LA LUCHA DE LOS INQUILINOS DE LA QUINTA HEEREN

La República 23 09 08

La lucha de los inquilinos de la Quinta Heeren

Aseguran que con ese documento los dueños podrían desalojarlos, pese a que viven allí desde hace generaciones.
Consuelo Alonzo C.

Intacta. La placita y las casonas de estilo neoclásico aun se conservan pese a los años. Están asi gracias a los vecinos.

Viven. Ámez, Carranza y Delia Chumbirai piden se respete su inquilinato.

El tiempo no ha hecho mella en la infranqueable Quinta Heeren de los Barrios Altos, a pesar de que el polvo intenta esconder los muebles de antaño y los rincones con historias de la Lima criolla.

Sus paredes de grueso adobe permanecen en pie y soportan con brío los techos revestidos de fino cedro nicaraguense. Solo la quincha, por la humedad, abandonó el lugar en algunos palacetes. Lo mismo que el camino de piedras que alguna vez cubrió las angostas calles de este Patrimonio Cultural de la Humanidad de cuatro hectáreas, por dónde se pasearon -alguna vez- coquetas damas de amplias faldas.

Los inquilinos dicen que si las manijas del reloj dejaron de correr en la verde placita, dónde imponentes casonas lucen su arquitectura neoclásica - alemana - inglesa de mediados del siglo XIX, fue gracias a ellos. Por eso, dicen, la Quinta Heeren es un patrimonio vivo.

SERÍAN DESALOJADOS
Pero dejaría de serlo, dice Antenor Ámez Ampuero, presidente de la Junta de Vecinos de la Quinta Heeren, sí el Instituto Nacional de Cultura (INC) no deroga la Resolución Directoral Nº 216/INC-DREPH que aprueba un "proyecto arquitectónico de restauración (...) como primera etapa". Esto, porque con ella los dueños del predio Inversiones Quinta Heeren S.A. les iniciaron sendos procesos judiciales de "desalojo por restauración".

"Queremos denunciar al INC. Esa resolución nos perjudica. Nos han iniciado (Inversiones Quinta Heeren) juicios de desalojo por restauración y pretenden dejarnos en la calle, pese a ser pobres. Muchos tenemos toda nuestra vida aquí".
Esto último es cierto. Todos los recuerdos de Blanca Carranza (61) tienen que ver con esta limeñísima quinta del 1201 del jirón Junín.

Sus abuelos crecieron en esta casona. Allí se conocieron. Allí se enamoraron. Allí también se casaron y tuvieron hijos. Ahora sus tataranietos juguetean en el mismo portico, dónde se dieron el primer beso. "La Quinta Heeren es parte de mi vida, todos mis recuerdos están aquí. Cómo podría dejar que pierda la vida. Nosotros no estamos en contra de la recuperación del lugar. Al contrario, queremos convertir a este Patrimonio en un centro turístico comercial pero no nos dejan".

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Por eso pide, al igual que Ámez y sus vecinos, que las autoridades velen por ellos, que son los terceros afectados. Y claro, quiere saber por qué el INC declaró fundada la apelación que dejaba sin efecto dicha resolución y luego, en julio, dieron marcha atrás.

Sobre esto, el abogado Luis Valdivia, de la oficina de asuntos legales del INC, indicó que la Resolución Nº 216 fue aprobada luego de una consulta técnica entre expertos de dicho instituto, arquitectos e ingenieros externos. "Nosotros sólo vemos la parte técnica. No aprobamos proyectos que faciliten desalojos. (...)Y antes de que se ejecute cualquier obra deberá contar con la licencia de la municipalidad de Lima".

Historia, origen y muerte
La Quinta Heeren fue construída por el ciudadano alemán Oscar Augusto Heeren en 1880 (s. XIX)
Su nieta Carmen Heeren y Barreda se casó en 1900 con su primo hermano, José Pardo y Barreda.
El segundo de los siete hijos, José Pardo Heeren (Lima 1903), vivió en la Quinta hasta la ancianidad.
El hombre más poderoso de la colonia japonesa en Perú, Seiguma Kitsutani, se suicidó en la Quinta al caer en bancarrota bajo el rito del seppukku.

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