: este problema ya se nos escapó de las manos”, declaró ayer Santos Kaway, titular de la región Madre de Dios. “Así se nos destinen fondos presupuestales, este problema rebasa la capacidad de acción del gobierno regional”, agregó.

TRABAJO CONJUNTO
Como informó este Diario en los últimos días, en esta región de la Amazonía se han destruido alrededor de 150 mil hectáreas de bosques para el desarrollo de la actividad minera informal. En las localidades de Delta 1 y Huepetuhe, y más recientemente en Guacamayo —donde, en apenas dos años, la destrucción es irreversible y sus consecuencias son incalculables, y todo ello a menos de 100 kilómetros de Puerto Maldonado—, se ha generado un movimiento económico basado en esta actividad, lo que ha traído consigo problemas de contaminación y el deterioro de los bosques, pero además ha permitido el crecimiento de la prostitución, el alcoholismo, el comercio informal, la explotación infantil y otros problemas de tipo social.

La Defensoría del Pueblo, a través de su adjunto para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas, Iván Lanegra, indicó que el Gobierno Regional de Madre de Dios no ha cumplido con los requisitos para ejercer las funciones del sector Energía y Minas.

“Ello denota la todavía poca capacidad técnica, presupuestal y humana para afrontar el tema de la pequeña minería y la minería informal”, señaló Lanegra.

Por otro lado, según indicó el director regional de Energía y Minas de Madre de Dios, Ronny Pastor, la falta de presupuesto para cumplir las funciones otorgadas por el Gobierno Central, impide llevar a cabo planes de solución.

Sin embargo, Kaway asegura que ni con la asignación de presupuesto se podría contener esta crisis, a menos que se desarrolle un trabajo multisectorial. “Necesitamos a los tres poderes del Estado. Los ministros ya están al tanto de esta situación, pero emitiendo leyes no se soluciona nada”, indicó. “Se podría ir y quitarle las máquinas a un minero, pero al día siguiente se compra otra. Es muy difícil fiscalizarlos”, concluyó.

El titular regional, que se encuentra de paso por Lima, anunció que conversará con representantes del Ejecutivo (incluido el propio presidente de la República, Alan García) para proponer medidas de solución.

EL DATO
Al aire libre
Se calcula que cada año se utilizan 70 toneladas de mercurio en las zonas mineras de Madre de Dios.
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EL COMERCIO ABRIL 22, 2009

Minería informal en Madre de Dios afecta el sistema de humedales y aguajales

15:21 | El investigador John Janovec asegura que, si no se toman medidas para contrarrestar el problema, en cinco años el daño podría ser irreversible

(Andina).- El sistema de humedales y aguajales de la cuenca de Madre de Dios se ha visto afectado por la proliferación de asentamientos de extracción minera informal de oro, afirmó John Janovec, investigador y científico de Botanical Research Institute of Texas (BRIT), filial Perú.

El investigador afirmó que, si no se toman acciones, en cinco años el daño podría ser irreversible, pues el descenso de la producción de oro en otras zonas del departamento como Huepetue ha ocasionado que la extracción minera se traslade a los referidos humedales.

También señaló que un estudio en la zona indica que existen campamentos mineros en 25 de los aproximadamente 35 humedales de la zona, lo que se ha dado progresivamente desde el 2003.

El científico recordó que la importancia de los humedales, aparte de su enorme belleza, radica en que son un foco biológico sustancial que posee especies de peces endémicas que viven solo ahí y en las quebradas o ríos adyacentes.

Asimismo, son refugios de los mamíferos de Madre de Dios y hábitat de al menos 50 variedades de orquídeas y de innumerables animales como los guacamayos azul-amarillo.

Janovec dijo que este problema debe ser solucionado en forma concertada entre las instituciones públicas y privadas involucradas, creando restricciones para que la extracción minera no avance hacia los humedales que aún no han sido afectados.

Igualmente recomendó que en los humedales que ya cuentan con campamentos mineros se deben hacer estudios para conocer las proporciones del daño y buscar alternativas para que la extracción minera pueda coexistir, como drenar el agua contaminada, reforestar, cultivar el aguaje.
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EL COMERCIO ABRIL 21, 2009

La epidemia del oro se expande en Madre de Dios

8:17 | En Huepetuhe, el 100% de los niños tiene parásitos en el cuerpo. Además se ha desatado una epidemia de conjuntivitis

Por Ricardo León, enviado especial

Un día cualquiera en Huepetuhe es una suma de sinsentidos. A pocas cuadras del hospedaje más o menos decente de este pequeño pueblo, la tienda Oro Fino se marketea en la fachada apelando a la retórica macro: Minería para un Perú poderoso.

Nadie sabe nunca cuánto oro compra o vende esta tienda, pero debe ser mucho porque su chimenea —como pollería— expulsa humo todo el día: es lo que emana la quema de mercurio para obtener el oro puro. El local fue construido, al igual que casi todas las viviendas aquí, sobre relaves mineros. Toneladas de barro y mercurio que se han convertido, por efecto del aplastante calor, en tierra relativamente seca, en cimientos relativamente estables.

Las radioemisoras locales completan un paisaje enervante. La música es variada, pero las tandas comerciales anuncian lo mismo: los talleres de mecánica y sus ofertas para la reparación de camiones, los clubes nocturnos y sus corpóreas promociones noctámbulas.

A unos 500 metros, frente al pueblo, la zona minera asoma como un enorme cañón de cerros rojizos. Hace 30 años todo esto era monte. Ya todo cambió: hasta hoy se ve lo que era la pista de aterrizaje para avionetas.

También hay problemas invisibles e inaudibles. El médico de la posta se llama Javier Paredes. Con más resignación que rabia, reconoce que el 100% de los niños de Huepetuhe tiene parásitos dentro del cuerpo. Con más impotencia que pesimismo, comenta que en medio del hacinamiento se ha desatado una incontenible epidemia de conjuntivitis. Con más ironía que asco, explica que felizmente abundan los gallinazos en el pueblo, que ellos se comen la mitad de la basura, que sin ellos habría más enfermedades aun.

Según los cálculos más optimistas, este es el futuro de Delta 1 y Guacamayo, los otros dos grandes focos de minería informal de Madre de Dios. En Delta 1 las herramientas rudimentarias ya no ayudan tanto: pronto entrarán las retroexcavadoras para buscar más oro. En Guacamayo los mineros se han dado con la sorpresa de que se puede buscar el mineral sin rendirle cuentas a nadie: pronto habrá más caseríos a los alrededores de las bombas de succión.

Esta situación alcanza estándares críticos. Para Iván Lanegra, adjunto de la Defensoría del Pueblo para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas, esta es una práctica insostenible: “Debe asignarse fondos especiales para atender la agenda de la minería informal en aquellas zonas fuertemente impactadas, como Madre de Dios”.

En un lugar así, un letrero que en una única frase incluye las palabras minería, Perú y poderoso parece un chiste cruel.
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PERU 21 ABRIL 21, 2009

"Solo 16 de 2,800 mineras de oro son formales"

El director regional de Energía y Minas, Ronny Pastor Velásquez, dijo que se está revisando 100 estudios de impacto ambiental. Informó que ya se han cerrado los petitorios para que se abran nuevas concesiones.

Actualmente, solo 16 de las dos mil 800 concesiones mineras del departamento de Madre de Dios dedicadas a la extracción de oro son formales. Así lo informó el director regional de Energía y Minas, Ronny Pastor Velásquez.

El funcionario explicó que, según la Ley de Formalización y Promoción de la Pequeña Minería y la Minería Artesanal, una concesión es informal si no cuenta con la respectiva certificación ambiental, y apuntó que, en Madre Dios, este requisito solo es cumplido por 16 de ellas.

“En estos momentos venimos revisando 100 estudios de impacto ambiental. Nuestro trabajo es formalizar a las mineras que cuenten con título y, por eso, estamos haciendo trabajo de campo, talleres informativos, etc.”, declaró a la agencia Andina.

Pastor refirió que el 19 de marzo se cerraron los petitorios a nivel departamental para que se abran nuevas concesiones. “Es una medida que traerá problemas de informalidad. Sin embargo, queremos ver el apoyo que nos va a brindar el Gobierno Central al respecto”, sostuvo.

Agregó que este año solo cuentan con un promedio de 70 mil soles para formalizar la minería en Madre de Dios, “pese a que la dirección regional había pedido unos 250 mil soles para erradicar este problema”.

DAÑO ECOLÓGICO. Al respecto, Pastor Velásquez dijo que la minería informal, en la que trabajan entre 10 y 15 mil pobladores, ocasiona daños al medio ambiente por la depredación de los bosques. “El uso inadecuado del mercurio también contamina los ríos, lo que constituye un grave riesgo para la salud de las personas”, enfatizó.

Ronny Pastor apuntó que esta situación es más latente en las localidades de Huepetuhe y de Guacamayo, cuyos habitantes viven en condiciones de pobreza a pesar de la riqueza que los rodea.

El funcionario acotó que para evitar la informalidad en la minería en esta región se necesita más recursos, así como logística y personal calificado.
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EL COMERCIO ABRIL 20, 2009

El drama de la minería en Madre de Dios: El oro que no hizo rico a un pueblo

9:02 | Diez mil personas en Huepetuhe tienen sus casas sobre relaves mortales. Anualmente se vierten 450 toneladas de mercurio en sus ríos

Por: Ricardo León
Enviado especial

En Huepetuhe, un pueblo de muy difícil acceso en la todavía enmarañada selva de Madre de Dios , se cumple con amarga exactitud lo que dijera Raimondi del Perú: “es un mendigo sentado en un banco de oro”. Tanto lo es que el oro extraído informalmente oscila cada año entre US$ 250 millones y US$300 millones. Pero nada de esta riqueza ha mejorado la vida de sus 10 mil habitantes. Como el mercurio que los envenena, se ha ido a otros bolsillos y solo les ha dejado una tierra de muerte. Hay tres formas de entender lo que pasa en Huepetuhe.

1. PUEBLO SIN LEY
Primero, asumiendo este espacio como una unidad social sin leyes de ningún tipo. En una de sus calles principales, junto a la puerta del burdel La Jaula, un letrero invita a ingresar al local con un eslogan que hasta parece oficial: “Huepetuhe, la capital peruana del oro”. Este pueblo es el arquetipo de la expansión licenciosa de la minería informal.

2. UN NUEVO FEUDO
También se puede entender a Huepetuhe como un universo feudal. Esta historia comienza en la humilde Quispicanchi, Cusco. Era muy joven Cecilio Baca Fernández en 1947 cuando fue asignado a cumplir el servicio militar en Madre de Dios.

Ya adulto, llegó a Huepetuhe y encontró que había cantidades sorprendentes de oro en los ríos cercanos. Con técnicas muy rudimentarias, comenzó a extraer tan codiciado mineral. El bosque, en tanto, iba cediendo terreno.

Un día Cecilio Baca necesitado de ayuda, contrató a gente del Cusco, sus paisanos. Entre ellos, a Gregoria Casas Huamanvilca, una humilde mujer que apenas maneja el español y que, años después, fue su esposa. Viejos pobladores de Huepetuhe cuentan que los esposos, en su afán por abrir la tierra y hallar oro, removieron incluso el cementerio, con cadáveres y todo.

Así se ha levantdo un pueblo donde 10 mil personas viven por o para o desde la minería. Comerciantes, mecánicos, compradores de oro, proxenetas. Para entonces, ya se utilizaban retroexcavadoras y otras máquinas amarillas y enormes que ganaban terreno en poco tiempo.

Lo curioso es que esta localidad, que carece del respectivo saneamiento básico legal, está dentro de una concesión de esta familia de nuevos ricos que se pasean entre Cusco y Madre de Dios con guardaespaldas, buscando en qué invertir su dinero. Literalmente, ellos son dueños de Huepetuhe. Y aunque todos los conocen, es muy difícil llegar a ellos y conseguir una entrevista. Nunca quieren hablar.

3. RÍOS DE MERCURIO
También se puede entender a Huepetuhe como un caserío que nace y muere en relaves mineros, que cubren la pista de la calle principal. Si uno cruza la zona minera del pueblo (apenas unos 500 metros), debe sortear los sedimentos mineros ya sólidos que hacen las veces de carretera y, por las tardes, de cancha de fútbol.

Este residuo semilíquido, que no es sino barro mezclado con cantidades industriales de mercurio, ha convertido el antiguo río Huepetuhe en apenas un remedo de acequia pardusca. Cuenta Teófilo Góngora que aquí un laboratorio extranjero investigó hace unos años los niveles de mercurio en las aguas de este río y se descubrió que se vierten 450 toneladas anualmente. Este antiguo dirigente comunal explica que, sin embargo, nadie hizo caso de la alerta. Total, con los 20 o 25 kilos de oro que se extrae a diario de la zona, qué importa que los niños se laven las manos en esas aguas.

Tan rico distrito —si aprovechara el oro extraído— no tiene redes de agua ni desagüe. Por las noches hay electricidad solo hasta las 11, excepto en las cantinas y burdeles, que prenden sus focos rojos hasta la madrugada.

“El bosque ya se perdió”, asume Teófilo. “Lo único que se puede intentar es reducir los niveles de mercurio”. Se despide en la puerta de su nueva casa; la anterior la perdió porque, un par de años atrás, llovió mucho y varias toneladas de relaves mineros enterraron decenas de viviendas. Así que construyó otra, más alta. Ahora mismo está lloviendo: las calles de tierra empiezan a brillar y no por el oro, sino por el mercurio que inunda Huepetuhe, que en el dialecto de los nativos amaracaire significa “tigrillo”.

CLAVES
De las 2.800 concesiones mineras —casi todas informales— que existen en la región, las más antiguas se concentran en Huepetuhe. Este Diario describió, en su edición de ayer, la situación de las otras concesiones ubicadas en las localidades de Delta 1 y en Guacamayo, donde los estragos socioambientales destacan a simple vista. Estos dos lugares representan el presente; Huepetuhe es, por así decirlo, el futuro.
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EL COMERCIO ABRIL 20, 2009

La lesiva ausencia del Estado en Madre de Dios

La depredación que se está perpetrando impunemente en Madre de Dios configura un delito ecológico inadmisible que tiene que frenarse y sancionarse ejemplarmente. Y es que nuevamente la irracional y lesiva explotación aurífera, principalmente artesanal e informal, ha arrasado por lo menos 150 mil hectáreas de bosques, en una Amazonía ya deforestada, cuyas reservas de flora y fauna tienen que cautelarse con el mismo celo con que hoy se extrae el oro de su subsuelo.

Nada de eso parece importar a las autoridades nacionales, regionales y municipales, miopes y cortoplacistas en las tareas de mantener el equilibrio ambiental, de impedir la afectación a recursos naturales y de garantizar que estén al alcance de las generaciones futuras, sobre todo ante las amenazas del calentamiento global y el cambio climático. Es más fácil hacerse de la vista gorda en esta tierra de nadie en que se ha convertido Madre de Dios, un departamento cuyos pobladores querían abandonar hace años ante la abrumadora ausencia del Estado.

La sensación de abandono y desamparo es ostensible; la autoridad brilla por su ausencia. De otra manera, nada explica la insultante proliferación de concesiones auríferas —2.800 en total, entre las tituladas, las caducas y las que están en trámite— ni la ampliación de las zonas de explotación de oro, ubicadas cerca de la carretera Interoceánica, en las márgenes de los ríos o donde antes había árboles.

Tampoco la sospechosa inacción e indiferencia del Ministerio de Energía y Minas y del propio gobierno regional para impedir el funcionamiento de campamentos mineros que no han cumplido siquiera con realizar los elementales estudios de impacto ambiental, pese a las ingentes cantidades de mercurio que utilizan y que terminan en los ríos, donde han comenzado a desaparecer varias especies. A ello sumemos la exclusión y crisis sociales, que afectan a menores de edad envueltos en casos de explotación laboral y prostitución.

Las fotos que publicó ayer El Comercio sobre lo que sucede en los poblados de Guacamayo, Delta 1 y Huepetuhe, son impresionantes. Delatan inoperancia y retraso, pero también impunidad ante la catástrofe ecológica y social que se permite en Madre de Dios. Deberían ser pruebas suficientes para que el Gobierno, a través de sus diferentes ministerios —incluyendo el del Ambiente— tome cartas en el asunto y exija sanción para los delitos denunciados, porque los daños perpetrados son irreparables.

Una política orientada a frenar estos problemas demanda que el gobierno regional haga su parte, aunque, como ha adelantado la Defensoría del Pueblo, carece de recursos para cumplir con las responsabilidades que en este terreno minero le ha transferido el Gobierno Central. Ahora bien, no se trata solo de recursos, sino de una política preventiva, que actúe técnicamente y que consolide canales administrativos, reguladores y judiciales para encontrar soluciones expeditivas.

El Estado Peruano no puede seguir de brazos cruzados ante el avance de la deforestación, la depredación y el resto de delitos graves e inhumanos que se perpetran en Madre de Dios. En el plano ambiental, seguimos caminando en sentido contrario al resto del mundo, que lucha de manera intensiva contra la peligrosa contaminación que el hombre ha generado.
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LA REPUBLICA 27 03 09

Adiós, Madre de Dios
Por Roberto Ochoa B.

Qué ganas de dedicar estas líneas a recomendar los circuitos turísticos de Madre de Dios. A sus cómodos albergues, a sus malocas ubicadas a orillas del río, a los paseos nocturnos en canoa para observar caimanes, a los sonidos del bosque y el rumor del río en cada atardecer, o a las agotadoras jornadas para fotografiar a las aves que habitan el último pulmón verde del planeta Tierra.

Pero no puedo darme esos lujos. Los atractivos turísticos de Madre de Dios agonizan entre los contaminantes yacimientos de oro fluvial, la amenazadora presencia de compañías petroleras dispuestas a arrasar con la selva para aprovechar sus “riquezas naturales”, las obras de la carretera transoceánica que atraviesa la selva como una enorme cicatriz de tierra y polvo, o los cultivos de coca que se expanden como una sarna arrasando los bosques nubosos de Madre de Dios.
Todo esto sin respetar los territorios de las áreas naturales protegidas que le han dado fama internacional a Madre de Dios.

La última plaga son las balsas extractoras de oro fluvial, casi siempre de brasileños, que trabajan día y noche y contaminan el medio ambiente con el espantoso ruido de sus bombas extractoras, mortificando además el sueño de los turistas alojados en los albergues locales.

Nadie los controla, pues los brasileños poco a poco se siguen apoderando de Madre de Dios ante la absoluta indiferencia de las autoridades.
Po si fuera poco, la actividad extractiva vinculada con el gas de Camisea se ha convertido en una nueva y poderosa amenaza. La Hunt Oil Company, empresa de propiedad de la familia Bush , inició las tareas de exploración en el lote 76, ubicado en el corazón de la Reserva Comunal Amarakaeri.

El faenón de la Hunt Oil Company fue firmado el 2 de mayo del 2006 y le permite la exploración y explotación de una inmensa área protegida. Los nativos han protestado pero nadie escucha sus reclamos. La empresa los quiere comprar con unos dolarillos.
Ellos, los nativos, creen que en Lima existe un Ministerio del Ambiente...¡qué ingenuos!
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LA REPUBLICA 08 de agosto de 2008

El reino de los “prostibares”

Una cerveza cuesta 12 nuevos soles y 50 soles el servicio de una menor en un "prostibar". La explotación ilegal del oro ha generado una red de prostitución infantil que se inicia en las calles de Cusco y Puno y acaba en los bares y campamentos mineros de Madre de Dios.
Miguel Gutiérrez.
Unidad de Investigación.

Falsas promesas. Como la menor que aparece en la foto, muchas adolescentes salen de sus pueblos rumbo a la zona del oro en busca de un ingreso que les permita mejorar sus vidas y la de sus familias ignorando que serán obligadas a prostituirse en los “prostibares” de Huepetuhe, Delta 1 y Colorado.

Impunidad total. Los reportes de la Defensoría de Huepetuhe, Delta 1 y Colorado señalan que una gran cantidad de niños y adolescentes son víctimas de explotación laboral y sexual por grupos de inescrupulosos que las envían a los “prostibares”.

Vidas en el fango. La prostitución infantil creció con la explotación aurífera.
Niñas llegan sin saber lo que les espera.

Puerto Maldonado. Lo que más abunda en los poblados mineros de Huepetuhe, Pukiri y Delta 1, además del oro, son los menores de edad en las puertas de los bares, más conocidos por la población como los "prostibares". Se calcula que 400 niñas y niños ejercen la prostitución a vista y paciencia de la policía en las cantinas de la zona aurífera. La gente sabe quiénes son los proxenetas y quiénes son las víctimas del comercio sexual. Todos se conocen, por eso nadie se sorprende.

Sujetos conocidos como "enganchadores'" se ubican en los mercados o paraderos de buses de las ciudades de Puno, Abancay y Cusco para captar a las menores de entre 10 a 16 años. En algunos casos son las mismas dueñas de los bares las que viajan a las localidades andinas para persuadir a las niñas o niños.

ORO Y PLACER
A las adolescentes les prometen empleos de lavandera o cocinera con salarios de 350 nuevos soles, muy por encima de los 60 que perciben como trabajadoras del hogar en sus pueblos. Para reclutarlas con rapidez, los "engachadores" les entregan ropa y pasajes como adelanto de su paga. Una vez que las niñas llegan a Madre de Dios, los "empleadores" (proxenetas y traficantes) les indican que trabajarán temporalmente como meseras en un bar.

"Les dicen que ese será el oficio por corto tiempo. Estas personas van midiendo a la adolescente. Le dicen que trabaje en la caja del bar, luego la convencen para que acompañe con una cerveza al cliente hasta que la obligan a prostituirse", explicó el jefe policial de Puerto Maldonado, el mayor PNP José Rodríguez, quien en febrero pasado recuperó a 21 menores que eran explotadas sexualmente en el poblado de Delta 1 y otros centros mineros anexos.

El gran negocio de las dueñas de las cantinas es el "pase", como suelen llamar cuando la proxeneta inicia sexualmente a la menor con un cliente.
"La trata de mujeres es una realidad en esta zona. Muchas fueron reclutadas por tipos que les ofrecen jugosos ingresos a cambio de un trabajo de doméstica, que resulta ser al final todo lo contrario", dijo el mayor Rodríguez.

Pese a la última intervención policial, la trata de mujeres para ejercer la prostitución y la explotación laboral de niños se incrementa por la demanda internacional del oro.
"Primero fue la caoba, luego vino la Carretera Interoceánica y ahora el oro. Los tres factores no han hecho más que aumentar las actividades ilegales como la prostitución", señaló el jefe policial.

SECUESTRADORES DE NIÑOS
Una investigación de campo elaborada en enero pasado por la Asociación Huarayo, una organización no gubernamental que ofrece refugio temporal a niños víctimas de la explotación laboral y sexual, indica que por lo menos 200 niñas terminan sometidas a violaciones sexuales en la zona minera de Delta 1.

"Quienes se resisten son obligadas a devolver los costos del viaje, hospedaje y alimentación, pero al no contar con el dinero tienen que aceptar, tarde o temprano, las exigencias del empleador o empleadora", dijo el director de la Asociación Huarayo, el sociólogo Óscar Guadalupe Zevallos.

En su visita al poblado minero de Delta 1, Óscar Guadalupe constató la existencia de más de 100 bares ubicados en los alrededores del centro minero. "Calculamos que en cada bar hay en promedio cinco chicas, de las cuales dos son menores de edad, por lo que podemos decir que 200 son adolescentes víctimas de explotación sexual", afirmó.

Como en otros pueblos mineros de Madre de Dios, la presencia de la autoridad es casi inexistente. El teniente gobernador, el acalde delegado y la Defensora del Niño son los únicos representantes del Estado, y frente al sistema de explotación es poco lo que pueden hacer. Además de no percibir ningún reconocimiento económico por su labor, ellos arriesgan su vida en esas localidades sin ley.

"La Defensoría en Huepetuhe, Delta 1 y otros centros mineros intenta rescatar a niñas y adolescentes víctimas de explotación sexual y laboral en los ‘prostibares’", expresó el director de la Asociación Huarayo: "Sin embargo, muchos casos no pueden ser resueltos por temor a las represalias y la violencia que ejercen los explotadores y traficantes de adolescentes". El negocio del oro y el placer ilícito para algunos inescrupulosos funcionan perfectamente en este rincón olvidado por el Estado.

Convertidas en objetos sexuales
La ONG Asociación Huarayo refiere que los proxenetas clasifican los bares según la procedencia de las niñas que son ofrecidas. Los bares "jotitas" son los que ofertan adolescentes principalmente de comunidades campesinas altoandinas.
Los bares "chicas" cuentan con adolescentes prostituidas y prostitutas adultas que vienen de ciudades de la costa como Lima, Trujillo e Ica.

En caso de embarazo o enfermedad de transmisión sexual, las dueñas de las cantinas y los proxenetas envían a cualquier farmacia de la localidad minera para "remediar" su estado.
En los puntos de acceso a estos pueblos mineros no se ejerce ningún control. Las menores de edad llegan en camiones sin que la policía haga algo para impedir su explotación.

1 comentario:

Tomas Mendoza dijo...

Estos problemas multiples deben ser analizados seriamente el gobierno central en conjunto necesitamos una poltica drástica y severa para poder detener esta mineria ilegal que afecta no solo a la ecologia del lugar , sino tambien a la economia del mismo.

DESTACADO

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